sábado, 12 de enero de 2019

EL CAMBIO EN ANDALUCÍA


                        Como era de esperar, salvo que algún partido hubiera querido hacerse el harakiri, asunto improbable donde los haya, en Andalucía se consolida un cambio político, mayoritariamente votado por los andaluces ya que hasta IUPodemos así lo proponía durante la campaña; y dicho cambio histórico, tras cuatro décadas de gobierno socialista sin alternancia política porque así lo decidieron los andaluces durante nuestra ya no tan joven democracia, se consigue ahora gracias a un rocambolesco acuerdo entre tres enemigos íntimos (PP, Ciudadanos y Vox), dentro del amplio espectro de la derecha política española, incapaces de sentarse para negociar, por lo que el PP ha tenido que negociarlo por separado con Ciudadanos y con Vox, al igual que en su día el PSOE intentó hacerlo con Ciudadanos y Podemos para la frustrada y frustrante investidura de Sánchez, ya que en aquella ocasión el pacto no prosperó por la tozudez de los podemitas en no respaldar ni siquiera la investidura socialista, permitiendo que, finalmente, siguiera gobernando la derecha, hasta la posterior moción de censura a Rajoy. En esta ocasión, Vox no ha querido imitar la anterior tozudez de Podemos y, permitiendo la investidura de los populares, posibilita la alternancia política en Andalucía, tras constatar que, en caso de abortarse el pacto, Podemos ya ofertaba la continuidad del gobierno socialista aunque, eso sí, con la flecha envenenada para los socialistas de que no fuera Susana Díaz la presidenta, buscando así matar dos pájaros de un tiro: poder vender el “cambio” prometido en la campaña con esta especie de cambio a medias (si a los socialistas pero no a Susana) y a la vez ahondar en las rivalidades internas del PSOE entre Susana y Pedro. Así las cosas, el PP asume parte del discurso de Vox mientras éste retira buena parte del órdago radical inicial y Ciudadanos, tras pactar con PP un pacto minoritario de gobierno, como en su día hiciera con el PSOE, deja la responsabilidad de la gobernabilidad a otros, aplicando el refrán de las lentejas…..”si quieres, las tomas; y, si no, las dejas”. Los juegos malabares salieron ahora bien a sus protagonistas y, de momento, PP y Cs toman el control de la Junta con un gobierno de coalición: Juan Manuel Moreno Bonilla del PP será el Presidente y Juan Marín de Ciudadanos el Vicepresidente, mientras Susana retira su candidatura tras el acuerdo y se convierte en la Jefa de la oposición. El pacto del PP por separado con Ciudadanos y Vox ha dado sus frutos….y ahora a esperar el desarrollo de la gobernabilidad andaluza. Los populares aceptan la agenda reformista de Ciudadanos, como, entre otras cosas, suprimir aforamientos o la dimisión forzosa de los imputados por corrupción, y conquistan Andalucía sin ceder al “órdago” de Vox, que consigue la foto del acuerdo con el PP, pero no con Ciudadanos, y rebaja su órdago radical, renunciando, entre otras cosas, a la deportación de inmigrantes o a la derogación de las leyes de violencia de género e igualdad. Así nace este histórico Gobierno andaluz del “cambio”, cuya investidura se realizará en breve, con el que Andalucía experimenta, como ya han hecho el resto de CCAA, por vez primera la lógica y saludable alternancia gubernamental que revitaliza la democracia. Ahora, toca gobernar, pasar de las promesas a los hechos. Y mientras el PP aspira a repetir este pacto andaluz en otras comunidades, como en Madrid y Valencia, por ejemplo, apostando así Casado por recuperar poder territorial con apoyo de Vox, pese a los recelos de Ciudadanos, los naranjas ya torpedean el acuerdo andaluz PP-Vox asegurando, entre otras cosas, que no derogarán la Ley de Memoria o que no habrá una Consejería sólo de Familia….
            Casado, animado por lo acordado en Andalucía, reunirá a Rajoy y Aznar para coser al PP, previendo que asistan a la convención nacional que se celebrará del 18 al 20, con lo que Génova ya trabaja en el formato del “reencuentro” de sendos ex presidentes que no coinciden en un acto del partido desde 2015, ya que, para zanjar el debate interno buscan como sea la ansiada foto de la unidad. Y entretanto Casado, desoyendo a quienes pedían un golpe de efecto, confía en personas de su absoluta confianza para encabezar las candidaturas madrileñas, tanto a la Comunidad como al Ayuntamiento de la capital, apostando por Isabel Díaz Ayuso, portavoz popular en la Comunidad de Madrid, que preside su compañero Ángel Garrido, para retener la Comunidad Autónoma, y en José Luís Martínez Almeida, líder de la oposición municipal, para frenar el efecto Carmena y recuperar el Gobierno de la capital…..dos perfiles “duros” y afines al Presidente popular…..dos “pablistas” en ascenso, sin lugar a dudas, para intentar frenar a Vox.
