Al
margen del signo ideológico que tenga en Democracia el Gobierno de turno hay
principios y asuntos de Estado, como la división de poderes entre otros, que no
pueden quedar en entredicho, ni en el fondo ni en las formas, y deben ser
respetados por encima de las conveniencias del gobernante o de la oposición
pues conforman la espina dorsal del funcionamiento del Estado de Derecho. El
poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, por más interrelacionados que estén,
no sólo han de ser independientes sino que además han de parecerlo para evitar
interferencias indeseables entre ellos que entorpecen la estabilidad
institucional y animan a críticas oportunistas coyunturales que generan
precedentes indeseables de cara al futuro, olvidando que, en democracia, quien
en un momento determinado está en el gobierno
en otro momento estará en la oposición y viceversa. Pero no parece este
el camino cuando el Vicepresidente Pablo Iglesias, nada más tomar posesión de
su cargo, arremete contra la Justicia española declarando que la prueba de que
la “judicialización” del procés fue un error es que “muchos tribunales
europeos” han “quitado la razón” a jueces españoles, lo que ha supuesto una
“humillación” para España. Una declaración totalmente inoportuna, además de
falsa, ya que, salvo la decisión de un tribunal territorial alemán, el tribunal
de la UE simplemente ha aclarado al Supremo español, a petición de éste, una
duda sobre el momento en que un eurodiputado adquiere inmunidad, al no haber
jurisprudencia alguna al respecto. Por tanto, una inoportuna declaración de
Iglesias que ha provocado la reacción inmediata del Consejo General del Poder
Judicial, difundiendo otra declaración en la que pide a Iglesias (que ya no es
un político opositor, más o menos responsable y comedido, sino el
Vicepresidente del Poder Ejecutivo) “responsabilidad institucional”, mientras
el Gobierno, por su parte, responde al CGPJ, sin citar a iglesias,
reivindicando la “libertad de expresión” (el cajón de sastre en el que cabe
todo lo que a cada uno le convenga) y reclamando la renovación de la cúpula del
Gobierno de los Jueces, presidido por Lesmes (en funciones, al igual que
sucedía con el Gobierno de España presidido por Sánchez, desde diciembre de
2018) aunque, eso sí, con un comunicado en tono conciliador señalando que “es
tiempo de dialogar y aportar acuerdos que refuercen las instituciones”. ¡Menuda
forma de dialogar la del Vicepresidente Iglesias! En definitiva, ante este
intolerable hostigamiento del Vicepresidente del Gobierno, el CGPJ se planta
apelando “a la responsabilidad institucional para evitar la utilización
política de la Justicia y el cuestionamiento de la independencia, la
imparcialidad y la profesionalidad de los jueces y magistrados” y, ante ello,
el Gobierno respalda a su Vicepresidente mientras solicita la renovación del CGPJ
que, hasta la fecha, se ha venido repartiendo entre PSOE y PP, apelando a un
diálogo, justo cuando Pedro Sánchez, sin dialogar con nadie, sorprende a tirios
y troyanos con el pase casi directo de su Ministra de Justicia a la Fiscalía
General del Estado, insólito durante todo el periodo democrático, provocando
dicho nombramiento grandes críticas ante el evidente daño a la imagen de la
Fiscalía del Estado, que no del Gobierno (aunque sea el que propone el
candidato), manteniendo algunos vocales en el pleno del CGPJ, que vota su
idoneidad, un rechazo hacia Delgado porque “no garantiza la imparcialidad”. Al
final, para evitar encontronazos mayores, un Poder Judicial dividido avala por
doce votos a siete el polémico nombramiento de Delgado como Fiscal General
mediante un texto inhabitual en el que, por primera vez, suprime toda mención a
la “idoneidad” y sólo se centra en los requisitos legales. Lesmes logra así que
doce vocales apoyen el nombramiento, aunque siete no lo hagan, porque “hay una
apariencia de vinculación con el Gobierno”, siendo así la Fiscal General menos
respaldada desde el nombramiento ilegal (aquel sí) de Eligio Hernández en los
años noventa.
