Cualquiera
que haya seguido con cierto interés el debate de investidura de Pedro Sánchez
será consciente del tremendo berenjenal político en que se han metido nuestros
representantes en el Sancta Sanctorum de la Democracia como es el Congreso de
los Diputados. Y aunque probablemente mañana se pueda superar en segunda
votación (sólo necesitará más síes que noes) el fracaso de la primera votación,
en la que Sánchez, después de casi tres meses de tiempo para negociar, sólo ha
conseguido sumar a sus 123 diputados al diputado de Revilla, siendo los noes a
su investidura 170 y 52 las abstenciones, este patético debate de investidura
quedará para los anales de la historia parlamentaria como un esperpento, no ya
para conseguir con él o no ser investido Sánchez como presidente, sino, lo que
es peor, para conformar después un gobierno serio y viable, salvo que, como
algunos de sus hipotéticos valedores le han dicho, lo que pretenda sea gobernar
en minoría por “decreto ley” tal como ha hecho desde que consiguiera ser aupado
por ellos al poder tras la moción de censura a Rajoy y conformar el
rocambolesco “gobierno Frankenstein”, tal como lo bautizó Rubalcaba. Un
esperpento insoportable en el que, tras un extenso discurso del candidato, al
estilo de Fidel Castro, plagado de generalidades y buenas intenciones, que
podría suscribir la inmensa mayoría de la Cámara, pero sin entrar para nada en
el principal problema de España como es el secesionismo catalán, ha destacado
no ya por el esperado enfrentamiento con PP y Ciudadanos, a quienes Sánchez
pedía reiteradamente abstenerse “por responsabilidad y altura de miras” para
facilitarle la investidura a pesar de que ambos le habían dicho varias veces
que no, sino por el virulento desencuentro con Iglesias a quien había vetado
días antes para entrar en su gobierno y le había tildado de antidemocrático a
pesar de llenarse la boca de decir que Podemos era su opción preferencial como
aliado, sabiendo además que sin los votos de Podemos era imposible conseguir la
investidura. Y ante tamaño espectáculo de virulento enfrentamiento con el
hipotético principal socio, el resto de socios de la moción de censura, a los
que en buena parte también necesita Sánchez además de Podemos, quedaba
estupefacto viendo que se desvanecían sus expectativas de un nuevo gobierno
Frankenstein, que siempre han defendido por activa y pasiva frente a un
gobierno fuerte de otro signo, mientras en sus discursos presionaban a Sánchez
e Iglesias para que se pusieran de acuerdo condicionando incluso su voto a que
el acuerdo se materialice, pero sin dejar de criticarle con cierta dureza las
contradicciones e incoherencias de la trayectoria de Sánchez. Y es que ni
adversarios, ni presuntos socios entendían que Sánchez pidiera abstenerse a PP
y Cs, apelando a la responsabilidad, cuando él hasta prefirió marcharse del
Congreso para no abstenerse cuando el PSOE decidió finalmente una abstención
parcial para facilitar por responsabilidad la investidura de Rajoy que incluso
tenía más diputados de los que hoy tiene Sánchez; ni entendían que, como si tuviera
mayoría absoluta, despreciara a Iglesias, su proclamado socio imprescindible, y
le pusiera a caldo públicamente mientras aceptaba que miembros de su Ejecutiva,
propuestos por el vetado, sí pudieran ser ministros…. ¿Qué haría el PSOE si
otro partido obrara con su líder tal como él ha obrado con IUPodemos? ¿Qué
haría Sánchez si fuera vetado personalmente por otro dirigente político que
aceptara como buenos a otros miembros de su Ejecutiva? Obviamente no es Sánchez
precisamente el más idóneo para pedir nada a nadie por responsabilidad, ni para
ningunear a Podemos o a cualquier otro partido mientras negocia con ellos su
investidura, ni para dar lecciones de coherencia política a nadie, cuando su
trayectoria está preñada de incoherencias manifiestas y sonadas rectificaciones
múltiples.
