La
caótica crisis venezolana pone en evidencia, una vez más, el uso irresponsable
de un maniqueísmo político indecente tanto en España como en otros países, lo
que debiera causar la repulsa global por parte de todos los demócratas del
mundo. En efecto, las dictaduras, sean del signo que sean, son intrínsecamente
repudiables, y la de Maduro lo es sin lugar a dudas. No cabe pues el argumento
maniqueo de dictaduras buenas y malas, todas son malas y algunas pésimas, por
lo que no cabe ponerse de lado ante ellas ni esgrimir ambigüedades sobre el
apoyo incondicional a los pueblos que las sufren, como es el caso del pueblo
venezolano que, tras apostar decididamente por la libertad en unas elecciones
medianamente decentes, ve restringida y desautorizada su Cámara Legislativa, su
Parlamento democrático, por el mero capricho del dictador que no acepta lo que
el pueblo ha decidido, y, ante ello precisamente, su legítimo Presidente, Juan
Guaidó, viendo la imposibilidad de otras vías de transición democrática y como
Presidente legítimo de la legítima Asamblea Legislativa, se autoproclama
Presidente interino del país, frente al ilegítimo Presidente Maduro, con el
propósito, claro y conciso, de convocar inmediatamente unas elecciones, creíbles
y contrastadas democráticamente, en las que el pueblo pueda decidir
definitivamente su propio destino en plena libertad. Y, ante semejante hecho,
sólo cabe ponerse de su parte de forma incondicional, pues, aunque no sea el
cauce habitual de elegir al Jefe del Estado y del Gobierno, es el único cauce
pacífico y aceptable que permite una transición hacia la libertad y la
democracia. Sin embargo, no todos están por la labor de reconocerlo, con lo que
algunos gobiernos y partidos políticos, tal como se esperaba, prefieren
utilizar indecentes escusas para evitar la caída del régimen dictatorial, por
considerarlo afín o más acorde a su ideología de izquierdas, cuando serían los
primeros en repudiarlo si se tratara de un régimen dictatorial de derechas; es
decir, aplican el maniqueo e indecente principio de dictaduras buenas y malas.
Así, tras EEUU, el primer Estado en respaldar a Guaidó y reconocerlo como
Presidente, provocando con ello que Maduro rompa relaciones diplomáticas con la
Administración Trump, mientras ordena detener a Guaidó, las reacciones de otros
países no se han hecho esperar. En el Continente Americano respaldan a Guaidó como
legítimo mandatario EEUU, Canadá, Brasil, Argentina, Colombia, Perú, Paraguay,
Honduras, Guatemala, Panamá, Ecuador, Chile y la OEA; se decantan por Maduro
Cuba, El Salvador, Nicaragua, República Dominicana y Bolivia; y se mantienen
neutrales Méjico y Uruguay; y fuera del Continente Americano, cabe destacar el
reconocimiento de Guaidó por el Reino Unido, la neutralidad de Portugal y el
apoyo a Maduro de Rusia, China y Siria; mientras la UE, más reticente y
cautelosa, pide “elecciones libres y creíbles”, pero no respalda explícitamente
a Guaidó, cuyos partidarios, los opositores venezolanos, esperan apoyo de parte
del Ejército, en tanto que Maduro resiste de momento en el poder con el apoyo
de los militares, que le respaldan pero le conminan a dialogar con la
oposición, y EEUU y la OEA le avisan que “el tiempo de la mediación ha
terminado”.
