Iniciamos la semana que
desemboca de pleno en las esperadas Fiestas de Navidad en las que,
lamentablemente, los españoles vamos a tener bien poco que celebrar pues, tras
periodos de esperanza en la contención del covid, esta semana es también en la
que de nuevo España se coloca en riesgo muy alto de contagios al rebasar la
incidencia los 500 puntos y subir, en sólo una semana, un 20% las
hospitalizaciones, cuando España se resiste a restricciones más duras, mientras
las CCAA, cada una por su lado, llaman a la prudencia ante esta sexta ola de
covid y reclaman rastreadores militares ante la que se avecina (ya desde hace
unos días hay 700 rastreadores colaborando con las distintas regiones). Y es
que la variante ómicron se extiende con rapidez por España y Europa (un 30% de
los contagios en hospitales de Madrid ya se deben a ella) y los expertos
advierten de que la explosión de casos llevará a más mortandad, mientras los
técnicos de Sanidad proponen limitar las reuniones familiares a seis personas,
pues la triste realidad es que España llega a la Navidad con el triple de
contagios de hace un año y está en máximo riesgo, y los expertos, haciendo
autocrítica, que ya debieran hacer los gobernantes, dicen que “se ha cometido
el error de decir que íbamos bien; debimos reducir la movilidad en los puentes,
vamos tarde” y que ómicron es “la amenaza más significativa” desde el inicio
del covid, que nos puso al borde del abismo el año pasado. Sin embargo,
seguimos, aunque se prometió por parte del Ejecutivo, sin una cobertura legal o
una ley de pandemias que garantice un mínimo de uniformidad en la lucha contra
la pandemia, lo que al final obliga a Sánchez a convocar esta semana a los
Presidentes Autonómicos para intentar frenar un virus desbocado, que se veía
venir, y, de momento, descarta un nuevo estado de alarma como el del año
pasado…..¿No hubiera sido más práctico, transparente, eficaz y objetivo haber
hecho una ley de pandemias consensuada, tal como se prometió y pide la
oposición? Por lo visto, no; ahora Sánchez llama a las CCAA, según él, para
“compartir medidas”, “reforzar la cooperación institucional” y “compartir
decisiones”….y lo hace después de que España entre en riesgo muy alto, sin
entender que de lo que se trata es de gobernar y apechugar con las
consecuencias, negativas o positivas, derivadas, pues no se trata de un juego
para compartir medidas y decisiones o reforzar cooperaciones institucionales,
sino que se trata de gobernar y adoptar dichas medidas para que en todos los
territorios españoles se apliquen en vez de jugar a “cogobernanzas” inventadas
como si se tratara de relaciones entre países independientes que libremente
deciden compartir responsabilidades conjuntas. Entretanto Sanidad aprueba la
dosis de refuerzo de la vacuna para mayores de 40 años, el TSJ balear avala
pedir “pasaporte covid” o PCR a los sanitarios, España sufre problemas de
suministro de pruebas de antígenos tras la explosión de contagios y la cercanía
de la Nochebuena, que han disparado la venta de dichos test, y las
cancelaciones en hostelería suponen ya 1.000 millones de pérdidas, que inciden
en la situación ruinosa por la que atraviesa nuestro país. Sin duda los
españoles tenemos poco que celebrar en estas Navidades, cuando los ingresos por
covid en planta y en la UCI se triplican en un solo mes y el Gobierno se limita
a recordar que la presión hospitalaria es menor que en olas anteriores y cuando
las CCAA exigen al Gobierno un plan claro para frenar el covid y Sánchez se
limita a convocar la Conferencia de Presidentes dos días antes de Nochebuena
sin concretar qué va a proponer y limitándose a pedir “tranquilidad”,
evidenciando la falta de un plan B pese a ver un “riesgo real” en las
Fiestas….en tanto que Feijóo exige acelerar los trabajos previos y las CCAA del
PSOE señalan que no hay una agenda concreta.
Poco que celebrar cuando el Banco de
España destroza el optimismo electoralista del Gobierno y, contra lo que éste
sostiene, augura un lustro perdido en el PIB, bajando el crecimiento al 4´5%
para este año y al 5´4% para 2022, frente al 7% de Calviño, y avisa de que la inflación ya es estructural y no coyuntural, afirmando que la
recuperación es “claramente menos dinámica”, coincidiendo con ello con la OCDE
y el FMI, que tampoco respaldan las cifras del Ejecutivo español. Por su parte
el BCE inicia la retirada de los estímulos, aunque promete actuar con
“flexibilidad”, y reducirá la compra de deuda española, en niveles
descomunales, un 60% en 2022, estimando pasar gradualmente de los 100.000
millones de media anual a 40.000, por lo
que el Gobierno, le guste o no, tendrá que ajustar las cuentas públicas para
disminuir la necesidad de endeudamiento, mientras el Banco de España cifra en
24.000 millones el desvío en el PIB, siendo la inflación, la pandemia y la caída
del consumo las causas del error en las previsiones.
