Tradicionalmente la
Diada era una fiesta festiva para todos los catalanes y para todos los
españoles, con matices reivindicativos de catalanidad cultural enriquecedores
en definitiva para Cataluña y, por tanto, para España. Sin embargo el paulatino
aprovechamiento por parte de unos pocos para darle a la Fiesta un carácter
antiespañol, con acusaciones desde la Generalitat de que “España nos roba”,
cuando el que robaba era el mismísimo President, Jordi Pujol, que pasó de ser
ilustre nacionalista a descerebrado secesionista, desembocó con sus sucesores
hace diez años en el patético y peligroso “procés”, la mayor operación contra
el orden constitucional democrático desde el esperpéntico 23-F, generando
definitivamente una peligrosa herida abierta en Cataluña y en el resto de
España, hasta llegar a la actual Diada, la de 2022, con algunos de sus líderes
condenados por aquellos graves delitos (e indultados por el Gobierno, sin ni
siquiera arrepentimiento alguno) y el resto de protagonistas huidos, en medio
de una fuerte división en el secesionismo, al extremo de que el actual
President, Aragonés, prefiere ausentarse de los actos programados, al renunciar
ERC a agitar la calle para no hacer peligrar una inoperativa negociación con
Sánchez, abocada al fracaso al poner sobre la mesa cuestiones
inconstitucionales que ni el Gobierno, ni nadie, salvo el soberano pueblo
español, puede otorgar. Por tanto, con semejante postureo, el pulso al Estado
tiene apariencia de haber cesado pero buena parte de la herida abierta con el
procés sigue abierta. Así llegamos a esta Diada de 2022, la más dividida y
crispada, sin que se vea todavía la más tenue luz para salir de este callejón
sin salida en el que el totalitarismo secesionista nos ha metido, sin que desde
el Estado, el Gobierno sea capaz de poner las cartas sobre la mesa dejando muy
claro que nada, que sea inconstitucional, puede negociar con la Generalitat y
que ésta, está obligada a acatar la Constitución y el Estatut, así como las
sentencias firmes de los tribunales, comenzando por aplicar el 25% de clases en
castellano, en vez de considerarlo en el currículo escolar peor que a cualquier
lengua extranjera cuando junto al catalán es lengua oficial en Cataluña. En
todo caso esta última Diada se ha convertido en un ariete contra el Govern de
Catalunya, al exigir la manifestación secesionista (unas 150.000 personas) a
Aragonés que convoque elecciones si no culmina el plan para la secesión, pues
la realidad es que Junts utiliza ahora la Diada contra ERC y su inútil diálogo
con Sánchez, exhibiendo así en la calle la fractura del independentismo, con la
ANC exigiendo ruptura o elecciones, mientras los asistentes gritaban contra
Esquerra y quemaban fotografías de Sánchez y Aragonés. Así las cosas, y más
allá de las versiones interesadas calculadas, cabría tener en cuenta lo que
piensan los españoles al respecto, pues, al fin y al cabo, como pueblo soberano
en su conjunto (incluidos los catalanes) habrán de ser finalmente quienes hagan
cicatrizar estas heridas y juzgar si los gobernantes, tanto a nivel central
como territorial, lo están haciendo bien, mal o regular. Y, según NCReport, por
si alguien lo quiere tener en cuenta, sólo un 24´7% de españoles da por acabado
el desafío secesionista y el 55´8% considera que sigue vigente; un 22´6% prefiere
a Sánchez y un 34´5% a Feijóo para “apagar” el proceso independentista,
mientras el 31´2% considera que ninguno de los dos; el 61´2% no confía en la
mesa de diálogo como instrumento para resolver el conflicto y sólo el 33´5% ve
factible que haya finalmente un pacto, frente al 46´8% que considera que no lo
habrá; y un 75´5% de españoles está en contra de que se celebre un referéndum
en Cataluña, especialmente entre los votantes de Vox y el PP, que rozan el
100%, pero también entre los votantes del PSOE con el 78´4%, mientras los de
Podemos también lo rechazan el 51´9% y lo respaldan el 42´3%. No estaría mal
que a la hora de tatar el asunto se tuviera en cuenta lo que piensa el pueblo
español que es el verdadero soberano para decidir al respecto en vez de
esperpénticos paripés de diálogo y negociación de temerarias propuestas
inconstitucionales, sabiendo que ni el Presidente de Gobierno ni el de la
Generalitat tienen competencias para acordar nada al respecto.
Y ya que estamos con las encuestas,
según GAD3, el PP consolida su primera posición frente al PSOE al que saca más
de ocho puntos de ventaja, Unidas Podemos sigue en caída libre y pierde más de
la mitad de sus escaños respecto a las generales, y los votantes de Vox y
Ciudadanos aprueban a Feijóo como preferido para presidir el Gobierno; los
resultados serían: PP 35´1% de votos y entre 147-151 escaños, PSOE 26´9% y 104-108,
Vox 13´4% y 38-40, UPodemos 8´6% y 14-16, y Otros 11´6% y unos 41 escaños.
