miércoles, 16 de diciembre de 2015

SÁNCHEZ SE SIGUE EQUIVOCANDO



                        Pedro Sánchez, que por cierto ha intercambiado un gélido saludo con Rajoy en el funeral por los dos policías asesinados en Kabul, se sigue equivocando sobre su penosa actuación durante el “cara a cara” con Rajoy, sintiéndose orgulloso del bochornoso espectáculo en que se convirtió el debate. Dice ahora el líder socialista: “en el debate le dije al Presidente lo que piensan millones de españoles” y, aunque fuera cierto, yerra, pues, por esa regla de tres, seguro que otros millones de españoles piensan lo contrario, y entre los que piensan como él dice una buena parte piensan igual sobre la corrupción en el bando socialista. Pero el mayor error de Sánchez no está en el qué, sino en el cómo y en el cuándo. Que era preciso poner encima de la mesa el indecente asunto de la corrupción (de toda la corrupción, no sólo la de los contrarios sino también la de los propios), segunda preocupación de los españoles según el CIS, totalmente acertado; pero, dicho lo anterior, aportando propuestas anticorrupción encima de la mesa (Rajoy lo intentó sin que Sánchez entrara en ellas) y sin caer en el insulto personal contra quien personalmente, guste o no guste, no está imputado ni investigado judicialmente, y sólo durante la fase pertinente del debate en el bloque apropiado al respecto y no como estrategia indecente para hacer filibusterismo político y evitar que se contrasten con normalidad el resto de asuntos a debatir. Cualquier persona medianamente normal entiende que para pedir la dimisión de un cargo político, con argumentos políticos, es innecesario e incluso contraproducente, insultarle tachándole de indecente (sinónimo de indecoroso, impúdico, inmoral, deshonesto, grosero, desvergonzado, procaz, obsceno…), salvo que se aporten pruebas fehacientes de ello, aunque sólo sea por respeto no ya a él mismo como persona, sino además, en este caso, a los millones y millones de españoles que le votaron en su momento para convertirlo en Presidente del Gobierno. Y si Sánchez se equivocó en el debate, probablemente mal asesorado, se sigue equivocando al “mantenella e no enmendalla”, que dirían nuestros antepasados, persistiendo en justificar su injustificable actuación no ya como candidato alternativo a la Presidencia del Gobierno o como líder político de un Partido serio, cual es el PSOE, sino simplemente como persona.
            No seré yo, que pienso que se trata de un error estratégico a la desesperada por lo que auguran los sondeos, quien califique a Sánchez y su proceder como “macarrismo político” (ni quien avale las gracietas de algunos de los suyos de que es mejor que el “marianismo político”, interesante chascarrillo para las tertulias de café entre amigos), ni como “mala educación”, ni como “chulo de barrio”, como hacen sus contrincantes políticos al sentirse agredidos, pero sí me apunto a las críticas razonadas y razonables, incluso de algunos dirigentes del PSOE, de las “descalificaciones” gratuitas e innecesarias aunque sólo sea “por su imagen nefasta”, que ni estarían justificadas por razones electorales (sólo el 4´7% de los seguidores del “cara a cara” asegura que cambiará su voto, no sabemos en qué sentido, y más de la mitad desaprueba el tono de Sánchez), por más que la bronca haya situado al PSOE y al PP en el foco de la campaña electoral en este tramo final de la misma y Pedro Sánchez considere que ha movilizado a sus bases, quienes bien podrían movilizarse para convencer a los españoles de que las propuestas socialistas, que brillaron por su ausencia, son las que necesita España para salir de la crisis definitivamente, en vez de sentirse orgullosos del comportamiento insultante y filibustero de su líder. Aunque Sánchez todavía está a tiempo de aplicarse el refrán de que “rectificar es de sabios” y pedir disculpas, al menos por las formas, de su nefasta intervención y por el insulto gratuito al Presidente, me temo que no será así, ni “motu proprio” ni por consejo de sus aduladores asesores, demostrando que la sabiduría brilla por su ausencia o, al menos, es bastante escasa.
            Y, siguiendo con asuntos electorales, Rajoy pone a Ciudadanos ante el reto de pactar toda la legislatura, pues considera que “un Gobierno en minoría tendría muy difícil manejarse y garantizar la confianza y la estabilidad de cara a los mercados internacionales”, por lo que buscará un pacto de gobierno con otro partido (adivina adivinanza) ya que lo prefiere a pactos puntuales. El órdago a la responsabilidad está echado, mientras Albert Rivera, que dice “he estado un par de veces en la UCI política”, mantiene que no pactará ni con el PP ni con el PSOE… Esperemos que no vuelva a la UCI ya que a la tercera puede ser la vencida.
            Asimismo es imprescindible destacar que el estruendo electoral enmudece por unos instantes para despedir a “dos valientes españoles”, los dos policías asesinados en Kabul, cuyo funeral reúne a los Reyes Felipe y Leticia, al Gobierno, a los cuatro principales candidatos a La Moncloa y a la mayoría de las fuerzas políticas, para arropar a sus familiares en tan duros momentos, a quienes alentó el arzobispo castrense manifestándoles que “España os agradece su gran ejemplo de heroísmo”. Yo añadiría que España y todos los españoles o no bien nacidos. Que descansen en paz.
            En cuanto a otros asuntos destacar que la cesta de la compra sube estas Navidades siete veces más que la inflación; que Arístegui no dejó de cobrar comisiones siendo embajador, pues Pedro Gómez de la Serna revela en una grabación que el diplomático percibió en torno a 180.000 euros en 2014; y que Carmena podría ser condenada a una pena de hasta cuatro años de cárcel por los negocios de su marido, si se confirma su actuación como cooperadora necesaria de la insolvencia punible que Manos Limpias le atribuye a su esposo.
            Y en el exterior cabe citar que la UE quiere prohibir el uso de las redes sociales a menores de 16 años; que el miedo a una amenaza terrorista cierra los colegios de Los Ángeles dejando sin clase a 640.000 alumnos; que las FARC aceptan compensar a sus víctimas para sellar la paz en Colombia; que las mujeres también combaten en Siria, pues unas 800 sirias entre 18 y 30 años se han unido al ejército de Bachar el Asad; y que Macri afronta su primera crisis en Argentina tras pocos días de mandato, desatando la primera polémica al nombrar jueces de la Corte Suprema por decreto, cosechando por ello críticas hasta de sus aliados.  
Jorge Cremades Sena

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