Se presupone que un gobierno
de coalición surge tras un previo proyecto o programa gubernamental asumido por
los partidos que integren dicha coalición de gobernabilidad para iniciar y con
la intención de agotar una legislatura, dado que ninguno de ellos tiene la
mayoría suficiente para gobernar en solitario. Y digo “se presupone” porque es
lo que sucede en cualquier país del mundo, al extremo de que, en caso
contrario, se rompe dicha coalición y el Presidente de dicho Gobierno decide si
opta por conformar otra nueva coalición o por convocar nuevas elecciones para
que sean los ciudadanos quienes decidan deshacer el entuerto. Pues bien, en
España no es así; Sánchez entiende que gobernar en coalición es conformar dos o
más gobiernos en uno, según los partidos que formen la coalición gubernamental,
al extremo de que, como acaba de suceder con el proyecto de Ley Audiovisual,
medio gobierno la presenta y la vota en el Parlamento mientras el otro medio gobierno la rechaza, teniendo que
salir adelante el proyecto gracias a los votos de la oposición. Insólito, ¿no?
Asimismo en cualquier otro gobierno de coalición el Presidente del Gobierno (de
todo el Gobierno), una vez elegido, es quien decide el cese o permanencia de
cualesquiera de sus miembros y la rectificación a cualquiera de sus actuaciones
al margen de si dicho ministro (ministra o ministre, ¡no vaya a ser que se
enfaden conmigo los de Podemos!) pertenece a uno u otro de los partidos
coaligados. Pues bien, en España no es así, pues cuando hay remodelación del
Ejecutivo, como sucedió con la dimisión del Vicepresidente Iglesias, quien
decide el sustituto o nuevo nombramiento no es el Presidente sino el Jefe del
partido afectado quien toma e impone su decisión, al extremo de que Pablo
Iglesias, y no Sánchez, no sólo decidió de qué partido habría de ser su
sustituto (sustituta o sustitute) sino incluso la persona concreta que habría
de ejercer su cargo, en este caso Yolanda Díaz, sin que el Presidente pudiera
hacer otra cosa que aceptar al nuevo ministro (perdonen los de Podemos si no
sigo añadiendo “ministra y ministre”, como sucede con otros vocablos, es
sencillamente porque el texto sería ilegible y farragoso), con lo que,
insólitamente, a partir de su nombramiento depende de quién le ha nombrado y no
del Presidente. Así las cosas, el desencuentro interno y público entre
ministros socialistas y podemitas, que produce vértigo en todos y cada uno de
los proyectos de ley presentados por el Gobierno (con algunos de ellos teniendo
que ser aprobados en el Congreso con el apoyo de la oposición y en contra de los
aliados que apoyaron la investidura), culmina ahora con la guinda de que, en el
caso del proyecto de Ley Audiovisual, por primera vez, ni siquiera el proyecto
es de todo el Ejecutivo, ni asumido por la totalidad de sus ministros, lo que,
a todas luces, confirma que en España, en vez de un gobierno de coalición, hay
un desgobierno de coalición o una coalición de desgobierno (como prefieran
ustedes) con dos gobiernos en uno enfrentados descaradamente entre sí y sólo
unidos por el interés personal y particular de sus ministros para permanecer
como sea en el poder, confirmando evidentemente el temor de Sánchez de que con
Iglesias (es decir, con Podemos) en el Ejecutivo no podría dormir tranquilo,
aunque luego optara por este desgobierno minoritario de coalición para que
quienes no podamos dormir tranquilos seamos la mayoría de los españoles
mientras él y sus ministros duermen tan a gusto.