Y mientras miles de venezolanos piden
en Madrid a Sánchez que reconozca al nuevo Presidente venezolano, el Presidente
español, en sintonía con la UE, enfría en principio las esperanzas de los
venezolanos, a quienes Guaidó llama a la movilización permanente contra Maduro,
y no le reconoce “ipso facto” como Presidente interino en tanto que el resto de
miembros de la UE inician un giro para el reconocimiento como tal del líder
opositor de Venezuela, que lo harán si Maduro no convoca elecciones “justas,
libres y contrastadas” en ocho días. Una oportunidad perdida, tanto de la UE
como de España, para pivotar desde el inicio, desde el minuto cero, el tan
ansiado cambio en Venezuela. Sánchez, cuyo Gobierno dijo en principio, que “ni
empujamos ni frenamos a la UE” tuvo al menos el detalle de llamar a Guaidó tras
proclamarse “presidente interino” para felicitarle por su “coraje”, aunque, al
no reconocerle como tal y esperar a la evolución de la situación para
decantarse, generó cierta decepción al considerarlo como un cierto
reconocimiento de facto a Maduro, mientras PP y Cs, claros partidarios de Guaidó,
anunciaban promover mociones para forzar su reconocimiento por parte de España
y su Gobierno, así como en la Eurocámara, y Podemos, el principal apoyo del
Gobierno de Sánchez, haciendo gala de su indecente maniqueísmo político
demagógico, le advertía que no puede respaldar “otro Irak” junto a Trump, a
quien acusaban de ser el instigador de lo que consideran un golpe de Estado en
Venezuela, sin reparar en que los golpes de Estado en las dictaduras o son
guerras palaciegas entre los dictadores o, si pretenden instaurar la democracia
y derrocar al régimen dictatorial, no son tales golpes de Estado sino
revoluciones progresistas en favor de la libertad y la paz secuestrada por el
totalitarismo. Se entiende pues que un decepcionado Guaidó omitiera referirse a
España en su multitudinario discurso ante miles de venezolanos. Quienes vivimos
la Transición española y el intento de golpe de Estado de Tejero y compañía,
sabemos de sobra el valor del apoyo explícito a la esperanza por parte de las
grandes potencias internacionales democráticas como es el caso, entre otras, de
EEUU, por antagónico que sea con nuestra ideología su gobierno de turno,
elegido por los norteamericanos. Menos mal que, aunque tarde, Sánchez se suma
decididamente a dar un plazo de ocho días a Maduro para convocar elecciones y,
en caso contrario, reconocer a Guaidó…..muchos hubiéramos preferido que, tanto
España como la UE, hubieran apostado decididamente desde el primer minuto por
la libertad y la democracia en Venezuela. Pero, en fin, más vale tarde que
nunca.
Por cierto, Podemos, cuyos líderes son
tradicionales entusiastas del régimen chavista de Maduro y cualificados
asesores del mismo, rompe definitivamente con Carmena, tras la operación
Errejón, y se queda fuera de la capital, pues no estará en la candidatura
municipal de Más Madrid después de que la todopoderosa alcaldesa dijera que no
cuenta con Julio Rodríguez, siendo éste la elección estrella que Podemos había
elegido para acompañarla en la lista. Ante ello Podemos tampoco presentará
candidatura propia en Madrid y manifiesta “nos echamos a un lado”, importándole
un rábano dejar huérfanos de opción electoral a sus hipotéticos seguidores. Y
mientras tanto, la podredumbre democrática podemita agrava la crisis de Podemos,
la enésima crisis, tras dimitir además su líder en Madrid, Ramón Espinar, que
renuncia a todos sus cargos, incluida su acta de senador, asegurando que “no se
dan las condiciones para llevar el proyecto hacia donde debe dirigirse”,
uniéndose así a la larga lista de dirigentes que abandonan la formación y
cuestionan el liderazgo caudillista de Pablo Iglesias, pues ya son once los
barones que se rebelan contra Iglesias y su equipo, augurando una
descomposición de Podemos, mientras dirigentes afines al líder se plantan ante
el riesgo de escisión y de debacle electoral.
