sábado, 26 de octubre de 2013

ESPÍEME, PERO UN POQUITO

                        Las noticias sobre un espionaje generalizado por parte de los EEUU están levantando una polvareda mediática que, políticamente hablando, no pasará de ser un remolino de aire sin mayor importancia. El supuesto pinchazo de los teléfonos a 35 líderes mundiales, entre ellos bastantes europeos, ha generado una serie de protestas en los gobernantes de determinados países de la UE, pues, como dice Merkel, espiarse “es inaceptable entre amigos y aliados” y, junto a Hollande, se ha erigido en la jefe de gobierno europea más disgustada con la situación. El nuestro, es decir, Rajoy, que no tiene “constancia” de haber sido espiado, se limita a convocar al embajador de EEUU en Madrid para que explique si España ha sido espiada o no. La respuesta, ya se la pueden imaginar. En fin, desde mi punto de vista, mucho ruido y pocas nueces en un asunto nada baladí. Tampoco se puede hacer mucho más. En un mundo globalizado, en que, entre otras cosas, el terrorismo también lo está, la necesidad de contar con una previa información, es fundamental para salvar a este o aquel país de un ataque monstruoso como los vividos en EEUU o España, entre otros países. No es una cuestión de amigos o enemigos, sino, en muchos casos, cuestión de supervivencia. EEUU que, con arreglo a lo pactado, entre otros con la UE, espía con normalidad, tanto en Europa como en el resto del mundo, mantiene que, gracias a ello, se ha conseguido evitar más de un atentado que hubiese significado el horror internacional como los anteriormente citados. Para que ello sea eficaz, requiere gran derroche económico y tecnológico que, lamentablemente, otros países, incluso desarrollados, no tienen. Y, obviamente, mediante acuerdos o no, consienten y colaboran en la búsqueda de esta información en sus respectivos territorios. Todo el mundo sabe que así es. Una especie de “espíeme, pero un poquito” y ya que se trata de “servicios secretos”, que jamás se sepa. Tengo la sensación de que la contrariedad, al menos en la UE, es más por los detalles que se han publicado que por el hecho del espionaje en sí. La tímida reacción así lo corrobora. Siga espiando, que lo necesitamos, pero evite que se cometan excesos y, sobre todo, que se sepan. Además de ser un delito, a nadie le gusta tener el teléfono pinchado, ni siquiera cuando es por orden judicial, que, en todo caso, sigue siendo secreto para el afectado…. La “indignación” por tanto es por la publicación del espionaje, más que por el espionaje en sí que, al margen del alcance del mismo, todo el mundo sabe, conoce y consiente, bien por conveniencia, bien por incapacidad de evitarlo. Y, como daños colaterales, suele tener algún que otro exceso.
            Por cierto, convendría averiguar qué métodos utilizan los convocantes de las huelgas y la administración para dar cifras tan dispares que, invariablemente, siempre ponen en evidencia dos mentiras, no sé, si piadosas o no. La última huelga contra la “ley Wert”, para muchos contra Wert ya que de lo que menos se hablaba era de la ley, ha sido un éxito o un fracaso, según se mire. Los convocantes cifran su apoyo en el 80%, mientras que la administración lo cifra en el 20%, mientras que los distintos medios de comunicación, según sus preferencias, intentan venderlo como éxito o fracaso, achacando en todo caso que los piquetes son quienes han impedido una mayor asistencia a clase. Frases como “la huelga con sangre entra” o “derecho de barricada en la universidad”, junto a otras como “el franquismo ha Werto” y cosas por el estilo, ponen de manifiesto la incapacidad de entendimiento de unos y otros en un tema esencial para nuestro futuro, cual es una Ley de Educación consensuada que no esté sometida al zarandeo de las alternancias políticas, tal como sucede en casi todos los países del mundo civilizado. En fin, hablando de educación, algún día aprenderemos,
            Sobre la “sentencia Parot”, para todos los gustos. Mientras se va produciendo un chorreo de excarcelaciones como consecuencia de la misma, algunos expertos juristas parece que defienden que la sentencia deja margen legal para no derogar la “doctrina Parot” y que, por tanto, el fallo no obliga a la excarcelación de todos los criminales a los que se les aplicó. Tratándose de expertos y en temas jurídicos, apaga y vámonos. Lo blanco puede ser negro en cualquier momento, y viceversa. Quienes no pertenecemos a ese exquisito círculo, pero sabemos leer la sentencia y lo publicado sobre ella, entendemos que para nada queda derogada la “doctrina Parot”, sino su aplicación retroactiva, como sucede con cualquier norma o ley. Por tanto, seguimos entendiendo que, podrá ser aplicada a todos los criminales condenados después de que entrara en vigencia. Si es esto lo que defienden dichos expertos, totalmente de acuerdo. En caso contrario tendrán que explicar meridianamente claro por qué la retroactividad sería legal en unos casos u otros.
