Pedro
Sánchez, tras anunciar una legislatura de “diálogo social y territorial” y
advertir a Podemos de que “habrá varias voces en el Gobierno, pero una misma
palabra”, deja más inquietudes que certezas pues si, como es lógico, esa
palabra, al ser él Presidente, ha de ser la suya genera poca credibilidad, dada
su, hasta ahora, tradicional incongruencia entre lo que dice y lo que hace,
prometiendo cosas para hacer después las contrarias sin rubor alguno y sin dar ninguna
explicación sobre sus permanentes rectificaciones y bandazos. Además Sánchez,
fiel a su proverbial tendencia a romper con todas las tradiciones y usos
(quiere pasar a la Historia como pionero en todo), se permite hacer un
desplante al Rey no acudiendo a Zarzuela para comunicarle personalmente la
composición de su macro-gobierno, el más numeroso de los países de la UE,
limitándose a transmitírselo sin acudir al Palacio, una formalidad siempre
observada por sus antecesores y que se ha hecho norma en democracia, y
limitándose a comparecer durante diez minutos en Moncloa ante los periodistas
sin admitir pregunta alguna, para presentar públicamente su mastodóntico
Ejecutivo con 22 carteras y, entre ellas, cuatro Vicepresidencias, para
subrayar su autoridad en un Consejo de Ministros, plagado de Ministerios, entre
los que algunos no pasan de ser antiguas Direcciones Generales en
anteriores organigramas gubernamentales.
Y es que nada mejor que diluir el poder entre muchos para monopolizarlo más
fácilmente desde la Presidencia y su entorno; y, por si no fuera suficiente,
nada mejor que dotar a su Jefe de Gabinete, Iván Redondo, que, tras la
celebración del primer Consejo de Ministros asume el control total del mismo
con su “superjefe”, quien le convierte en verdadero “número dos” de facto,
aunque no rendirá cuentas al Congreso, ya que concentrará y coordinará el mando
sobre Comunicación, Seguridad Nacional o la Oficina Económica, un todopoderoso
fontanero que para algunos ya es el superministro número veintitrés y que, como
mano derecha de Sánchez, no sólo quiere una palabra entre varias voces sino que
prefiere una “única voz” para evitar sorpresas. Un Ejecutivo dócil y sumiso
que, frente a lo que se esperaba, prometió “lealtad al Rey” y a la Constitución
con absoluta normalidad, salvo meros matices estéticos de origen (Garzón e
Iglesias exhibiendo un pin comunista en la solapa) o referencias lingüísticas
innecesarias a Consejo de Ministros y Ministras, que ya quedaban incluidos en
la tradicional fórmula de Consejo de Ministros, o incluso sólo a Consejo de
Ministras, que, en este caso al no ser el tradicional genérico para ambos sexos
y excluir el masculino, hace difícil la coherencia para referirse, por ejemplo,
a la Ministra Alberto Garzón o cualquier otro por ejemplo. En todo caso, fuera
de anécdotas más o menos jocosas y de divertimentos lingüísticos absurdos más o
menos graciosos, cabe tomar algo más en serio la decisión de la Ministra Irene
Montero, esposa del Vicepresidente (¿o Vicepresidenta?) Pablo Iglesias, de
excluir a los hombres, por el mero hecho de serlo, de los altos cargos de su
Ministerio de Igualdad, que obviamente se convertiría en Ministerio de
Desigualdad y Exclusión, con lo que volvemos a las ocurrencias y despropósitos
de la época de Zapatero (recuerden las famosas ocurrencias y despropósitos de
las célebres ministras Aído o Pajín, entre otras), al extremo de que la elegida
por Montero como Directora del Instituto de la Mujer, la histórica feminista
Beatriz Gimeno, dice que “la heterosexualidad provoca daños en la mujer” y la
considera como “una herramienta política para subordinar a las mujeres”….. Sin
comentarios; sólo se me ocurre proponer que nos hagamos todos homosexuales para
que esta señora recupere la cordura. En fin, que va a haber varias voces en el
macrogobierno de Sánchez, no cabe duda; esperemos, al menos, que la única
palabra que haya, la del Presidente, se cumpla a partir de ahora.
