Después de siete años se
celebra por fin el Debate sobre el Estado de la Nación que, visto lo visto, más
valiera denominarlo Debate sobre el Estado de la Coalición de Gobierno, pues
Sánchez, criticado abiertamente no sólo por la oposición sino también por sus
propios socios, prefiere, sin hacer la más mínima autocrítica sobre su gestión
de esta caótica España al borde del colapso económico y antes de pactar con la
oposición ni siquiera en asuntos de Estado, atarse a Podemos y a los socios de
investidura hasta final de legislatura, rechazando cualquier propuesta que haga
el PP y asumiendo buena parte de las exigencias de su socio gubernamental en la
senda de más recaudación fiscal para mantener más gasto y más subvenciones en
vez de buscar la senda de gastar mejor reduciendo los gastos superfluos e
improductivos, entre ellos el desorbitado gasto de su macro-gobierno, de los más
numerosos en número de ministros, altos cargos y asesores, y el del resto de
Administraciones territoriales. Pero Sánchez, pasando del “no es no” cuando
estaba en la oposición, prefiere ahora pasar al “sí o sí” de sus propuestas a
la oposición (y si puede también a sus propios socios y aliados) aunque,
careciendo de mayoría parlamentaria suficiente, tenga que sacarlas adelante
mediante decretos, consiguiendo que, al menos, si el Estado de la Nación sigue
de mal en peor (sólo basta preguntar a los mortales sobre lo que han de hacer
para llegar a fin de mes), el Estado de la Coalición siga gozando de buena
salud, pues, a pesar de todas las discrepancias y enfrentamientos internos, el
debate ha servido para constatar que a cambio de cesiones puntuales se puede
continuar gobernando hasta el final de Legislatura aunque sea a trancas y
barrancas. El Estado de la Nación (o de las naciones españolas como alguno de
sus socios le recuerda y exige) puede esperar, todos sabemos cuál es dicho estado,
y lo importante es saber que el Estado de la Coalición mejora adecuadamente con
el giro a la izquierda de Sánchez aceptando la agenda progresista de protección
social para las clases medias (muchas veces aunque sólo sea a nivel propagandístico)
e impuestos a las energéticas y a la banca que Podemos le exigía, por lo que
ahora presume de ser el motor del progresismo del PSOE de Sánchez, lo que le
vale como excusa para no romper la coalición a pesar de las graves
discrepancias de fondo en temas esenciales como puede ser el gasto en Defensa,
el giro radical sobre el Sahara, nuestra pertenencia a la OTAN, el encaje de
Cataluña en España, y otros tantos asuntos de Estado que el Gobierno de Sánchez
es incapaz de afrontar con unanimidad. No obstante, tras el debate del Estado
de la Coalición, que progresa adecuadamente, aparece en el horizonte un nuevo
problema pues el citado giro a la izquierda de Sánchez descoloca a Yolanda Díaz
a pocos días de que la Vicepresidenta presentara su proyecto personal Sumar, al
margen de los partidos que conforman Podemos, al extremo de que en la segunda
jornada de debate mientras la bancada socialista aplaudía de pie al Presidente
ella permanecía sentada y sin aplaudir en su escaño. En fin, un debate del
Estado de la Coalición que aleja las expectativas de pactos de Estado entre
PSOE y PP, pues, entre otras cosas, Feijóo no apoyará ningún plan económico de
Moncloa que no contemple la bajada del IRPF, mientras Sánchez se queda solo con
sus socios ante un escenario cada vez más frágil, preocupante e incierto.
Atrás queda ya pues un debate en que
el Gobierno espera recaudar 7.000 millones con los nuevos tributos de carácter
temporal y extraordinario, y anuncia medidas sociales como el transporte de
cercanías gratis y un refuerzo de becas de 100 euros más al mes, buscando con
ello dar un vuelco político, mientras el PP sortea el debate económico y ataca
a Sánchez a cuenta de ETA, tras el pacto de éste de la Ley de Memoria
Democrática con Bildu, que sigue sin condenar los atentados terroristas aunque
ahora al menos dice “sentimos enormemente el daño causado” (menos mal que lo
sienten). Atrás queda el duro enfrentamiento entre Sánchez y Rufián, que llega
a sacar unas balas supuestamente traídas de la valla de Melilla, a pocas horas
de la celebración de la mesa de diálogo, cuando sus aliados le reclaman el
derecho a decidir y menor gasto en
defensa, que no en los sobredimensionados gastos administrativos. El giro a la
izquierda de Sánchez contenta a sus socios y aliados, que le piden que no
vuelva a mirar a la derecha, mientras él niega cualquier responsabilidad en la
crisis (toda la culpa es de los demás, no suya) y desprecia la oferta de
cambios del PP cuyas propuestas califica de “tesis de curandero”, buscando un
rearme ideológico frente a la oposición y rompiendo en vísperas del debate la
negociación con el PP sobre el CGPJ, descartando dar marcha atrás en su reforma
exprés del Poder Judicial, la condición de Feijóo para sentarse a renovarlo.
