El Jefe del Estado, como
no podía ser de otra forma, propone a Feijóo, líder del partido más votado,
como candidato en primera instancia para intentar formar gobierno, tarea harto
difícil (cuando no imposible), dado el boicot que el resto de partidos, salvo
Vox, UPN y CC le hacen al PP provocando con ello casi la imposibilidad de una
alternancia política en España. Y Felipe VI propone a Feijóo tras constatar en
la ronda de consultas que, aunque a Feijóo le faltan cuatro escaños para llegar
a la mayoría absoluta (tiene 172 tras reconducir su relación con Vox y se
necesitan 176 o que alguien se abstenga), Pedro Sánchez, líder del segundo
partido más votado, tiene menos aún pues a día de hoy sólo le han asegurado al
Jefe del Estado que cuenta con 152 escaños (los 121 del PSOE y los 31 de
Sumar), dado que los independentistas Junts, ERC y Bildu (20 escaños en total)
han plantado al Monarca y ni siquiera han comparecido ante él, mientras juegan
públicamente a marear la perdiz y al chantaje, exigiendo contrapartidas,
incluso ilegales e inconstitucionales, para decidirse a apoyar la investidura
del actual Presidente de Gobierno en funciones, aunque para muchos el acuerdo
ya se da por hecho y sólo se trata de postureo y de ganar tiempo para que, una
vez fracasada la investidura de Feijóo, presentar la alternativa con el mantra
de evitar repetición electoral. En todo caso, Felipe VI y Zarzuela dejan claro
que proponen a Feijóo, el ganador de los comicios, porque “es costumbre”
designar al candidato más votado y porque además “a día de hoy”, tras las
consultas, “no se ha constatado la existencia de una mayoría que hiciera decaer
esta práctica”, con lo que el Jefe del Estado protege, una vez más, la
normalidad institucional, consistente en que el más votado intente la
investidura, frente al criterio torticero de quienes pretenden lo contrario,
como, entre otros, Podemos, integrado ahora en Sumar, que cree que, contra lo
establecido, el Rey no tiene la potestad de decidir candidato y manifiesta que
“es una intromisión”…..y que conste que éstos, Podemos y Sumar, son de los más
presentables aliados de Sánchez comparados con los secesionistas radicales
totalitarios que siguen en sus trece de bordear e incumplir la Constitución,
mientras Sánchez, en vez de dejar bien claro y rotundo que no son negociables
asuntos como la amnistía o el referéndum de autodeterminación, que le exigen
para apoyar su investidura, se limita a manifestar genéricamente que “todo lo
que se tramite debe hacerse de acuerdo con la Ley”, mientras su PSOE busca
encajar como sea una presunta legalidad de la amnistía pues el Presidente ya no
la esconde mientras negocia el “sí” con Puigdemont y, tras pedirle al Rey que
le nomine a él como candidato atribuyéndole que en caso contrario propone una
investidura que sabe que será “fallida” (ya ven, la suya con menos votos
acreditados, no lo es) se atreve a garantizar al Rey que “está en condiciones”
de ser presidente y confía en que el Tribunal Constitucional (bien lejos me lo
fiais) le ayude a cumplir las exigencias (o chantajes) del independentismo ya
que “el diálogo es el método y la Constitución es el marco”, olvidando que,
precisamente por eso que dice, no se puede negociar asuntos que quedan fuera de
la legalidad enmarcada en la Carta Magna, ni forzar su encaje en la misma con
teorías peregrinas, y que, por tanto, el diálogo sobre ellos en el mejor de los
casos es ocioso de cara a una indeseable negociación…… Si, visto lo visto,
Sánchez y su PSOE quieren asumir como propias las reivindicaciones ilegales del
secesionismo radical, que lo haga de una vez por todas, como debe de hacerse,
proponiéndolo en su programa electoral con la esperanza de hacerlo mayoritario
en las Cortes y conseguirlo de forma legal, pero, en caso contrario, que deje
de marear la perdiz inútilmente con complicadas equidistancias intolerables
sobre el asunto, pues lo que no puede ser no es y además es imposible.
