Es
evidente que, metidos en campaña electoral, todo, absolutamente todo, va a ser
usado como reclamo por parte del gobierno y la oposición, ya sea a nivel
regional o territorial, y es lo que ha pasado durante la celebración del Día de
los Trabajadores, el uno de mayo, y el posterior Dos de Mayo, Día de la
Comunidad de Madrid. En efecto, en la celebración del uno de mayo, el Gobierno
de España, que envió hasta seis ministros a las manifestaciones, hace pinza electoral,
a pesar de estar dividido y muy mal avenido, contra los empresarios, señalados
por muchos ministros como los máximos culpables y responsables despiadados de
todos los males que asolan el país, aunque no puede evitar que se perciba el
distanciamiento patológico entre las ministras Irene Montero y Yolanda Díaz,
asunto que, a medida que pasan los días, preocupa cada vez más al conglomerado
que propició la investidura de Sánchez pues los sondeos apuntan a que el choque
entre Podemos y Sumar (los mismos perros pero con distintos collares) puede
pasar factura, y muy cara, a la izquierda (según 40DB, concurrir por separado
en las generales les costaría unos 14 escaños al autoproclamado bloque
progresista), mientras el PP se acerca cada vez más a la mayoría absoluta. Y en
semejante tesitura, el Gobierno y los ministros enviados a las manifestaciones,
como si ellos no fueran responsables de nada, se unen a la amenaza de huelgas
masivas de los sindicatos, no contra el Ejecutivo, que parece que sería lo
normal (en Francia y resto del mundo lo es), sino contra los empresarios si
éstos no pactan con ellos subir los salarios. Así, Gobierno y sindicatos
exhiben unidad ante los empresarios y dan un ultimátum a la patronal para que
suba los salarios, amenazando, en caso contrario, con extender las protestas
“trinchera por trinchera”, mientras Díaz no sólo respalda sus reivindicaciones
sino que pide que se reduzca la jornada laboral por el mismo salario. Y los
empresarios en este país en que predominan las pequeñas y medianas empresas y
los autónomos, muchos de ellos arruinados y con dificultades para afrontar los
gastos e impuestos a causa de la inflación, no se niegan a subir los salarios
reales aunque para ello instan al Ejecutivo a que, vía rebaja del IRPF y otros
impuestos, colabore a ese aumento real del salario, cuando precisamente la
inflación, el coste de los precios, se ha convertido ya en el principal
problema de los españoles (entre ellos, esa mayoría de empresarios pequeños y
medianos, y autónomos), pues de nada sirve subir salarios si el coste de la
vida es superior, lo que supone cada vez más empobrecimiento y pérdida de poder
adquisitivo para todos. Pero no pasa nada, el Ejecutivo no es responsable de
todo esto, los responsables, ya ven, son los empresarios, tildados por el
Ejecutivo de poco menos que delincuentes. Entretanto los fondos de la UE siguen
sin llegar a las empresas cuando el 70% es ejecutado directamente por el
Gobierno en medio de un complicado panorama en la gestión de estos fondos
asociados al Plan de Recuperación, que ha llegado a manos del Ejecutivo, al ser
gestionados con retrasos o ausencia de ejecución, falta de transparencia,
exceso de burocracia y un reparto desequilibrado al margen de la economía real.
Y
en plena resaca de la celebración del Día del Trabajo, se arma el “dos de mayo”
(nunca mejor dicho) durante la celebración del Día de la Comunidad de Madrid entre
la presidenta Ayuso y el ministro Bolaños, quien, sin estar invitado a dichos
actos, se presenta por su cuenta y riesgo como acompañante de la Ministra de
Defensa, Margarita Robles, que si estaba invitada en tiempo y forma (así como
también lo estaba la Ministra de Política Territorial y Portavoz del Gobierno,
Isabel Rodríguez, que declinó la invitación) montándose con la autoinvitación
de Bolaños un espectáculo protocolario sin precedentes. En efecto, ante la
insólita autoinvitación del ministro, que, no obstante, es recibido como su
rango merece junto al resto de autoridades por la presidenta Ayuso, es rechazado
sin embargo su empeño de acceder a la Tribuna durante el Desfile Militar, ya
establecida protocolariamente con las autoridades invitadas, produciéndose por
ello una escena bochornosa cuando la Jefa de Protocolo de la CAM impide a
Bolaños acceder a dicha Tribuna y le explica que sólo está previsto que acceda
Margarita Robles, quien así lo hace mientras el ministro quedaba bloqueado en
actitud humillante y patética, intentando colarse y dando lugar a un posterior
debate mediático entre tirios y troyanos sobre quien es el responsable de semejante
actitud y desencuentro institucional. El Gobierno acusa de autoritaria a la
Presidenta Ayuso y la señala de dar un trato de favor a Feijóo en el acto y
ella manifiesta que se ha aplicado el Protocolo establecido, reprochando a
Bolaños que autoinvitándose lo que pretendía era polemizar pues, como
acompañante de Margarita Robles, que ya representaba al Ejecutivo, no estaba
previsto su acceso a la Tribuna de Honor de los acompañantes. En definitiva,
Ayuso frena la “treta” de Bolaños y desactiva su provocación, mientras los
gurús de Sánchez apuestan por dicha provocación para sacar a Feijóo de su
imagen presidencial de cara a los comicios y ella manifiesta que “lo que pase
en Madrid resonará en toda España” convencida de que su pretendida mayoría
absoluta en la Comunidad de Madrid impulsará la victoria de Feijóo en las
generales, dejando bien claro que los protocolos están para cumplirse pues es
obvio que “si hubieran venido los 23 ministros no podrían subir a la Tribuna”
por lo que todo ha de estar previsto con antelación, mientras Robles
representaba al Gobierno en la Tribuna.
