En su anuncio en Barcelona
de los indultos Pedro Sánchez presentaba los perdones a los sediciosos con un
mensaje de concordia al decir “mi propuesta es dar paso a un nuevo proyecto de
país” ya que, según él, “podemos empezar de nuevo”, mientras Aragonés, el
President de la Generalitat, que calificaba la medida de “gesto”, insistía en
la ilegal amnistía y en el ilegal referéndum de autodeterminación, y Casado, el
jefe de la oposición en el Congreso de los Diputados, denunciaba un “pacto
trampa” del Gobierno con los secesionistas para “desarmar España” en tanto que
las voces más críticas del PSOE bajaban el tono para facilitar este supuesto
tránsito hacia la concordia. Sánchez, que ganó las elecciones con la promesa
firme a los españoles, incluidos los catalanes, de que las sentencias habrían
de cumplirse en su totalidad y de que no concedería los indultos, claudicaba
ahora, rectificando una vez más, y, culpando de la situación a
constitucionalistas y separatistas por igual, aprobaba los indultos convencido
de estar liderando la segunda transición en España con ese “nuevo proyecto de
país” con los secesionistas, desvelando en el Liceu de Barcelona que los
indultos, que aprobaría al día siguiente, son “el primer paso” del proceso de
reformas y haciéndolo ante un auditorio de políticos, empresarios y periodistas
afines, mientras ignoraba a la oposición constitucionalista, imprescindible en
todo caso para lograr cualquier modificación constitucional en el Congreso si
realmente pretende esa “profunda renovación” de España. Con tales propósitos,
Sánchez proclama unilateralmente una etapa de diálogo tras los indultos parciales
aprobados en el Consejo de Ministros, que, tras el informe contrario del
Supremo, no afectan a la inhabilitación y sí a la pena de prisión y a la
malversación (el Tribunal de Cuentas aún reclama diez millones) y quedan
condicionados a que los indultados no delincan en seis años. Indultos que, nada
más ser concedidos, envalentonan al secesionismo radical en su desafío
separatista y que Aragonés como President de la Generalitat desprecia desde las
instituciones y sigue exigiendo cínicamente el “fin de la represión” en
Cataluña y el manido derecho de autodeterminación que, como la inmensa mayoría
de regiones europeas, Cataluña no tiene ya que, entre otras cosas, no está
contemplado en nuestra Constitución, aprobada por el soberano pueblo español
con la aportación sustancial de los españoles-catalanes que, curiosamente, la
refrendaron en su día con más apoyos incluso que en el resto de España cuando
la democracia y la autonomía estaban en juego. Hoy ni la democracia ni la
autonomía son valores a seguir defendiendo para los secesionistas catalanes,
que exigen “referéndum ya” con Aragonés asegurando que los reclusos salen a la
calle “con la voluntad reforzada de construir la república catalana”, que no
supone delito alguno ya que nuestra Constitución lo ampara, pero, habiendo sido
condenados por intentarlo al margen de la legalidad vigente, que sí es delito,
ninguno dice arrepentirse de tan totalitaria metodología, ni renuncia
expresamente a volver a ponerla en marcha en el futuro a pesar de tan
incomprensible magnanimidad del Presidente del Gobierno poniéndolos en
libertad, cuando en la campaña electoral decía todo lo contrario, pues no
imaginaba que, si quería gobernar, llegaría a la Presidencia del Gobierno
gracias al apoyo del secesionismo.
