viernes, 21 de febrero de 2014

ESTAMOS DISPUESTOS A MORIR

                        Parece ser que, al final, Yanukóvich claudica ante una imparable protesta de buena parte de los ucranianos que al grito “estamos dispuestos a morir” dejan bien claro hasta donde están dispuestos a aguantar mientras decenas de sus compañeros son abatidos delante de sus narices. Tras las últimas jornadas sangrientas, la noticia de última hora de una especie de acuerdo para celebrar elecciones anticipadas antes de finalizar el año, para volver a la anterior Constitución que limita los poderes del Presidente y, entretanto, para formar un gobierno de coalición, es un alivio sin duda no sólo para los ucranianos sino también para la comunidad internacional que contemplaba atónita el germen de una guerra civil. Toquemos madera, pues, a pesar del anunciado acuerdo, los intereses en juego son tales que al menor descuido puede regresar de nuevo la violencia. Nadie se fía de nadie, otras treguas de estos días han sido incumplidas, mientras se sacaba el ejército a la calle para reprimir al pueblo a pesar de las advertencias de EEUU y la UE de que el conflicto había que zanjarlo con medidas políticas y no violentas. Si Yanukóvich desencadenó el conflicto al no querer firmar el esperanzador acuerdo (al menos para los ucranianos occidentales) con la UE y claudicar ante los intereses de Rusia, contentando a los ucranianos orientales (prácticamente rusos culturalmente y por intereses económicos), el conflicto civil estaba cantado. Ahora queda por ver cuál será su desenlace tras las próximas e inminentes elecciones.
            Asimismo en Venezuela se viven momentos difíciles. Obama, al igual que con Ucrania, pide a Maduro que libere a los detenidos en las manifestaciones y que atienda a las necesidades de su pueblo, resolviendo los problemas mediante el diálogo. La militarización del Estado de Táchira y el reconocimiento de Maduro de las dificultades que tiene para controlar el orden público, aconsejan más que prudencia si se quiere evitar un baño de sangre que desgraciadamente ya ha provocado las primeras víctimas. La amenaza de Maduro de imponer el estado de excepción, de mantener presos a líderes de la oposición o de cualquier otra medida represora, sólo puede empeorar la situación en una Venezuela dividida entre los partidarios del chavismo y una oposición a la política populista que Maduro pretende perpetuar, dictada, según él, desde la ultratumba por el mismísimo Chávez que le envía mensajes a través de un pajarito y se le aparece donde menos te lo esperas. En fin, un verdadero drama que en cualquier momento puede convertirse en tragedia.
            En cuanto a España se refiere, Gobierno y oposición siguen enfrascados en las refriegas derivadas de los sucesos de Ceuta. Pero no para intentar aportar soluciones conjuntas a la tragedia de la inmigración (Ver artículo “Inmigración, SOS” en Blogs Ojo crítico, http://jcremadesena.blogspot.com.es/,), sino para saber quién de los dos gestiona peor y de forma más inhumana, es de lo que se acusan, la protección de la frontera. Mientras el Gobierno del PP defiende la actuación de la Guardia Civil, el PSOE y el resto de la oposición, sin criminalizar a la Benemérita (sería demasiado), se enredan en lenguajes confusos y culpan a los responsables políticos que dieron la orden de usar material antidisturbios, incluidas las pelotas de goma. Los voceros de unos y otros se posicionan en este interesante debate sobre las “pelotas” (que si los inmigrantes fueron tiroteados en el agua, que si sólo fue con efectos disuasorios y al agua, que si la Guardia Civil ocultó en sus informes los disparos, que si rescató a 9 inmigrantes…..), para que el colofón sea la publicación de un informe del anterior gobierno socialista (exigido seguramente por los que entonces eran oposición) que, sobre otro incidente fronterizo, dice textualmente “las Fuerzas del Cuerpo tuvieron que emplear material antidisturbios –pelotas de goma y defensas- llegando al contacto físico en numerosas ocasiones, debido a la actitud de resistencia y desobediencia de los inmigrantes”. Fin de la cita, como diría Rajoy, que demuestra la invalidez de este debate absurdo sobre “las pelotas” para mayor gloria de las