miércoles, 23 de enero de 2019

NUEVO PP; NUEVO PODEMOS; NUEVO….


                        Sin lugar a dudas los partidos políticos de ámbito nacional, tras los errores cometidos y el pertinente descrédito acumulado, intentan lavarse la cara ante los comicios que se avecinan, intentando vender una nueva imagen. Así, a la ya manifiesta transformación del PSOE, dando lugar al nuevo PSOE de Sánchez, que poco tiene que ver con el PSOE que protagonizó la Transición, se suma ahora el nuevo PP de Casado y, ¡quién sabe!, si también, el nuevo Podemos de Errejón, de Iglesias, de Carmena, de Colau….o vaya usted a saber de quien, con el nombre de Adelante Andalucía, Mas Madrid, Compromís, Mareas, Barcelona en Comú…..o vaya usted a saber con qué nombre, pues son tantas sus marcas de camuflaje territorial que nadie sabe en qué acabará al final si quiere ser referente de todos los españoles amantes del populismo callejero transversal, como dicen ellos, en vez de un partido de izquierdas tradicional. En efecto, estos nuevos partidos transformados, que no partidos nuevos (salvo Ciudadanos, que parece no apostar de momento por la transformación de imagen ante su progresiva ascensión en términos de votos) buscan en el manido “cambio” una lógica renovación para adaptarse a las nuevas necesidades y exigencias de la cambiante sociedad española, aunque no se sabe bien si lo hacen para bien o para mal de cara al futuro, pues el cambio, obviamente, puede ser a peor o a mejor, y no pocas veces se tiene la sensación de que es esto último lo que prevalece.
            Por un lado el PP cierra su Convención con una llamada a recuperar la confianza de los votantes de Vox, y Casado, su nuevo líder, utiliza, al efecto, su discurso más duro para proclamar el regreso del “PP verdadero”, como si el de los últimos tiempos hubiera sido falso, y llama a los votantes a rechazar copias, mientras presenta su hoja de ruta para llegar a La Moncloa, que va desde reinstaurar el orden en Cataluña hasta una revolución fiscal sin precedentes, ofreciendo un “contrato liberal” para regresar de nuevo a ese autoproclamado “PP verdadero” con un discurso entusiasta de autoafirmación ideológica con el objetivo de “unir el voto para unir a los españoles de nuevo” y con la promesa de que, si llega a La Moncloa, apostará por “menos poder político y más libertad”. En definitiva, un decálogo ideológico-programático basado en una fortaleza institucional con la aplicación de un 155 inmediato y sin límites contra la “peste del nacionalismo”; una reforma educativa para que haya también libertad en la concertada por ser “pilar del desarrollo”; una revolución fiscal con rebaja del IRPF y Sociedades para que “la gente mande más”; fomentar la natalidad y la conciliación para combatir el “invierno demográfico” mediante la “cultura de la vida”; una reforma de la Administración tendente a reducir su peso y hacerla “más eficiente y transparente”; una reforma para consolidar una cohesión territorial y que no haya “ni regiones de primera ni de segunda” y sí “igualdad para todos”; una apuesta de mayor compromiso con la revolución tecnológica para afrontar la globalización; una política exterior con mayor implicación en la UE y en Latinoamérica; una política de seguridad, tendente hacia una inmigración ordenada frente al efecto llamada; y una reforma de la justicia para hacerla imparcial, comenzando por un cambio de modelo de elección del CGPJ. Todo un juicio de intenciones frente a la amenaza de Vox por la derecha y Ciudadanos por la izquierda, cerrando así un cónclave sin la foto de los expresidentes Aznar y Rajoy juntos, reclamando sumar “todo a la derecha del PSOE” frente a los partidos que se “disfrazan” de PP, con una dirección que certifica la retirada del marianismos pero creyendo que Aznar puede ser útil para recuperar el voto perdido, en tanto que, nada más terminar la Convención de este “nuevo PP”, Ruth Beitia abandona a Casado quince días después de aceptar ser candidata por Cantabria, probablemente forzada por el PP cántabro, donde los “sorayistas” se imponen.