Y
es que, desde que tanto la izquierda como la derecha moderada, PSOE y PP-CS
respectivamente, se han echado en brazos de radicalismos indeseables,
Podemos-Secesionismo y Vox respectivamente, para poder gobernar; los grandes
acuerdos para asuntos de Estado andan cada vez peor por la evidente influencia
de los radicalismos. El fuerte rechazo a Delgado por su parcialidad, divide
incluso en bandos a la izquierda judicial y fiscal, molesta con su
nombramiento, que, evidentemente daña la imagen de la Justicia, mientras en la
derecha el PP insiste en bloquear la renovación de los órganos judiciales,
siendo acusado por la ministra Montero de “embarrar la política”, y Casado
plantea una reforma para que ningún cargo político vuelva a ser Fiscal General
del Estado, mientras Enrique López, responsable de Justicia del PP, deja bien
claro que “el PP está dispuesto a negociar un pacto de Estado para despolitizar
la Justicia”…..¿Estarán dispuestos PSOE y PP a finiquitar de una vez por todas
este asunto al margen de las presiones de sus respectivos socios radicales? Me
temo que no, pues en ambos partidos prima más su interés particular que el
general y en el futuro nos veremos abocados a contemplar el pase del Ejecutivo
al Judicial de forma descarada, así como los matrimonios formando parte del
Consejo de Ministros, cuando eran asuntos inéditos en todo el periodo
democrático…. ¡qué se hubiera dicho, por ejemplo, si Rajoy cuando era
Vicepresidente hubiera compartido cartera con su mujer en el Gobierno de
Aznar!, ¡qué, si éste hubiera pasado a Gallardón desde su Gobierno a la
Fiscalía General del Estado! Por otro lado, el PP, tan interesado en garantizar
la independencia judicial en España, vota en el Parlamento Europeo contra la
garantía de la independencia del sistema de justicia en Polonia o la vigilancia
mayor sobre las actuaciones de este país y de Hungría por su deriva
autoritaria…. En fin, cinismos políticos, tanto en la izquierda como en la
derecha que sólo conducen a enfangar el funcionamiento de las instituciones
democráticas. Y, por si no fuera suficiente, Sánchez decide trasladar el
Consejo de Ministros de los viernes a los martes, lo que para la oposición
supone una burla al necesario control del Gobierno en el Congreso de los
Diputados ya que los grupos parlamentarios tendrán mucho menos tiempo para
preparar las preguntas al Gobierno de los miércoles.
Entretanto
Torra anuncia el adelanto electoral si se consuma su inhabilitación, mientras
Marlaska ofrece a ERC la purga de la cúpula de la Guardia Civil en Cataluña,
queriendo apartar a los mandos que han tenido mayor protagonismo contra el
procés para contentar a Esquerra, amenazada, sin duda, por Torra con elecciones
si el Parlament le inhabilita. Por otro lado Jordi Cuixart ya es el primer
condenado del “procés” en gozar de un permiso de dos días tras cumplir la
cuarta parte de su condena, concesión que le hace la Generalitat sin que
Fiscalía lo recurra, iniciándose así el camino para que las condenas del resto
de presos sean bastante más llevaderas. Así, el Presidente de Omnium Cultural
no tiene reparo alguno en hacer el signo de la victoria a las puertas de la
cárcel….y así, Ternera sopesa su entrega a España ante el “nuevo panorama” de
excarcelaciones. No obstante, Oriol Junqueras sigue amenazando al Gobierno con
que “el Presupuesto dependerá de los avances en la mesa de diálogo”, o, dicho
de otro modo: o me concedes lo que quiero o se acaba la fiesta. Por su parte
Sánchez desmonta la estrategia de Borrell contra el soberanismo y pacta con
Torra reabrir las mismas “embajadas” vetadas por el ex ministro pese a que
Justicia las sigue cerrando, mientras Fiscalía se muestra favorable a paralizar
la inhabilitación del President dictada por la Junta Electoral, o, dicho de
otro modo: el TSJC tumba las embajadas catalanas y Sánchez las reabre.
Y
en medio de este preocupante panorama, por si no hubiese ya demasiados
desencuentros, se abre paso otra polémica en Educación, otro asunto de Estado
que debiera estar por encima de los intereses partidarios. El Gobierno de Murcia,
apoyado por Vox, abre el conflicto al imponer el control, mediante autorización
expresa, de los padres a cualquier actividad extraescolar complementaria que
realicen sus hijos en los centros educativos, lo que eufemísticamente se conoce
como “pin parental” pero en realidad es una censura expresa inaceptable. Con
toda la razón del mundo la Ministra Celáa, eso sí, con mayor o menor acierto en
sus argumentos, declara la guerra a este “pin parental” pactado entre PP y Vox,
que amenaza con ser extendido a otras CCAA gobernadas por la derecha, al
extremo de que el Gobierno está dispuesto a pleitear contra PP, Cs y Vox para
impedir este intolerable veto parental en la escuela pública, pues, según la
ministra, “no podemos pensar que los hijos pertenecen a los padres” cuando “los
hijos no pertenecen a los padres”, provocando la respuesta del popular García
Egea de que “los hijos no pertenecen a la señora Celáa, a la señora Montero o
al señor Sánchez”. Despropósito tras despropósito cuando el debate no es a quiénes
pertenecen los hijos, sino sobre los derechos que los hijos tienen al margen de
lo que consideren sus padres y es obvio que éstos no tienen derecho a imponer
unilateralmente su ideario en los centros públicos ni a decidir qué materias o
no han de impartirse en los mismos, incluidas las actividades complementarias
obligatorias, que han de decidirse en los respectivos Consejos Escolares donde
está representada toda la Comunidad Educativa. Pero me temo que la racionalidad
no será el principio que marque esta absurda polémica, pues el objetivo no es
mejorar el sistema educativo sino intentar llevarse el gato al agua como sea.
