viernes, 5 de octubre de 2018

DESMADRE SECESIONISTA


                        En estos días de celebración independentista del primer aniversario del golpe de Estado del 1-O, obviamente fracasado, se pone en evidencia el desmadre caótico secesionista al extremo de que ni entre los totalitarios independentistas se ponen de acuerdo entre ellos para hilvanar un mínimo de coherencia en su forma de proceder para proseguir avanzando hacia su objetivo con un mínimo de credibilidad democrática. Por un lado el totalitario Torra, tras verse obligado a enviar a los mossos a contener la violencia de los radicales CDR (apoyados por el Govern), quienes no obedecen a nadie y piden por ello su dimisión, y al no tener alternativa frenar a los mossos después, responde a la fractura del secesionismo amenazando unilateralmente (ni siquiera lo consultó con ERC y la CUP) a Sánchez con un ultimátum de que retiraría su apoyo al Gobierno español si no hay oferta en un mes para la autodeterminación; por otro lado el Gobierno, como no puede ser de otra manera (carece de competencia y legitimidad democrática para autorizar un referéndum de autodeterminación), rechaza el ultimátum de Torra, aunque, para evitar llegar al límite de la ruptura (que obligaría a la caída del Gobierno y a la convocatoria de elecciones generales), ofrece retóricamente más “autogobierno, pero no independencia” (¿mayor autogobierno a una Comunidad Autónoma que supera en competencias a muchos estados federales, incluso sabiendo que los totalitarios secesionistas sólo quieren independencia y nada más?) y descarta aplicar el 155, tal como piden el PP y Ciudadanos, ante estos evidentes desafíos totalitarios al Estado de Derecho. Entretanto, los mandos de la policía autonómica, hartos de que los utilicen, acusan al Govern de jalear a los CDR por miedo a los radicales, mientras profesores universitarios catalanes piden despolitizar las aulas. Así el chantaje de Torra asfixia a Sánchez por momentos amenazando al Gobierno con no apoyarle para aprobar los Presupuestos y, por tanto, obligarle a un adelanto electoral, si no se autoriza un referéndum de autodeterminación antes de noviembre, mientras el Ejecutivo, enredado en semejante maraña, responde con un “ni independencia, ni 155 perpetuo”, sino con diálogo que los secesionistas no quieren. Y ante el último órdago independentista de Torra de poner fecha a la Legislatura si el Gobierno no traga, se produce una evidente división en el secesionismo (ERC desconocía el ultimátum), en tanto que Moncloa lo ve como una “amenaza retórica”, que para nada requiere aplicar el 155 al igual que se hizo hace un año con el apoyo del PSOE. Por su parte el Tribunal Europeo de Derechos Humanos da un serio revés al ilegal “procés” independentista, desestimando Estrasburgo la primera demanda contra España por el ilegal 1-O, mientras Torra dice “voy a por todas, si fracaso me voy al exilio”, los partidos constitucionalistas avalan prohibir los partidos que incitan a la violencia y el Parlament se dispone para reprobar al Jefe de Estado, el rey Felipe VI, por el ejemplar discurso que pronunciara el 3-O del año pasado tras los graves acontecimientos provocados por el fallido golpe de Estado de Puigdemont y compañía.
            Pero Torra se queda solo y, tras sus chulerías iniciales, recula en su ultimátum al Gobierno y a la Democracia, por lo que, sin apoyo de ERC (al no contar previamente con ellos) y con un PDeCat dividido (no todos están dispuestos a autoinmolarse, como pide Puigdemont), pide ahora una cita al Jefe del Ejecutivo sin imponer ningún plazo, mientras los separatistas más radicales y descerebrados insisten en la desobediencia en otra bochornosa sesión (la énesima) en el Parlament que, tras meses de paralización absoluta, se disponía a debatir sobre política general (y a reprobar al Jefe del Estado). Pero es obvio que el independentismo prefiere a Sánchez (y al PSC) que a otro Presidente de España más contundente contra sus antidemocráticas pretensiones, y los socios de Torra se desmarcan de su ultimátum, agravando la fractura entre los separatistas, obligándole a pedir la citada reunión a La Moncloa… ¿para qué?...no se lo piensen, para hablar de autodeterminación (la paciencia de Sánchez es infinita). Por su parte, Inés Arrimadas, exhibiendo una bandera de España, dice en el Parlament a Torra que “nadie hará desaparecer esta bandera de Cataluña” y le acusa de “jalear” a los violentos e “insultar a millones de catalanes”, cuando permite que los radicales descuelguen insignias españolas de los edificios oficiales, advirtiéndole de que “ni usted ni sus comandos van a hacer desaparecer esta bandera”. Y es que Torra había facilitado a los violentos llegar hasta las puertas del Parlament, pues tanto él como el Consejero de Interior desoyeron las advertencias de la Cámara y de miembros del Govern para impedir el acceso de los radicales, replicando el conseller Buch que “no pasará nada”, mientras el Supremo ignoraba al Gobierno (muchos de sus