            Y para finalizar, no quiero dejar pasar por alto las obviedades expresadas por el Príncipe Felipe en la entrega de los premios “Príncipe de Asturias” como “lo que necesitamos es recuperar la confianza”, “vale la pena luchar por España” que califica de “gran nación” que vale la pena vivir y querer, elogiando a los ciudadanos que lo están pasando tan mal. Y no quiero dejarlo pasar por alto ya que, una vez más, se pone de manifiesto, a mi juicio, la torpeza de algunos a la hora de tratar el problema de Artur Mas, que él solito se ha buscado. Si es cierto que PP y PSOE están buscándole una salida airosa del berenjenal en que se ha metido, se equivocan de arriba abajo. NI Mas sabe salir, pero, lo peor, es que tampoco quiere. Por tanto la única solución es que, quienes están jugando al escondite dejen de hacerlo de una vez por todas y en este juego es esencial sacarlos de su refugio. Rubalcaba le ofrece una reforma de la Constitución, que no depende de él, para que no haya consulta, que es lo que quiere Mas, y, por tanto, éste desdeña la oferta. Rubalcaba revela que esta semana ha hablado con Rajoy largo y tendido sobre Cataluña ya que es un “tema de Estado”. Muy bien, como debe ser. Además, ya era hora. Pero, desgraciadamente, tiene que haber sido un diálogo de sordos o de besugos. Tras la visita del socialista a Mas haciéndole el ofrecimiento citado, ya que “o votamos en una consulta para romper o votamos un proyecto para seguir juntos”, Rajoy contesta que ahora no toca hablar de reformas constitucionales. Por tanto, la oferta de Rubalcaba a Mas, afortunadamente, no es producto de la conversación con Rajoy, sino de su propia cosecha, demostrando que le valió de poco la conversación sobre el “tema de Estado”. Es lógico que hasta la propia Carmen Chacón haya regresado de allende los mares para pedir públicamente “tripular” un PSOE “claro” contra el separatismo, acusando directamente a los independentistas de pretender que “Cataluña se ampute una parte de sí misma”, mientras Tomás Gómez, al que ha venido a apoyar, solicita primarias para febrero, como otros barones del partido. Rubalcaba por lo visto no se ha enterado todavía que lo que pretende Artur Mas, sí o sí, es esa amputación de la que habla Chacón que, sin ser santa de mi devoción, tiene más razón que la copa de un pino. Una amputación sin pasar por el quirófano y sin prescripción médica, sino de un hachazo salvaje. Ofrecer a Mas y Junqueras terceras vías o reformas constitucionales, sabiendo que son juegos florales debidos al chantaje a que tienen sometido al estado, es como pretender cazar elefantes con tirachinas. No se trata de “votar” en una consulta para romper o “votar” un proyecto para continuar juntos. ¿Es qué no estamos juntos? ¿Cómo estamos entonces? Entre la disyuntiva que plantea Rubalcaba de votar una u otra cuestión falta la única  opción viable y democrática, clara y contundente, que es la de “no votar”, salvo que todos los españoles, juntos y sin estar sometidos a chantajes totalitarios, decidan hacerlo para mejorar su situación, la de todos, y no la de unos pocos, añadiendo que quien pretenda lo contrario sólo podrá tener como respuesta el peso de la ley y la repulsa de todos los demócratas. De esto es de lo que hay que hablar para que todo el mundo sepa lo que nos estamos jugando. Cuando los demócratas claudican frente a los chantajes totalitarios, de uno u otro signo, sólo se empeoran las cosas y el tiempo llega a hacerlas irreversibles. Para comprobarlo sólo basta darse un pequeño paseo por la Historia. Y si es la nuestra mucho mejor. En mi blog Ojo crítico, http://jcremadesena.blogspot.com.es/acabo de colgar un artículo titulado “La pregunta sobre el referéndum catalán”, asunto sobre el que, para empezar, ni los promotores del mismo se ponen de acuerdo.
            Menos mal que Maduro en Venezuela parece ser que ha creado el Viceministerio de la Suprema Felicidad Social. Nosotros todavía no llegamos a tanto nivel, probablemente porque no contamos con el pajarito que trasmite a Maduro las cosas del más allá. Pero no se desanimen, con poco más que nos esforcemos, seguro que lo conseguimos.
 


Jorge Cremades Sena

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