Pero, ya ven, Sánchez, contra lo que
defendía, ya no defiende que una amnistía “no cabe en la Constitución” (pero
que conste que, según él, no es que mienta sino que cambia de opinión) y afirma
ahora que eso corresponde al TC, mientras, una vez activado el reloj para una
repetición electoral con la nominación de Feijóo, Moncloa busca
desesperadamente fórmulas para satisfacer al prófugo Puigdemont, cuando
Armengol concede un mes al candidato acordando que la sesión de investidura sea
el 26-27 de septiembre, asumiendo el candidato que, aunque le gustaría tener más
tiempo para negociar, es ella quien tiene la potestad de elegir el calendario.
Fórmulas para contentar a Puigdemont como es la utilización del “diputado
prestado” para que Junts, sin haberlo conseguido en las urnas, tenga grupo
propio en el Congreso gracias a que Sánchez, aplicando un criterio insólito, le
presta cuatro diputados para que, con ello, el partido de Puigdemont constituya
grupo parlamentario propio, es decir, para que tenga más dinero, más tiempo de
intervención en el Congreso y más protagonismo en los debates, en sintonía con
Yolanda Díaz al hacer lo propio Sumar con ERC, mientras la doctrina del TC
cuestiona la torticera cesión de diputados para que otros partidos que no lo
lograron en las urnas tengan grupo parlamentario propio, lo que, obviamente,
prostituye de alguna forma el juego democrático. Ya ven, el secesionismo
catalán, sea de izquierdas o de derechas, va a contar con privilegios que no ha
ganado en las urnas, gracias a que sus donantes comunistas y socialistas,
sortear tres normas del Reglamento de la Cámara, mientras el PP estudia el caso
y avisa de que no avalará un “fraude”. Además, como “la pela es la pela”, los
secesionistas quieren recuperar, entre otras cosas, 17 millones de euros con la
amnistía y, mientras tanto, valga como adelanto un millón de euros al año como
primer pago a ERC y Junts para lograr como sea el “sí“ a Sánchez que sigue sin
resignarse a reconocer que ha perdido las elecciones y ha dejado a su PSOE como
segunda fuerza política cuando era la primera, en tanto que su ahora deseado
Puigdemont, para mayor escarnio a los socialistas, hasta sopesa que el PSOE se
humille y vaya a firmar los presumibles acuerdos a Waterloo, lo que, sin duda
ya sería de traca.
Y mientras el Tribunal Supremo
rechaza revisar los votos nulos, evidenciando que Sánchez dependerá, sí o sí,
del voto afirmativo de Junts (la abstención ya no le vale), Feijóo anuncia que
hablará con todos, incluido el PSOE, menos con Bildu, para buscar esos cuatro
escaños que le faltan y conseguir ser investido, bien por vía de apoyo
explícito, bien por vía de una abstención que también le valdría, pero el PNV,
que es en principio el más asequible para que se permita su investidura (sea
con una abstención o el voto afirmativo), sostiene que sí hablará con él, pero
reitera que no apoyara su investidura, mientras el PSOE acusa al candidato de
pretender alentar el transfuguismo por haber anunciado que hablará también con
los socialistas para buscar esos cuatro diputados que le faltan, justo los que
han tenido que “prestar” a Junts para que los de Puigdemont tengan grupo
parlamentario propio, pues una cosa es prestarlos egoístamente a cambio de
conseguir su apoyo a Sánchez y otra bien distinta es prestarlos generosamente
para facilitar la gobernabilidad de España con la investidura del candidato. En
todo caso, mientras Abascal despeja dudas sobre su apoyo a Feijóo y Vox no
cambiará su estrategia, pero aspira a “dulcificar” su proyección suavizando la
imagen pública de su “ala más radical”, el PP plantea dar un rol “muy relevante”
al PNV si apoya que Feijóo sea presidente de un gobierno monocolor (coinciden en
muchos temas como la economía, con los fondos europeos como eje importante) y
para evitar otro gobierno multicolor autollamado “de izquierdas y progresista”
pero sustentado en los radicalismos de izquierda y derecha y en el secesionismo
totalitarista.