miembros sostienen su preferencia de no mantener en prisión preventiva a los golpistas del 1-O) y mantenía en la cárcel a los presos del “procés”. Y en este putrefacto ambiente de retóricas calculadas el Parlament, una vez más, suspende la sesión y, por tanto, el debate de política general a causa del bloqueo por la división del soberanismo, incapaz de sacar sus propias propuestas adelante. Torrent, que había desoído incluso el informe de los letrados sobre el voto de los diputados procesados, ante el caos llevado al Parlament por Puigdemont para que no acate lo dictado por el Tribunal Supremo, se ve obligado a suspender la sesión….ERC y JxCat, habían pactado, en contra de los letrados, delegar el voto de los huidos y presos, con lo que toda acción de la Cámara podrá ser ilegalizada si tamaña barbaridad se materializa. Así, un acuerdo “in extremis” (Torra rebaja el ultimátum tras la bronca con ERC, mientras la CUP le amenaza) salva de la ruptura al equipo de Torra, pero el Parlament vuelve, una vez más, a estar bloqueado. Y mientras Jordi Sánchez, ex líder de la ANC, manifiesta que “nadie va a estar diez años en prisión”, Pedro Sánchez rompe el diálogo de Estado (suscrito por PSOE, Ciudadanos y PP, con Rajoy el año pasado) con PP y Ciudadanos, al extremo de que, tal como se publica, Rivera ni siquiera ha sido citado en Moncloa a la reunión protocolaria de líderes políticos, prescindiendo el Presidente incluso de la “vía discreta” para temas como Cataluña, que sí respetaron anteriormente tanto Rajoy como Zapatero.
            Y en pleno de este desmadre secesionista, al que no se le ve solución democrática alguna basada en el imperio de la ley, los españoles estamos abocados, sí o sí, a un verdadero maratón electoral, pues de diciembre de 2018 a diciembre de 2019, podrían coincidir hasta seis citas en las urnas, que nos costarían cerca de 400 millones de euros, por lo que los partidos se preparan para celebrar las andaluzas, catalanas, generales, autonómicas, municipales y europeas……si, al menos, los ciudadanos fuéramos capaces de despejar el desmadre político en el que estamos inmersos, bienvenido sea este record electoral (y luego van los secesionistas y dicen que quieren votar y que no se les deja……obviamente con lo ajustado a la legalidad democrática vigente).
            Por lo que respecta a otros asuntos cabe citar que el Gobierno socialista deja 333 parados más cada día tras la subida del desempleo en septiembre; que Hacienda prevé gravar más a las empresas por sus beneficios en el extranjero; que el Gobierno se desmarca del acuerdo del Pacto de Toledo para vincular las pensiones al IPC (Sánchez lo asumió hace unos días pero la titular de Economía cambia la versión en la UE) y el FMI avisa de los riesgos de ligarlas y rebaja las previsiones de crecimiento; que Calvo obligará a las empresas a tener “cuotas de mujeres” en sus cúpulas; que inversores extranjeros avisan a Sánchez de que “la incertidumbre asusta” (fondos y tecnológicas creen que los bandazos gubernamentales pueden ahuyentar capitales del país) y el FMI exige al Gobierno “medidas creíbles”; que Hacienda gravará con un 3% cada operación de los gigantes digitales; que los alcaldes de seis ciudades (Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia, Vitoria y San Sebastián) cobran de sueldo más que el Presidente del Gobierno (y si hablamos de presidentes autonómicos….¡apaga y vámonos!); que más de 45.000 personas tienen vedado trabajar con menores (en 2018 el registro de delincuentes sexuales ha frenado unos 300 contratos); que la autoridad nuclear admite radiación en siete zonas de España; que un “tiziano” cae al suelo en el Monasterio de El Escorial y se desgarra; y que el Supremo aboca a Rato a ir a prisión por las tarjetas black al ratificar la condena de cuatro años y medio de cárcel por el expolio de Caja Madrid (Rato y otros 63 directivos han sido condenados, con lo que 14 de ellos están a un paso de ingresar en la cárcel).       
            Y del exterior, destacar que Macron atraviesa su peor momento tras la renuncia del Ministro de Interior; que Johnson divide a los torys y tacha de “fraude” el Brexit de May (congreso del partido conservador británico); que Occidente culpa a Rusia de ciberataques a escala global (la UE, EEUU y la OTAN acusan a Putin de una ciberofensiva para entorpecer las investigaciones sobre sus operaciones encubiertas en el extranjero); y que el horror a causa de un tsunami devastador y movimientos sísmicos se palpa en Islas Célebes de Indonesia, al extremo de que la población de Palu busca a los desaparecidos en barrios convertidos en fosas comunes de barro.
            Y en la Champions de Futbol el Madrid es incapaz de marcar en Moscú con el CSKA que finalmente acaba ganando, 1-0; el Valencia empata, 0-0, en Old Traffor ante el Manchester United; el Atlético de Madrid gana, 3-1, al Brujas; y el Barça se impone, 2-4, a domicilio al Tottenham.
Jorge Cremades Sena

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