Era
de esperar; hacer coincidir la formación de gobiernos autonómicos y locales con
la campaña de elecciones generales suponía generar un “totum revolutum” político
de primera magnitud, aunque no sabemos si éste era uno de los objetivos de
Sánchez al adelantar por sorpresa los comicios al 23-J o se trata de una simple
casualidad. En todo caso, lo cierto es que la confluencia de ambas tareas
desata más aún, si cabe, las contradicciones, las demagogias, el cinismo, las
amnesias intencionadas y las incoherencias intolerables a las que nos tienen
acostumbrados nuestros políticos al aplicar esa especie de ley del embudo por
la que, según convenga a cada uno en cada momento, lo ancho es para mí y lo
estrecho para ti. Así las cosas, mientras se están elaborando las candidaturas
electorales para el 23-J, comienza este “totum revolutum político” con el
pistoletazo de salida del primer gran pacto entre PP y Vox para gobernar la
Comunidad Valenciana y los grandes municipios valencianos, desencadenando con
ello, como era de esperar, todo tipo de acusaciones contradictorias por parte
de la izquierda cuando la izquierda con Sánchez ha hecho exactamente lo mismo
para gobernar España y muchas autonomías y municipios, hasta que los ciudadanos
españoles han decidido en las urnas mandarla a la oposición en los gobiernos
locales y territoriales y se está a la espera de lo que decidan dentro de un
mes en las generales, pues en caso de batacazo, y con casi todo el poder
territorial perdido, sería realmente una hecatombe política de primera magnitud
y consecuencias impredecibles especialmente para el PSOE, el impulsor de
gobiernos de coalición radicales y minoritarios, apuntalados mediante pactos
con radicalismos extremos de izquierda, secesionismos totalitarios y violentos
anti-sistema, para oponerse ahora cínicamente a que la derecha haga lo propio o
algo parecido al pactar, si quiere gobernar, con radicalismos de derechas, que
demagógicamente denigra con el mantra de que la derecha es toda igual al
calificarla de derecha extrema o extrema derecha, lo que supondría, si
aplicamos su criterio con objetividad, que el otro bando, el suyo, estaría
formado por la izquierda extrema o la extrema izquierda, tan pernicioso, como
mínimo, para nuestra democracia como lo anterior. Esta es la cruda y triste
realidad cuando lo deseable, si queremos erradicar de verdad los radicalismos
para prestigiar la gobernabilidad democrática, sería establecer fórmulas en
favor de que gobiernen los partidos moderados, de derecha o izquierda, que
representan a la inmensa mayoría de españoles sin tener que recurrir a quienes
juegan contra el sistema constitucional; y ello requiere, bien acuerdos mutuos
entre ellos para favorecer que gobierne la lista más votada o, al menos, no
impedir que lo haga, para evitar que al final, se impongan, como ahora sucede,
los chantajes de partidos radicales minoritarios para poder gobernar sin tener
que estar permanentemente yendo a las urnas hasta que algún partido consiga una
mayoría absoluta. Lo impresentable, por ejemplo, es que, quienes defendían hace
cuatro días que en las listas de Bildu iban candidatos condenados por
terrorismo (y lo justificaban con que Bildu es un partido legal y sus
candidatos ya habían cumplido sus condenas), pongan ahora el grito en el cielo
porque en la lista de Vox va un candidato que fue condenado por maltrato a su
mujer (y ni siquiera se justifique con que ya haya cumplido su condena ni con
que Vox es también otro partido legal); lo inaceptable es que quien prometía
que no pactaría con Podemos ni con Bildu, ERC y compañía, para después pactar
con ellos, ponga ahora el grito en el cielo porque otros hayan prometido,
aunque no de forma tajante como él, no gobernar con Vox y ahora pacten, aunque
lo hagan poniendo al partido minoritario determinadas condiciones o “líneas
rojas” que jamás se pusieron a Podemos, ERC, Bildu y compañía; y lo intolerable
es que, quienes ponen cínicamente semejante grito en el cielo sigan entretanto,
sin rubor alguno, pactando de nuevo con Bildu en Navarra o con ERC en Cataluña.
¿Es coherente esta forma de proceder? Creo que no, pues aplicar la ley del
embudo y semejante cinismo sólo provoca la erosión en la credibilidad de
nuestros políticos….y a las pruebas me remito.
