domingo, 30 de junio de 2019

EL “NO ES NO” DEL PP Y CIUDADANOS


                        Desde que Pedro Sánchez inventara su caótico “no es no” a Rajoy, como estrategia ideal de un irracional frentismo político para propiciar la ingobernabilidad, y desde que pusiera en marcha una moción de censura sin una alternativa sólida y viable, como método para derribar un gobierno débil y sustituirlo por otro más débil e inestable todavía (cuando lo establecido constitucionalmente y lo razonable es la moción de censura constructiva, viable y sólida para mejorar la gobernabilidad evitando adelantos electorales), la gobernanza del Estado en todos sus niveles territoriales está en entredicho, al extremo de que la inestabilidad política se está convirtiendo ya en un crónico obstáculo creciente para la mejora del futuro inmediato de los españoles a corto y medio plazo, cuando los retos a afrontar exigen precisamente todo lo contrario. En efecto, a la apolítica fórmula del “no es no” sanchista se responde ahora con el apolítico “no es no” del PP y Ciudadanos, convirtiendo la futura gobernabilidad en una indeseable quimera plagada de incertidumbres, mientras quienes practican el irracional frentismo excluyente con los partidos constitucionalistas, con Sánchez a la cabeza como inventor del mismo, no dejan de apelar, pero con la boca pequeña, a que el diálogo político es imprescindible en democracia para solucionar los problemas de la ciudadanía, especialmente cuando nadie tiene mayorías absolutas. Obviamente, visto lo visto, les faltaría añadir que ese “sí” al diálogo político es siempre que salgan beneficiados los intereses particulares partidistas o personales, pues, sólo así cabe entender que el inventor del tozudo “no es no” exija ahora por responsabilidad política que populares y naranjas no le paguen con la misma moneda irresponsable con la que él pagó hace bien poco tiempo….y sólo así cabe entender que PP y Ciudadanos, víctimas directas de la irresponsable estrategia del PSOE sanchista, respondan ahora de idéntica forma por mero revanchismo contra Sánchez, lo que, siendo comprensible a nivel personal y humano, ni es razonable ni deseable desde el punto de vista político, ni para el interés general, ni antes, ni ahora. Ya ven, un infernal círculo vicioso estratégico irresponsable que, más bien antes que después, deberían romper los partidos políticos constitucionalistas y democráticos, cuya principal obligación es velar por el interés general de la ciudadanía, comenzando por conformar un gobierno sólido y estable, bien sea monocolor o de coalición, según el resultado electoral, para aplicar un programa, ya sea propio o pactado, que se corresponda con lo que mayoritariamente decidieron los ciudadanos en las urnas. Y si los líderes de los partidos claramente democráticos y constitucionalistas son incapaces de dialogar y entenderse entre ellos, renunciando a los sacrificios personales necesarios en beneficio del bien común, cuando por intereses mezquinos son capaces de dialogar y entenderse con opciones políticas de dudosa convicción democrática y constitucionalista o claramente totalitarias y antidemocráticas que buscan el derribo del Estado de Derecho, es que nuestra Democracia está aquejada de una grave enfermedad que al final acabará con ella o la dejará en un estado lamentable. Ningún demócrata convencido puede comprender la incapacidad de entendimiento entre socialistas, populares y liberales, ni los vetos entre ellos, cuando son capaces de entenderse con partidos radicales de derechas o izquierdas, con populismos antisistema, con nacionalismos totalitarios o con abertzales filoterroristas, todos ellos de dudosa, cuando no flagrante, fobia democrática, pues, en todo caso, deberían ser éstos los realmente vetados, todos ellos sin excepción, en vez de, cuando interesa, vetar cínicamente en el mejor de los casos a unos u otros según conviene ideológicamente.
