En los fastos de este
seis de diciembre con motivo del 46º aniversario de nuestra Constitución cabe
recordar, y no olvidar jamás, que, gracias a nuestra Carta Magna, nacida del
esfuerzo de consenso de la inmensa mayoría de los españoles y sus
representantes políticos de entonces, llevamos ya casi medio siglo de
convivencia en paz y libertad como ciudadanos libres e iguales, pese a que,
desgraciadamente, algunos se empeñen en denigrarla y romperla arremetiendo
contra aquel consenso que dio lugar a lo que hoy despectivamente denominan
“régimen del 78”, es decir, a nuestra actual democracia, para sustituirlo no se
sabe bien por qué, a pesar de ser ya el periodo más largo de paz, progreso,
igualdad y libertad de toda la Historia de España. Los españoles tenemos pues
muchas cosas que celebrar en este aniversario, pero algunas que lamentar pues
no todos los que conforman el Sancta Sanctorum de la Democracia, es decir, las
Cortes Generales, lo hacen por pura convicción democrática sino como oportuna y
cínica plataforma para erosionarla poniendo por delante sus legítimos intereses
minoritarios a los intereses generales contemplados en nuestra Carta Magna a
base de orillar su marco de convivencia cuando no traspasar los límites del
mismo, poniendo en riesgo permanente la constitucionalidad de determinadas
decisiones que atentan claramente contra el interés general del Estado
Democrático, que siempre ha de prevalecer al margen de la ideología de cada
grupo y más aún si dicha ideología es minoritaria y extremista (de izquierdas o
de derechas), por lo que los partidos democráticos mayoritarios, que obviamente
pueden pactar con ellos, deben siempre tener en cuenta que dicho pacto
gubernamental jamás puede otorgarles la concesión de materializar sus
minoritarias y antidemocráticas propuestas haciéndolas mayoritarias, cuando
dichas propuestas han sido avaladas en las urnas sólo por un escaso número de
ciudadanos. Que a los fastos con motivo del 46º aniversario de nuestra Carta
Magna no hayan asistido conscientemente (no por circunstancias justificadas) ni
ERC, ni Junts, ni PNV, ni EH Bildu, ni BNG (todos ellos socios del Gobierno),
ni que tampoco lo haya hecho Vox, socio del PP a nivel municipal y autonómico,
evidencia que algo están haciendo mal los partidos democráticos mayoritarios,
PSOE y PP, quienes debieran exigir a tan antidemocráticos socios para pactar un
mínimo compromiso con el marco legal que nos hemos dado o, en caso contrario,
no pactar con ellos, pues la excusa de la ingobernabilidad para pactar no es
suficiente cuando el precio a pagar es un manifiesto deprecio a la democracia.
Por lo demás los eventos del Día de la Constitución transcurrieron con total
normalidad, en presencia de representantes de los tres poderes del Estado, tan
interferidos entre ellos últimamente, y evidenciaron que la Carta Magna no es
inamovible, siempre que para reformarla se respeten los procedimientos y
mayorías que en ella se contemplan como ha sucedido con la reciente reforma del
artículo 49 para dignificar, frente al texto anterior, a las personas con
discapacidad, cuyo protagonismo en el evento fue un acierto indiscutible y
entrañable sin lugar a dudas. Quienes, como yo, tras haber vivido sin
democracia buena parte de nuestras vidas (en mi caso 30 años) y haber
experimentado después lo que supone vivir en democracia (en mi caso 46 años),
sabemos perfectamente el valor incalculable de nuestra Constitución, que ojalá
hubiéramos hecho antes, pues, gracias a nuestra experiencia podemos asegurar,
sin riesgo a equivocarnos, que la opción entre ser súbdito o ciudadano no tiene
color, pues la libertad no tiene precio.
