domingo, 12 de noviembre de 2023

HUMILLACIÓN INACEPTABLE

 

                        Con el indecente pacto Sánchez-Puigdemont se consumó la felonía contra el Estado de Derecho que queda sometido a una humillación inaceptable de consecuencias imprevisibles tal como muchos vaticinábamos desde el principio, dado que en dicho pacto lo que se trataba era la historia del desenlace de dos ambiciones irrefrenables: de un lado la ambición de Sánchez por permanecer en el poder a costa de lo que fuera y, de otro lado, la ambición de Puigdemont para burlar a la Justicia española y con ello evitar su condena y posterior entrada en prisión. Y con el pacto PSOE-Junts sendos objetivos quedan garantizados, pues, por un lado, Sánchez será investido tras ceder a todo lo que le exigen, además del prófugo el resto del variopinto elenco de personajes que posibilitarán su permanencia en el poder, y, por otro lado, Puigdemont, quien al estar fugado de la Justicia no ha podido ser condenado y luego indultado como sus compañeros de aventuras totalitarias y será amnistiado para que, borrado su historial delictivo, pueda presentarse a las elecciones catalanas y de nuevo reeditar un Govern ERC-Junts similar al que protagonizó el patético 1-O, pues tanto él como Junqueras tienen claro que no renuncian a nada y que volverán a repetir el experimento si llega el caso. Así pues, el confuso y escueto acuerdo PSOE-Junts, elaborado con lenguaje ambiguo para que, entretanto, cada uno de sus autores pueda venderlo como mejor le convenga, deja al Estado de Derecho a los pies de los caballos falsificando el pasado, avergonzando el presente y estremeciendo el incierto futuro ya que tira por tierra todos los valores constitucionales y muy especialmente el de la igualdad, la seguridad jurídica y la nación que, obviamente, quedan en entredicho. El acuerdo incluye todo lo que el Gobierno de Sánchez había negado hasta hace unos días, bien por inviable o bien por inconstitucional, lo que permite al prófugo jactarse de no haber “pedido perdón” mientras amenaza con más inestabilidad si Sánchez no cumple lo firmado. Y lo firmado es una amnistía total para todos los implicados en el “procés” y el “lawfare” para poder ampliarla a acusados por corrupción, una mesa de negociación con un mediador internacional que se reunirá fuera de España para negociar un referéndum y verificar que el Gobierno cumple lo pactado, condicionar la estabilidad de la legislatura a cumplir todo lo acordado, crear comisiones parlamentarias para investigar a los jueces por prevaricar contra los golpistas, negociar el “cupo” y ceder el 100% de los impuestos rompiendo así la solidaridad autonómica…..y todo ello sin renuncia alguna a la unilateralidad proclamando el prófugo que el único límite será lo que decida el Parlament de Catalunya (no el Parlamento español) y que sobre la estabilidad gubernamental Sánchez tendrá que ganarse sus votos “día a día”. Ya ven Sánchez asume sin matices el relato independentista, incluido el ataque a la independencia del Poder Judicial, y un eufórico Puigdemont advierte al PSOE que “el apoyo a cambio de nada ha ido a la papelera de la historia”…. Y todo esto sólo a cambio de los siete votos de la derecha secesionista catalana que le faltan a Sánchez para poder ser investido y conformar un gobierno al que llama “progresista”. En definitiva, el PSOE de Sánchez, siguiendo la estela de sus socios gubernamentales, abandona la Transición (ya sólo es defendida por la derecha moderada o radical) y los principios que la inspiraron en su día como son la igualdad entre todos los españoles, la solidaridad entre loa territorios y la independencia de los tres poderes del Estado, principios consustanciales de la democracia, con lo que, lamentablemente, lo pactado entre Sánchez y el prófugo Puigdemont supone un atentado a la convivencia de todos los españoles que por amplio consenso pactaron los españoles y plasmaron en nuestra Constitución, hoy herida de muerte con este humillante y preocupante pacto que da la razón a quienes por activa y pasiva apuestan por finiquitar lo que despectivamente llaman “régimen del 78”.

