jueves, 19 de agosto de 2021

VUELVE EL INFIERNO AFGANO

 

                    Afganistán, que declaró su independencia a principios del XVIII y mantuvo un régimen monárquico hasta 1973 cuando estableció la República, tiene una historia tormentosa como Estado independiente, sufriendo en 1978 la Revolución de Saur, de inspiración comunista, que estableció la República Democrática de Afganistán en que la intervención de la URSS apoyando al comunismo da lugar a la Guerra de Afganistán entre 1978 y 1992 contra la guerrilla islámica que recibe el apoyo de Estados Unidos, Arabia Saudita y Pakistán, entre otras naciones occidentales y musulmanas. El infierno afgano quedaba más que servido, pues, aunque los soviéticos se retiran en 1989, la guerra civil prosigue hasta que en 1996 los talibanes (grupos radicalizados islamistas) establecen el Emirato Islámico de Afganistán basado en una radical interpretación de la Sharia o cuerpo de derecho islámico, hasta que en 2021, como reacción a los atentados del 11-S, una coalición internacional de la OTAN, liderada por EEUU, entra en el país para derrocar a los talibanes y colocar en el poder al Gobierno de la actual República Islámica de Afganistán, que da inicio a una nueva guerra, hasta que en 2014 EEUU y OTAN declaran que la abandonan aunque mantienen tropas en territorio afgano para apoyar el Gobierno, cuya actual retirada acaba con el triunfo sin paliativos de los talibanes y la instauración de nuevo del infierno yihadista, que desata el caos y la desesperación por huir del país, mientras Biden tiene claro que “EEUU no podía seguir en una lucha que los afganos no iban a librar”, culpando del caos a los líderes afganos por rendirse, mientras el Presidente del país huye, según él para evitar un baño de sangre, y los victoriosos talibanes instauran de nuevo el Estado talibán. Occidente huye y miles de civiles asaltan el aeropuerto de Kabul con la esperanza de salir del infierno, mientras los países occidentales tratan de evacuar a sus ciudadanos y a los afganos que colaboraron con ellos durante este tiempo, mientras Biden, ante el aluvión de críticas por la retirada, sostiene “no caeré en el error de seguir; nuestra misión nunca fue crear la democracia”. Por su parte los talibanes, aunque nadie les cree, prometen respeto a la mujer, eso sí, “según la ley islámica”, haciendo gestos moderados a la comunidad internacional, anunciando una amnistía general y asegurando que no cobijará a grupos terroristas. Entretanto EEUU se abre a trabajar con ellos y la UE dialogará: “estamos dispuestos a tratar con ellos si defienden derechos básicos y no reciben a los terroristas” dice la Administración Biden; “la Unión debe hablar con los talibán porque han ganado la guerra” dice Borrell. El problema, entre otros, es que los talibán ni siquiera forman un grupo compacto, sino que, con distintos niveles de radicalización extremista, son un mosaico de diversas opciones ideológicas, todas ellas enmarcadas en el radicalismo islámico, enemigo de la democracia, entre las que no cabe descartar el yihadismo terrorista y menos aún el desprecio por los derechos humanos más básicos que predominan en Occidente. Vuelve pues el infierno afgano y con él, ¡quién sabe!, el recrudecimiento de los episodios más terroríficos del yihadismo terrorista que, al parecer, se nos van olvidando poco a poco, a pesar de haberlo sufrido en no pocos países.

          Ante esta preocupante situación, Alemania se dispone a evacuar a 10.000 personas en los próximos días tras blindar EEUU el aeropuerto de Kabul, y España acogerá de forma temporal a 400 refugiados que trabajaron para la UE, mientras Johnson, Merkel y Macron, salen a dar la cara ante los ciudadanos y coordinan la repatriación y las ayudas, quedando Sánchez, una vez más, fuera de juego, aunque, tarde y mal, decide ponerse a “trabajar” en plenas vacaciones y tres días después de la toma de Kabul se dispone a presidir hoy mismo una reunión online de su Gabinete con el objetivo de coordinar la repatriación de los españoles en Afganistán y se prepara para regresar a Madrid mañana mismo. No obstante, mientras España maneja una lista de 800 afganos para rescatar, los primeros 55 evacuados llegan ya a Torrejón. Y mientras los países occidentales aceleran la evacuación entre el caos en torno al aeropuerto de Kabul, los talibanes por su parte reprimen con gran violencia las protestas (la primera manifestación acaba con tres muertos en Jalalabad) y usan las redes sociales como medio de vender su supuesta moderación en el concierto internacional; EEUU congela 8.100 millones de euros de ayuda en su primer gesto tras caer Kabul; y Bruselas trata de prevenir una nueva oleada de refugiados con inversiones en el fallido país ya que “hay que ayudar a los afganos para evitar que vengan a la UE”. Es el sombrío panorama de una comunidad internacional, mal avenida, complaciente y resignada con este renacer yihadista, que a partir de ahora, con el regreso del infierno afgano, impuesto por los talibanes, es desde luego algo menos segura que ayer, tras dilapidar durante veinte años, millones y millones de dólares y miles de vidas humanas con el objetivo de que el terrorífico infierno yihadista jamás regresase a Afganistán.

