El problema de Pedro Sánchez
no es su buena intención, que nadie tiene por qué dudarlo, a la hora de
afrontar los demasiados problemas que tiene España, sino que el problema está
en su forma de pretender gobernar como si tuviera mayoría absoluta cuando
apenas alcanza en las Cortes la posibilidad de hilvanar mayorías exiguas coyunturales
que a duras penas van sacando adelante sus iniciativas o las de sus socios
podemitas y secesionistas, quienes, no pocas veces, le hacen incluso oposición
pública y están en total desacuerdo con él, obligándole a rectificar una y otra
vez, lo que, al final, supone una falta de credibilidad y autoridad manifiesta
de los ciudadanos en el Presidente del Gobierno. Así, en tales circunstancias,
llega la hora en que el Gobierno, obligado por la propia UE, tiene que elaborar
un plan de ahorro energético y Sánchez, como casi siempre hace, pasa de
consultar con nadie, ni siquiera de quienes le mantienen en el poder, creyendo
que, mediante otro decreto (su forma favorita de sacar las leyes y normas
adelante) su plan, casi personal e intransferible, va a salir adelante sin polémicas
y por obra y gracia del espíritu santo en un país, España, de los más
descentralizados del mundo, cuando son las administraciones territoriales y
locales las encargadas de ejecutar dicho plan….. Y, obviamente, en asunto tan
importante y que afecta a toda la ciudadanía, a Sánchez le sale el tiro por la
culata pues su plan, diseñado a su imagen y semejanza sin consensuar con nadie,
es objeto de todo tipo de críticas por parte de tirios y troyanos, no ya sólo,
que también, por el fondo de las propuestas, siempre mejorables, sino también
por la forma en que se ha elaborado desde su inicio. En efecto, el Ejecutivo de
Sánchez, por su cuenta y riesgo, ya decide en su momento oponerse a la
propuesta de la Comisión Europea de ahorrar un 15% del gas y consigue, junto a
otros países del sur de Europa, que se flexibilice la propuesta europea
permitiendo que algunos Estados rebajen al 7% dicho ahorro, dada la
singularidad de los diversos países que conforman la UE, pero Sánchez, una vez
conseguido este objetivo, decide, por su cuenta y riesgo y sin consultar con
nadie, elaborar un plan de ahorro energético uniforme de obligado cumplimiento
para toda España sin tener en cuenta precisamente las singularidades
específicas de los diversos territorios que conforman nuestro país, cuando para
otros asuntos, que políticamente le convienen, destaca dicha singularidad
incluso llegando al extremo de justificarlo con que España no es una nación
sino un conjunto de naciones. Así las cosas y en plena crítica por dicho plan,
unilateralmente elaborado, algunos dirigentes autonómicos, como Ayuso, incluso
llegan a decir que no lo aplicarán en su territorio, lo que es obviamente una
barbaridad y un gesto antidemocrático pues en democracia siempre ha de prevalecer
el imperio de la ley. Pero al efecto falta credibilidad y autoridad en este
Gobierno que, como debe ser, sale en este caso casi en tromba exigiendo Sánchez
y sus ministros a la Presidenta madrileña que rectifique sus actitudes
“insolidarias y egoístas” y advirtiéndole que todas las administraciones deben
cumplir la ley, mientras Patxi López añade que “dar libertad para incumplir es
dar impunidad para delinquir”. Pero lamentablemente la frivolidad el Presidente
conlleva falta de credibilidad y no se le reconoce autoridad cuando en Cataluña
su Gobierno, con el aplauso de sus socios, no exige con semejante contundencia
que la Generalitat, que apoya al Ejecutivo de coalición de Sánchez, cumpla la
legalidad vigente incluso ni siquiera cuando la Justicia la obliga a que lo
haga. Por tanto es una cuestión de credibilidad y falta de autoridad cuando a
Sánchez se le olvida que cumplir la ley y, por tanto, exigir que se cumpla, ha
de ser siempre y para todos y no cuando a él y a su Gobierno le conviene y sólo
para unos pocos.
