Tras el acuerdo de Sánchez
con Bildu para sacar adelante “in extremis” el decreto anticrisis a cambio de
rebajar en el Congreso de los Diputados las condiciones para formar parte de la
Comisión de Secretos Oficiales y, con ello, posibilitar que los partidos
secesionistas accedan a la misma, el Presidente se autoerige en ilustre
estadista manifestando que “ha ganado la política sana, que piensa en la gente,
y ha perdido la política malsana”, mientras Feijóo, líder del principal partido
de la oposición, sostiene que “una vez más el Gobierno ha preferido a Bildu
antes que al PP, lo lamento profundamente” y la Vicepresidenta Yolanda Díaz
remata sobre los populares con que “no son un partido útil, es el mismo PP que
Casado y no es verdad lo que nos decían”. Lo cierto es que horas después de la
votación del decreto con el apoyo de Bildu, ya que ERC, el otro socio del
Gobierno, mantuvo su voto en contra, los secesionistas obtenían su recompensa
con cuatro de los diez puestos en la Comisión de Secretos Oficiales, donde a
partir de ahora también estarán los portavoces de ERC, EHBildu, Junts per
Catalunya y la CUP, todos ellos declarados secesionistas y contrarios a la
actual integridad territorial del Estado Español, mientras algunos barones
socialistas andan preocupados porque estos pactos con el independentismo
lastran la marca PSOE; incluso uno de ellos, García-Page, lo hace público
manifestando que “ahora se pone de moda meter a los lobos en los mismos rebaños
que las ovejas”, mientras los populares se quejan de que “Bolaños le hizo a los
vascos la llamada que esperaba Génova”. No obstante, según Sánchez, ya sabemos
cuál es la política sana, la suya con los secesionistas, y la política malsana,
la de la oposición, aunque ello, a falta de mayoría suficiente en el Congreso
de los Diputados, conduzca al Estado a dejarse pelos en la gatera para que las
propuestas de Sánchez salgan adelante por la mínima, cuando lo deseable sería
obtener mayorías mucho más amplias y sólidas pactando al menos los asuntos de
Estado con el principal partido de la oposición, obviamente con una negociación
previa que, en ningún caso, puede ser, como pretende Sánchez, la política de
las lentejas, “si quieres, las tomas, y, si no, las dejas”, diseñada desde la
minoría del Gobierno, por buena que sea, y despreciando las mejoras que la
oposición pudiera aportar, con el argumento de que ello es política “malsana”
porque no piensa en la gente, cuando con semejante chantaje propagandístico
trata simplemente de intentar gobernar como si tuviera mayoría absoluta cuando
no la tiene, lo que, según Sánchez, es la política “sana”. Y ahora, desde esta
política sana de Sánchez, a comenzar de nuevo con el objetivo de Moncloa de
recuperar, tras el asunto Pegasus, a ERC, a quien los abertzales tranquilizaron
en la víspera de la votación en el Congreso diciéndole que votarían el decreto
anticrisis…..y todos a la Comisión de Secretos Oficiales. Y mientras Sánchez
desprecia al PP en favor de Bildu para salvar su decreto tras la negativa de
ERC, Moncloa se dispone a usar la “mesa de diálogo” para atraerlos de nuevo a su
exigua mayoría, sin dar por perdido su apoyo, fiándolo todo a nuevas
concesiones para garantizar la legislatura sin tener que negociar con el PP
para consolidar una mayoría sólida en el Congreso de los Diputados.
No extraña que ante esta “política
sana” de Sánchez, se desencadene cierta alarma en la OTAN por el “secreto” de
la cumbre que se celebra en Madrid, pues hay consultas a la inteligencia
española por el acceso de Bildu y ERC a las materias reservadas, ya que quieren
asegurarse de que estas formaciones no conozcan la hoja de ruta de la Alianza.