Poco que celebrar cuando los españoles
tienen dificultades para que en algunos territorios sus hijos puedan aprender, con
absoluta normalidad en las escuelas, el español, lengua común de todos los españoles,
mientras Aragonés, President de la Generalitat de Catalunya, anuncia más
inspecciones para “blindar” la inmersión lingüística ante la Justicia, que ha
sentenciado que el 25% de clases se imparta en castellano, por lo que las
entidades por el bilingüismo han de acometer una ofensiva para que se cumpla la
sentencia del Supremo que los gobernantes secesionistas catalanes se niegan a
garantizar y acatar. Entretanto la ocurrencia de la Generalitat consiste en
prever dos maestros por clase para garantizar castellano y catalán, y Aragonés ordena
la supervisión en las clases para que se imparta tal y como está fijado ahora,
evitando hacer referencia explícita a una desobediencia a la sentencia que
garantiza el 25% de clases en español, mientras los sindicatos y la Iglesia
arropan a la Generalitat en la protesta por lo acaecido en Canet. Y entretanto
Bildu, otro que tal baila, se dispara en los sondeos vascos tras su
blanqueamiento por parte del Gobierno de Sánchez, mientras el juez Pedraz abre
una vía para juzgar a toda la cúpula que dirigía ETA en el año 2.000.
Poco que celebrar cuando los socios de
Sánchez aprietan contra la vuelta de Juan Carlos I, que, por cierto, reaparece
en público en un partido de Nadal en Abu Dabi, y algunos ministros vaticinan la
aparición de “nuevas informaciones” que retrasarían su posible regreso,
mientras Gobierno y la Casa Real tienen miedo a que le pudiera suceder “algo”
estando fuera de España, pero Moncloa enfría el polémico regreso con un
lacónico “Zarzuela no nos ha informado”, en tanto que Batet, es llevada al TC
por amparar que La Moncloa oculte informes sobre los indultos, al recurrir el
PP la negativa de la Presidenta del Congreso a reclamar los documentos que el
Gobierno se niega a entregar a la Cámara Legislativa……¿Tan benévolos con unos y
tan malévolos con otros?....nadie lo entiende.
Poco que celebrar cuando Castells,
alegando motivos de salud, deja el Gobierno tras fracasar su ley universitaria,
siendo muy discutido por rectores, alumnos y sindicatos, y es sustituido a
instancias de Ada Colau por Joan Subirats, que estuvo preso con el famoso Carod
Rovira y que se jacta de votar en el ilegal referéndum del 1-O; mal asunto que
en el Gobierno más numeroso en ministros de los países la UE, se vaya uno,
Castells, enfrentado con todos y sin aprobar su reforma (otro miembro más del
Gobierno de coalición que se va sin sacar adelante sus planes) y en vez de
suprimir el Ministerio y ubicar sus competencias en otros con rango de Dirección
General, se mantenga dicho Ministerio, obsoleto como tantos otros, y además se
nombre como titular del mismo a un personaje, Subirats, claramente identificado
con las tesis secesionistas totalitarias del radicalismo catalán más
antidemocrático.