Así las cosas, Sánchez, como en otros
tantos proyectos, ante el rechazo de sus propios socios y aliados, que él ha
elegido libremente para desgobernar, quiere apoyarse en el PP, la oposición
mayoritaria, para aprobar los cambios que pretende en la ley del CNI, tras
sacar adelante la Ley Audiovisual con las abstenciones de Podemos y el PP, y la
del “sí es sí” con el respaldo de sus aliados y, en este caso, con el rechazo
del PP y VOX…. un malabarismo que consiste en tirar la moneda al aire y en cada
caso ver si cae cara o cruz para aprobar las leyes. Y para lograrlo el
Presidente no escatima en repartir críticas a diestro y siniestro según le
conviene. En el Congreso irrita a jueces del Supremo y a los espías para
intentar contentar a sus socios, que no obstante le siguen criticando, y, como
si tuviera mayoría suficiente, confiando en que la carambola decida finalmente,
anuncia una reforma de la ley de secretos oficiales y de los servicios de
Inteligencia, a los que vuelve a culpar de la crisis Pegasus como si él no
tuviera nada que ver en ello y carga al CNI y a la Justicia la responsabilidad
del espionaje legal a los secesionistas, mientras el Supremo lo desmiente ya
que el juez de control no es quien fija los objetivos ni es informado de las
investigaciones, con lo que el CNI se ajustó, como no puede ser de otra forma,
a las directrices de Moncloa sobre el espionaje ya que fue la comisión delegada
de asuntos de inteligencia la que, con buen criterio, fijó los ejes de
actuación, en los que preocupaba el terrorismo callejero en Cataluña y la
presunta relación con Rusia. En efecto, por más que Sánchez quiera cargar sus
responsabilidades en otros para intentar contentar a sus aliados y socios, la
realidad es que las materias se delimitan a principios de legislatura e
Inteligencia confirma que su trabajo se ajustó “en todo momento” a la directiva
aprobada que, entre sus objetivos, incluye “expresamente” el de “combatir y
luchar contra el independentismo” por ser una de las amenazas para la
integridad territorial de España. Sánchez, en vez de intentar eludir
responsabilidades en asunto tan sensible, lo que debiera explicar es por qué
pacta con los secesionistas y a la vez les espía, mientras cede una vez más
ante el separatismo y les promete cambiar la Ley de Secretos Oficiales en tanto
que sus socios, descontentos, le manifiestan “usted es el mayor controlador del
CNI” y el PP ve inviables estas reformas de
las leyes del CNI y los Secretos Oficiales al considerar Feijóo que “no
tiene sentido que anuncie una reforma para contentar a sus socios” añadiendo “conmigo
que no cuenten mientras insulten al PP” y exigiendo que, para pactar, el PSOE
“deje de insultar” al menos.
No obstante, mientras Irene Montero
impone por ley convertir al hombre en presunto culpable con la ley del “sólo sí
es sí”, rompiendo la presunción de inocencia, aunando abuso y agresión sexual y
exigiendo el consentimiento expreso de la mujer con “actos explícitos” para las
relaciones sexuales (veremos a ver como se explicitan en los tribunales),
Sánchez y Díaz aseguran la unidad de la
coalición pese a votar divididos la Ley Audiovisual, con el pretexto de que
semejante divergencia obedece a una discrepancia acordada y que el plan nunca
fue que cayera la ley, lo que empeora aún más la situación ya que, de ser así,
medio gobierno apostaría por una cosa y el otro medio por la contraria, con el
objetivo de engañar a la ciudadanía contentando a tirios y troyanos lo que
supone una verdadera falacia, mientras Sánchez, apoyándose en dicha falacia,
avisa de que aprobará más leyes en el Congreso sin el apoyo de Podemos (es
decir, de la mitad del Gobierno), el partido con el que cogobierna o
codesgobierna, para acabar así la Legislatura, en medio del malestar lógico en
Moncloa por este primer “no” del sector “morado” a un proyecto de ley
gubernamental o mediogubernamental, y tras detectar un desplome del Presidente por
el asunto Pegasus que lo sitúa tras Feijóo.
Entretanto, con la vista puesta en
Andalucía, Arrimadas manifiesta que “estamos más cerca del fin del sanchismo y
Ciudadanos será clave”, cuando, según SigmaDos, el popular Moreno Bonilla se
dispara ante un PSOE en retroceso y un Vox que se estanca, y con un PP que gana
tres puntos en un mes, con la ultraderechista Olona que no despega y con el
socialista Espadas que podría perder hasta en Sevilla, ya que en los inminentes
comicios en Andalucía el PP obtendría el 36´1% de votos, el PSOE 25´4%, Vox
15´1%, Por Andalucía 10´5%, Ciudadanos 4% y Adelante Andalucía 3´8%. Asimismo,
según 40dB, el PP acariciaría un gobierno andaluz en solitario pues los
populares superarían a toda la izquierda junta. Y es que las encuestas, en
general, ponen al PSOE andaluz casi al nivel de Vox (los trackins dan a los
socialistas al menos 28 escaños y a Vox un máximo de 21), lo que genera un
verdadero pánico en el PSOE, al extremo de que dirigentes socialistas
contemplan una crisis del Gobierno (o desgobierno) de coalición de Sánchez si
se hunden el 19-J en Andalucía, mientras el malabarista Sánchez se prepara para
reflotar el partido y prevé presentar otros Presupuestos en el Congreso, y
mientras, según NCReport, el 60% del votante de izquierdas apoya el adelanto de
elecciones, creyendo la mayoría de votantes que la llegada de Feijóo a la
política nacional “marca un cambio” de tendencia…… Pero, en fin, sólo se trata
de encuestas.