Y, entretanto, el Gobierno choca de nuevo con sus socios, en esta ocasión, por
la reforma de la Ley de Seguridad, pues Marlaska, que prometió su derogación
(al igual que se hizo con la famosa reforma de la reforma laboral de Rajoy, que
acabó en retoques), se ve obligado a aparcarla esta legislatura tras el
espionaje de Pegasus que, de momento, le deja sin apoyos parlamentarios. Por
cierto, hablando de Pegasus, la Audiencia investiga al autor del informe, Elíes
Campo, como “cerebro tecnológico” de Tsunami Democratic, junto a otros
afectados por el presunto espionaje ya que todos están bajo la lupa de la
Justicia, pues este movimiento fue el impulsor de las violentas protestas
callejeras tras la sentencia por el 1-O, conociéndose que el autor del “informe
Pegasus” fue a Bélgica para ver al prófugo Puigdemont, apuntando la Guardia
Civil varias visitas de éste al ex president fugado para presentarle el
“proyecto de ámbito financiero” Vocdoni. Ya ven la “política sana” de Sánchez
pasa por, como dice García Page, “meter a los lobos en los mismos rebaños que
las ovejas”.
Entretanto, mientras España lidera la
subida de la presión fiscal en la UE desde la pandemia, el paro sube en más de
70.000 personas en el primer trimestre y la inflación baja al 8´4% en abril, lo
que sigue siendo desorbitado, a pesar del descuento a los carburantes, siendo
alarmante que la inflación subyacente, sin contar alimento ni energía, suba
hasta el 4´4%, el nivel más alto desde 1995. La realidad es que España pierde
100.000 empleos en tres meses, situando la tasa de desempleo en el 13´6%, casi
el doble de la media europea, mientras los precios se tensan más allá de la
energía y España lidera el desempleo juvenil, con lo que la reforma laboral,
aprobada de milagro en el Congreso, da, de momento, paupérrimos resultados. Y
en tales condiciones los sindicatos, que han perdido el pulso de la calle (una
cuarta parte de los afiliados de UGT y CCOO se han dado de baja en la última
década), pinchan en la celebración del Día del Trabajo, limitándose a reclamar
que los salarios suban según el IPC, y con Unai Sordo, el líder de Comisiones,
avisando tímidamente de un incremento de la tensión y pidiendo la
corresponsabilidad de los empresarios ante la crisis. Una celebración
descafeinada pese al anuncio de un nuevo Estatuto de los Trabajadores que hace
Yolanda Díaz, la principal protagonista del Uno de Mayo, pues, aunque salieron
hasta nueve ministros, ella acaparó la atención arropada por los sindicatos, aprovechando
para distanciarse de Podemos e impulsar su propio proyecto político. Y es que
la crisis de Ucrania, entre otras cosas, provoca ya un evidente frenazo de la
economía, viéndose obligado el Gobierno a rebajar la previsión de crecimiento
para este año del 7% al 4´3%, desmontando así su patológico optimismo, pues el
estancamiento del primer trimestre por la inflación desbocada obliga a Calviño
a esta rebaja en su previsión inicial de crecimiento. En definitiva, el consumo
familiar se hunde y España se queda rezagada con respecto a Europa, con un paro
que seguirá por encima del 10% hasta 2025, y el PIB tardará un año y medio más
que en Europa en volver al nivel precovid, mientras el INE certifica este parón
económico en el primer trimestre ya que creció sólo tres décimas.
Por su parte Feijóo dice adiós a
Galicia para trasladarse a Madrid, renunciando a la Presidencia gallega tras
trece años en el cargo, que deja a su Vicepresidente Alfonso Rueda, y dice en
su despedida “no puedo compartir que en España es imposible lo que sí fue
posible en Galicia”. Y Abascal manifiesta: “Feijóo y yo tenemos que entendernos
para echar a Sánchez”, “Vox quiere que de una vez se deroguen políticas de la
izquierda, y eso es algo que el PP no garantiza”, “a los partidos golpistas hay
que ilegalizarlos, para que se les espíe legalmente y para que se les espíe
más”, “Moreno ya nos traicionó en Andalucía, Olona es una declaración de
intenciones, salimos a ganar y gobernar”, “¿Le Pen?, es un síntoma del
hartazgo, no se puede demonizar a la mitad de los votantes, cada vez irá a
más”. Y Ayuso, por su parte, blinda su electorado y reafirma su perfil nacional
en la presentación de su candidatura, reivindicando “un PP callejero y
pandillero” contra el “totalitarismo” de Sánchez, cuando, según SigmaDos,
mantiene su mayoría pese a la crisis por los contratos de su hermano y pese a
su guerra con Casado, pues la derecha estaría a diez escaños por encima de la
mayoría absoluta, Vox sumaría dos escaños más y la izquierda perdería uno, ya
que los resultados serían: PP 44´8% de votos y 64 escaños, PSOE 17´7% y 25, Más
Madrid 16´6% y 24, Vox 10´6% y 15, y UPodemos 5´7% y 8…… Peor aún para el PSOE
en Madrid si apostamos por el sondeo de NCReport, según el cual el PP queda más
cerca todavía de la mayoría absoluta un año después del 4-M, ya que Ayuso
mejoraría su histórico resultado con tres veces más diputados que el PSOE,
mientras Más Madrid se consolidaría como segunda fuerza, pues los resultados
serían: PP 45´5% de votos y 66 escaños, Más Madrid 18´2% y 26, PSOE 15´5% y 22,
Vox 10´1% y 14, y UPodemos 6´2% y 8. En fin, aunque sólo se trata de encuestas,
parece ser, según ellas, que los españoles (al menos los madrileños), no acaban
de entender la “política sana” que practica Sánchez y prefieren la “política
malsana”…..habrá que ver que piensan en otras Autonomías y, especialmente, a
nivel nacional.