Sánchez califica las medidas propuestas de “sociales y económicas de calado”,
cuando el Gobierno no ha conseguido todavía aprobar en el Congreso su último
plan contra la crisis, y el PP ve en esta apuesta del Ejecutivo hacia la
izquierda la vía para acaparar el centro, cuando, nada más conocer las
propuestas de Sánchez en el Congreso, exigidas por Podemos, las entidades
financieras y energéticas pierden ya 9.500 millones en Bolsa, pues lo que
algunos llaman “impuestazo a la banca” encarecerá el crédito y las comisiones,
con lo que, como siempre, los ciudadanos serán quienes paguen el pato salvo que
se tomen medidas intervencionistas, ajenas a la llamada economía de mercado que
practican las democracias liberales de Occidente. Abascal por su parte pone la
guinda haciendo un guiño a Feijóo para “echar a Sánchez” y comprometiéndose a
derogar las “porquerías sectarias” del Gobierno, mientras Podemos celebra el “giro”
a la izquierda y, manteniendo sus exigencias en otros terrenos, pide a Sánchez
que no vuelva a mirar a la derecha.
Entretanto, como hemos dicho, el Gobierno
mantiene la reforma exprés del CGPJ al fracasar la negociación con el PP, que
le exigen frenar la norma para aceptar renovarlo y Moncloa no renuncia al
control del Constitucional, frustrando en definitiva el pacto del Consejo Judicial.
Por su parte Didier Reynders, el Comisario de Justicia de la UE, dice al
respecto que “actuaremos contra España si no renueva y luego reforma el CGPJ” y
“si no hay avances, utilizaremos todos los instrumentos: el recurso al TJUE e
infracciones” pues el último informe de la UE sobre el Poder Judicial español
pide “que los jueces elijan a sus pares”. Y mientras Bruselas endurece la
exigencia a España para que renueve el Consejo y rompa los lazos del Ejecutivo
con la Fiscalía, Moncloa consigue los apoyos para controlar el TC y obliga al
CGPJ a elegir antes del 13 de septiembre dos magistrados, logrando la reforma
del Consejo sin escuchar a los jueces. ¿Tan complicado es que PSOE y PP
entiendan que cuanto más independiente sea la Justicia más sólida será la
democracia? ¿qué intereses oscuros tienen uno y otro en querer seguir
controlando la Justicia? En fin, pues eso.
Y mientras los analistas económicos
avisan de un parón en otoño y recesión en 2023, el gasto en pensiones se
dispara en 14.000 millones tras la subida de la inflación, que sigue al alza
cuando el IPC, marcado por el precio energético, experimenta un alza record de los
alimentos y las empresas de reformas, como las de otras actividades, sufren el
incremento de los precios, cuando las obras son ya un 35% más caras que hace sólo
un año, pues, como dice David Meléndez, propietario de una de ellas, “muchas han
tenido que parar” ya que “todo lo básico para una obra ha subido; el ladrillo
se ha triplicado”. ¡Cómo para andar jugando a debates sobre el Estado de la Coalición
y no consensuar medidas mayoritarias de emergencia con la oposición, patronal y
sindicatos para intentar paliar el lamentable estado del Estado por encima de
prejuicios ideológicos indecentes en momentos tan críticos!.
Por lo que respecta a oros asuntos
cabe citar que Sanidad plantea dar gratis preservativos por prescripción médica
para atajar el VIH; que el tope de gas cuesta hoy casi lo mismo que la propia
electricidad, superando otra vez los 300 euros MWh; que Sanidad retrasa la
dosis de refuerzo a mayores pese a la séptima ola, cuando la UE pide vacunar ya
a los que tienen más de 60 años, pero España se lo piensa con los de 80; que
muere el ex ministro José Guirao, un referente de la gestión cultural; que
estamos en fase crítica de la segunda ola de calor del verano; que la tutela de
la víctima del ex de Oltra salpica a su sucesora, pues Aitana Mas tendrá que
decidir sobre el niño pese a su intento de derivar el caso a la Fiscalía; que
pacientes covid persistentes están desesperados teniendo que someterse a
tratamientos sin base científica, quejándose alguno de ellos de haber “pagado
15.000 euros por un lavado de sangre”; y que Marruecos señala a España por las
muertes en la valla de Melilla, denunciando el Consejo Nacional de Derechos
Humanos marroquí, quien se define como independiente pero su presidente es
designado por el monarca alauí, que “las autoridades no facilitaron la asistencia
y el socorro necesarios”.
Y del exterior, destacar que Biden
inicia su gira para promover un acercamiento entre Israel y Arabia Saudí
presentándose como “sionista” e instando a “nunca olvidar” el Holocausto; que
el dólar prácticamente consigue la paridad con el euro por primera vez en 20 años;
que Reino Unido no consigue detener las pateras y decenas de migrantes se
lanzan desde Francia hacia la costa británica; que las altas temperaturas reactivan
los incendios por todo Portugal y en España el fuego de la comarca de Las
Hurdes se extiende “muy virulento” por Salamanca; que Kiev y Moscú pactan
liberar el comercio de cereales con la mediación turca; que los tories nombrarán
el 5 de septiembre al sucesor de Johnson y parten como favoritos el ex ministro
del Tesoro y la de Exteriores; y que Alemania teme que Putin corte el gas con
la excusa de una parada técnica y se prepara para racionar el consumo en
invierno, pues Rusia cierra de momento el gasoducto por mantenimiento previéndose
que ello será aprovechado por Putin para dejar de suministrar gas a Europa.
Fdo. Jorge Cremades Sena
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