            Por otro lado, y en el extremo ideológico opuesto, Podemos evita exigir a Errejón que renuncie a su escaño, pero éste, tras ser criticado y menospreciado por la dirección del partido, renuncia al mismo de forma voluntaria y, como candidato a la Comunidad madrileña por Más Madrid, la plataforma personalista de Carmena, ofrece acordar una lista conjunta al partido del que fue fundador, pero la dirección podemita se niega a tamaño escarnio. En efecto, Errejón deja su escaño (desde que era el candidato de Podemos a la Comunidad de Madrid había abandonado prácticamente su labor parlamentaria presentando sólo una iniciativa), tras renunciar a la candidatura podemita para encabezar la carmenita, y dice que lo hace para “refundar” Podemos, pues “hay que abrir el partido a más gente” y aspira a volver a disputar a Iglesias el liderazgo si logra en las listas de Carmena un buen resultado electoral, lo que no es nada descabellado ya que la alcaldesa gastó nada menos que seis millones de euros en 2018 en “dinamizadores de barrios” que, sin lugar a dudas, harán una buena labor proselitista en favor de las listas personalistas de tan generosa alcaldesa, quien deja bien claro que nadie le va a imponer nombre alguno. Está en ciernes pues con la refundación de Errejón un nuevo Podemos y no sólo en Madrid, pues otra alcaldesa tan personalista como la madrileña y sin partido político que le rechiste, Ada Colau se suma a Carmena y Errejón ninguneando a Iglesias al seguir los mismos pasos que la de Madrid y logrando que Podemos no se inmiscuya en sus listas, mientras Gaspar Llamazares deja el acta en Asturias “para construir otra izquierda”. ¿Será este nuevo Podemos, con IU diluida en él, el vagón de cola de personalismos desideologizados sin partido político alguno? No extraña que Llamazares no busque ya otro nuevo partido, sino otra nueva izquierda.
            Y en medio, un PSOE desnortado y sin rumbo que soporta un gobierno minoritario incapaz ya de seguir gobernando, ni a base de bandazos y rectificaciones, con decretos leyes y, por tanto, secuestrando el debate parlamentario, imprescindible en democracia, que tanto exigía y con razón desde la oposición cuando lo hacía el gobierno de la derecha. Obligado a mendigar votos parlamentarios y a ceder a las exigencias de su voraces socios de investidura, basta añadir a la lista de despropósitos del Gobierno de Sánchez las últimas decisiones para darnos cuenta de la gravedad de la situación. Con los Presupuestos como telón de fondo Sánchez paga el apoyo del PNV comprometiéndose a traspasar las prisiones al Gobierno vasco en el primer trimestre de 2020, además de otras 32 competencias que éste le reclamaba; autoriza a los Mossos a comprar 800 armas de guerra, cuando Rajoy denegó la compra a la Generalitat; Ciudadanos registra una propuesta para reprobar a la Ministra Celaá por permitir el adoctrinamiento en Cataluña y ella les acusa de servir “a los intereses del extremismo más populista y demagógico”; y, mientras la Autoridad Fiscal tumba la argucia de Hacienda para cumplir el déficit (la AIRef desecha el truco contable que utiliza para cuadrarlo), Podemos le impone una contundente derrota al Gobierno de Sánchez por la Ley de Alquileres, castigándole y poniendo en evidencia sus 84 diputados, al rechazar el decreto pertinente por no recoger sus exigencias en favor de los inquilinos de limitar el precio de los alquileres, un rechazo histórico en el Congreso en toda regla (sólo cuatro decretos se han tumbado en cuarenta años) al votar Podemos con PP, Cs, ERC y Bildu, con lo que los arrendamientos vuelven a ser de tres años y se podrán fijar mayores fianzas. Y por si todo lo anterior fuera poco, Puigdemont tiene la desfachatez de llevar al Tribunal Constitucional a la Mesa del Parlament, de mayoría separatista, abriendo otro frente contra ERC por no permitir la delegación de su voto, mientras supedita el apoyo a los Presupuestos de Sánchez a que se cree una comisión que prepare un ilegal referéndum de autodeterminación. Tiene gracia que el fugitivo Puigdemont, que denigra permanentemente a la Justicia española y dice no reconocerla, recurra ahora al TC denunciando al President del Parlament por no permitirle votar de forma telemática en los plenos. Pero ya ven, estas son las mimbres con las que Sánchez y su nuevo PSOE pretenden construir el cesto de los Presupuestos y de la gobernabilidad estable de España.