Además, según el sondeo, cabe destacar que siete de cada diez votantes del PSOE
quieren que el Gobierno baje impuestos, la mitad de los españoles considera
conveniente que se anticipen las elecciones generales y casi el 60% de los
electores socialistas rechaza el indulto a Griñán por el caso de los ERE. En
fin, como para seguir jugando al despiste cuando, en todo caso, queda poco más
de un año para convocar elecciones obligadamente. Entretanto el pequeño
comercio se revuelve contra el plan de Yolanda Díaz, pues organizaciones de
pequeños comerciantes y autónomos rechazan que las grandes superficies limiten
los precios de una cesta de productos básicos, ya que el pequeño comercio no
tendría márgenes para competir y sería su ruina definitiva. Por su parte Feijóo
propone rebajar el recibo del gas hasta un 40% para los que más ahorren, mientras
se dispone a presentar al Gobierno un plan con iniciativas concretas para
abaratar los costes energéticos de pymes y familias. Es lo que hay en medio de
una histórica subida de tipos de interés por parte del BCE, que eleva el precio
del dinero en 0´75 puntos de una tacada, la mayor subida en sus 24 años de
historia, alentando el temor a una recesión; el precio del dinero se sitúa así
en el 1´25% tratando de combatir el encarecimiento de los precios, mientras la
economía del euro se estanca e irá a una contracción inevitable si Rusia consolida
el corte del gas, lo que anticiparía dos años más de crisis.
Y por si no fueran suficientes las
cuestiones económicas, en España se añaden otros problemas añadidos que generan
incertidumbres e inestabilidad, pues Moncloa rechaza la oferta del PP para
renovar el TC y el CGPJ, mientras confía en que los vocales conservadores cedan
ante las presiones políticas….y, por su parte, el PP confía en que Bruselas
fuerce a Moncloa a pactar la renovación de dichas instituciones fundamentales,
como son el Alto Tribunal que dirime los conflictos de inconstitucionalidad y el
propio gobierno de los jueces, que, de momento, obvia el plazo marcado en la
ley para la renovación del Constitucional, cerrando sin acuerdo el pleno que
debía elegir a los dos magistrados del Alto Tribunal que le corresponde y se limita
a fijar las reglas del proceso, lo que aboca a incumplir el plazo legal que
expira en unos días. Un peligroso y caótico escenario sin lugar a dudas que
sólo pueden resolver entre PSOE y PP, pero, ya ven, por lo visto no están
dispuestos a hacerlo, seguramente convencidos ambos de que sus respectivas
posturas enfrentadas les dan votos y les son más rentables.
Por lo que respecta a otros asuntos
cabe citar que el obispo de Cáceres recoloca a un párroco condenado por porno
infantil; que muere el escritor Javier Marías en Madrid a los 70 años de edad,
siendo figura clave de la literatura de las últimas décadas y renovador de la
narrativa en español; y que el joven tenista murciano de 19 años de edad,
Carlos Alcaraz, se convierte en el más joven de la historia en liderar la ATP
tras adjudicarse su primer Grand Slam ante el noruego Ruud en la final del US
Open.
Y del exterior, destacar que la UE
limitará los beneficios extra de las energéticas; que, según sondeos, el
Partido Socialdemócrata gana las elecciones en Suecia; y que Rusia se repliega
ante una rápida y sorpresiva ofensiva ucraniana en la que Kiev recupera decenas
de localidades cercanas a la frontera entre los dos países en el mayor punto de
inflexión del conflicto desde la retirada rusa de la capital, pues el ejército
ruso se desmorona y desmoraliza, emergiendo el malestar contra Putin con
rebeliones en dos distritos de Moscú y San Petersburgo, que exigen la renuncia
del Presidente, cuya nueva amenaza consiste en el bloqueo del uranio y de la
tecnología nuclear. Pero la noticia más impactante a nivel internacional es el
fallecimiento en su residencia veraniega escocesa de Balmoral de la Reina Isabel
II de Inglaterra a los 96 años de edad y tras 70 años de reinado, el más largo de
todos los reinados de Inglaterra y el segundo más largo de todos los reinados,
tras el de Luis XIV de Francia que reinó dos años más en su país…..fallecida la
Reina, su hijo Carlos, se convierte en sucesor como Carlos III y toma posesión
de su cargo inmediatamente, prometiendo en su discurso que “defenderé los principios
de la nación el tiempo que Dios quiera concederme” y acercándose a los
ciudadanos a las puertas de Buckingham, consciente de que su popularidad es
bastante menor que la de su madre e incluso que la de su hijo mayor, convertido
ahora en Príncipe de Gales y, por tanto, heredero de la Corona; además Carlos
III, entre otras cosas, ha manifestado: “me comprometo solemnemente a defender
los principios constitucionales en el corazón de nuestra nación”, “me esforzaré
por serviros con lealtad, respeto y amor”, “cuento con la amorosa ayuda de mi
querida esposa Camila”, “soy muy consciente de esta gran herencia y de los
deberes y las grandes responsabilidades”, “mi esfuerzo será seguir el ejemplo
de mi madre”, “rindo homenaje a la memoria de mi madre y honro su vida de
servicio” y la despide con un “querida mamá, gracias por tu amor y devoción a
nuestra familia”…..entretanto Escocia también despide a la Reina con miles de
personas siguiendo el cortejo fúnebre desde Balmoral a Edimburgo, mientras
Carlos III hereda un Reino Unido con múltiples fracturas y dividido por las
tensiones territoriales y por su menor influencia tras el desdichado Brexit,
desdichado tanto para los británicos como para la UE.
Fdo. Jorge Cremades Sena
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