martes, 22 de diciembre de 2015

LA INVESTIDURA DE RAJOY



                        Mientras Rajoy, ganador de las elecciones, al fin y al cabo (aunque parezca que las haya ganado Podemos, que es la tercera fuerza política), consciente de que “lo peor”, lo más “tremendo” para España es que no se fragüe pronto la investidura de un Presidente de Gobierno (y, aunque no muy claras, es el que más posibilidades tiene de conseguirlo), ya que “España no puede permitirse la inacción y la parálisis”, ofrece al resto de partidos negociar con “generosidad, amplitud de miras y la vista en España”, éstos, por boca de sus líderes toman posiciones que, de momento generan bastantes incertidumbres. Por Ciudadanos, Albert Rivera, sin comprometerse a un pacto de gobierno y ni siquiera a un apoyo de investidura y anunciando a lo sumo una abstención para que Rajoy pueda ser investido Presidente, si es que el PSOE hace lo propio, asegura que “esto no va a ser Grecia, aquí habrá estabilidad” ya que “hay que pensar más en España que en el partido”, palabras que le honran pero que han de ir acompañadas de algo más que de esa hipotética abstención para ser efectivas. Por el PSOE, Luena, portavoz indiscutible de Sánchez, dice “que yo sepa, el PP va a presentar a Rajoy y el PSOE votará no al PP y a Rajoy”, olvidando irresponsablemente que el PP ya presentó a Rajoy a los españoles y éstos le volvieron a conceder una mayoría, en este caso insuficiente, mientras a su jefe, Pedro Sánchez, le propinaron un rechazo que le ha impedido superar los catastróficos resultados electorales de 2011 al lograr el peor resultado de toda la historia del partido. Y, aunque ya se esperaba, por Podemos, Pablo Iglesias pone la guinda de la irresponsabilidad, manifestando que “ni por activa ni por pasiva Podemos va a permitir que gobierne el PP”, es decir, no ya que no le va a apoyar, sino que ni siquiera lo va a permitir, cuando lo normal es que, en democracia, gobierne el partido más votado y, en este caso ha sido el PP por voluntad de los españoles (en fin, pero eso es pensando en democracia); pero además Iglesias, añade que para sentarse a dialogar con Sánchez, opción en todo caso insuficiente para lograr una mayoría estable, el PSOE tendría que garantizarle el apoyo a un referéndum en Cataluña, que sería ilegal, y al “derecho a decidir” de los españoles que habitan las distintas CCAA si así lo manifiestan; en definitiva, una vuelta de rosca más a esa hipotética España Federal del PSOE y ahora “plurinacional” para Podemos, olvidando que, en el mejor de los casos, requeriría una previa reforma constitucional y que para ello se necesita una mayoría cualificada, imposible de conseguir, hoy por hoy, aunque se juntase toda la sopa de letras que representan el radicalismo, el nacionalismo, el independentismo, el comunismo y todos los –ismos que, con mayor o menor virulencia, se posicionan como “antisistema” democrático occidental….ni siquiera si el PSOE decidiese incomprensiblemente sumarse a semejante berenjenal. Así de complicada está pues la investidura de Rajoy y la de cualquier otro, por ejemplo la de Sánchez, quien parece incluso no hacerle ascos al experimento, más difícil todavía.
            Hoy por hoy, salvo que se consolide un acuerdo PP-PSOE-C´s, por lo que Rajoy pide el apoyo de Sánchez y Rivera, para un gobierno estable, se auguran tiempos difíciles, con un PSOE que se niega a votar la investidura y cuyo líder estudia alternativas inexistentes (un hipotético pacto para investirle a él con Podemos y parte de los –istas citados sería el caos total para este país y la defunción política del socialismo democrático español), con un Ciudadanos que sólo permitiría gobernar al PP, no apoyándole sino absteniéndose, pero, en todo caso, en la oposición, y con un Podemos que, considerándose vencedor absoluto de las elecciones, supedita cualquier acuerdo, por supuesto sin el PP y con el PSOE si claudica, a la celebración de la consulta ilegal de Cataluña y