            Y ante esta inaceptable humillación al Estado de Derecho, las críticas y protestas no se han hecho esperar, pues es demasiado lo que nos estamos jugando los ciudadanos españoles con esta afrenta totalitaria. En efecto, todas las asociaciones de jueces y fiscales, tanto las conservadoras como las progresistas, rechazan las referencias al “lawfare” (guerra jurídica o judicial) en el acuerdo, denuncian que en él se permite a los diputados “perseguirles” y critican esta “quiebra de la separación de poderes”, un verdadero ataque a la justicia. Pero es que además de las asociaciones de jueces y fiscales, incluidos los de izquierdas, el pacto es rechazado y criticado por el CGPJ, los empresarios, los inspectores de Hacienda o la Seguridad Social, siendo ya más de cuarenta los colectivos que denuncian el ataque a la independencia del Poder Judicial con su Presidente Vicente Guilarte diciendo que “sería inadmisible que el Parlamento revise cómo aplican los jueces la futura ley de amnistía” y señalando la escalada de interferencias del poder político en la actividad jurisdiccional. Ya ven, demasiados rechazos a la clarividencia de Sánchez sobre esta España zarandeada permanentemente que él ahora avala. Y en el ámbito político, Feijóo, ganador de los comicios y jefe de la oposición como grupo mayoritario del Congreso, denuncia este “proceso de capitulación” y dice que “España ha perdido, los independentistas ganan y el PSOE desaparece”, mientras el radical Abascal llama a resistir contra el “dictador Sánchez” y el socialista Santos Cerdán, negociador del acuerdo, defiende que las cesiones del PSOE “abren una nueva etapa histórica”….pero lo que no dice es si esa nueva etapa será mejor o peor de la que entierran ahora. De momento esta nueva etapa se inicia con una mayoría transversal de todos los colores políticos tejida por Sánchez frente a la derecha de PP y Vox, pues el Presidente, tras negociar también con PNV y CC aglutina 179 votos en el Congreso, lo que le permite ser investido próximamente, mientras el PP insiste en su teoría del “fraude electoral” y critica a los nacionalistas vascos, quienes para apoyar a Sánchez consiguen más competencias para la Ertzaintza, cien millones más para el euskera, el traspaso de la gestión de la Seguridad Social, primar los convenios laborales vascos sobre los nacionales, el derecho a decidir de los vascos si aplican leyes españolas, una “cláusula foral” en todas las normas que se aprueben, sacar a la Guardia Civil de los puertos y que se reconozca que el País Vasco es una nación……ya ven, más desmantelamiento del Estado diseñado en la Constitución.

            En definitiva un entreguismo total del PSOE de Sánchez a los postulados de la izquierda populista radical de Sumar (ayer Podemos y mañana lo que convenga), a los radicalismos secesionistas totalitarios de la derecha y de la izquierda vasca y catalana (es decir PNV, Junts, Bildu y ERC) y a las ocurrencias más o menos pintorescas o violentas de los minoritarios BNG y CUP, quienes bajo el mantra del miedo a la ultraderecha, asumido por el PSOE, conforman esa variopinta mayoría a modo de un Frente Popular para impedir la alternancia política y lo hace sin apenas crítica interna en el partido socialista, salvo el caso de García-Page, quien señala el peligro de romper España tras el pacto de investidura pero elude pedir a los diputados socialistas manchegos el voto en contra de la misma o abanderar una corriente crítica interna en el PSOE mientras el PP le reta a “dar un paso al frente” y le pide que se deje de palabras si no quiere ser cómplice de lo que está sucediendo. Así las cosas, en plenas manifestaciones de protesta ciudadana, todo está ya preparado para que triunfe en el Congreso de los Diputados esa variopinta mayoría transversal ni de izquierdas ni de derechas, sino todo lo contrario (meramente oportunista), mientras en las calles miles y miles de ciudadanos se manifiestan para defender “la igualdad” lo que el PP ve como una “revolución cívica” contra Sánchez, quien, paradójicamente como socialista, no defiende esa igualdad y solidaridad diseñada en nuestra Carta Magna….son los nuevos indignados que, frente a aquellos famosos del 15-M que nos han traído lo que ahora tenemos, manifiestan “no soy un español de segunda”. Y es que los pactos de Sánchez proyectan una España fiscal de segunda en que, entre otras cosas, extremeños, andaluces, canarios….etc pagando más impuestos tendrán peores servicios básicos que las CCAA más ricas, cuando la cesión a Cataluña de los impuestos le daría unos 28.000 millones de euros, pues la factura de las cesiones de Sánchez para seguir en La Moncloa, al margen de lo político, se calcula en unos 100.000 millones, siendo el grueso las promesas pactadas a los secesionistas y el acuerdo con Sumar (bien calladito de momento) en gasto social extra prevé unos 40.000 millones…. Si se rompe la igualdad y la solidaridad interterritorial cómo aguantarán en el futuro los territorios españoles más pobres (misterios sin resolver).