Y
es que Sánchez, creyéndose en el derecho sacrosanto de ser investido Presidente
con sólo 123 escaños (ya gobernó cuando sólo tenía 85; eso sí, por decreto ley)
y, por tanto, el resto de opciones políticas en el deber de investirle por mera
responsabilidad, ha tenido la desfachatez de presentarse a la investidura sin
pacto cerrado alguno con nadie, cuando hablaba de la malsana soledad de Rajoy
porque era incapaz de conseguir una mayoría suficiente…..y, obviamente, pasa lo
que pasa, el estrepitoso fracaso y la soledad en esta primera votación a pesar
de haber tenido que ceder a última hora aceptando un “gobierno de coalición”
que le exigía Podemos desde el principio, pero sin entender que “coalición”
supone pactar un proyecto con otros y compartir proporcionalmente los
ministerios para materializarlo en favor del bienestar general, requiriendo
entre los socios una supuesta lealtad institucional y una confianza, que, visto
lo visto, ni se da entre Sánchez e Iglesias, ni entre PSOE e IUPodemos, ni,
mucho menos, entre la mayoría del resto de sus socios de la moción de censura,
que luego le tumbaron cuando les convino…..Por tanto, si Sánchez sale de este
berenjenal político en que se ha metido y es finalmente investido, se mete de
plano en otro berenjenal más espinoso y complejo aún cual es un “gobierno de
coalición” entre socios que, hasta ellos mismos, se auto reconocen antagonistas
en demasiados temas sustanciales, lo que puede hacer saltar por los aires el
proyecto en cualquier instante. Discrepancias sustanciales entre Sánchez e
Iglesias que, no sólo amenazan la investidura, sino que, peor aun, amenazan la
futura gobernabilidad del Estado, como han evidenciado en el debate de
investidura, donde Iglesias, es decir Podemos, alega que la obligada oferta de coalición
ha sido “sólo decorativa”, para salir del paso, mientras le advierte de que
“sin un acuerdo con nosotros, no será presidente nunca”, de que “no nos dejamos
pisotear por nadie”, dejándole claro que “somos una fuerza humilde pero no nos
vamos a dejar pisotear ni humillar” e instándole a que “cuente lo que nos ha
ofrecido, no somos un mero decorado” y a que, en todo caso, “usted tiene otra
opción que es hacer caso al señor Tezanos y convocar nuevas elecciones, pero
así usted no será presidente de España nunca”. Por su parte Sánchez, el vetador
de su socio Iglesias, le contesta que “el mundo no empieza ni acaba con usted;
la oferta socialista es generosa, nada tiene que ver con elementos decorativos”
y le amenaza tajante: “piense mucho en votar en contra, con la ultraderecha; si
vamos a elecciones también tendrán que asumir su responsabilidad”……y algún
efecto habrá tenido dicha amenaza cuando, curiosamente, Irene Montero votaba
“no” telemáticamente al estar ausente en el Hemiciclo, mientras Podemos se
abstenía, evidenciando que cambiaron el sentido del voto, que en principio era
“no”, como votó Irene a un futuro gobierno en el que todas las quinielas la
sitúan como ministra tras el veto a su marido por parte de Sánchez. Por su
parte Abascal, que se estrenaba con un discurso patriótico, decía a Sánchez
“causará mucho daño a España”, Casado le manifestaba “con usted hemos pasado
del no es no al sí porque sí” y Rivera anunciaba “votaremos no al plan de
Sánchez y a la banda que lo va a ejecutar”.