Así pues, muchas cosas que celebrar
pero algunas que lamentar como el ambiente político crispado que estamos
viviendo, desde la irrupción a los aledaños de la gobernabilidad (o la
ingobernabilidad) de opciones extremistas, que no entienden que entre los
demócratas no hay amigos y enemigos, sino meramente contrincantes que siempre
han de poner por encima de todo los intereses generales y el respeto
escrupuloso al marco constitucional establecido, pues los únicos enemigos de
los demócratas son los liberticidas (¿lo son ellos?), enemigos del mismísimo
sistema, con quienes bromas, las justas. Por eso no se entiende muy bien que
Sánchez, en charla informal con periodistas, denunciara en el Día de la
Constitución el “acoso político, mediático y judicial” a su Gobierno, con lo
que acusa de “acosadores” a la oposición política, medios de comunicación y
jueces (obviamente, los medios que no le son afines o, en el caso de jueces,
aquellos cuyas sentencias no les sean favorables y obviamente la oposición por
ser contraria “per se” a sus postulados), poniendo en entredicho con semejantes
planteamientos la alternancia política, la libertad de expresión y la
independencia de los jueces, en definitiva, los pilares básicos de cualquier
democracia que se precie. Olvida Sánchez que en democracia no hay acoso que
valga (¿o es que reconoce que él mismo acosó a Rajoy hasta derribarlo del
Gobierno?, yo simplemente creo que ejerció una oposición muy contundente) y lo
que hay es oposición más o menos dura, provocada, entre otras cosas, por la
actuación del Gobierno; olvida que la libertad de expresión e interpretación de
los hechos, sea la que sea, es no sólo legítima sino imprescindible, al extremo
de que gracias a ella se han podido descubrir tramas de corrupción de unos u
otros; y olvida que los jueces aplican la ley con mayor o menor acierto, como
hace cualquier otro funcionario en su trabajo y que para corregir errores
personales están los pertinentes recursos a instancias superiores…..pero sobre
todo, olvida, que si alguien cometiera algún tipo de delito, para eso está la
Justicia, para condenar al autor del mismo, sea quien sea. Sánchez lamentablemente
se apunta a la teoría del “lawfare” de sus socios minoritarios, Armengol
reitera que la Carta Magna no es “inamovible” y Feijóo reitera que Sánchez
protege a quienes la atacan y considera que la Legislatura está agotada, aunque
cree que habrá Presupuestos.
Entretanto Aldama aporta al Supremo
la supuesta lista de obras que dio Ábalos a cambio de comisiones y documentos
para acusarle de cobrar mordidas (ya veremos si son probatorios o no de
delitos), mientras el ex ministro, defenestrado por Sánchez sin saberse por qué
cuando era su mano derecha, sostiene que todo es mentira, que “es un bandido” y
añade “no tengo dinero en el extranjero, ni patrimonio ni nada”. Los jueces
esclarecerán la verdad, para eso están. Lo cierto es que, de momento, Aldama
dice (aunque tendrá que demostrarlo) que pactó regalarle un piso a Ábalos y
añade indicios contra él, dice que recibía sobornos por adjudicaciones públicas
en carreteras e insiste también en su relación con el ministro Torres a quien,
presuntamente, “le facilitaba inmuebles para encuentros de diversa naturaleza”.
Al parecer Aldama tiene en su móvil “conversaciones” con “altos cargos del
Gobierno” y aporta diez adjudicaciones de la Dirección de Carreteras que supone
amañadas. Ábalos, que estaba citado para declarar el jueves como imputado, pide
al juez retrasar su cita para estudiar la causa, mientras el Supremo rechaza
por ahora volcar los datos del móvil de Aldama. Por su parte Oscar Puente
libera a Ábalos de los contratos exhibidos por Aldama sosteniendo que no tienen
base alguna para demostrar delito alguno y Moncloa hace frente común con Puente
convencida de que Ábalos “se va a proteger sin atacarles”. Es lo que hay de momento
en el llamado “caso Koldo”, mientras diez agentes de la UCO investigan en
República Dominicana las cuentas y el Falcon rastreando el dinero de la trama
en bancos locales e indagando el uso del avión del Estado español que Aldama
dice haber visto allí “muchas veces”.
Por otro lado, sigue coleando el
caso “Begoña Gómez”, en que el vicerrector de la UCM zanja que la esposa del
Presidente no siguió “los cauces legales”, y el caso del Fiscal General del
Estado, cuya responsabilidad pretende descargar Fiscalía en medio millar de
personas, pues, aunque reconoce que sólo seis tenían acceso a la cuenta de
correo, amplía a todos los funcionarios del Ministerio Público en Madrid la
capacidad de acceder a los datos personales del novio de Ayuso, confundiendo
que, en todo caso, el responsable máximo de la custodia es el Fiscal General,
quien, curiosamente, acusa ahora a la Guardia Civil de maniobrar en su contra
achacando “irregularidades” a la UCO por el informe que le atribuye un rol “preeminente”
contra la pareja de Ayuso, por lo que pide al Supremo que la obligue a
rectificarlo….y el juez responde que “no cabe reproche a unidad tan especializada”.
