Tal como anunciara
Sánchez en el debate de su investidura, defendiéndola como “un muro” de
progreso y convivencia frente a PP-UPN y Vox, es decir, frente a 11.150.000
españoles que les han votado, el Presidente elige su Gobierno del “muro” de
coalición PSOE-Sumar, es decir el de los 10.100.000 ciudadanos que les votaron,
y lo consigue y apuntala gracias al apoyo, legítimo por supuesto pero
incomprensible y preocupante, de quienes, más que buscar barreras a favor del
progreso y la convivencia en España, lo que buscan es liquidar el actual Estado
de Derecho Español diseñado en nuestra Constitución como son el 1.600.000
votantes que apuestan por ERC, Junts, Bildu, PNV y BNG, quienes con mayor o
menor virulencia apuestan por la independencia de sus respectivos territorios
como sea y a costa de lo que sea y, no pocas veces, reniegan de España, que les
importa un pimiento, como han reiterado incluso a veces en sede parlamentaria.
En definitiva Sánchez hilvana un Gobierno del “muro” de media España contra la
otra media al romper el mayoritario bloque constitucionalista y pasarse al
minoritario bloque secesionista que protagonizó el sedicioso plan que acabó en
la esperpéntica y fracasada declaración unilateral de independencia con la
proclamación de la República Catalana que duró unas horas, mientras sus
líderes, acababan presos o fugados de la Justicia y mientras la Autonomía
Catalana quedaba restringida al aplicar el gobierno popular de entonces, con el
apoyo del PSOE, el artículo 155 de la Constitución y acabar así con el
experimento totalitario, que, moribundo ya, ahora reanima Sánchez con sus
pactos con el secesionismo. Y dice Sánchez, para avalar su incomprensible pacto
con el secesionismo, que basta ver lo que pasa hoy en las calles de Barcelona y
lo que pasaba en los años precedentes, es decir durante el procés, pero, a la
inversa, olvida lo que pasa ahora en las calles de todas las ciudades de
España, incluida Barcelona, con los ciudadanos manifestando masivamente su
repulsa a la amnistía en favor de los delincuentes que rompieron las reglas de
juego democráticas en nuestro país, cuando, según NCReport, el 71´1 % de
españoles rechaza que Puigdemont regrese a España sin responder a la Justicia, el
64% censura que la amnistía sea el punto de partida de la legislatura, el 65´5%
apoya las protestas callejeras (amén de las institucionales que casi son
unánimes), el 83´8% ve una legislatura complicada y el 50% intuye que no
llegará a los cuatro años (asunto este, poco improbable dado que si se rompe la
legislatura se va al traste el conjunto de intereses personales y partidistas
del Gobierno, sus socios y sus apuntaladores). Pero ya ven, esto es lo que hay
incluso cuando la bronca política incluso afecta internamente a la propia
coalición variopinta de Sumar, cogobernante con el PSOE, tras negarle Yolanda
Díaz a Podemos tener un solo ministro en el actual Ejecutivo del “muro”, al
extremo de que las ya exministras Belarra y Montero, dicen públicamente durante
el traspaso de poderes (pronto empieza la fiesta) que “Pedro Sánchez nos echa
de este Gobierno” que, en los medios, se califica como continuista (cuando el
anterior Gobierno acabó pidiendo la hora y era menos problemático que el
actual) pero con mayor peso político (es decir, menos técnico y más fiel al
Jefe) y que sigue manteniendo nada menos que a 22 ministros (hay demasiadas
bocas que contentar) a pesar de que uno de ellos, el ahora superministro
Bolaños, acapara él solito Presidencia, Relaciones con las Cortes y Justicia
(tres en uno, como el aceite), algo insólito que se percibe como un gesto más
de control de los tres poderes del Estado; sin duda, Bolaños, el ministro de la
Amnistía se ve recompensado por los esfuerzos realizados en favor de las
negociaciones con el secesionismo para que Sánchez haya podido ser investido
presidente.