                    Ya en España, y salvando las distancias, los menores marroquíes que llegaron hace meses a Ceuta, sufren otro infierno en medio de las discrepancias internas del Gobierno de Sánchez y las de éste con la Justicia. En efecto, Ceuta paraliza las devoluciones de menores a Marruecos tras desvelar un auto que ha habido repatriaciones sin evaluar la situación de forma individual, con lo que Podemos, que forma parte del Ejecutivo de coalición, y la Justicia arrinconan a Marlaska por dichas devoluciones ya que, según un juzgado, el Gobierno “no ha cumplido lo ordenado” en la Ley de Extranjería, mientras las ONG critican la repatriación de los menores y la Justicia paraliza las devoluciones del ministro Marlaska. Ceuta admite que devolvió a menores sin expedientes individuales y la Audiencia Nacional, que no paraliza las devoluciones, sí advierte al Ministro de que se ajuste a la ley con los menores, mientras Marruecos guarda silencio ante semejante chapuza y los juzgados sí podrán paralizar su retorno tras la decisión de la Audiencia, en tanto que Interior descarga ahora en Ceuta la responsabilidad de repatriar, lavándose este Gobierno las manos, una vez más, en asuntos, como tantos otros, que debieran ser suyos, se mire por donde se mire. ¿Tanto cuesta actuar desde el Ejecutivo con escrupuloso respeto a la legalidad vigente? ¿Acaso no cuenta con más asesores que ningún otro Gobierno para que estas meteduras de pata no se cometan? En fin, sin más comentarios; mientras tanto el calvario de los menores marroquíes en Ceuta continúa.

          Entretanto el ritmo de vacunación se frena en seco por las vacaciones, con lo que el objetivo de inmunización de Sánchez fracasa por su propio caos en la gestión, pues prometió que a fecha de hoy el 70% de la población tendría ya la pauta completa de la vacuna y faltan más de tres millones por tenerla puesta, mientras es evidente que la falta de un plan jurídico estatal, que debiera haber activado el Gobierno, intensificó esta quinta ola y lastró el calendario, cuando, a pesar de que los contagios y la incidencia se van reduciendo, los muertos por covid, todavía demasiados, suman el máximo de esta quinta ola.

          Por lo que respecta a otros asuntos cabe destacar que Bruselas envía 9.000 millones a España pero exige avances para nuevos desembolsos; que hay una ofensiva de las eléctricas contra la tarifa regulada en plena subida del recibo y Ángeles Santamaría desde CEO Iberdrola-España, sostiene que “una eléctrica pública no es la solución: Italia la tiene y su luz es más cara”; que los nuevos jubilados cobran 1.451 euros, cerca del sueldo del español medio; que Cataluña recibirá 707 millones frente a los 96 previstos en Madrid en las inversiones ferroviarias del Estado; que Errejón tendrá que ir a juicio rápido por un supuesto delito leve de lesiones; que el Ibex inicia en septiembre el repliegue gradual del teletrabajo; que los sindicatos supeditan el diálogo con el Gobierno a la subida del SMI; que los investigadores alertan de la presencia de jefes mafiosos italianos en España, donde tiene sus residencias; que el Inserso volverá en octubre pese a las quejas de los hosteleros, pues la Justicia desoye al sector y respalda las condiciones para la contratación de los viajes fijados por el Gobierno; y que Educación repartió los contenidos más ideológicos de la reforma educativa entre las CCAA afines, elaborando los currículos junto a las autonomías por la falta de tiempo para aplicar la norma: Valencia, Lengua; Cataluña y Aragón, Matemáticas con perspectiva de género……etc etc.

Fdo. Jorge Cremades Sena

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