En fin, falta de credibilidad y de
autoridad para que se aplique un plan en el que Sánchez, por decreto y
unilateralmente, decide, entre otras cosas, que hasta noviembre de 2023
comercios, hoteles, cines, estaciones de transporte, restaurantes, bares y la
administración no puedan bajar de 27º la temperatura en verano ni subirla de
19º en invierno, sin tener en cuenta ni siquiera las diferencias climáticas
entre el norte y el sur de España, o que los escaparates se apaguen a partir de
las diez de la noche sin consultar con nadie sobre las consecuencias de ello,
mientras la ministra Teresa Ribera, manifiesta demagógicamente que “las
energéticas tienen que ofrecer propuestas en lugar de un no a todo”
(exactamente lo que Sánchez puso de moda en España con su famoso “no es no” en
todo a Rajoy hasta derribarlo del Gobierno). Ante semejante imposición
arbitraria dictada por decreto y sin consultar con nadie, algunas CCAA,
Ayuntamientos y sectores afectados por las medidas critican la forma y el fondo
de imponerlo y Ayuso, que al final asegura que lo acatará “nos guste o no”, dice
“no” públicamente al plan mientras estudia llevarlo al Tribunal Constitucional,
y mientras Galicia y Andalucía reclaman negociarlo y otras autonomías como
Cataluña o País Vasco, son reticentes a aplicarlo en sus territorios ya que no
se les ha tenido en cuenta a la hora de elaborarlo. Por otro lado, dirigentes
populares acusan a Sánchez de dictador y totalitario, mientras el partido de
Feijóo pide a gobiernos autonómicos del PSOE que rechacen el plan, en tanto que
policías y guardias civiles alertan de que el apagón obligado de escaparates a
partir de las 22 horas traerá más inseguridad en las calles de nuestras
ciudades y pueblos, y las CCAA, incluso las más proclives a no litigar con el
Gobierno, ni saben cómo sancionar a los incumplidores, cómo aplicar la norma o
cómo exigir su cumplimiento….al final, un verdadero caos tal como ocurriera con
la crisis por la pandemia en su día que tuvo que ser finalmente modificada con aquella
famosa “cogobernanza” para que, en definitiva, se consolidaran diecisiete
formas distintas de entender el problemón. Y mientras España gasta el doble de
gas para hacer luz en el verano más caro de la historia (el calor eleva el
consumo de gas para generar electricidad del 16% al 33% y minimiza las medidas
de Moncloa para abaratar el coste de la factura eléctrica) el Gobierno busca a
toda costa acorralar a Feijóo por este plan estratégico, pues, aunque los
socialistas señalan a Ayuso, elevan el tiro hacia el líder del PP y le reclaman
que “ponga orden en sus filas” y que no se sitúe “de perfil”…. justo le piden
que haga lo contrario de lo que Sánchez hace con sus socios de gobierno y con
los radicales vascos y catalanes que le apoyan. Ya ven, al final, una cuestión
de falta de credibilidad y de autoridad que hay que ganarse a pulso en vez de
tirarla por la borda por intereses meramente coyunturales.
Entretanto el frenazo al empleo y la
subida del paro en julio, que se veía venir, activa la incertidumbre, pues la
afiliación a la Seguridad Social cae en este mes por primera vez desde hace 21 años,
mientras el Gobierno admite a regañadientes un fin de ciclo ya tras este “julio
negro” que impone la triste realidad referente al empleo, con o sin reforma de
la reforma laboral, que no derogación, que en su día hiciera Rajoy. Y esta triste
realidad es que el paro repunta en un mes históricamente positivo para el
empleo y genera preocupación sindical (¡qué dirían los sindicatos si en vez de
este gobierno autodenominado progresista hubiera un gobierno conservador!),
mientras las empresas advierten de la evidente “desaceleración”, en tanto que
por primera vez en dos décadas se producen cifras negativas de afiliación en
dicho mes pese a la importante temporalidad encubierta, cuando la inflación
impacta en los alimentos hasta el 56% como sucede con el aceite. Y es que, al
final, la realidad se impone a la larga frente a las burras que unos u otros
demagógicamente nos quieran vender, en tanto que los fabricantes ya avisan que
este parón de julio llevará a la recesión industrial, pues el sector
manufacturero asiste a un desplome de las ventas y se prepara para una crisis
de envergadura en otoño.