Se trata pues de un Gobierno del
“muro” de la vergüenza de media España contra la otra media dirigido por el
superhéroe Bolaños, pero también con la ayuda de la ascendida María Jesús
Montero, que añade a Hacienda una Vicepresidenta, la cuarta, con lo que de seguir
así pronto habrá en el Ejecutivo más vicepresidentes que ministros rasos, como
el salto dado por Oscar Puente aupado tras su concienzuda y sosegada
intervención en el fallido debate de investidura de Feijóo, a quien no quiso
contestar Sánchez y prefirió que lo hiciera tan ilustre y moderado personaje,
superado en sus chulescas formas, si cabe, sólo por Patxi López que, no
obstante, se queda sin ministerio aunque ahora está ciegamente alineado con
Sánchez a quien en su día preguntó exactamente “Vamos a ver, Pedro ¿sabes lo
que es una nación?”…. eran sin duda otros tiempos en los que los muros se
ponían sólo a quienes pretendían romper España sin respetar la Constitución.
¡Como hemos cambiado, ahora! Poco más cabe añadir sobre este Gobierno del
“muro” de la vergüenza salvo que, al igual que antes hizo Podemos, ahora Sumar
decide y nombra a sus cuatro ministros; que el PSOE asume ahora Igualdad con
Ana Redondo para mayor desgracia de Irene Montero; que Belarra, también fuera
del Ejecutivo, carga contra los nombramientos por sus “posiciones
conservadoras”; que Mónica García de Más Madrid llevará Sanidad; y que Alegría
será la portavoz. Sin lugar a dudas Sánchez ha elegido un gobierno de
resistencia aferrándose a su núcleo duro para capear lo que se avecina,
especialmente con la amnistía, con el superministro Bolaños y la fidelísima
Montero, ambos muñidores de la amnistía y dispuestos a activar pactos polémicos
sin rubor alguno durante una legislatura en la que se pretende aislar a media
España frente a la otra media. Un gobierno diseñado sin duda para la “guerra
total” con el PP, al que tildan de extrema derecha por pactar con Vox, obviando
que PSOE-Sumar sí pueden pactar con secesionistas y abertzales, sean de
derechas o de izquierdas, y estén o no sus líderes condenados por la Justicia
(se les indulta y punto) o huidos de ella (se borran los delitos y todos tan
contentos).
Y ante este preocupante e insólito
escenario, las reacciones no se han hecho esperar. En la víspera una
multitudinaria manifestación en Madrid, entre ellos Savater, Trapiello,
Boadella y Ovejero gritaban contra la amnistía “no en mi nombre”, mientras el
secesionista Turull, que quiere más, se limitaba a decir que “Sánchez ha
salvado los muebles” de momento, en medio de una “resistencia” creciente ante
la “burla de la amnistía” en que Trapiello criticaba la “indecencia y el
atropello de Sánchez”, Ovejero denunciaba que “las leyes las escriben los
delincuentes y escriben el futuro del país los que quieren destruirlo”,
Trapiello decía que “Sánchez es el proyecto de la mentira y mentirá cuantas
veces necesite” y Savater aseguraba sobre la manifestación multitudinaria que
“es el primer paso de una resistencia que tiene que continuar” pues “somos
ciudadanos libres, no siervos”. Es el clamor en las calles ante este
incomprensible comportamiento de Sánchez, mientras Feijóo manifiesta “este
gobierno es un paréntesis, devolveré la esperanza a España”, “Sánchez esta
encadenado a sus socios y es imposible gobernar con cadenas, nuestro trabajo es
romperlas”, “no veo posible llegar a acuerdos con el PSOE, que ha sido
desmantelado y secuestrado por Sánchez” y sobre Vox, añade “si lo que queda del
discurso de Vox es una amenaza al PP, ellos sabrán, cada uno es responsable de
sus actos”; un Feijóo que también arma un equipo “combativo” y redoblará las
protestas contra Sánchez y sus aliados, pues el PP está convencido de que el
Presidente apuesta por el “choque y la confrontación”, mientras el nuevo
letrado del Congreso (buena noticia para el Gobierno del muro de la vergüenza)
da luz verde a la tramitación de la amnistía al verla “similar” a la de 1977
(las comparaciones son odiosas) y en su informe no aprecia “inconstitucionalidad
palmaria” cuando paradójicamente en 2021 los letrados de la Cámara Baja
rechazaron otra ley de amnistía por inconstitucional y el PSOE opinaba lo mismo
que ellos, recalcando que un perdón generalizado “no tiene cabida en la
Constitución”…..ya ven, ahora, por lo visto, sí la tiene.