            El resultado de esta infernal estrategia de ingobernabilidad es obvio: una España en funciones desde 2015 por culpa de un bloqueo político indeseable que paraliza el funcionamiento normal de un Estado democrático impidiendo las reformas que urgentemente necesita e incluso los proyectos locales y territoriales. Una España en funciones, con un Gobierno en funciones, incapaz de emprender, precisamente por su condición, ni siquiera el relevo de Félix Sanz en el CNI, cuyo mandato al frente del mismo finaliza en estos días, y que sigue gobernando (por llamar al desgobierno eufemísticamente) con los mismos Presupuestos de Rajoy que tumbó con la citada moción de censura. Y mientras todos los partidos ya ven nuevos comicios en otoño, Sánchez, que irá a la investidura en julio sin el apoyo de Podemos, su opción preferente como aliado, estalla contra Iglesias mientras el partido populista le reprocha, no sin razón, que pretenda un “apoyo gratis”; un desacuerdo que conduciría a una nueva votación en septiembre, aunque el Gobierno la niega en caso de que pierda ahora la investidura, mientras los tres presos golpistas de JxCat piden a sus diputados que se abstengan para facilitarla y al fugado Puigdemont, así como al investigado Torra (el TSJ de Cataluña le deja a un paso del banquillo al procesarle por desobediencia por mantener los lazos amarillo en edificios públicos durante la campaña electoral), que no bloqueen dicha investidura. Por otro lado, Casado insiste en el voto negativo del PP pese a las voces a favor de una abstención, y Rivera, en el Consejo de Ciudadanos, se planta en su “no es no”, rechazando las presiones externas para que se abstenga e invitando a sus críticos a que funden otro partido si quieren hacer presidente a Sánchez, a quien en campaña electoral vetó de forma clara y contundente obteniendo con ello una sustancial subida electoral, y advirtiendo a los empresarios de que no lograrán que invista al líder socialista, mientras pierde la confianza en Garicano y se dispone a no tolerar la disidencia interna, intentando zanjar así la crisis. Entretanto, Borrell seguirá en Exteriores tras renunciar a su escaño en la Eurocámara ante un previsible largo Gobierno en funciones (según otros, ante el reparto de cargos en la UE), mientras Moncloa valida los votos de Otegi, tras justificar a ETA en TVE y, como los abertzales son imprescindibles para el PSOE en Navarra, argumentan de cara a la investidura que “los 350 diputados nos deben merecer el mismo respeto y consideración” (obviamente, los 350, incluidos los de Bildu, menos los de Vox), mientras Otegi, el líder de Bildu, se dispone a negociar su apoyo a la investidura junto a ERC, lo que resultaría baldío en caso de que Iglesias mantenga su “no” en la investidura de julio y afronte el reto por parte de Moncloa de ir a elecciones, que, según SigmaDos, hundiría a Ciudadanos y Vox (Rivera perdería 2´8 puntos y sería adelantado por Podemos, mientras PP y PSOE crecerían, pues el 70% de los votantes de Ciudadanos quiere que su partido facilite la investidura de Sánchez, en tanto que uno de cada cuatro de los votantes del PSOE rechaza que se forme Gobierno gracias a ERC y Bildu)…..aunque, en fin, sólo se trata de encuestas.
            Una España en funciones en la que, por otro lado, el desencuentro entre PP, Cs y Vox mantiene en vilo, entre otros, el Gobierno de la Comunidad de Madrid, aunque, cerrada la crisis de Rivera con Igea, el líder naranja se disponga a dar al PP el Gobierno en Castilla y León (una incertidumbre de gobernabilidad menos), mientras Rocío Monasterio, portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, sostiene con bastante lógica que “el PP no puede firmar algo con nosotros y lo contrario con Ciudadanos”; mientras la pinza ERC-Bildu exigirá negociar la abstención a la investidura pidiendo más competencias y autogobierno, cuando algunas CCAA tienen ya más competencias y autogobierno que muchos estados federales; y mientras Sánchez se reserva la “vía Rajoy” para doblegar a Ciudadanos, creyendo que una repetición electoral facilitaría la abstención de Rivera, como ocurrió con el PSOE en 2016, aunque confiando en lograr apoyos por arte de magia y lograr ser investido en julio para evitar el adelanto electoral. Y, mientras el Gobierno señala a la Fiscal General del Estado por fallarle en el “procés” (Sánchez se plantea sustituir a Segarra por no imponer a los fiscales que apostaran por la sedición, tal como hizo la Abogacía del Estado), RTVE normaliza a Otegi como potencial socio de Sánchez de cara a su complicada investidura y le entrevista por vez primera, mientras el ex terrorista iguala en “prime time” a víctimas con verdugos, se ofrece al PSOE y no condena los asesinatos de ETA, por lo que PP y Ciudadanos piden la dimisión de Rosa María Mateo por “blanquear” al líder abertzale en la televisión pública y algunas asociaciones de víctimas se niegan a acudir al Congreso de los Diputados donde se desarrollaba un homenaje a las víctimas del terrorismo. Un homenaje en el que los socios de Sánchez (Podemos, PNV, ERC y Bildu) en la moción de censura a Rajoy y presuntos valedores de su próxima investidura eluden respaldar a la hermana de Miguel Ángel Blanco y no aplauden la intervención en el Congreso de Mari Mar Blanco en el que pedía que los que no condenan a la banda no “asuman el control de las instituciones”, mientras la Ministra de Defensa criticaba de alguna forma la entrevista a Otegi en la televisión pública, pagada por todos los españoles, diciendo que “sólo lo entendería si pidiera perdón”, en tanto que la candidata del PSOE en Navarra ya admitía que hablaría con Bildu tras su investidura y Maite Araluce, Presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, añadía que “es inmoral que hayan dado voz a Otegi en TVE”. Por su parte Ternera, según el auto que le envió a la cárcel, se jactó ante el juez de tener “contactos con esferas de poder” y negó en el tribunal de París que estuviese en la clandestinidad, reivindicando su “implicación activa” en el “proceso de paz”, mientras Francia lo mantiene en prisión a la espera de que en octubre se celebre la vista para decidir su extradición a España y que responda de sus asesinatos ya en plena democracia. Es lo que sucede insólitamente en esta España en funciones desconcertante, con un gobierno en funciones no deseable.
