miércoles, 22 de noviembre de 2023

EL GOBIERNO DEL MURO

 

                        Tal como anunciara Sánchez en el debate de su investidura, defendiéndola como “un muro” de progreso y convivencia frente a PP-UPN y Vox, es decir, frente a 11.150.000 españoles que les han votado, el Presidente elige su Gobierno del “muro” de coalición PSOE-Sumar, es decir el de los 10.100.000 ciudadanos que les votaron, y lo consigue y apuntala gracias al apoyo, legítimo por supuesto pero incomprensible y preocupante, de quienes, más que buscar barreras a favor del progreso y la convivencia en España, lo que buscan es liquidar el actual Estado de Derecho Español diseñado en nuestra Constitución como son el 1.600.000 votantes que apuestan por ERC, Junts, Bildu, PNV y BNG, quienes con mayor o menor virulencia apuestan por la independencia de sus respectivos territorios como sea y a costa de lo que sea y, no pocas veces, reniegan de España, que les importa un pimiento, como han reiterado incluso a veces en sede parlamentaria. En definitiva Sánchez hilvana un Gobierno del “muro” de media España contra la otra media al romper el mayoritario bloque constitucionalista y pasarse al minoritario bloque secesionista que protagonizó el sedicioso plan que acabó en la esperpéntica y fracasada declaración unilateral de independencia con la proclamación de la República Catalana que duró unas horas, mientras sus líderes, acababan presos o fugados de la Justicia y mientras la Autonomía Catalana quedaba restringida al aplicar el gobierno popular de entonces, con el apoyo del PSOE, el artículo 155 de la Constitución y acabar así con el experimento totalitario, que, moribundo ya, ahora reanima Sánchez con sus pactos con el secesionismo. Y dice Sánchez, para avalar su incomprensible pacto con el secesionismo, que basta ver lo que pasa hoy en las calles de Barcelona y lo que pasaba en los años precedentes, es decir durante el procés, pero, a la inversa, olvida lo que pasa ahora en las calles de todas las ciudades de España, incluida Barcelona, con los ciudadanos manifestando masivamente su repulsa a la amnistía en favor de los delincuentes que rompieron las reglas de juego democráticas en nuestro país, cuando, según NCReport, el 71´1 % de españoles rechaza que Puigdemont regrese a España sin responder a la Justicia, el 64% censura que la amnistía sea el punto de partida de la legislatura, el 65´5% apoya las protestas callejeras (amén de las institucionales que casi son unánimes), el 83´8% ve una legislatura complicada y el 50% intuye que no llegará a los cuatro años (asunto este, poco improbable dado que si se rompe la legislatura se va al traste el conjunto de intereses personales y partidistas del Gobierno, sus socios y sus apuntaladores). Pero ya ven, esto es lo que hay incluso cuando la bronca política incluso afecta internamente a la propia coalición variopinta de Sumar, cogobernante con el PSOE, tras negarle Yolanda Díaz a Podemos tener un solo ministro en el actual Ejecutivo del “muro”, al extremo de que las ya exministras Belarra y Montero, dicen públicamente durante el traspaso de poderes (pronto empieza la fiesta) que “Pedro Sánchez nos echa de este Gobierno” que, en los medios, se califica como continuista (cuando el anterior Gobierno acabó pidiendo la hora y era menos problemático que el actual) pero con mayor peso político (es decir, menos técnico y más fiel al Jefe) y que sigue manteniendo nada menos que a 22 ministros (hay demasiadas bocas que contentar) a pesar de que uno de ellos, el ahora superministro Bolaños, acapara él solito Presidencia, Relaciones con las Cortes y Justicia (tres en uno, como el aceite), algo insólito que se percibe como un gesto más de control de los tres poderes del Estado; sin duda, Bolaños, el ministro de la Amnistía se ve recompensado por los esfuerzos realizados en favor de las negociaciones con el secesionismo para que Sánchez haya podido ser investido presidente.