Entretanto Sánchez, que llama en Davos
a combatir la “desigualdad inaceptable”, deja una vez más al Senado, donde el
PP goza de mayoría absoluta, pendiente de su agenda, volviendo a despreciarlo,
en esta ocasión por su asistencia al Foro Económico Mundial, que, según la
derecha, utiliza como excusa para no responder en la Cámara Alta sobre su cita
con el totalitario Torra en Pedralbes; y, para colmo, el PSOE se suma a ERC y
PDeCat abandonando el Pleno del Senado, que pedía detalles sobre la reunión
Sánchez-Torra, criticando que el PP forzase dicho pleno para que compareciese
el Presidente del Gobierno cuando Moncloa ya había dicho que no acudiría por
estar en el Foro de Davos. ¿No había mejor forma de reaccionar que esta
rabieta? ¿No había argumentos para desenmascarar, sin abandonar la Cámara, las
supuestas argucias del PP para abusar de su mayoría absoluta en la misma? En
fin, no extraña que, Alfonso Guerra, ex Vicepresidente del Gobierno, diga, entre
otras cosas, “dicen que es el nuevo PSOE, yo creo que es otro PSOE”, “no hay
que negociar ni con los de Vox ni con los independentistas, son enemigos de la
democracia” o “ha vuelto con otro nombre, Casado es Aznar rejuvenecido, se ha
hecho una operación de lifting”.
Por lo que respecta a otros asuntos
cabe citar que la Sanidad Pública española tiene un déficit de 4.000 médicos;
que el gasto en pensiones crece en enero el 7%, la mayor subida en una década;
que la UE abre expediente a España por la seguridad ferroviaria al considerar
Bruselas que la inspección incumple las directivas europeas; que el TS
restringe la prisión permanente revisable en los casos de asesinato de niños,
anulando la que ha llegado al Alto Tribunal con el criterio de una deficiente
redacción de la reforma legal que la introdujo; que Bruselas denuncia a España
por el robo de agua en Doñana, advirtiendo la Comisión Europea del riesgo de
degradación del parque; que, mientras Puigdemont lanza la Crida y ahonda la
fractura en el secesionismo, un mando de los Mossos es imputado por impedir
actuar el 1-O con la orden “nadie quita las urnas”: que el PP enmienda la
política lingüística de Rajoy y blindará el castellano, presentando una
iniciativa para garantizar el español en la Escuela y en la Administración; que
los financiadores de Vox son ex terroristas rehabilitados a golpe de talonario;
que Sánchez ultima un pacto para la reforma laboral y de las pensiones antes
del 26-M (en lo laboral, el convenio sectorial prevalecerá sobre el de la
empresa, se deroga la ultra-actividad y la reforma de los ERE desaparece de la
negociación; en las pensiones, se deroga el “factor de sostenibilidad” y el
déficit acumulado y las pensiones no contributivas serán asumidos por los PGE);
que España pide a la UE que Gibraltar sea “sujeto de descolonización”,
planteando que, ante un Brexit sin acuerdo, Bruselas reconozca que el Peñón es
una colonia; que el conflicto del taxi se encona en Madrid con cerco a Fitur y
el Gobierno sigue impasible ante la radicalización de lo que llaman “guerra del
taxi” con enfrentamientos con la Policía, mientras las VTC anuncian querellas
contra el Govern si limita su actividad (los taxistas madrileños acuerdan
huelga indefinida al no ceder Garrido al chantaje violento mientras crece la
indignación ciudadana y los hosteleros estiman el coste del conflicto en un
millón por la pérdida de movilidad en pleno Fitur); que Luis de Rivero, ex
Presidente de Sacyr, hablando por primera vez de las escuchas del BBVA, dice
“sospecho que Villarejo tuvo ayuda en Telefónica para espiarnos en 2004” y “es
muy difícil, como reconocen todos los servicios secretos del mundo, espiar a
4.000 personas”; que Competencia se posiciona contra el taxi, ya que precontratar
una VTC no está justificado, carga contra el decreto de Ábalos y pide más VTC;
y que, después de trece días de angustia y desesperación, gracias a las labores
de extrema precisión y riesgo, ha sido localizado finalmente el cadáver del
pequeño Julen dentro del pozo en Totalán donde cayó, desvaneciendo
definitivamente el “milagro” de encontrarlo con vida que esperaban sus
padres…..ahora sólo cabe sumarse a las condolencias a sus familiares y amigos,
deseando que el pequeño descanse en paz, mientras la pertinente autopsia
esclarecerá todos los detalles de tan trágico suceso.
Jorge Cremades Sena
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