Y mientras los socios minoritarios del Gobierno ignoran, entre otras, las denuncias
de corrupción de Aldama, Sánchez cumple su amenaza de que gobernaría “con o sin”
el Legislativo (aberración democrática donde las haya) y multiplica por ocho,
desde septiembre en que hiciera su amenaza, sus plantones al Congreso saltándose
el 60% de las sesiones de control al Ejecutivo, función esencial del
Legislativo. No extraña pues que, además del reproche de la oposición, líderes
y cargos del PSOE, en privado, se activen ya para gestionar el “postsanchismo” y
que ex ministros y barones, más allá de Page y Lambán, recaben apoyos de cara
al futuro para visibilizar que habrá una “alternativa” ya que “no puede calar
la idea de que el PSOE clásico no volverá”….y al efecto Page declara públicamente
lo siguiente: “si llegar al 27 es un sinvivir, no le trae cuenta a España”, “creo
que sólo conocemos un tercio de lo que hay detrás del caso Koldo”, “no comparto
para nada la campaña contra los jueces; es muy grave acusar a un sistema” y “es
muy grave que se revele información confidencial, ya sea en el ámbito judicial
o fiscal”…. Ya ven, demasiado enredo, producto de la falta de transparencia de
nuestros gobernantes, que es otra de las cosas que los españoles tenemos que
lamentar, pues, al margen de lo que pueda ser probado o no en los tribunales, nunca
en democracia los gobernantes pueden refugiarse en ese “acoso político,
mediático y judicial” a su Gobierno que denuncia Sánchez….si alguien delinque,
denúnciese, si alguien denuncia, investíguese y siempre colabórese con la Justicia,
pero no extender cortinas de humo para eludir la transparencia exigida.
Para empezar, y al margen de lo que
puedan verificar los tribunales de
Justicia, el pueblo tiene todo el derecho a conocer, entre otras cosas, por qué
Ábalos, siendo mano derecha de Sánchez en el Gobierno y protagonista del
sanchismo que hoy rige al PSOE, fue cesado fulminantemente como ministro sin
explicación alguna y ahora el Gobierno desmiente sus fechorías que podrían
explicar su cese; por qué curiosamente Aldama, como en otras ocasiones, estaba
presente con Ábalos la insólita noche en que se recibía en Barajas a Delcy
Rodríguez, vetada por la UE, asunto jamás explicado a los españoles, y ahora se
le trata como un desconocido delincuente para el Gobierno y el PSOE, cuando
ocupaba lugares privilegiados en los actos del partido; por qué Begoña Gómez
firma cartas de recomendación a empresas que pueden ser beneficiadas por
subvenciones del Gobierno que preside su marido y es tratada de forma
privilegiada por organismos públicos, al igual que sucede con el hermano de
Pedro Sánchez; por qué personal de Moncloa, bien cercano al Presidente, tiene
acceso a documentos confidenciales y los utiliza de forma grotesca contra los
contrincantes políticos; por qué se liquida a Lobato y se sustituye por el
paracaidista Oscar López al frente del PSM si éste es el presunto inductor a
través de su Jefa de Gabinete de la comisión del presunto delito de revelación
de secretos….. En fin, demasiados “por qué” sin explicación alguna que, si se
explicaran, reducirían sobremanera la sospecha de que se pueden estar
cometiendo delitos desde instancias del poder y dan pie a que, para
esclarecerlos, se recurra a las denuncias ante los tribunales; y por qué se
arremete contra los denunciantes alegando que son de extrema derecha….¿es que
la extrema derecha no tiene derecho a denunciar lo que considere oportuno?. En
fin, ya ven, mucho que celebrar en el aniversario de nuestra Constitución,
pero, ya ven, también algo que lamentar, pues simplemente con un ejercicio de
transparencia gubernamental el suflé de sospechas y el radicalismo extremo se
podría rebajar….. No hay que olvidar que, como decían los romanos, la mujer del
César no sólo ha de ser honrada sino parecerlo, y, lamentablemente, hoy en
España, salvando las distancias, ni la mujer del César ni el propio César parecen
honrados aunque lo sean.
Fdo. Jorge Cremades Sena
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