Faltaba
la traca final de las intervenciones de los rufianes, los abertzales y los
peneuvistas, que, salvo los convergentes catalanes votando no a la investidura (cuando
acaban de repartirse la Diputación de Barcelona), optaban por una abstención
esperanzadora, siempre que Sánchez pacte
con Iglesias, mientras le reprochaban agriamente su trayectoria política y la
mayoría de ellos le exigían que asumiera sus inasumibles propuestas
secesionistas totalitarias, que obviamente Sánchez se veía obligado a rechazar
apelando a la legalidad vigente, aunque con suave energía para no agraviarlos
demasiado y que pudieran decantarse definitivamente en el bando del “no”, lo
que supondría el estrepitoso fracaso de su investidura. El dilema es claro: o
Podemos entra en el Gobierno o Sánchez no sale investido, siempre con el
permiso de otros actores minoritarios. Y la abstención de Podemos a última
hora, así como la del resto de posibles socios, alberga la esperanza del
triunfo de la investidura y la de un posterior gobierno Frankenstein, por lo
que, al efecto, Podemos, tras el veto a su líder y las descalificaciones
públicas al mismo por parte de Sánchez, acepta de forma humillante reanudar el
diálogo, mientras el núcleo duro socialista preparaba su nueva estrategia, con
la coartada de que, activando las negociaciones rotas con una nueva oferta
(entre los podemitas ya se comentaba “pedimos el cuarto de invitados y nos dan
la caseta del perro”), pueden conseguir, bien el “sí” y la formación de un
gobierno Frankenstein, del que los responsables serían PP y Cs por no dejarle
otra opción, bien el “no” y la convocatoria de nuevas elecciones, del que el
culpable sería IUPodemos por propiciarlas al no aceptar su última oferta, en la
que, seguramente, les darían el “cuarto de invitados” y no sólo la “caseta del
perro”. Es obvio, Sánchez, ya ven, jamás es responsable ni culpable de nada,
son los demás que no se pliegan a sus generosos intereses. El avispero dentro
del berenjenal político en que andan metidos nuestros representantes políticos
está más que servido. El más listillo será el menos perjudicado. Por su parte,
el Banco de Santander defiende la formación de un gobierno estable “cuanto
antes”.
Por
lo que respecta a otros asuntos cabe citar que se anuncian recortes de urgencia
en Canal Sur para atajar la sangría económica; que Almeida pone en marcha el
plan contra los manteros que desechó Carmena; que el juez investiga si una
filial del BBVA ha destruido información, tratando de averiguar si el material está
vinculado con el “caso Villarejo”; que el fiscal eleva a ocho años y medio la
pena para Rato y pide cárcel para Acebes, añadiendo Anticorrupción al ex
vicepresidente un delito de falsedad contable en el “caso Bankia”; que el
conductor que causó cuatro muertos en Salamanca iba drogado y es reincidente;
que Bruselas denunciará la contaminación de Madrid y de Barcelona, pues la UE
quiere castigar el incumplimiento de la legislación ambiental; que el FMI prevé
una mejora de la Economía en 2019 y un frenazo en 2020 y que España crezca más
de lo previsto pese al frenazo global; que es detenida una yihadista que iba a
atentar en Santiago; y que un juzgado investiga la agresión a una niña que
pintó la bandera de España, pues, al parecer, una docente de un centro de
Tarrasa tiró a la alumna al suelo presuntamente por haber cometido la
barbaridad de pintar banderas españolas…..seguramente si hubiera pintado
esteladas la niña hubiera sido premiada.
En
cuanto al exterior se refiere cabe destacar que una trama de Maduro burla las
sanciones de EEUU, pues una compañía de Florida recauda con una App las tasas
aeroportuarias y las desvía a través de Hong Kong, Rusia y China, planeando
copiar el método para el repostaje de combustible de los aviones; que el
incendio que devora Portugal “ensombrece” Extremadura; que Guaidó dice “el
Estado venezolano se ha reducido al miedo y a los subsidios”; que la crisis
iraní destapa loa debilidad de Reino Unido por el Brexit en lo referente al
petrolero secuestrado; que Israel arrasa 70 viviendas palestinas en una
barriada de Jerusalén este; que Méjico se convierte en el nuevo policía
fronterizo de Trump al endurecer los controles para frenar a los migrantes tras
la amenaza de EEUU de lanzarle una guerra comercial; y que Boris Johnson asume
el poder en Reino Unido con la bandera del Brexit más duro, aunque echa algo el
freno para no romper al partido conservador, apelando a la unidad, tras ser
aclamado como nuevo líder tory y, por tanto, sustituirá a May…..el peor Brexit
para todos, está servido.
Jorge Cremades Sena
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