            Se trata pues de un Gobierno del “muro” de la vergüenza de media España contra la otra media dirigido por el superhéroe Bolaños, pero también con la ayuda de la ascendida María Jesús Montero, que añade a Hacienda una Vicepresidenta, la cuarta, con lo que de seguir así pronto habrá en el Ejecutivo más vicepresidentes que ministros rasos, como el salto dado por Oscar Puente aupado tras su concienzuda y sosegada intervención en el fallido debate de investidura de Feijóo, a quien no quiso contestar Sánchez y prefirió que lo hiciera tan ilustre y moderado personaje, superado en sus chulescas formas, si cabe, sólo por Patxi López que, no obstante, se queda sin ministerio aunque ahora está ciegamente alineado con Sánchez a quien en su día preguntó exactamente “Vamos a ver, Pedro ¿sabes lo que es una nación?”…. eran sin duda otros tiempos en los que los muros se ponían sólo a quienes pretendían romper España sin respetar la Constitución. ¡Como hemos cambiado, ahora! Poco más cabe añadir sobre este Gobierno del “muro” de la vergüenza salvo que, al igual que antes hizo Podemos, ahora Sumar decide y nombra a sus cuatro ministros; que el PSOE asume ahora Igualdad con Ana Redondo para mayor desgracia de Irene Montero; que Belarra, también fuera del Ejecutivo, carga contra los nombramientos por sus “posiciones conservadoras”; que Mónica García de Más Madrid llevará Sanidad; y que Alegría será la portavoz. Sin lugar a dudas Sánchez ha elegido un gobierno de resistencia aferrándose a su núcleo duro para capear lo que se avecina, especialmente con la amnistía, con el superministro Bolaños y la fidelísima Montero, ambos muñidores de la amnistía y dispuestos a activar pactos polémicos sin rubor alguno durante una legislatura en la que se pretende aislar a media España frente a la otra media. Un gobierno diseñado sin duda para la “guerra total” con el PP, al que tildan de extrema derecha por pactar con Vox, obviando que PSOE-Sumar sí pueden pactar con secesionistas y abertzales, sean de derechas o de izquierdas, y estén o no sus líderes condenados por la Justicia (se les indulta y punto) o huidos de ella (se borran los delitos y todos tan contentos).

            Y ante este preocupante e insólito escenario, las reacciones no se han hecho esperar. En la víspera una multitudinaria manifestación en Madrid, entre ellos Savater, Trapiello, Boadella y Ovejero gritaban contra la amnistía “no en mi nombre”, mientras el secesionista Turull, que quiere más, se limitaba a decir que “Sánchez ha salvado los muebles” de momento, en medio de una “resistencia” creciente ante la “burla de la amnistía” en que Trapiello criticaba la “indecencia y el atropello de Sánchez”, Ovejero denunciaba que “las leyes las escriben los delincuentes y escriben el futuro del país los que quieren destruirlo”, Trapiello decía que “Sánchez es el proyecto de la mentira y mentirá cuantas veces necesite” y Savater aseguraba sobre la manifestación multitudinaria que “es el primer paso de una resistencia que tiene que continuar” pues “somos ciudadanos libres, no siervos”. Es el clamor en las calles ante este incomprensible comportamiento de Sánchez, mientras Feijóo manifiesta “este gobierno es un paréntesis, devolveré la esperanza a España”, “Sánchez esta encadenado a sus socios y es imposible gobernar con cadenas, nuestro trabajo es romperlas”, “no veo posible llegar a acuerdos con el PSOE, que ha sido desmantelado y secuestrado por Sánchez” y sobre Vox, añade “si lo que queda del discurso de Vox es una amenaza al PP, ellos sabrán, cada uno es responsable de sus actos”; un Feijóo que también arma un equipo “combativo” y redoblará las protestas contra Sánchez y sus aliados, pues el PP está convencido de que el Presidente apuesta por el “choque y la confrontación”, mientras el nuevo letrado del Congreso (buena noticia para el Gobierno del muro de la vergüenza) da luz verde a la tramitación de la amnistía al verla “similar” a la de 1977 (las comparaciones son odiosas) y en su informe no aprecia “inconstitucionalidad palmaria” cuando paradójicamente en 2021 los letrados de la Cámara Baja rechazaron otra ley de amnistía por inconstitucional y el PSOE opinaba lo mismo que ellos, recalcando que un perdón generalizado “no tiene cabida en la Constitución”…..ya ven, ahora, por lo visto, sí la tiene.