a la del “derecho a decidir” de cualesquiera de los pueblos que conforman España, para desmembrarla definitivamente si es que ya no lo está con la complacencia que progresivamente se ha tenido con el proceder al margen de la ley de los independentistas. Con este sombrío panorama, no extraña que un portavoz alemán, acostumbrado a políticas serias y responsables, sostenga que tras las elecciones del 20-D en España “no hay a quien felicitar” aunque el único que se siente feliz es Pablo Iglesias que se mueve como pez en el agua en el océano de las irresponsabilidades del “cuanto peor, mejor”, anunciando cínicamente que los españoles han votado poner fin al sistema. Tampoco extraña que Mas intente ahora unir a Podemos al proceso independentista; ni que Rajoy ofrezca un pacto constitucional frente a Podemos y los separatistas; ni que Rivera presione a Sánchez y le pida que deje gobernar a Rajoy, aunque buena parte de los socialistas lo rechacen; ni que el Ibex pida a Sánchez y a Rajoy que antepongan el acuerdo de gobernabilidad a sus intereses; ni que Iglesias, acostumbrado a vender humo y a mostrar las cosas diferentes de lo que son, ponga en un aprieto a Sánchez y renuncie a dialogar con él exigiéndole un referéndum y culpando a los socialistas de que si no apoyan el derecho a decidir “estarán entregando el gobierno al PP”, como si ello fuera la mayor de las tragedias, cuando, según los resultados electorales, es la menos mala de las soluciones democráticas.
            Y mientras a nivel público se desarrolla toda esta ceremonia de la confusión, provocando que la incertidumbre hunda un 3´62% el Ibex y comience a dispararse la prima de riesgo, dirigiéndose, de no evitarlo pronto, hacia la nefasta cota de la era Zapatero, cuando se hacía casi imposible y muy costosa nuestra financiación pública, la procesión interna de los partidos va por dentro, menos en Podemos que, con su 20% de votos, desde la misma noche electoral, se dedica a venderlo a los ciudadanos como si se tratara de una mayoría absoluta. ¿Qué sucedería si hubiera gozado de los 186 diputados que tenía el PP en la pasada legislatura, o de las mayorías absolutas que tuvo Felipe González o la que obtuvo Aznar? En fin, sin comentarios. En efecto, la sustancial pérdida de escaños del PP, aunque su prioridad sea ahora formar gobierno y Rajoy posponga la renovación del partido, anunciando por cierto que volverá a presentarse a la Presidencia del PP en el próximo congreso, “porque tengo fuerzas y ánimos” ha dicho, no impide que Aznar, reaparecido tras cuatro años en el Comité Ejecutivo popular, reclame renovar la dirección del PP y un “congreso abierto”, mientras Rajoy, apoyado sin fisuras por la dirección del partido, evita cualquier autocrítica. Y en el PSOE, la sospecha de que Sánchez urde un “pacto social” con Podemos y que C´s no vete una hipotética alianza de izquierdas, al margen de Susana Díaz y otros líderes territoriales, más favorables a la colaboración responsable para una gobernabilidad de España, se respira un malestar generalizado ante la posibilidad de que Sánchez, empeñado en camuflar su rotundo fracaso electoral, siga emperrado en pactos anti-natura, como hizo en las autonómicas y locales, que, como en Madrid, sólo han servido para relegar al PSOE en favor de Podemos, tal como sostienen, incluso públicamente, destacados socialistas de la vieja guardia altamente preocupados por las absurdas posturas de este nuevo PSOE que no sabe adónde va ni cuál ha sido y debe seguir siendo su proyecto político, moderado y progresista, en España.
            En cuanto se refiere a asuntos del exterior, cabe destacar que Platini ha sido expulsado del fútbol con una sanción ejemplar que le inhabilita durante ocho años; y que los talibanes cercan la capital afgana del opio tras resurgir en la provincia de Helmand, enclave del opio afgano, una de sus principales fuentes de financiación.
Jorge Cremades Sena

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