Con estas mimbres el superministro
Bolaños, con sus carteras ubicadas en los tres poderes del Estado, se estrena
en su gestión gubernamental pidiendo a la UE, concretamente al Comisario de
Justicia, que no se inmiscuya en un “debate político interno de España” y dice
que “renovar el CGPJ no es una opción, sino una obligación” de todos los
servidores públicos que han prometido acatar la Constitución… y lleva razón el
superministro, pero olvida, que para ello, como en otros tantos asuntos, ha de
ponerse de acuerdo con el PP, salvo que por su cuenta y riesgo el Gobierno,
como en otras tantas cosas, decida cambiar las reglas de juego a mitad del
partido, lo que no sería muy compatible con la legalidad vigente. En
definitiva, este Gobierno del “muro” de la vergüenza contra media España inicia
su andadura con su amnistía a debate en la UE, pues PP, Cs y Vox llevan hoy
mismo a la Eurocámara la polémica por la controvertida proposición de ley y en
medio de otros reveses judiciales, siendo obvio que a Bolaños no le va a faltar
trabajo ni un solo día. Por un lado el juez envía al Supremo el caso contra
Puigdemont y pide su imputación al observar “indicios serios de terrorismo” lo
que, si prospera, impediría la amnistía al prófugo, con lo que, siendo su
amnistía el meollo irrenunciable de la cuestión, echaría por tierra todo lo
negociado por el PSOE con Junts. Por otro lado el Tribunal Supremo anula el
ascenso caprichoso de la ex ministra y ex Fiscal General del Estado, Dolores
Delgado, a Fiscal de Sala promovido por el Gobierno ya que considera que es
“desviación de poder visible e innegable” y, al efecto, tumba el “dedazo” del
actual Fiscal General del Estado, García Ortíz, anulando su decisión de
promover a su predecesora y amiga a la máxima categoría de la carrera fiscal,
con lo que una Sala de mayoría progresista rechaza su ascenso vertiginoso. Y
además por otro lado 18 fiscales de lo penal del Alto Tribunal lamentan la
“falta de voluntad” del Fiscal General del Estado (ya saben, según Sánchez y
sus colegas al servicio del Gobierno, que lo nombra, y no del Estado) para
defenderles frente al “lawfare”, pactado por el PSOE con Junts, deplorando así
el Supremo la sumisión al Gobierno del Fiscal General del Estado. Demasiadas
convulsiones en el terreno de la Justicia, tan zarandeada por el Ejecutivo en
estos últimos tiempos.
Por lo que respecta a otros asuntos,
citar que los catalanes, según Moody´s tras los pactos con Junts, recibirán un
120% más que la media del resto de españoles; que Sakhira acuerda con fiscalía
no entrar en prisión tras reconocer su delito de defraudar a Hacienda pactando
tres años de cárcel y pagar 7´3 millones de multa; que Alejandro Fernández,
líder del PP catalán, dice que “el PP no puede pretender ser en Cataluña como
el PSC” pues “pensar que en Cataluña volverá Convergencia y se podrá pactar es
un error”; que la ley de vivienda dispara un 40% el alquiler de temporada en
apenas seis meses; que la UE advierte que la situación fiscal de España es “muy
difícil” y exige un plan de ajustes pues la Comisión ve necesario que el
Ejecutivo adopte medidas “creíbles” para reducir la deuda pública que considera
“muy elevada”; que las empresas pagarán desde enero 5.000 millones extra por la
subida de las cotizaciones, pues los pactos de investidura con la rebaja de la
jornada laboral, la subida del SMI y el encarecimiento del despido elevarán los
costes al menos otros 25.000 millones; y que el absentismo laboral sube un 66%
en cinco años y su coste para las empresas será de 142.000 millones.
Y del exterior destacar que los
rebeldes de Yemen secuestran un carguero en represalia a Israel; que la
coalición en Alemania entra en crisis por el bloqueo del Presupuesto y una
sentencia del Constitucional deja un agujero del 1´5% del PIB; que sigue la
barbarie entre Israel y Gaza mientras se busca un acuerdo para intercambiar
rehenes y prisioneros; y que en Argentina el ultraderechista Milei barre al
peronista Massa y tras su triunfo inapelable se dispone a aplicar su proyecto
revolucionario con medias como dolarizar la economía argentina, recortar el
Estado y penalizar el aborto….los argentinos van de mal en peor, ¿nos pasará a
los españoles igual?, ese es el quid de la cuestión.
Fdo. Jorge Cremades Sena
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