            Y en esta nueva España, con sus dos principales ciudades, Madrid y Barcelona, colapsadas por la huelga salvaje de taxistas contra la regulación de las VTC, coincidiendo los paros indefinidos con la inauguración de Fitur, la principal feria de turismo de todo el país, y con no pocos incidentes en las calles, con cortes de carreteras, enfrentamientos con conductores de VTC y hasta escraches a políticos, como Rivera, el líder de Ciudadanos, y con la amenaza de Uber y Cabify de abandonar Barcelona por las cesiones al taxi concedidas por la Generalitat, cabe destacar además sobre otros asuntos que el juez investiga quien es “El Barbas” del PP al que Villarejo se jacta de ayudar en sus grabaciones; que Rivera intenta robar el foco de atención a Moreno con un encuentro exprés con sus consejeros en Andalucía; que Guillermo Sanz, Jefe de Hematología de la Fe de Valencia dice que “por su enfermedad, Zaplana podría morir mañana mismo”; que Vox se fundó gracias a un millón de euros donado por el exilio iraní y el eurodiputado Alejo Vidal-Quadras, fundador del partido, añade que “Abascal sabía que el dinero era iraní y le parecía muy bien” y que las donaciones eran a él y no a Vox, aunque iban “a una cuenta del partido”; que Cristiano Ronaldo se declara culpable ante el juez, paga 18´8 millones a Hacienda y 360.000 euros más para cancelar sus antecedentes penales y manifiesta que “todo perfecto”; que es imputado el único concejal del PP de Valencia que no lo estaba, por supuesto blanqueo de capitales; que nuevos obstáculos al atascarse los tubos por los que debían descender los equipos de salvamento minero, generan una nueva frustración en el rescate del pequeño Julen; y que Federico de Montalvo, Presidente del Comité de Bioética, sostiene que “se debe retirar la patria potestad a los padres que no quieran vacunar”, que “una ley de gestación subrogada no es ética ni jurídicamente oportuna” y que “hay que debatir la castración química para depredadores sexuales”.  
            Y del exterior, destacar que May intenta que un Parlamento hostil acepte su plan alternativo para el Brexit y la oposición tilda de “farsa” el plan B que lleva al Parlamento; que ya hace un mes que la Administración de EEUU está cerrada; que el FMI alerta en Davos de un frenazo global por la guerra comercial entre China y EEUU; que Méjico investiga la explosión del oleoducto que ha dejado al menos setenta muertos; que el periodista nicaragüense Chamorro abandona Nicaragua por el acoso al que le somete Ortega, siendo la voz más incómoda para el régimen sandinista, y se exilia a Costa Rica ante las “amenazas extremas”, pues, desde hace una semana, fuerzas del régimen ocupan la redacción del diario “Confidencial” y el programa televisivo “Eta semana” que Chamorro dirige; que Maduro sofoca una sublevación de militares contra su régimen, mientras Juan Guaidó, el nuevo líder opositor, que podría proclamarse presidente interino de Venezuela, llama al Ejército a restablecer el orden constitucional y derrocar al Presidente ilegítimo; y que, mientras París y Berlín reafirman su alianza ante los nuevos desafíos de la UE, España y otros cuatro países europeos (Francia, Italia, Portugal y Holanda) piden abrir el diálogo con Venezuela solicitando a Federica Mogherinni, jefa de la diplomacia europea, que acelere la creación de un grupo de contacto para explorar soluciones a la crisis venezolana.
Jorge Cremades Sena

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