Así
las cosas, mientras Bolaños da la callada por respuesta sobre el asunto y el PP
cree que Ayuso sale fortalecida hacia una mayoría absoluta en las elecciones
del 28-M, una eufórica presidenta, sin apenas rivales convincentes en los
comicios (veremos si ello es cierto o no) manifiesta que “a mucha gente le
gusta que le paremos los pies al Gobierno” y la CAM destaca el “error” del
ministro Bolaños al tratar de “avasallar” a la Presidenta el Dos de Mayo,
mientras el PSOE de Madrid considera que este enfrentamiento sólo ha servido
para “eclipsar” a sus candidatos, cada vez más irrelevantes, en tanto que
Moncloa acusa al PP de ser “un partido antisistema” (cuando es Sánchez quien se
rodea de verdaderos partidos antisistema) y de orquestar una “campaña” consiste
en “atacar a gobiernos legítimos” (como si los gobiernos, supongo que todos
legítimos, no fueran susceptibles de ataques y críticas en democracia). No en
vano, una envalentonada Ayuso, cuyo gobierno es criticado y atacado hasta la
saciedad por los partidos de la oposición en la Asamblea de Madrid, incluido el
PSOE, como es lógico, manifiesta lo siguiente: “es hora de desalojar a Sánchez y
sus socios y superar las divisiones” y, sobre Bolaños, añade “fue un
avasallamiento, no un roce, provocan hasta en las fiestas de todos”, mientras
denuncia que “la Ley de Vivienda ultraja la
propiedad y la deja en manos de delincuentes” para asegurar que su
Gobierno “es el que España entera se merece y se está perdiendo” y prometer que
“derogaría todas las leyes que se han impuesto por ideología y minan la
convivencia”. Dicho queda, es obvio que Ayuso no tiene pelos en la lengua para
decir y hacer lo que piensa, provocando las fobias y filias en unos u otros.
Poco
antes del peculiar incidente con Bolaños el Gobierno de Sánchez acusaba al PP
de “maniobrar en la oscuridad” con la justicia y trataba de “gravísima” la
reunión de Feijóo con asociaciones de fiscales conservadores, como si fuera
indeseable que los representantes políticos se reúnan con quienes consideren
oportuno, cuando más de 5.400 jueces están convocados a una huelga si el
próximo día 16 no logran llegar a un acuerdo con el ministerio; de ellos unos 1.400
encabezan juzgados mixtos, donde se ocupan de asuntos penales, civiles, mercantiles,
violencia contra la mujer y hasta registro civil; y en su cuenta atrás hacia la
insólita huelga de togas manifiestan que “no queremos que nos tomen el pelo”
mientras las asociaciones se reúnen con el ministerio al que plantearán su pérdida
de poder adquisitivo. Y mientras Juanma Moreno agita el malestar del campo
andaluz para desbancar al PSOE que vive un ciclo electoral clave este año sin
más referentes que Pedro Sánchez, la Junta Electoral, que, por cierto, ha
apartado a Laura Borrás del Parlament, abre expediente sancionador a la
ministra portavoz del Gobierno de Sánchez, quien, apercibida dos veces, ahora
se enfrenta a una sanción por utilizar reiteradamente la Sala de Prensa del
Consejo de Ministros para hacer “propaganda partidista”…..pero, ya ven, esto no
es gravísimo ni antidemocrático. Entretanto, la Comisión Europea no acepta la
rebaja del delito de malversación de Sánchez al instar a los países a armonizar
las penas máximas en cinco años y no tres como estableció el Gobierno para
contentar a sus socios independentistas; en definitiva, Bruselas plantea
endurecer la pena por malversación en contra de la rebaja aprobada por Sánchez…..
Por
lo que respecta a otros asuntos, citar que Ximo Puig cambió una ley para
ocultar información sobre los centros de menores y el Defensor del Pueblo acusa
al tripartito valenciano de modificar dicha normativa por la puerta de atrás
para dificultar el acceso a las actas de inspección; que los españoles pagarán
100 millones más por intereses de demora de la propia Hacienda; que los topes
al alquiler suben el precio de los pisos
baratos y hunden la calidad del resto, como ya pasó en Europa con iniciativas
intervencionista similares, pues el precio del alquiler rompe su techo en abril
tras aumentar casi un 9%; que la falta de financiación pone en serio riesgo la Educación
Pública Concertada y algunos colegios ya se han convertido en públicos sin
concierto alguno; que García-Page aprueba una ley que permite expropiar
terrenos poco utilizados; que el Gobierno no llega al compromiso de destinar el
7% del PIB para la Sanidad; que el Santander eleva a 278 los directivos que
ganan más de un millón; y que el amigo personal de Sánchez, Iñaki Carnicero,
mantiene bloqueadas las ayudas para rehabilitar el patrimonio cultural pues, tras ser ascendido
de director a secretario general de Agenda Urbana y Vivienda, sigue sin repartir
decenas de millones cuatro meses después de que el Ejecutivo anunciara que
elevaba la partida del 1´5% al 2%.
Fdo. Jorge Cremades Sena
Estoy muy deacuerdo en todo lo que expones
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