opciones políticas minoritarias que todavía no han gobernado, pero que tampoco dicen cómo resolverían un asunto tan complejo en caso de que gobiernen. Mientras tanto, justo hoy se publican las grabaciones de los incidentes para tranquilidad de todos, así como la noticia del rescate por parte de la Guardia Civil de diez inmigrantes a punto de morir ahogados al intentar entrar en Melilla. Entretanto, secuestro total de un debate público y serio sobre inmigración; a lo sumo, las nuevas propuestas del Gobierno de reforzar la frontera, de extender el espigón algunos metros más, de legalizar la devolución de inmigrantes a Marruecos en caliente y poco más, para que, en definitiva, todo siga igual….o peor.
            También se han hecho públicas las declaraciones que hizo la Infanta Cristina ante el juez Castro, destacando varios centenares de respuestas evasivas, como es su derecho, como imputada desde el punto de vista penal. Cuestión distinta es la variable social en la que cada cual opinará, según sus entendederas y sus intereses, como le venga en gana. Entretanto su padre, el Rey, mediando ante su amigo, el rey de Arabia Saudí, para disipar las inquietudes sobre el retraso de las obras del AVE a La Meca, por la que tanto intercedió Juan Carlos para que se la adjudicaran a empresas españolas, un gesto, sin duda, que agradecerá la ministra Pastor. Y, su hermano, el Príncipe Felipe, invita a Mas a cenar en Barcelona, aprovechando su estancia para reunirse con empresarios que respaldan el “no” al soberanismo; un gesto valiente, criticado por unos y alabado por otros, pues como dice el refrán “lo cortés no quita lo valiente”. Además en el Congreso, ocho de cada diez diputados, han votado en contra del plan secesionista de Cataluña, incluido Rubalcaba, aunque avise después que no lo volverá a hacer pues la fórmula no es presentar una serie de mociones como la de UPyD, disimulando así la rebeldía del PSC que de cara a las europeas contempla el “derecho a decidir” poniéndoselo cada vez más complicado a Valenciano como cabeza de lista.
            Y en Euskadi se escenifica lo que para unos es una farsa y para otros un nuevo capítulo del desarme de ETA. Los “verificadores” internacionales que, según el Gobierno, maldita falta hacen, harán pública una propuesta de desarme de ETA, que hará un comunicado al respecto. Algunos ya especulan que exigirá entregar las armas en un país neutral y a cambio de impunidad; otros que lo hará de forma unilateral y sin condiciones, mientras los ministros de Interior francés y español exigen la disolución de la banda y punto, concluyendo el español que “el Gobierno no contribuirá al teatro de ETA”. Mientras tanto, el ex etarra Wily dirige las reuniones para desestabilizar el gobierno de UPN en Navarra, mientras la efímera comisión de investigación constituida al efecto agota los escasos días que le han dado para que haga un dictamen exhaustivo sobre los presuntos delitos cometidos por la vicepresidenta. Todo un récord sin precedentes.
Y, por supuesto, es un récord histórico la vertiginosa rapidez del senador y diputado madrileño popular, Paco Granados, de dimitir de sus cargos y dejar la actividad política tras publicarse la existencia de una cuenta en Suiza a su nombre, mientras, al parecer, Hacienda ya está investigando el asunto. Tras admitir la existencia de la misma, aunque, según él, con dinero conseguido antes de estar en política, ha bastado un debate de dos días sobre fechas de la vigencia de dicha cuenta, para que Granados, famoso político y, si cabe, famoso tertuliano televisivo, abandone la política, desencadenando un océano de especulaciones. Como dice él, si te quedas, malo, si te vas, peor ya que muchos lo achacarán a que se declara culpable. No sabe que lo malo y lo peor es tener la cuenta en Suiza y, a la vez, ser un cargo político. En todo caso estamos tan poco acostumbrados a conjugar el verbo dimitir en España que hay que agradecer a Granados que lo haya conjugado tan rápido y conciso. Un acierto sin lugar a dudas. Ahora sólo queda que la Justicia siga su camino y aclare lo sucedido para exigir las responsabilidades pertinentes. Las políticas ya las ha saldado.
 

Jorge Cremades Sena

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