Por otro lado los socios del Gobierno
de Sánchez se enredan también en la Ley de Secretos oficiales, cuya última
palabra la tendrá el Supremo, mientras el Presidente y Díaz intentan limar
asperezas tras la bronca por los gastos en Defensa (otro encontronazo interno
en el Gobierno); en efecto, los plazos para desvelar los secretos oficiales
suponen otro frente más en la coalición de Gobierno, pues Podemos y el resto de
socios del Ejecutivo consideran excesivo que se clasifiquen durante cincuenta
años. No obstante, hablando de gastos, como los de Defensa, que suponen enfrentamiento
entre los ministros de PSOE y Podemos, Sánchez crea una oficina de
planificación política en Moncloa tras el batacazo andaluz, engordando así el área
de Presidencia con la novena secretaría general, que asesorará en “la
elaboración del programa político del Gobierno” de cara a las elecciones,
obviamente pagado por todos los españoles. Y todo ello cuando se conoce que
Bolaños ignoró el informe interno que dudaba de la reforma de la Ley de
Seguridad (otro asunto que tal baila), pues la Oficina de Calidad Normativa
cuestionó que el Gobierno pueda exigir servicios forzosos sin indemnización y
alertó del peligro de suspender derechos y libertades, como luego también
criticó el Consejo de Estado. Además Sánchez amenaza con renovar el
Constitucional en solitario y asegura que hará en septiembre los dos
nombramientos que le corresponden e insta al CGPJ a “cumplir la ley”, lo que no
está nada mal, pero ¡qué pena que no inste a cumplir la ley a la mismísima
Generalitat de Cataluña e incluso prefiera seguir con el paripé de una patética
negociación sobre asuntos totalmente ilegales sobre la mesa! En fin, sin más
comentarios.
Por lo que respecta a otros asuntos
cabe citar que la mortalidad en julio creció un 20% respecto a la media histórica,
mientras la ola de calor y la covid explican sólo una parte de ese aumento; que
se archiva el expediente contra el gestor de Juan Carlos I, al decidirlo así la
Federación Suiza de Abogados, mientras Felipe VI le impone su autoridad
abogando por ni más rumores ni regreso a España, cundo se cumplen dos años
fuera de España y tiene tres investigaciones menos; que miles de jóvenes
europeos católicos se citan en Santiago, pues los peregrinos acuden a la gran
cita que el año pasado se suspendió por la covid; que Felipe VI y Sánchez despachan
en Palma de Mallorca, tras el tradicional posado de los Reyes y sus hijas en la
isla donde pasan sus vacaciones; que Sánchez recoloca a la ex jefa de prensa
del PSOE en el hipódromo de la Zarzuela, pues el Consejo de la SEPI propone
para el cargo a Maritcha Ruíz, amiga del Presidente, que tendrá un sueldo anual
de 90.000 euros; que otra sentencia por conformidad libra de la cárcel a un
violador; que Sánchez choca con el polvorín de Kosovo en su visita a Albania,
donde respaldó que se acelere la adhesión del país a la UE, pues el encuentro
entre los dos presidentes estuvo marcado por el rebrote de la tensión que el día
anterior sacudió Kosovo; que Interior acerca al País Vasco a los asesinos de
Fernando Buesa y Tomás Caballero, mientras Moncloa retira de Euskadi agentes
antiterroristas del CNI, pues los expertos en Inteligencia dejan de investigar
a los grupos radicales herederos de ETA, y en Cataluña reduce al mínimo sus
efectos contra el separatismo tras el escándalo del “caso Pegasus”; y que
Ucrania traslada su decepción a Margarita Robles por el pobre apoyo militar que
España le presta, afeándole la escasa ayuda española ya que “si uno quiere
ayudar, busca cómo hacerlo” y recordándole a la ministra de Defensa, mientras
ésta reclama a Kiev “discreción”, que Sánchez prometió armamento pesado…..pero,
en fin, ya se sabe, con Sánchez una cosa es prometer y otra cumplir lo
prometido.
Y del exterior, destacar que Kansas
protege en las urnas el derecho al aborto; que Rusia ha perdido 54.000
militares en Ucrania, un tercio de sus efectivos; que en la Universidad de Yale
“resucitan” los órganos de un cerdo una hora después de su muerte, abriendo así
la puerta a una revolución en los trasplantes, a reducir las secuelas del ictus
o el infarto, y a revertir el camino hacia el fin; que el carguero Razoni sale
de Ucrania rumbo a Líbano con 26.000 toneladas de grano para aliviar la crisis
alimentaria en África y Asia, siendo el primer buque comercial que parte del
puerto de Odesa desde que comenzó la invasión y tras el reciente desbloqueo
pactado por parte de Rusia; y que Pelosi, la presidenta de la Cámara de
Representantes de EEUU, desafía la amenaza china visitando Taiwan por lo que
Pekín decide hacer maniobras militares con fuego real cerca de la costa de la
isla, con lo que se abre otro frente a Occidente al advertir el régimen chino a
EEUU que “si juega con fuego acabará quemándose” tras no evitar Biden dicho
viaje, que sus asesores desaconsejaron, mientras la dirigente demócrata
manifiesta en Taiwan “no os abandonaremos”, poniendo en jaque a Biden y su política
exterior al alejarse Washington de la “ambigüedad estratégica” y apoyar
abiertamente a Taiwan frente a China.
Fdo. Jorge Cremades Sena
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