Así las cosas, con los secesionistas
envalentonados y un Gobierno de España resaltando la “grandeza” del
secesionismo a la espera de un gesto que alivie la tensión, mientras elogia la
figura “indiscutible” de Junqueras por su “búsqueda de soluciones dialogadas”,
cuando éste y los suyos anuncian que en la patética mesa de negociación caben
todas las propuestas por ilegales que sean, cabe preguntarse desde qué punto de
partida es posible “empezar de nuevo” y en qué consiste ese “nuevo proyecto de
país” que pretende Sánchez mientras su Gobierno reprocha ahora al Supremo y a
la Fiscalía que hayan obviado la “perspectiva política” y la “utilidad pública”
de los indultos y él mismo dice en una intervención de tres minutos en Moncloa
y sin preguntas, a una decisión que califica de “histórica”, que “es la mejor
decisión para el país; los presos han pagado un alto precio” y destaca como
motivación el “peso indiscutible de Junqueras en las relaciones entre Cataluña
y España”, como si se tratara de dos estados independientes y Cataluña no fuera
una región, autonomía, o llámenle como quieran, perteneciente a España, aunque
por semejantes derroteros al final van a conseguir que no lo sea. De momento,
las opiniones, ahora favorables al secesionismo por parte del Gobierno de
España junto a las demagógicas propagandas de los secesionistas en ámbitos
internacionales sin ser contrarrestadas por el Ejecutivo español, van haciendo
mella a favor del independentismo, al extremo de que, sin réplica alguna, el
Consejo de Europa denigra la democracia española y la compara insólitamente con
la de Turquía, aprobando el informe de un diputado socialista letón que
cuestiona el proceso judicial del 1-O y pide los indultos, que ya ha concedido
Sánchez, y que regrese Puigdemont, mientras la UE plantea ser “mediador” para
Cataluña tras los indultos, interpretando desde Bruselas que la sentencia que
dictó el Supremo contra los líderes del procés fue “política” y que dichos
indultos son la confirmación de que el TS dictó una “sentencia política” y que
en Cataluña hay un “conflicto político”, sin que desde el Gobierno de España se
salga al paso, contra lo que hacía Sánchez en la campaña electoral, de que los
secesionistas no han sido juzgados por sus ideas sino por la comisión de
delitos contemplados en nuestro democrático Código Penal y tras un juicio con
todas las garantías procesales, homologadas y homologables con las del resto de
países de la UE y, por tanto, de “sentencia política” nada de nada. Y tampoco
sin que se salga al paso de que en democracia el “conflicto político” ha de
resolverse y la “política” ha de ejercerse siempre dentro del marco democrático
legal establecido y no fuera del mismo, como es el caso. Por tanto, con la
negligencia de nuestro Gobierno en la defensa de nuestro ordenamiento jurídico,
en definitiva, de nuestra democracia, no cabe duda de que “empezar de nuevo”,
como dice Sánchez, es volver con peores condiciones todavía al desafío
totalitario previo al 1-O, pues ese paso previo a “un nuevo proyecto de país”,
que propone Sánchez, no es factible si se hace al margen de la legalidad
democrática vigente.
No sorprende pues que los nueve
indultados, recibidos en las puertas de la prisión por el mismísimo President
de la Generalitat, salgan de la cárcel llamando eufórica y chulescamente a la
independencia, reclamando la ilegal amnistía y el inexistente derecho a la
autodeterminación, mientras cínicamente, sin que nadie les salga al paso,
denuncian una inexistente “represión”, mientras Sánchez se dispone a explorar
con ellos las vías de diálogo y Casado, en el Congreso de los Diputados, le
exige que dimita y convoque elecciones para que sea el soberano pueblo español
(que no sólo el catalán, carente de soberanía), quién decida ante la grave
amenaza que padece desde el totalitarismo secesionista con el visto bueno del
Ejecutivo. En efecto, los indultados, eufóricos por su victoria, salen de
prisión entre gritos de “lo volveremos a hacer” y atribuyen a Europa su puesta
en libertad, celebrando su triunfo sobre el Gobierno de España para lograr la
amnistía y la independencia, mientras retoman el control del secesionismo
totalitario pese a la inhabilitación (Junqueras toma el control de ERC en la
patética negociación con el Gobierno, Sánchez lidera Junts y Cuixart dirige el
ala más radical del secesionismo), mientras el CGPJ “deplora” las críticas del
Consejo de Europa y el Gobierno de Sánchez asume los mantras engañosos del
independentismo y los indultados por él, entre otras lindezas, manifiestan:
“salimos a ganar lo que no pudimos ganar el 1-O”, “hoy no se acaba nada, todo
continúa”, “no retrocederemos, y no aceptaremos ningún silencio a cambio de
ningún indulto”. Y mientras tanto Sánchez, que, tras los indultos, blinda así
los Presupuestos para 2022 con el apoyo de ERC y sigue necesitado de una mayoría
parlamentaria para las reformas que exige Europa y que no quiere pactar con la
oposición constitucionalista mayoritaria, justifica la medida de gracia que da
lugar a este espectáculo bochornoso de sometimiento al radicalismo secesionista
como “de interés público”. Por su parte PP, Vox y Ciudadanos prometen recurrir
ante el Supremo lo que consideran un desarme del Estado de Derecho, mientras
Garamendi pide “perdón” para cerrar la crisis abierta en la CEOE por los
indultos y cuando de los recursos parece ser que sólo el de Vox tiene algunas
posibilidades de prosperar ante las dudas del Supremo, pues Casado se equivoca
presentando los indultos como ilegales, que no lo son, pues se trata de una
decisión del Ejecutivo, errada o no, totalmente legítima y legal que donde hay
que combatirla en todo caso es en el ámbito de la política y no de la justicia.
