jueves, 1 de junio de 2023

HUNDIR AL PSOE

 

                        Sánchez, acostumbrado a bregar en el fango del cinismo, la demagogia y la mentira desde que iniciara su ascenso en el PSOE con una traición a Susana Díaz y desacatara las decisiones de los órganos de dirección del partido para montar su propio proyecto personal con un puñado de fieles, interesados en la maniobra, monta ahora la marimorena y, fiel a su estilo caiga quien caiga, siempre que me salve yo, decide por su cuenta y riesgo adelantar las elecciones generales asesorado por sus ahora incondicionales Oscar López, que en su día apostó por Patxi López en vez de por él, y Antonio Hernando, que le traicionó “in extremis” en el famoso y patético Comité Federal que forzó su derrota, excusa utilizada para su periplo con las bases del partido con la falsa promesa de que pretendía cambiarlo para mejor (y el resultado, ya lo ven). En efecto, Sánchez, atrincherado con tan leales asesores en Moncloa la noche electoral del 28-M y sin dar señales de vida en Ferraz, donde sus compañeros sufrían el mayor desencanto a medida que se escrutaban las papeletas, sí tuvo el detalle, tras tomar su insólita decisión al constatar el fiasco de los resultados para el PSOE, de llamar a Félix Bolaños, Ministro de Presidencia, a María Jesús Montero, Ministra de Hacienda, y a Santos Cerdán, Secretario de Organización del PSOE, para comunicarles en persona su decisión, mientras la propia portavoz del partido, Pilar Alegría, salía a la palestra para intentar dar la cara por el fiasco en las urnas sin tener la más mínima idea de la decisión tomada por el Presidente y, asumiendo la estrepitosa derrota electoral que se acababa de confirmar, llegaba a afirmar que en el fondo no era tal la victoria del PP porque muchos de los gobiernos locales y autonómicos se podrán “constituir sólo con la ultraderecha”, obviando cínicamente con quienes ha tenido que pactar Sánchez y los peajes que ha tenido que pagar para sostener su gobierno minoritario que, ni siquiera ha sido capaz de aguantar toda la legislatura tras haber anunciado el Presidente que las generales tocaban en diciembre, cuando finalizará la presidencia rotatoria de España en la UE. Este es Sánchez en su pura esencia, por lo que ni cabe sorprenderse ya que en el pasado ha tomado decisiones parecidas como el adelanto electoral de 2019 y, sobre todo, la repetición de comicios ese mismo año, cosechando derrota tras derrota, hasta cortar por lo sano y, tras anunciar que jamás pactaría con quienes luego ha pactado, hilvanar un gobierno como el que hemos sufrido en estos cuatro años, soportando insólitas decisiones que ni podíamos imaginar. Pero no pasa nada, lo importante no es el futuro de España, ni el éxito de su presidencia europea rotatoria, ni las vacaciones de los españoles convocados a las urnas para el 23 de Julio, ni el futuro del propio PSOE que él dirige, ni nada de nada…..lo importante es el interés personal de Sánchez que, de perdidos al río, sabe ahora que, tras el varapalo del 28-M, sería peor para sus posibilidades personales de seguir gobernando aguantar hasta diciembre su descalabrado gobierno, cuando así evita además cualquier crítica interna en su partido (no sería razonable que se haga en tiempo electoral), las encarnizadas luchas entre sus socios y aliados gubernamentales con casi todo el poder territorial perdido y en manos del PP, al que pretende acorralar con la apelación al voto del miedo para dificultar las alianzas con Vox en pleno proceso de conformación de los gobiernos autonómicos y locales, como si él no tuviera que hacer lo propio con Podemos (Sumar o quién sabe), Bildu, ERC y compañía si es que quiere gobernar en los escasos territorios que, al efecto, los españoles le han dejado en las urnas. No en vano, los barones socialistas, atónitos (aunque ellos también han de asumir su parte de responsabilidad por no haberse enfrentado claramente a Sánchez y sus egos), le culpan ahora, con toda la razón del mundo, de la situación caótica que atraviesa el PSOE y, en el fondo, descartan una remontada el 23-J, mientras, desde su frustración más que razonable e imposibilitados para hacer la más mínima crítica interna, le acusan con la boca pequeña de lo que muchos españoles estamos viendo desde hace ya tiempo, es decir “de hundir al PSOE”, que jamás se ha visto en horas tan bajas como ahora. Pero Sánchez, instalado en su ego narcisista, ni siquiera deja que sea otro socialista el candidato a Presidir el Gobierno, ya que aspira a que, incluso perdiendo el próximo 23-J, el PP no alcance ni sumando con Vox la mayoría absoluta lo que le daría a él margen suficiente para reeditar de nuevo otro Gobierno Frankenstein. Y no cabe duda de que Sánchez, verdadero experto en bregar en el fango, lo intentará aunque ahora, cuando ya todos nos conocemos, cabe preguntarse si los españoles creerán sus cínicas mentiras y falsas promesas como ha ocurrido en el pasado.

