Mientras
que, según se hace público, independentistas y extrema izquierda urden un plan
para derrocar al Rey, por lo que Seguridad del Estado investiga los movimientos
de separatistas catalanes y vascos para “desgastar y atacar” a la Corona hasta
“acabar con ella y, por efecto cadena” con el resto del sistema; y mientras
Bildu se queda con la cartera de Justicia e Interior en Navarra, por lo que el
Gobierno expresa su preocupación por los efectos de esta decisión… dice Rajoy,
comparando al president Mas con Tsipras por engañar a los catalanes con
promesas que no puede cumplir, que “no habrá independencia de Cataluña”. Y,
entretanto, el pacto Mas-Junqueras incluye medidas para burlar al Estado, como
ya hizo en el esperpéntico e ilegal referéndum, contemplando en su proceso
independentista la ruptura con el Constitucional y la creación de una Hacienda
propia para evitar sanciones y represalias. Además el president Mas presentará
hoy mismo al Rey su proyecto de República Catalana, llevando a Zarzuela su hoja
de ruta secesionista cuya Constitución habla de “una nación que se configura
desde el punto de vista jurídico político como república”, en tanto que, como
no puede ser de otra forma, Felipe VI le reiterará que el mejor camino es la
unidad de España. Por otro lado, líderes del PP catalán quieren que salga
Sánchez-Camacho y exigen una respuesta más contundente al desafío de Artur Mas,
advirtiendo que su situación es ya “como era en el País Vasco pero sin
terrorismo”. Y, para que no falte de nada, Bartomeu, el presidente del Barça,
firma, junto a los otros tres candidatos a presidir el club, el “Compromís de
País” en presencia de Muriel Casals, la ex presidenta de Omnium Cultural,
aunque ninguno de los cuatro considera viable dejar de jugar en la Liga
Española, al igual que Mas y compañía consideran inviable dejar de percibir
todas las ayudas que sean necesarias del Estado Español, como es lógico. Lo
ilógico es seguir con este enredo del independentismo ilegal que pretenden los
soberanistas catalanes, no es cuestión de si habrá o no habrá independencia de
Cataluña (o de cualquier otro territorio), es cuestión de si el procedimiento y
el proceso para conseguirlo se hace de forma democrática o totalitaria, de
acuerdo a la ley o desde la ilegalidad. Esta es la cuestión. A lo primero, nada
que objetar; a lo segundo, la repulsa unánime como a cualquier tipo de golpe de
Estado.
En cuanto a otros
asuntos, destacar que las bases de Ciudadanos están contra los “intrusos” como
Cantó (tiene gracia que aterricen en el partido por la puerta grande y con acta
de diputado casi asegurada); que cinco diputados del PP votan contra la reforma
de mínimos del aborto (consecuencias de la decepción ideológica); y que Carmena
azuza la caza al periodista, manteniendo la dichosa web-mordaza y manifestando:
“rastrearemos el origen de las informaciones” (de ahí a la ley del silencio, un
paso). Ya ven es lo que hay.
Y en lo que respecta a
noticias del exterior, mientras Europa vuelve a abrir el grifo del dinero a
Grecia tras aprobarse el rescate en el Parlamento griego, elevando el BCE en
900 millones de euros la línea de liquidez a Atenas, Alemania insiste en la salida
temporal de Grecia del euro. Entretanto, Obama visita una prisión federal para
llamar la atención sobre la necesidad de reformar un sistema penal que favorece
la discriminación y la desproporción en los castigos; Reino Unido se encamina
hacia una nueva BBC con sello conservador, mientras la entidad cree que se
pretende acabar con un modelo de éxito durante 90 años; y, mientras el IS
extiende la guerra al mar atacando a un barco egipcio, la Fiscalía Nacional
señala la venta de órganos en el mercado negro, un presunto negocio del Estado
Islámico de 10.000 euros por decapitado, lo que añade más terror aún al
terrorífico sistema que practican los yihadistas, orgullosos de exhibir sus
intolerables hazañas al mundo entero.
Jorge Cremades Sena
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