Un
macroejecutivo que prevé negociar una subida moderada del salario mínimo y que
ofrece una reunión al inhabilitado Torra antes de inaugurar la famosa mesa de
diálogo bilateral España-Cataluña, con un Sánchez que pilotará la negociación
con el secesionismo apoyándose en Carmen Calvo para desarrollar su estrategia
en Cataluña, mientras Vox ensaya en las calles la oposición frontal al
Ejecutivo con concentraciones por toda España para denunciar que Sánchez se ha
puesto “en manos del separatismo” y “amenaza la unidad de España”. Y con un
Vicepresidente Iglesias que, instalado ya en lo más alto de la “casta”, que
tanto repudiaba, será más dócil de lo que se espera y en el acto de promesa de
su cargo ante el Rey dice a los periodistas “no dejéis de criticarnos”, cuando
es sabido su fobia a los medios no afines a su pensamiento único. Un macro-ejecutivo
cuyo estreno en su primer Consejo queda eclipsado por la decisión de Sánchez de
nombrar a su recién cesada ministra de Justicia, Dolores Delgado, como Fiscal
General del Estado mientras dice que pretende desjudicializar Cataluña y que
será clave en la semilibertad de los presos del “procés”, entre ellos Junqueras,
y en los procesos que aún están abiertos. En efecto, cuando sonaban los nombres
de la magistrada del Supremo Ana Ferrer, la fiscal Almudena Lastra o la
Consejera de Justicia de Valencia Gabriela Bravo para sustituir a Segarra, la
actual Fiscal General, Pedro Sánchez sorprende haciendo que su polémica
Ministra de Justicia, Lola Delgado, pase del Ejecutivo al Judicial
directamente, caso insólito en cualquier democracia, provocando una oleada de
críticas por elegirla para dirigir la Fiscalía, con el PP diciendo que
recurrirá el nombramiento ante el Tribunal Supremo, Ciudadanos proponiendo
excluir a políticos del cargo y con las asociaciones mayoritarias de jueces y
fiscales poniendo en duda su imparcialidad, especialmente desde que al propio
Sánchez le traicionara su subconsciente y en plena campaña electoral, cuando
prometía que haría traer a Puigdemont para ser juzgado (¡cómo han cambiado los
tiempos!), despejaba las dudas al periodista diciendo “¿de quién depende la
Fiscalía? Pues ya está” (dejando claro que dependen del Presidente) para al día
siguiente tener que rectificar ya que Fiscalía, tras ser elegida a propuesta
del Gobierno, ha de actuar de manera totalmente independiente y no depender de
nadie. Ahora Sánchez, fiel a su lapsus en campaña electoral y contrario a la
rectificación obligada que hizo, exhibe su poder sobre los fiscales para
cumplir con las promesas a ERC y pone insólitamente al frente de Fiscalía a su
ministra de Justicia y diputada por el PSOE, obviamente para asegurarse su
control, provocando la irritación de los fiscales que consideran el hecho como
“una bofetada a la independencia” y de jueces que intuyen que “nos quieren
maniatar en el procés”. Un hecho sin precedentes que, al margen de lo que haga
Lola Delgado, pone en entredicho la separación de poderes, cuando el sentido
común nos lleva a preguntarnos: ¿es que no había otro candidato con un perfil
mucho más imparcial que el de Delgado? Y todo ello con el beneplácito de
Iglesias que, tras la reprobación de Delgado como ministra a causa de unas
conversaciones inadecuadas con el polémico ex comisario Villarejo, había pedido
su dimisión como Ministra de Justicia, mientras Sánchez justifica su polémica
decisión porque la trayectoria de Delgado “es impecable” cuando el problema no
es ese, ¡sólo faltaría que no cumpliera los requisitos para ser nombrada!) y
añade que le ha pedido “que actúe con independencia y garantice el cumplimiento
de la ley” (mal asunto que el Presidente tenga que pedirle lo obvio)…..el
problema es que el principio de imparcialidad para semejante alto cargo no sólo
ha de serlo sino parecerlo y en Lola Delgado de entrada no lo parece, dada su
reciente trayectoria política.
Por
otro lado el primer Consejo de Ministros, Ministras y Ministres (como algunos
dicen para referirse a los no masculinos ni femeninos y que se sientan
identificados) decide subir las pensiones un 0´9% (unos nueve euros de media),
lo que compromete 1.400 millones de gasto mientras pide margen a la UE, con
quien prevé negociar el objetivo de déficit, y retrasa el alza del salario de
los funcionarios, mientras se conoce que el Ministro Luis Planas coloca a su
Jefe de Gabinete en Roma antes de salir la vacante, un caso de enchufismo en el
Ministerio de Agricultura sin lugar a dudas, pues Juan Prieto anuncia la “toma
de posesión” de su cargo dos días antes de que se publicara la convocatoria en
el BOE, que sigue abierta hasta el día 23 de enero. Un Consejo de Ministros en
el que Sánchez olvida su promesa de traer a Puigdemont ante la Justicia, se
alía con los independentistas para mantener a Torra como diputado, está
“encantado” de reunirse con él aunque haya sido inhabilitado con la excusa de
que la sentencia no es firme, y reafirma que habrá consulta en Cataluña,
mientras Europa puede tardar un año en quitar la inmunidad a Puigdemont y en la
apertura del Europarlamento el PP pide reformar la ley para que un fugado no
concurra como candidato a unos comicios.