Entretanto el escándalo Rubiales
enturbia el exitazo de la Selección Española de Futbol femenina tras ganar el
Mundial, al extremo de que, tanto a nivel nacional como internacional, sólo se
habla del patético comportamiento del impresentable Presidente de la Federación
Española de Futbol en vez del hito histórico conseguido por nuestras jugadoras,
que, al igual que muchos españoles en otras tantas instituciones
gubernamentales, no se merecen semejantes dirigentes impresentables pero
apuntalados por torticeros intereses personales. Un Rubiales que, como otros
tantos dirigentes institucionales, debiera haber sido cesado desde hace ya
mucho tiempo al estar incurso judicialmente en varios casos de presunta
corrupción y escándalos de todo tipo durante su gestión, pero que, ya ven, ha
seguido gozando del apoyo superior hasta que de forma improcedente, cuando no
delictiva (como nos tiene acostumbrados), decide robar un beso en la boca a una
de las heroínas, Jenni Hermoso, que en la entrega de trofeos se ve sorprendida
por el comportamiento indecente e improcedente de semejante individuo, quien,
tras ser criticado por tirios y troyanos, no sólo no se disculpa sino que
arremete contra la jugadora diciendo que fue un beso consentido, un “pico” sin
la menor importancia a vista de todos. Y cuando todo el mundo esperaba su
dimisión por semejante escándalo, Rubiales, en la Asamblea se presenta como víctima
haciendo un discurso antifeminista a ultranza y culpando a Hermoso y al “falso
feminismo” de lo sucedido, para aclarar reiteradamente en tono chulesco “no voy
a dimitir” provocando con ello el estupor general y reacciones contra él por
parte de todos menos de la Asamblea que le regala un casi generalizado aplauso….una
Asamblea a todas luces de estómagos agradecidos. Así las cosas, después de que
Sánchez le hubiese advertido de que “sus disculpas resultan insuficientes” y
Jenni Hermoso pidiera “medidas ejemplares” contra él para que su agresor beso “no
quede impune”, y solicitara “medidas ejemplares” por un acto “inaceptable”, la
huida hacia adelante de Rubiales le deja a los pies de los caballos y, abandonado
ya por casi todos, siendo expedientado por la FIFA, pierde por fin la
protección del Gobierno que, por fin, forzará su destitución por hechos que
considera “muy graves”, mientras Jenni Hermoso niega que “consintiera el beso”
y las jugadoras de la Selección triunfante declaran que no volverán a la misma “con
los actuales dirigentes”. En fin, es lo que suele suceder cuando personajes impresentables
ostentan cargos que no se merecen y se mantienen gracias a la permisividad
continuada de las autoridades que les apoyan hasta que la situación se hace,
como es el caso, insostenible; si en los primeros escándalos que han acompañado
la gestión de Rubiales se hubieran tomado medidas, nos hubiéramos ahorrado
muchos sinsabores, pero, en fin, siempre cabe aplicar aquello de que más vale
tarde que nunca.
Por lo que respecta a otros asuntos
cabe citar que cuatro de cada diez alquileres en las periferias de las grandes
urbes superan ya los 1.000 euros; que un agresor beneficiado por el “sólo sí es
sí” intenta violar a una mujer cuatro meses después de salir anticipadamente de
la cárcel; que la electricidad marca su precio máximo en seis meses por la ola
de calor y la subida del gas; que nueve CCAA baten records de ocupación en
julio pese a sus precios, un 22% más altos; que los salarios bajos condenan al
pluriempleo a más de 235.000 trabajadores, pues los problemas económicos para
llegar a final de mes hacen que el número de pluriempleados crezca un 21%,
mientras tres de cada diez trabajadores en paro supera los 50 años de edad; y
que la marcha en los Mundiales de Budapest es de oro para España tras el
triunfo de María Pérez y Álvaro Martín en 35 kilómetros, después de haber
logrado también el oro en los 20 kilómetros en dichos Mundiales de Atletismo,
hito mundial este inédito doblete que esperemos sirva de acicate para salvar a
una marcha amenazada de muerte por la falta de recursos.
Fdo. Jorge Cremades Sena
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