En
efecto, con este “totum revolutum”, casual o intencionado, el PP, según los
resultados electorales, necesita a Vox para gobernar en varias CCAA, en siete
grandes ciudades y en 128 municipios, mientras Vox amenaza con repetir
elecciones autonómicas (en los municipios no, ya que vale en segunda vuelta
designar alcalde al candidato de la lista más votada) si el PP veta a sus
candidatos, y, curiosamente Génova, que no descarta tajantemente coaliciones
con Vox aunque prefiere gobernar en solitario, le pide que aparte a su líder en
Valencia condenado en su día por maltrato ya que “es una línea roja” para
pactar, lo que supone uno de los principales escollos para arrebatar nada menos
que la Comunidad Valenciana al PSOE, cuando es la joya de la Corona de los
socialistas tras haber perdido antes Andalucía….y las líneas rojas impuestas
por el PP para pactar con Vox son la violencia de género, la igualdad, el
estado autonómico y la inmigración europea, argumentando que “si seguimos con
Abascal el modelo de Sánchez con Iglesias acabaremos igual que ellos”, pues
Sánchez no exigió línea roja alguna para pactar. Sin duda, ante semejantes
“líneas rojas”, que jamás se le impusieron a UPodemos, había un plus de
dificultad para pactar un gobierno PP-Vox en la Comunidad Valenciana, lo que
podría entorpecer acuerdos en otros territorios, pero el popular Mazón consigue
salvar la situación pactando que el líder de Vox, condenado por maltrato y
vetado por el PP, no entre en el Gobierno Valenciano y Vox, finalmente, acepta
el veto aunque le da la salida de irse al Congreso de los Diputados encabezando
la lista por Valencia, y, así las cosas, salvadas las “líneas rojas” impuestas
por el PP, Vox presidirá las Cortes Valencianas y entrará en la Generalitat con
tres consejerías, una de ellas con rango de Vicepresidencia. Mazón despeja pues
el camino a Feijóo con este acuerdo de Gobierno en la Comunidad Valenciana y
logra que el candidato condenado no sea consejero de su gobierno, mientras el
PSOE, como se esperaba, acusa a Génova de “blanquear la violencia de género” y
califica el acuerdo de “vergüenza” e “insulto a las víctimas” y, según algunos,
Mazón dinamita la estrategia nacional del PP con Vox con este pacto “exprés”,
pistoletazo de salida para la formación de gobiernos en otros territorios. Ya
ven, el “totum revolutum” está servido.
No
obstante, mientras Abascal, crecido tras el pacto en Valencia, deja claro en
Murcia que ningún apoyo al PP será gratis, Feijóo evita extender el modelo de
Valencia a otros territorios, según él, porque las circunstancias en cada uno
de ellos son distintas y, por tanto, distintas han de ser las soluciones con
los resultados electorales de cada territorio en las manos. En efecto, López
Miras, que está sólo a dos votos para la investidura, se niega de momento a un
gobierno de coalición con Vox y rechaza la cuota de poder que éste le reclama,
mientras Feijóo justifica el pacto valenciano porque allí “a Vox lo ha votado
mucha gente” y Abascal, al igual que en Valencia, reclama el Parlamento de
Murcia, lo que desata un debate en la cúpula popular sobre los pactos con Vox;
en definitiva, Murcia planta al partido de Abascal en sintonía con Génova y
rompe la idea de un acuerdo global, mientras socialistas y populares comparten
la impresión de que la alerta antifascista ya no le funciona a la izquierda, aunque
en Extremadura, la popular Guardiola también diga que no va a ceder ante los de
Santiago Abascal, y por más que, al margen de la impresión que cada uno tenga,
el mantra del antifascismo y del anti-populismo se siga utilizando en la
campaña y Sánchez alerte de que peligran los fondos europeos si gana el PP el
23-J, mientras Abascal aprieta para tener también su cuota de poder en Aragón….