Por otro lado, los técnicos de la UE
evaluarán la fiabilidad de las estadísticas españolas, mientras el Gobierno ve
divergencias entre el PIB y otros indicadores como el empleo o la recaudación,
cuando Europa anuncia el fin del gran estímulo por la crisis de la covid,
cuando los bancos empiezan a subir la rentabilidad de los depósitos ente el
incremento de tipos, cuando la escalada del Euribor apunta a la mayor alza de
las hipotecas desde 2007, cuando el absentismo laboral le cuesta a España cerca
de 100.000 millones y cuando la Administración adeuda a pymes y autónomos, los
grandes perjudicados, unos 110.000 millones en facturas. Mientras tanto se
publica que, según audios secretos sobre corrupción, Interior maniobró para que
Gürtel no salpicara a Rajoy (“hay que tener controlado a Correa, tiene mucha
información del Barbas” dijo Villarejo al Secretario de Estado de Seguridad) y
que decenas de facturas revelan sobornos a cargos del PSOE en la red de
corrupción del “caso azud” en la Comunidad Valenciana, donde un abogado
vinculado al partido socialista en Valencia intermediaba entre dirigentes y una
trama corrupta y Fiscalía cree que con el dinero se lograban planes
urbanísticos y se financiaba a la formación, mientras la mano derecha de Ximo
Puig deja sus cargos este mes para defender al presunto financiador. ¡Hasta
cuando habremos de soportar la maldición de la corrupción de quienes gobiernan
en España en vez de ponerse de acuerdo para erradicarla de una vez por todas y
no usarla como estrategia electoralista!
Por lo que respecta a otros asuntos
cabe citar que dos personas fallecen en una fuerte explosión en una planta de
biodiesel en el riojano pueblo de Calahorra; que el actor Luis Lorenzo es
acusado, junto a su mujer, de envenenar a la tía de su pareja para heredar; que
España refuerza su papel en la OTAN al enviar misiles a Letonia, llevando a la
república báltica un sistema de defensa antiaérea de la que hoy carece y
aumentando su contingente hasta unos 600 militares; que las editoriales
aceleran para cumplir con las exigencias de la “ley Celáa” como el activismo,
ecofeminismo, república, etc; que el Real Madrid gana su decimocuarta Champions
tras derrotar en la final en París al Liverpool con un gol de Vinicius y
memorables paradas de Courtois; y que Galán, el presidente de Iberdrola,
manifiesta “nosotros ganamos un 29% menos mientras las petroleras duplican
beneficios”, “los clientes sin la tarifa del Gobierno sufren menos volatilidad”
y “el mercado ibérico tiene el precio de la luz más bajo de Europa”.
Y del exterior, destacar que Europol
podrá acceder a datos de cualquiera al ampliar la agencia policial de la UE sus
poderes para la vigilancia electrónica; que la UE condiciona la ayuda a Ucrania
a reformas políticas y económicas, reclamando a Kiev reforzar el Estado de Derecho
y combatir la corrupción; que Zelenski viaja al este de Ucrania en plena
ofensiva rusa en Donbás, mientras la UE planea eximir a Hungría del embargo al
petróleo ruso; que la UE estudia una misión a Ucrania para desbloquear sus
alimentos, disponiéndose los 27 a escoltar los barcos con el cereal; que el
izquierdista Petro gana la primera vuelta de las elecciones presidenciales en
Colombia y se medirá con el populista Hernández en la segunda vuelta; que
Stoltenberg, secretario general de la OTAN, destaca la trascendencia de la
Cumbre a celebrar en Madrid y manifiesta “tenemos claro que Putin no puede
triunfar en Ucrania”; que Moldavia avanza un paso más hacia su
desestabilización con protestas para exigir la dimisión de la presidenta
proeuropea Maia Sandu y en apoyo al ex líder Igor Dodon, aliado de Putin y
detenido esta semana por corrupción; y que los padres y testigos de la masacre
de escolares en Texas critican la tardanza del grupo de élite de la policía en
neutralizar al tirador, quien resistió más de una hora, mientras el lobby de
las armas se exhibe, tras la matanza, en la Convención Anual de la Asociación
Nacional del Rifle con cinco millones de miembros.
Fdo. Jorge Cremades Sena
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