            Entretanto el Fiscal ve injustificado investigar a Puigdemont por terrorismo en el “caso Tsunami” y recurre el auto del juez García-Castellón que ha estado a punto de hacer saltar por los aires el acuerdo PSOE-Junts, mientras la Asociación de Fiscales, mayoritaria en la carrera fiscal, pide la dimisión del Fiscal General del Estado por su pasividad en la Defensa del Estado de Derecho, la separación de poderes y la independencia del Ministerio Fiscal (ya saben que, según Sánchez, el Fiscal está al servicio del Gobierno y no del Estado) en relación con la amnistía del procés. Y ante tanto despropósito la reacción judicial a la amnistía ya mira a la justicia europea pues el TJUE decidirá si puede amparar los delitos de terrorismo y malversación de caudales, ya que si cobija también delitos de corrupción complicaría el veredicto del tribunal, con lo que el Reglamento de la UE abre una vía política y puede frenar esta locura de ley de amnistía. Por su parte Cuca Gamarra, Secretaria General del PP y su portavoz en el Congreso, dice que “la convivencia no está a salvo con Sánchez”, asegura que “en la calle estamos convocados todos los españoles, al margen de siglas, que no aceptamos el acto de corrupción política de una investidura a cambio de impunidad”, promete que “usaremos todos los mecanismos en Europa para defender la igualdad” y denuncia que “Sánchez ha buscado tener los máximos poderes sin controles, salvo de Puigdemont”…. Y ante todo esto, Sánchez, haciendo gala de su cinismo patológico, se limita a pedir “cordura” mientras pacta con el prófugo y totalitario Puigdemont y es incapaz de eludir en las calles de Málaga (y otras ciudades españolas) las protestas crecientes de los ciudadanos al grito de “España no se vende”…. ¿Vale la pena soportar todo esto a cambio de una investidura que dé paso a una segunda etapa de un “gobierno Frankenstein” más débil y fragmentado que el actual? ¿tan cara es la ambición personal de Sánchez y Puigdemont por salirse con la suya a costa de todo y de todos?....la del prófugo ya se intuía, pues se juega varios años de prisión si se le aplica la ley y además España le importa un pito; pero la de Sánchez, aunque algunos la intuíamos, y así lo hemos dicho y escrito, nadie esperaba que fuera capaz de llegar a tanto y caer tan bajo. ¿Qué se estaría diciendo si fuera Feijóo quien hubiera hecho todo esto? Imagínenselo. No obstante, por el bien de España y de su ciudadanía cabe esperar que los equivocados seamos todos los que no vemos claro semejante proceder y que Sánchez y sus solventes aliados en cuestiones democráticas que ha elegido para semejante travesía sean quienes acierten, pues esto no ha hecho más que empezar y me temo que vamos a asistir a espectáculos gubernamentales bochornosos peores aún de los que nos ha brindado el actual gobierno y que son dignos de entrar en el record Guinness de los despropósitos, los desencuentros internos y las ocurrencias más genuinas.

Fdo. Jorge Cremades Sena

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