Por
lo que respecta a otros asuntos cabe citar que Irene Montero planta a la reina
en su estreno como ministra, estando en una televisión privada durante un acto
oficial de violencia de género; que Tezanos repetirá al frente del CIS después
de que Iglesias, ahora bien calladito, pidiera su cese, especulándose si ahora
el CIS volverá a preguntar por la Monarquía, reclamación recurrente del ahora
ministro Garzón; que Marlaska propone a María Gámez, actual subdelegada del
Gobierno en Málaga, como Directora General de la Guardia Civil, siendo la
primera mujer en dicho cargo; que Barcelona declara la emergencia climática
para reducir el CO2; que Ayuso disputará el “Mobile” a Colau tras decir ésta
que los móviles provocan cáncer; que la CNMV exigirá un 40% de mujeres en los
consejos de las empresas cotizadas, la presencia femenina es del 20% y este año
se espera alcanzar el 30%; que la planta de Tarragona no avisó de la explosión
a las autoridades; que Baleares admite ahora que echó a cinco educadores del
centro de menores por abusos sexuales; que, según informe del BBVA, la subida
del salario mínimo destruyó 45.000 empleos en 2019; que el marido de la
Vicepresidenta Ribera es favorito para presidir la CNMC con lo que el Gobierno
podría incurrir en un conflicto de intereses; que la incertidumbre laboral
hunde la confianza de las empresas a su peor nivel en cuatro años; que Pablo Iglesias
adelanta Vistalegre III para perpetuarse al frente de Podemos, anunciando que
será candidato; que Carlos Sainz conquista su tercer Dakar a los 57 años de
edad a base de una portentosa preparación física; que, según María Jesús
Montero, ministra de hacienda, “España aún tiene margen para nuevas figuras
fiscales”; que el TSJB vuelve a imponer el catalán como requisito en la sanidad
balear al declarar nulo el decreto de moratoria de dos años a los médicos; que
hay cierta alerta en Zarzuela por la futura relación con el Gobierno,
preocupando la “podemización” del PSOE, pues los socialistas ya asumen que no
podrán frenar los desplantes de sus socios a la Corona; que Podemos coloca a
cien altos cargos y asesores, pues él sólo el Vicepresidente tiene nueve personas,
mientras la “dos” de Igualdad, cobra 7.185 euros al mes, más que el propio
Presidente, como ya es habitual en estos altos cargos de segundo rango; y que Baleares multará a los promotores del
“turismo de borrachera” con sanciones de hasta 600.000 euros por las barras
libres, “happy hours” y ofertas 2x1, decidido a poner coto a este tipo de
turismo y al balconing con esta normativa inédita en la UE.
Y
del exterior, destacar que EEUU y China firman una tregua parcial, pero
mantienen sus suspicacias; que el “impeachment” comienza con nuevas pruebas
contra Trump, concluyendo la Agencia independiente de control del Gobierno que
el Presidente violó la ley al retener fondos para Ucrania; que China comienza a
debilitarse con una caída histórica de la natalidad y un freno en la economía;
que Putin impone una reforma política que le permite extender su poder,
abriendo una crisis de gobierno, sustituyendo al primer ministro y planteando
una amplia reforma de la Constitución, despejando así el camino para eternizarse
como zar ruso; y que el líder iraní, Jamenei, responde a las protestas con una
insólita arenga, acusando, con un rifle desde el estrado, a los manifestantes
de “hacer el juego al enemigo” y pidiendo a los países islámicos hacer frente a
EEUU. Pero el interés está en Venezuela pues el chavismo, el régimen tan
admirado por nuestro Vicepresidente Iglesia y compañía, impide a tiros y
porrazos que la oposición entre en el Parlamento, con lo que Guaidó traslada la
sesión a un teatro de Caracas mientras denuncia la “toma paramilitar” y
mientras la Eurocámara, por su parte, condena el “golpe de Estado” de Maduro
contra Guaidó y pide a Borrell que refuerce la implicación de la UE en el
conflicto; entretanto se conoce que el chavismo dio 35 millones a la trama de
Raúl Morodo, embajador español durante el gobierno de Zapatero, a quien
Anticorrupción acusa de cobrar asesorías ficticias de la petrolera PDVSA y caza
a su mujer con 6´4 millones de euros en Suiza…..por su parte Guaidó manifiesta:
“confío en que Sánchez sea firme con Maduro pese a Iglesias”.
Jorge Cremades Sena
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