Y, en definitiva, poco que celebrar cuando
Gobierno y oposición, se dedican a insultarse mutuamente y son incapaces de
sentarse a negociar, entre otras cosas, la renovación del CGPJ para garantizar
la independencia de los jueces o sacar adelante reformas pendientes de marcado
interés general, enfrascándose ambos en sus propias paranoias. En efecto, a las
manifiestas discrepancias internas del Gobierno de coalición, cabe añadir que
el PP, principal partido de la oposición, está inmerso en plena guerra interna
por el poder, cuando dice Miguel Ángel Rodríguez, jefe de Gabinete de Ayuso, a
García Egea, el “número dos de Casado”, que “tú y yo lo arreglamos en tres
minutos”, mientras otros se preguntan que de ser tan fácil por qué no lo hacen
si la propia Ayuso manifiesta “no soy una amenaza para Casado porque soy parte
de su equipo”, “España necesita al PP, necesita que Casado llegue a La
Moncloa”, “tenemos un debate en la organización que nos está tensionando”, “yo,
la política sanitaria de Madrid la defiendo por encima del PP”, en tato que
López Miras, el Presidente de Murcia, añade “todos tenemos que remar con
Casado, no hay otra dirección posible”, “hablar de cuestiones internas no
genera confianza ni credibilidad”, “el único partido que garantiza la
estabilidad de un gobierno es el PP”, “la mayoría de las decisiones de Sánchez
son un despropósito”. ¿Alguien entiende algo de este guirigay? Entretanto,
según GAD3, casi el 40% de los votantes del PSOE discrepa de las grandes
políticas de Sánchez, pues el precio de la luz, el acoso al castellano, la pérdida
de peso internacional, el uso partidista de los indultos y el empecinamiento
por cambiar la reforma laboral, le pasan factura al Presidente (de los votantes
del PSOE el 88% piensa que la luz está más cara que hace tres años, el 54% cree
que el castellano está discriminado en Cataluña, el 39% considera que no se ha
ganado peso internacional, el 35% estima que el indulto de Juan Rivas es por
causas políticas y el 38% está convencido de que la reforma laboral no ayudará
a crear empleo de calidad) y Yolanda Díaz consigue la misma valoración que el
Presidente entre los votantes socialistas, mientras el PP, que no apoyará la
candidatura de Calviño en el FMI, mantiene la presión y cree que la ministra de
Economía “es la única pieza que une a Sánchez con Europa”. Así las cosas, según
GAD3, el bloque de derechas acaba el año con una mayoría consolidada, pues el
PP tiene una estimación de voto del 28´5%, casi ocho puntos más que en 2019 y 122 escaños,
mientras el PSOE cae al 25´1%, tres puntos menos que en las elecciones y se
queda con 99 diputados.
Por lo que respecta a otros asuntos
cabe citar que la ministra Díaz desayuna con Garamendi mostrando cierta
cercanía a la espera de la polémica reforma laboral; que el Gobierno y los
camioneros alcanzan un acuerdo que evita la huelga tras el compromiso del
Ejecutivo de atender sus principales exigencias; que Escrivá, Ministro de
Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, dice que “necesitamos mucha
inmigración para mantener el nivel de ocupación”; que los negocios del
Presidente de RTVE amenazan su cargo, pues Pérez Tornero facturó 12 millones
con sus empresas cuando era directivo en la UAB; y que Sánchez se da un baño de
masas tras recomendar prudencia desde la Delegación del Gobierno en Barcelona y
participar después en la clausura del Congreso del PSC que ha aupado a Illa al
liderazgo de la formación, donde Iceta, respondiendo con ironía a Casado por
decir que “hay profesores con instrucciones de no soltar en el lavabo a niños
porque hablan en castellano”, replica con sarcasmo que “los niños catalanes
hacen pipí”…..es el nivel político que tenemos ante un asunto de trascendental
importancia, sin duda, los españoles tenemos bien poco que celebrar.
Y del exterior, destacar que el
Gobierno holandés decreta un mes de confinamiento estricto ante el incremento
de contagios de covid; que el izquierdista Gabriel Boric logra la presidencia
de Chile en las elecciones más polarizadas desde el retorno de la democracia,
convirtiéndose en el mandatario más joven en la historia del país, y su rival
de derechas le felicita; que EEUU y Reino Unido suben tipos para frenar la
inflación y la UE se desmarca; que la CDU entierra el legado de Merkel al girar
a la derecha con un nuevo líder, Friedrich Merz, de 66 años, liberal en lo
económico y conservador en los social, que presidirá la Unión Cristiano
Demócrata tras lograr el 62% del voto de los afiliados; que la Iglesia abre una
investigación inédita sobre abusos en España, pues El Vaticano supervisará el
examen de las denuncias contra 251 miembros del Clero, entregadas al Papa
Francisco y al cardenal Omella; que la UE ignora las medidas del Gobierno
español para controlar la subida del precio de la luz, tras un duro pulso por
los precios de la energía en la cumbre europea, en que los 27 pactan una
posición común sobre la pandemia y cierran filas frente a Rusia en la crisis de
Ucrania, pero la vertiginosa subida de precios de la luz abre fisuras con
España entre las voces más airadas contra la
pasividad de Bruselas; y que Luisa Ortega, ex fiscal general de
Venezuela, afirma “he entregado pruebas de 8.000 asesinatos políticos en
Venezuela”, “he aportado al Tribunal de La Haya pruebas de una limpieza social
en el país”, “Maduro autorizó el uso de las armas de fuego contra
manifestantes” –ya van 131 víctimas- y, sobre Zapatero añade “me gustaría
cambiar impresiones con él sobre la democracia en Venezuela”…..y es que ese
insólito apoyo del ex presidente ZP a lo que pretende Maduro no lo entiende
nadie…. sin duda, los españoles tenemos bien poco que celebrar en estas Fiestas
Navideñas.
Fdo. Jorge Cremades Sena
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