            Ya de entrada, Sánchez justifica ahora su decisión de adelantar las generales diciendo que “lo mejor es que los españoles tomen la palabra para definir el rumbo político del país”, mientras Feijóo advierte de que “hemos dado el primer paso, el sanchismo no ha sido derogado todavía”, cuando Sumar y Podemos, a consecuencia del adelanto electoral, necesitan ponerse de acuerdo en diez días para cerrar las negociaciones de una candidatura unida tras el varapalo sufrido también por ellos el 28-M, y cuando, por idénticas causas, Ciudadanos decide no comparecer en estas generales, dejando huérfanos a sus últimos 300.000 votantes porque “ya no es alternativa política”. Así la cosas Sánchez, mientras un montón de alcaldes, concejales, presidentes y consejeros autonómicos socialistas están haciendo las maletas para irse a casa, reúne a sus diputados y senadores sin hacer la más mínima autocrítica de lo sucedido ni darse crítica interna alguna, y comparece ante ellos en tono presidencialista (mano en el pecho, incluida) para culpar de todo a la “derecha extrema y la extrema derecha” (al igual que dice Iglesias, no cabe distinguirlas porque, si no estás conmigo, todos son “fachas” y “casta”) y pide a los españoles que vuelvan a confiar en él, olvidándose de que el problema es que los españoles ya no le creen después de que tras las elecciones de 2019 hizo justo lo contrario de lo que prometió con rotundidad: ni le mandataron para pactar un Gobierno minoritario con Podemos y apoyado por radicalismos secesionistas (ERC, Bildu….) o nacionalismos de derechas como PNV, cuando él mismo afirmó que no le dejaría dormir tranquilo, ni le mandataron para indultar a los condenados por el “procés”, ni para eliminar el delito de sedición o rebajar el de malversación, ni para dar un giro copernicano en el asunto del Sáhara, cuyos motivos aún ni ha explicado, ni para permitir un bochornoso gobierno roto en que unos ministros votan unas cosas y otros las contrarias en el Parlamento…..ni para tantos y tantos esperpentos que nos han llenado de asombro a los españoles a lo largo de esta patética Legislatura que él ahora finiquita por sorpresa ante el varapalo que al PSOE y sus socios, por todas estas razones, le acaban de dar los españoles, mientras él con esta triquiñuela se ahorra tener que dar la cara por semejante fiasco, lo que, de momento, está consiguiendo pues, ya ven, mientras se habla del anticipo electoral, no se habla de la responsabilidad política del fiasco electoral del PSOE, probablemente el primer damnificado del narcisismo personalista de Sánchez.

            En efecto, nada mejor para camuflar el engaño que “arrastrar a todos” al desastre con esta “estrategia suicida” y evitar así que se abra “el melón” de la sucesión del presidente, como teme su “núcleo duro”, y lo mejor ahora es agitar a las bases apelando al miedo a Vox y al PP con una campaña emocional “a cara de perro” frente a lo que Sánchez llama “extrema derecha y derecha extrema”, mientras intenta desmarcarse de sus socios y aliados, al extremo de que el mismísimo Otegi, ante semejante cinismo, manifiesta “hemos sostenido al gobierno durante cuatro años; la gente no es boba”, y él equipara demagógicamente a la derecha española con el “trumpismo” llamando a sus parlamentarios a “parar la ola reaccionaria”, pues, lamentablemente Sánchez ya se ha convertido en Podemos con un discurso que rompe con los moldes institucionales propios de un partido de Gobierno como es, y debe seguir siendo, el PSOE en una democracia liberal; desgraciadamente sus gestos, su estrategia y sus palabras apenas se distinguen ya de las de Pablo Iglesias y compañía. Vean, si no, el Presidente del Gobierno, en su consigna a los parlamentarios socialistas, manifiesta cínicamente ante lo que llama “ola reaccionaria”, entre otras cosas, las siguientes: “hablarán de pucherazo, de que hay que detenerme”, “sus maestros lanzaron una turba contra el Capitolio”, “quieren derogar el sanchismo”, “veremos en programas de máxima audiencia pontificar e insultar” y “desde la posición de dominio en las grandes empresas, en los grandes medios de comunicación se va a desatar una campaña feroz”; en fin, a Sánchez, casi sólo le ha faltado ya para igualarse a Pablo Iglesias (el de Podemos, que no el fundador del PSOE) haber rematado su arenga a los parlamentarios socialistas diciendo que hay que eliminar a la “casta” y que “el cielo no se toma por consenso, se consigue por asalto”. Sánchez radicaliza al PSOE ante el “desierto” que deja Podemos rompiendo su alianza con Yolanda Díaz y lanzándose a por sus electores, mientras carga contra los medios de comunicación acusándoles de “desatar una campaña de insultos” pretendiendo además desmarcarse de los radicales socios y aliados que le han aupado estos años al poder, cuando en Ferraz cunde la resignación y consideran que el sorprendente adelanto electoral “era lo único que se podía hacer” y que “la opción es ganar o morir”…..Tampoco es tan trágico, simplemente perder en vez de morir es otra opción, pero dicha opción no debe pasar jamás por matar al PSOE o hundirlo, eso sí que sería trágico de verdad.

            Entretanto Yolanda Díaz registra Sumar como partido político deprisa y corriendo, mientras Podemos busca un precipitado acuerdo de unidad; el PNV se aferra al PSOE para no perder poder frente a Bildu; Vara y Lambán obligarán a Feijóo a retratarse con los de Abascal, mientras en Navarra los socialistas evitan pactar con Bildu; ERC se repliega hacia el independentismo tras el fiasco del 28-M; Revilla dejará gobernar al PP en Cantabria para evitar que lo haga con Vox; el 23-J evita a Sánchez el Techo de Gasto con el ajuste que exige la UE; en plena guerra por el poder en el País Vasco entre PNV y Bildu, ambos aliados de Sánchez, Otegi carga contra el PSOE; el PP busca en Extremadura el primer pacto con Vox pero fijando sus líneas rojas, aunque intentará prescindir de Vox; el Fiscal General acelera la elección de Dolores Delgado como Fiscal de Memoria y el nombramiento exprés subleva al Consejo Fiscal; y el Sevilla conquista su séptima Europa League tras derrotar a la Roma en los penaltis.

Fdo. Jorge Cremades Sena

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