Por lo que respecta a otros asuntos
cabe citar que España y Marruecos difieren ahora sobre la reapertura de la
frontera, pues Rabat se resiste a normalizar la aduana en Ceuta y Melilla a
pesar del gratuito giro de Sánchez sobre el Sahara; que el Ministerio de
Sanidad ofrece cerveza, vino, empanadillas y croquetas en su menú de siete
euros, aunque recomienda eliminar dichas bebidas de los menús de los restaurantes;
que muere a los 79 años de edad el actor Juan Diego; que los abogados de Suiza
expedientan al gestor de la fortuna de Juan Carlos I; que las CCAA fijan reglas
distintas para pasar de curso; que el gasto en cáncer se duplicó en cinco años,
pues los nuevos fármacos elevan la factura de 1.600 a 3.100 millones; que más
de 670 millones de los 7.000 licitados en contratos covid están bajo sospecha,
pues hay 80 adjudicaciones denunciadas entre los miles de concursos realizados
por la vía de urgencia, de los que 14.000 fueron resueltos a dedo; y que el
Real Madrid sella su abrumadora superioridad y tras ganar 4-0 al Español logra
su 35ª Liga de Futbol a falta de cuatro partidos para finalizar la temporada.
Y del exterior, mientras Francia busca
cerrar la brecha social que alimenta a Le Pen y ultras europeos se unen contra
la UE y se dividen ante Putin, Scholz llama a Alemania a prepararse para un
corte del gas ruso, afrontando así el riesgo de una recesión por la guerra de
la energía, en tanto que la UE presiona a sus miembros para no pagar en rublos
el gas de Rusia y Biden solicita al Congreso de EEUU 33.000 millones de ayuda
para Ucrania. Entretanto en Jarkov, la segunda ciudad de Ucrania, no se vive,
se sobrevive en medio de un paisaje desolado entre edificios en ruinas, misiles
en el suelo y cicatrices de metralla por todas partes. Son las consecuencias de
una guerra que Europa financia con 22.000 millones de euros al mes, pues los
servicios de inteligencia occidentales estiman que la invasión de Ucrania le
cuestan a Rusia 1.000 millones de euros diarios y sólo la factura energética
alemana con Moscú supera los 150 millones al día, por lo que Alemania apoya el
embargo de la UE del petróleo ruso que tendrá graves consecuencias sobre la
economía alemana. Y mientras el Kremlin confirma que un millón de ucranianos se
refugian en su país forzosamente, Rusia amenaza con alcanzar en segundos
Madrid, Londres o París, asegurando que “nadie sobreviviría”, y Putin pide que
las negociaciones de paz con Kiev incluyan el fin de las sanciones, en tanto
que son evacuados los primeros civiles de la planta sitiada de Mariúpol gracias
a un corredor de la ONU que permite abandonar la factoría a un centenar de
personas, mientras tropas ucranianas resisten en un perímetro de cuatro
kilómetros en torno a la acería de la ciudad que ya controla Rusia y mientras
Nancy Pelosi promete el apoyo total de EEUU a Ucrania asegurando que “estaremos
aquí hasta la victoria”.
Fdo. Jorge Cremades Sena
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