La
realidad es que, al margen de excusas, el Gobierno ignora a la JEC y confirma a
Torra como interlocutor válido, mientras Puigdemont da por seguro el apoyo de
los socialistas españoles a su inmunidad tras tomar posesión de su escaño,
junto a Comín, en Estrasburgo, pues, no en vano, los 20 votos del PSOE pueden
frenar el suplicatorio, ya remitido a la Eurocámara por el Supremo. Un
Puigdemont eufórico que amaga, una vez más, con volver a España, mientras el PP
teme un “nuevo gesto” al separatismo, después de que el Parlament de Catalunya
haya decidido mantener a Torra como diputado con el aval del PSC de Iceta,
decidiéndolo así la Mesa hasta que haya sentencia firme, con lo que el
socialismo catalán, y español, blinda a Torra de momento en su flagrante
desobediencia a la Junta Electoral. Y mientras el líder del SPN (Partido
Nacionalista Escocés) en Westminster se desmarca del “procés” por su
unilateralidad, dejando claro que “Escocia nunca tomará la vía de Cataluña”,
Sánchez, ante lo que se le viene encima, busca el control del TC para el
“derecho a decidir” y presiona al PP para activar la renovación y hacer así
otro gesto a ERC, garante de su estabilidad gubernamental, pretendiendo acabar
con la actual mayoría “conservadora” y colocando al catalán Xiol como
presidente del Alto Tribunal, que sería relevado en dos años por Conde Pumpido.
Por
lo que respecta a otros asuntos cabe citar que España vuelve a los Oscar con
Almodóvar, Banderas y “Klaus”; que Igea deja la Ejecutiva de Ciudadanos para
plantar cara a Arrimadas; que el Real Madrid gana al Atlético por penaltis la
Supercopa de España en Arabia Saudí; que Xavi rechaza la oferta para entrenar
al Barça, cuya directiva destituye a Valverde y nombra finalmente a Quique
Setien como nuevo entrenador; que Borja Sémper, portavoz del PP en el
Parlamento vasco, deja la política diciendo que “lo que estamos haciendo no es
política con mayúsculas”, mientras el PP prepara el asalto al PP vasco y
recuperar el “alma dura”; que explota una planta química en Tarragona provocando
dos fallecidos y varios heridos; y que la supuesta violación de una niña
tutelada destapa una repugnante corrupción de menores en Palma, pues, según su
relato, otras tuteladas “son prostituidas”, mientras identifica el bar donde
las chicas, que están a cargo del Consell de Mallorca, son explotadas
sexualmente.
Respecto
al exterior cabe destacar que el portugués Paulo Gonçalves muere en el Dakar;
que el derribo del avión ucranio abre una brecha en el régimen iraní con
protestas de jóvenes en campos y ciudades, agrietando el régimen de los
ayatolás; que Bruselas abre el camino a un salario mínimo y un seguro de paro
europeos; que Boris Johnsosn niega un nuevo referéndum en Escocia con el
argumento de que “el pueblo ya votó”; que Europa presiona a Irán al abrir la
puerta a nuevas sanciones; que Isabel II trata de zanjar la crisis y avala la
salida de Harry y Meghan para que vivan entre Canadá y Reino Unido,
imponiéndoles un periodo transitorio; y que Evo Morales, que avisa de que
armará milicias si logra volver a Bolivia y quiere organizarlas a imagen y
semejanza de las que ya existen en Venezuela, pagó a precio de oro 169 vídeos a
la consultora de Podemos, Neurona Consulting, que cobró 1´3 millones de euros a
través del Banco Central de Bolivia, con contratos dados a dedo por el Gobierno
de Morales a la empresa ligada a Monedero, cobrando la empresa tres meses antes
de las elecciones españolas, por vídeos que sólo duraban entre 30 segundos y
dos minutos para colgarlos en redes sociales, e instalándose la empresa en
nuestro país y trabajando para Iglesias, nuestro actual Vicepresidente.
Jorge Cremades Sena
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario, gracias