miércoles, 14 de agosto de 2013

SIGUE EL CULEBRÓN “BÁRCENAS” Y EL CONFLICTO “GIBRALTAR”

                        Sin duda alguna, tanto el “caso Bárcenas” como el conflicto por Gibraltar siguen siendo las estrellas mediáticas en este caluroso mes de agosto, eclipsando otras noticias importantes como la progresiva disminución de la prima de riesgo en España, que se sitúa ya en 269 puntos, o como la salida de la recesión de la Eurozona que avanza a un 0´3%, gracias al empuje de Alemania y Francia, cuyas economías discurren de forma positiva. Si hace bien pocos días algunos agoreros vaticinaban graves dificultades y retrasos en la salida de la crisis, tanto de España como de la Eurozona, los datos que se publican hoy no se corresponden con tan negativos presagios. En fin, de todas formas mejor nos tomamos con cautela los datos y los vaticinios, vaya a ser que mañana se cambien las tornas. Pero, de momento, disfrutemos de que los gastos de financiación de la deuda española se hayan reducido de forma drástica  a lo largo del último año, pues supongo que, lo que teníamos que gastarnos en pagar intereses, ahora se podrá dedicar a otros asuntos más importantes.
            Ya han declarado en el juzgado como testigos en el “caso Bárcenas” Cascos, Arenas y Cospedal que, como era previsible, los tres han negado la existencia de una contabilidad B en el PP. Bueno, han negado que, al igual que le sucede a Rajoy, no les consta que existiera dicha contabilidad, afirmando rotundamente que ninguno de ellos ha percibido sobresueldos. Cospedal además ha aclarado que fue Rajoy y Arenas quienes pactaron con Bárcenas el famoso y suculento finiquito, pagado en diferido. Por su parte, tanto Cascos como Arenas, admiten su falta de control sobre las donaciones al PP, pues, al parecer, las cuentas eran responsabilidad exclusiva de Bárcenas. Sólo su sucesor como gerente admite haber cobrado dos pagos en B, pero coincide en la versión de que las cuentas las llevaba Bárcenas exclusivamente. En fin, el culebrón va para largo y reparte satisfacciones para todos. Mientras para la oposición, con todo lo actuado hasta el momento, se demuestra la culpabilidad del PP en su conjunto y de Rajoy en particular, para el PP queda claro que todo es trasparente y, en todo caso, el único chorizo es Bárcenas y algún otro compinche particular. Nada nuevo pues y a la espera de que cuando pasen estos calores el juzgado determine las responsabilidades penales que cada cual tenga. Las políticas, salvo clarísimas evidencias, dormirán el sueño de los justos, una vez pasada la fiebre.
            En el conflicto de Gibraltar sí hay novedades. Mientras la eurodiputada británica conservadora Julie Girling propone hacer un boicot al turismo en España, invitando a buscar otros países para hacer turismo, el diputado español esquerrorrepublicano Alfred Bosch se erige en el primer defensor internacional de la causa de los llanitos y, en concordancia con el gobierno británico, muestra por carta al ministro principal de Gibraltar Picardo todo su apoyo y “solidaridad” ante los “abusos” del Ejecutivo español. Y Cameron amenazando con tomar medidas “sin precedentes” contra esta España que, según su colega Girling, “no está de nuestro lado”. Ya ven que, hasta en esto los ingleses se equivocan, la carta de Bosch demuestra que una parte de España está totalmente del lado británico. Por lo demás, sin variación en el frente, el Gobierno, como es su obligación, sigue controlando la frontera, mientras prepara nuevas medidas e incita a Cameron a que se siente a negociar.
            Entretanto, desde mi punto de vista, habría que reflexionar sobre la escalada de violencia en Egipto y, especialmente, sobre las causas que la han motivado. No hay golpes de estados buenos y malos, ya que siempre suponen imponer la razón de la fuerza en vez de la fuerza de la razón, que, políticamente y en democracia, siempre ha de estar en la aplicación de la legalidad. Cuando la ilegalidad, como es “per se” un golpe de estado, rige los destinos de los pueblos sólo consigue a lo sumo la paz de los muertos si tiene fuerza suficiente y, en caso contrario, la anarquía, creando un círculo vicioso perverso donde domina la violencia.
Por cierto, hablando de violencia e ilegalidad, me llama la atención que dos alcaldes en sendos pueblos navarros de Bildu estén recibiendo cartas amenazadoras de una organización denominada Agrupación de Nacionalistas Navarros. Parece ser que les exigen, según dice Bildu, que retiren de sus calles y ayuntamientos la ikurriña y hagan ondear en ellos la bandera española. Como es obvio, Bildu culpa de ello al Estado Español por las críticas y agresiones que, según Bildu, reciben del mismo. Yo, en parte, comparto lo que dice Bildu al respecto, pues es el Estado Español y sus instituciones competentes quienes debieran imponer la legalidad, en este caso, con el asunto de los símbolos. El Estado no es culpable por las agresiones hacia Bildu, sino justo por todo lo contrario, por su permisividad, ya que hacer cumplir la ley es su obligación, y, de haberlo hecho, estos conflictos dejarían de existir. ¿Es tan complicado que en el País Vasco ondeé la ikurriña y la bandera española y que en Navarra lo haga la bandera navarra junto a la española? Es obvio, la ilegalidad sólo genera violencia y por ello, desde mi punto de vista, el Estado debe zanjar, de una vez por todas, el empecinamiento de los alcaldes de Bildu en incumplir la ley, en este caso sobre las banderas, así como perseguir a quienes con amenazas quieren imponérselo, cuando no es a ellos a quien corresponde ni sus métodos son los adecuados.


Jorge Cremades Sena

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