Por otro lado el Gobierno bajará
temporalmente, mientras dure la escalada, el IVA de la factura de la luz del
21% al 10% y lo aprobará junto al fin de las mascarillas en el exterior. Cede
así ante la escalada de precios aunque de forma limitada, suspendiendo también
el 7% de generación eléctrica…..medidas que no satisfacen casi a nadie ya que
deja fuera de la rebaja tarifaria al 75% de los comercios y lo limita a seis
meses pese a que todo apunta a que el precio de la luz seguirá subiendo y
disparado en 2022. Y en cuanto se refiere al fin de las mascarillas, Sanidad
las retirará pese al avance de la cepa india, mientras Europa avisa de que
causará una ola similar a la de otoño, por lo que los expertos llaman a la
prudencia ante la medida, mientras sólo Valencia vacuna a los turistas de otras
regiones en pleno inicio de la estación veraniega.
Por lo que respecta a otros asuntos
cabe citar que Ferraz acelera el relevo de Susana Díaz y, ante su negativa a
dimitir, el PSOE hará primarias en Andalucía en julio para su relevo; que la
Selección Española de Fútbol, tras dos partidos mediocres, golea a Eslovaquia,
0-5, y pasa a octavos de la Eurocopa como segunda de grupo y se medirá con
Croacia; que una docena de asociaciones de víctimas plantan al Gobierno por
acercar a los presos etarras y se ausentarán del acto que les rinde homenaje en
el Congreso; que el PP abre el debate sobre si presentar una moción de censura
al Ejecutivo antes que Vox, pues el anuncio de Abascal de intentar otra censura
rompe la estrategia de Génova al respecto; que Gobierno e inversores presionan
a Galán para que dimita, mientras Iberdrola se desploma en Bolsa tras la
imputación de su presidente por espionaje en el “caso Villarejo”; que Jon Rahm
hace historia en el US Open, pues el golfista vasco, de 26 años, es el primer
español que gana el torneo y es número uno mundial; que Bárcenas da más datos
“relevantes” de robo de documentos que comprometen a Rajoy; que la Policía cree
que Podemos justificó pagos a Neurona con documentos falsos, mientras el
partido intenta acreditar al juez trabajos electorales con pasaportes
duplicados y aporta los datos de supuestos trabajadores que carecían de visado
en regla; que el Rey manifiesta en la entrega de los premios Cavia, Luca de
Tena y Mingote que “la Prensa debe proteger los valores democráticos que a
todos concierne” y apela a los principios constitucionales como “bases sólidas
de nuestra democracia”; y que en la prisión barcelonesa de Brians-2 aparece
colgado el fundador de McAfee a quien EEUU acusaba de evadir impuestos por lo
que estaba pendiente de ser extraditado, apuntando todo a un suicidio antes de
su entrega a las autoridades estadounidenses.
Y del exterior, destacar que Nicaragua
se lanza a la caza de periodistas mientras las ONG denuncian torturas; que la
UE trata de asfixiar al régimen bielorruso de Lukashenko; que Bruselas abre
otro caso contra Google por el control publicitario, pues la Comisión cree que
la empresa distorsiona la competencia; que catorce países de la UE plantan cara
a Hungría por la ley contra los homosexuales; que Bruselas ofrece a Turquía
otros 3.000 millones por los refugiados sirios; que China acaba con la prensa
libre en Hong Kong al cerrar el “Apple Daily”; y que un grupo de juristas define
el concepto de “ecocidio” como nuevo delito contra el Planeta Tierra para su
persecución global y como un “acto ilícito o arbitrario” cometido con riesgo
consciente de causar “daños graves extensos o duraderos al medio ambiente” con
la idea de incorporarlo al Estatuto de la Corte Penal Internacional.
Fdo. Jorge Cremades Sena
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