            Con estas mimbres el superministro Bolaños, con sus carteras ubicadas en los tres poderes del Estado, se estrena en su gestión gubernamental pidiendo a la UE, concretamente al Comisario de Justicia, que no se inmiscuya en un “debate político interno de España” y dice que “renovar el CGPJ no es una opción, sino una obligación” de todos los servidores públicos que han prometido acatar la Constitución… y lleva razón el superministro, pero olvida, que para ello, como en otros tantos asuntos, ha de ponerse de acuerdo con el PP, salvo que por su cuenta y riesgo el Gobierno, como en otras tantas cosas, decida cambiar las reglas de juego a mitad del partido, lo que no sería muy compatible con la legalidad vigente. En definitiva, este Gobierno del “muro” de la vergüenza contra media España inicia su andadura con su amnistía a debate en la UE, pues PP, Cs y Vox llevan hoy mismo a la Eurocámara la polémica por la controvertida proposición de ley y en medio de otros reveses judiciales, siendo obvio que a Bolaños no le va a faltar trabajo ni un solo día. Por un lado el juez envía al Supremo el caso contra Puigdemont y pide su imputación al observar “indicios serios de terrorismo” lo que, si prospera, impediría la amnistía al prófugo, con lo que, siendo su amnistía el meollo irrenunciable de la cuestión, echaría por tierra todo lo negociado por el PSOE con Junts. Por otro lado el Tribunal Supremo anula el ascenso caprichoso de la ex ministra y ex Fiscal General del Estado, Dolores Delgado, a Fiscal de Sala promovido por el Gobierno ya que considera que es “desviación de poder visible e innegable” y, al efecto, tumba el “dedazo” del actual Fiscal General del Estado, García Ortíz, anulando su decisión de promover a su predecesora y amiga a la máxima categoría de la carrera fiscal, con lo que una Sala de mayoría progresista rechaza su ascenso vertiginoso. Y además por otro lado 18 fiscales de lo penal del Alto Tribunal lamentan la “falta de voluntad” del Fiscal General del Estado (ya saben, según Sánchez y sus colegas al servicio del Gobierno, que lo nombra, y no del Estado) para defenderles frente al “lawfare”, pactado por el PSOE con Junts, deplorando así el Supremo la sumisión al Gobierno del Fiscal General del Estado. Demasiadas convulsiones en el terreno de la Justicia, tan zarandeada por el Ejecutivo en estos últimos tiempos.

            Por lo que respecta a otros asuntos, citar que los catalanes, según Moody´s tras los pactos con Junts, recibirán un 120% más que la media del resto de españoles; que Sakhira acuerda con fiscalía no entrar en prisión tras reconocer su delito de defraudar a Hacienda pactando tres años de cárcel y pagar 7´3 millones de multa; que Alejandro Fernández, líder del PP catalán, dice que “el PP no puede pretender ser en Cataluña como el PSC” pues “pensar que en Cataluña volverá Convergencia y se podrá pactar es un error”; que la ley de vivienda dispara un 40% el alquiler de temporada en apenas seis meses; que la UE advierte que la situación fiscal de España es “muy difícil” y exige un plan de ajustes pues la Comisión ve necesario que el Ejecutivo adopte medidas “creíbles” para reducir la deuda pública que considera “muy elevada”; que las empresas pagarán desde enero 5.000 millones extra por la subida de las cotizaciones, pues los pactos de investidura con la rebaja de la jornada laboral, la subida del SMI y el encarecimiento del despido elevarán los costes al menos otros 25.000 millones; y que el absentismo laboral sube un 66% en cinco años y su coste para las empresas será de 142.000 millones.

            Y del exterior destacar que los rebeldes de Yemen secuestran un carguero en represalia a Israel; que la coalición en Alemania entra en crisis por el bloqueo del Presupuesto y una sentencia del Constitucional deja un agujero del 1´5% del PIB; que sigue la barbarie entre Israel y Gaza mientras se busca un acuerdo para intercambiar rehenes y prisioneros; y que en Argentina el ultraderechista Milei barre al peronista Massa y tras su triunfo inapelable se dispone a aplicar su proyecto revolucionario con medias como dolarizar la economía argentina, recortar el Estado y penalizar el aborto….los argentinos van de mal en peor, ¿nos pasará a los españoles igual?, ese es el quid de la cuestión.

Fdo. Jorge Cremades Sena

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