            Por lo que respecta a otros asuntos cabe citar que, por fin, el incendio desatado y sin control en Tarragona, originado en un estercolero mal gestionado, es controlado junto a la central nuclear de Ascó, gracias, entre otros, a la intervención de la UME, bien recibida en Cataluña (¡menos mal que el Ejército español para algunos asuntos si es llamado y bien recibido por los secesionistas catalanes!); que el Supremo obliga al País Vasco a adaptar su sistema de becas al resto de España, exigiendo que las cuantías y los requisitos económicos y académicos sean los mismos en todo el Estado para “garantizar una política educativa homogénea”; que los alumnos de Primaria se reducen por primera vez en catorce años; que Ciudadanos vuelve la vista hacia el PSOE en la Comunidad de Madrid tras exigir Vox al PP un “programa único común” y pedir el negociador “un cargo para su mujer”, la cabeza de lista de los de Abascal; que Feijóo lanza una ley contra la despoblación para favorecer el retorno de 20.000 gallegos, contemplando incentivos para las empresas que contraten a emigrantes retornados y recogiendo exenciones de impuestos en el medio rural; que España, al igual que otros países de Europa, sufre una ola de calor exagerada, provocando la alerta en más de 32 provincias; que Francisco González cuenta con dieciséis escoltas a cargo del BBVA, siendo el ex presidente más protegido del Ibex 35; que la Autoridad Fiscal propone una renta para 1´8 millones de hogares pobres a propuesta de los sindicatos, con un coste neto de 3.500 millones que reduciría la tasa de pobreza severa en España del 6´9% al 2´7%; que Almeida cierra la oficina de DDHH de Carmena por “sectarismo” y miles de manifestantes reivindican Madrid Central; que la vivienda nueva se destinará al alquiler antes que a la compra, mientras los fondos elevan sus inversiones en España atraídos por la demanda y la rentabilidad; que las hipotecas se encarecen desde que la banca paga el nuevo impuesto y el Banco de España lo certifica, ya que la banca traslada a las hipotecas el alza de impuestos por una media de 211 euros más de media anual; y que unos 4.000 morosos deben a Hacienda 14.100 millones, una deuda equivalente al gasto anual de Madrid en sanidad y educación, estando el 40% de los integrantes de la lista vinculados al ladrillo, mientras el TS acusa a Hacienda de generar “incertidumbre social” con sus normas ya que el ladrillo, el deporte y la banca copan esta incomprensible y deleznable lista de morosos, que, al fin y al cabo, es una estafa contra el resto de españoles que pagan sus impuestos religiosamente.
            Y del exterior, destacar que los socialistas daneses logran gobernar solos pactando un programa con el que Mette Frederiksen recibe el apoyo de los partidos a su izquierda; que en EEUU el drama fronterizo hace reaccionar al Congreso y la mayoría demócrata en la Cámara aprueba una ley que destina 4.500 millones de dólares a mejorar los recursos para mejorar las condiciones de detención de los menores inmigrantes; que, según Guaidó, el Presidente encargado de Venezuela, “Cuba sostiene a Maduro” y “la solución pasa por ellos”; que Alemania tiembla con las convulsiones de Merkel, quien las sufre de nuevo en público y desata la preocupación y los rumores sobre su salud, aunque ella mantiene su agenda a pesar de todo; que el socialista holandés, Timmermans, es el favorito para presidir la Comisión Europea al situarse por delante del candidato conservador alemán Manfred Weber; y que Trump tensa un G-20 crucial con duros ataques a sus aliados, tratando de rebajar los acuerdos contra la crisis climática, poniendo a Sánchez en su sitio al señalarle su sillón en la reunión de líderes con un gesto brusco (“este es tu sitio” le dijo señalándole su sillón, aunque Moncloa sostiene que lo que le dijo fue “qué buen sitio”), para finalmente levantar el veto a Huawei y volver a negociar con China, dándose con Xi Jinping una tegua a la Economía tas acordar seguir negociando para zanjar la guerra arancelaria y evidenciando que la Casa Blanca cede a la presión de las empresas de EEUU, que perdían miles de millones por la prohibición de comerciar con Huawei.
                                    Jorge Cremades Sena

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