¿votarán sus candidatos para arrebatar el poder al PP y que gobierne el PSOE?,
¿se abstendrán?.....de momento, misterios sin resolver. Entretanto, Bildu
acepta que la socialista Chivite presida Navarra pero le exige al PSOE la
alcaldía de Pamplona; García-Page ofrece al PP sin éxito que en los municipios
de Castilla-La Mancha gobierne la lista más votada, pero el PP lo rechaza dado
que es lo que Feijóo ofreció a Sánchez en campaña para todos los territorios y
Sánchez lo rechazó; y Junts y ERC reeditan en Barcelona el frente
independentista del 1-O, pues Junqueras da la espalda al PSC y bendice que sea
alcalde Trías, quien en su anterior mandato diseñó una Barcelona “capital de un
nuevo Estado”, aunque el socialista Collboni intenta “in extremis” evitar que
sea alcalde ahora y el partido descarta que continúe Colau, tercera fuerza en
votos en las elecciones locales, mientras el PSC y ERC pactan las diputaciones
de Tarragona y Lérida, y mientras el secesionista Aragonés pone el Govern a
punto con separatistas duros ante una posible victoria de Feijóo el 23-J,
respondiendo así al sector más duro de ERC que le pide “poner palos en las
ruedas al Estado” con dos nuevas consejeras vinculadas al “procés” y en previsión
de que pueda acabarse el chollo de un Gobierno español sometido al chantaje de
los radicales secesionistas con tal de mantenerse en el poder.
Y
mientras se conforman los gobiernos territoriales y locales, los diferentes partidos
van elaborando sus listas para las generales. En el PP, Feijóo sitúa a sus fieles
en los primeros puestos y renueva el 75% de cabezas de lista con un 44% de
mujeres, con gallegos fieles y guiños a Ayuso y a Ciudadanos, promocionando a
dos de sus ex líderes con Marta Rivera de la Cruz como número dos por Madrid. En
Sumar, Yolanda Díaz, sin Irene Montero ni Echenique, pero sí con Ione Belarra,
coloca como su número dos a Agustín Santos, embajador de España en la ONU, que
es cuestionado por el entorno de Podemos ya que, cuando fue jefe de Gabinete de
Moratinos en época de Zapatero, se empezó a hablar de Marruecos como “potencia
administradora” del Sahara, y ante la paradoja de que Yolanda coloca de número
tres a la activista saharaui Tesh Sidi (ya ven, en el populismo de Sumar, como
antes en el de UPodemos, cabe todo), es decir, la activista pro saharaui, por
un lado, y, por otro, el embajador trotskista defensor del “procés” en sus polémicos
artículos y de la posición española sobre Gibraltar de la época de Franco, pues
es notorio su apoyo a acabar con el Reino de España y al 1-O calificando a los
golpistas de “presos políticos”, a Puigdemont de “presidente en el exilio” y a
Cataluña de “nación intervenida”…este personaje es el fichaje estrella de
Yolanda. Y en el PSOE, Pedro Sánchez, mientras Calviño no se presenta en las
listas, aunque dice “mi compromiso está más allá de las listas”, y en plena
desbandada de cargos a causa del descalabro en los comicios del 28-M, se ve
obligado a que la dirección socialista intervenga en las listas de las federaciones,
provocando el consecuente descontento en los diversos territorios al denotar la
necesidad de Sánchez de buscar sitio a sus afines en el Congreso ante una
previsible eventual etapa en la oposición…..y mientras Calviño, que no es
candidata, reclama un debate con el responsable de Economía del PP y Podemos
presiona “in extremis” a Sumar con un Consejo Ciudadanos, quien, por adelantado,
ya no necesita ser colocada es la fiscal y ex ministra Dolores Delgado, que es
nombrada como Fiscal de Memoria contra viento y marea pese a las alertas de
nulidad del nombramiento.
En
cuanto a otros asunto se refiere, citar que Garamendi cambia las reglas de la CEOE
para poder ser reelegido pidiendo el fin del límite de mandatos y más avales a
los candidatos; que la UE acuerda la Ley Rider con la abstención de España; que
Escrivá rebaja los requisitos de formación para regularizar a inmigrantes; que
el Banco de España prevé que en 2024 no habrá stock de viviendas para nuevas
familias; que Unicef acusa a España de desproteger a la infancia, pues uno de
cada tres niños está en riesgo de exclusión social; que las víctimas de violencia
machista se disparan un 11% en tres meses; que Sánchez boicotea la reunión de
la OTAN con los proveedores de Defensa porque no hay empresas españolas y la
Ministra Robles no asistirá a la misma; y que José Cobo Cano es elegido
arzobispo al “auxilio” de Madrid bajo la supervisión directa del Papa con el
encargo de renovar la Iglesia Española.
Fdo. Jorge Cremades Sena
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