            Por su parte Pedro Sánchez consigue que su Gobierno apruebe los Presupuestos para 2019 y los presentará al Congreso sin conseguir los apoyos previos para ser aprobados. En dichos Presupuestos fija un record de recaudación que casi nadie cree viable, para subir un 40% el gasto en vivienda, dependencia e inversión, especialmente en Cataluña, consiguiendo que, por primera vez, Puigdemont rectifique a Torra y se abra al voto del PDeCat y ERC para aprobarlos, aunque todavía ningún secesionista deja de ligarlos a las totalitarias exigencias de la autodeterminación y la libertad de los presos como si ambas cosas dependieran del Ejecutivo, lo que sólo es posible en Estados totalitarios dictatoriales. Para algunos analistas, Sánchez infla los ingresos de unas cuentas hechas para Torra, previendo la subida de varios impuestos, entre ellos el que grava al diésel, y calcula recaudar 20.000 millones más para disparar el gasto y la inversión en Cataluña (previendo elevar la inversión del Estado al 18% en la Comunicad Catalana), dejando al secesionismo sin argumentos económicos para rechazarlos. La receta de Sánchez es bien simple: más impuestos, menos empleo y más gasto en Cataluña, lo que, en definitiva, supone un castigo a las empresas, a los “ricos” y a los trabajadores con la tasa estrella del diésel, que costará a todos tres euros más al mes….y mientras Puigdemont abre la puerta a respaldar las cuentas (la pela es la pela), Podemos es ahora quien se hace de rogar, seguramente como postureo y poco más de cara a sus votantes. Y mientras ERC ignora la amenaza de Torra de una “crisis de Govern” si PDeCat y ERC apoyan los PGE y salvan a Sánchez sin él, el President queda a expensas de lo que decida finalmente su Jefe, el fugitivo Puigdemont.
            Entretanto, grandes compañías anuncian más de 4.000 despidos y la prima de riesgo se dispara un 42% con Sánchez en el poder, dos asuntos, el desempleo y la prima de riesgo, que llegaron a cotas insoportables con Zapatero, de cuya etapa salta ahora un escándalo mayúsculo sin precedentes, cual es el espionaje masivo de Villarejo durante el asalto de la constructora Sacyr al BBVA en 2004, en la que el comisario controló para el banco miles de teléfonos de empresarios, periodistas y políticos, incluida la Vicepresidenta Teresa Fernández de la Vega y el entonces Jefe de la Oficina Económica, Miguel Sebastián. Por todo ello la CNMV se moviliza ahora tras revelarse el citado espionaje, el Gobierno de Sánchez pide un informe sobre el mismo, y la Audiencia investiga quién ayudó a Villarejo en las escuchas, estando en el punto de mira de los jueces los empleados de Hacienda, los bancos y las empresas de telefonía por supuestas colaboraciones con el comisario jubilado. En fin, un feo asunto más de corrupción político-empresarial que ya veremos en qué queda. Por otro lado, mientras Sánchez pretende retomar la iniciativa con un “ambicioso proyecto” socioeconómico y, al respecto, presentará una “agenda del cambio” en breve, la Autoridad Fiscal propone que se eleve la edad real de jubilación, ahora situada en los 62´7 años, considerando que ligar las pensiones al IPC tendrá un sobrecoste de 100.000 millones en diez años, y Trabajo quiere endurecer la jubilación anticipada para poder sostener las pensiones.
            Y sobre otros asuntos cabe citar que tres muertes en hospitales ponen en evidencia a la Sanidad gallega, cuyos trabajadores van a la huelga y llevan a la Fiscalía dos decesos, tras morir un hombre en un centro de urgencias sin médico disponible; que la Universidad afronta el retiro del 50% de sus catedráticos en siete años, pretendiendo el Gobierno una sustitución escalonada a las jubilaciones para evitar otro acceso masivo como en los años ochenta; que el fiscal desoye a los médicos y se opone a que Zaplana quede libre, rechazando que se pueda ir a su domicilio y apostando porque permanezca en el hospital en calidad de preso; que el Tribunal Supremo estudia si la directora de la cárcel de Lledoners ha prevaricado al excarcelar sin autorización al ex conseller Rull concediéndole un permiso para visitar a su hijo en el hospital tras sufrir éste un desvanecimiento; que Rato, en el juicio de Bankia, acusa a Rajoy de destituirle por “razones políticas”; que Lesmes pide al Congreso y al Senado reabrir la renovación del CGPJ y quiere acuerdo en dos meses; y que la justicia envía a Oriol Pujol a prisión por cobrar sobornos por las ITV. 
            Entretanto, mientras el Parlamento británico pone contra las cuerdas a May y afianza su control sobre el Brexit, y Reino Unido afirma ahora que sí se puede paralizar el divorcio con la UE, en Venezuela Maduro toma posesión de un nuevo mandato en medio de un significativo aislamiento internacional y, por tanto, en absoluta soledad. La Comunidad Internacional reacciona así ante el dictador Maduro que anuncia “medidas radicales” ante la “sedición” del Parlamento, cuyo Presidente, Juan Guaidó, manifiesta que en Venezuela “vivimos en una dictadura” ya que “Maduro ha usurpado el poder y necesitamos de todos para recuperarlo”. En efecto, Maduro abre con su toma de posesión un mandato ilegítimo aislado del mundo y se identifica con los “chalecos amarillos” franceses, manifestando “somos los rebeldes del mundo”, mientras miles y miles de venezolanos tratan de huir de un país empobrecido, hambriento y sometido al Ejército. Es la trágica consecuencia lógica tras el manifiesto error de los pueblos al apostar por populismos radicales demagógicos, como sucedió con Chávez, a quienes la democracia sólo les vale para conseguir el poder, para, desde él, desmantelar las estructuras democráticas que le auparon al poder e imponer al pueblo que le aupó su santa voluntad por la fuerza. Un ejemplo a navegantes para cualquier democracia del mundo, incluida la nuestra.
Jorge Cremades Sena

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