Es
obvio que no todos los trabajos son iguales, por lo que, en caso de huelga de
los trabajadores, ésta no puede ser tratada igualmente debido al distinto
impacto social que tenga al afectar distintamente a los derechos de los ciudadanos.
Dicho de otra forma, garantizando obviamente el derecho de huelga de cualquier
trabajador, no es lo mismo si lo ejercen los trabajadores de una fábrica de
zapatos, por ejemplo, que si lo ejercen los trabajadores encargados de la
seguridad de un aeropuerto. En el primer caso no hay colisión con otros
derechos ciudadanos y, salvo que los huelguistas ejerzan la violencia, las
autoridades no tienen por qué actuar; en el segundo caso, sí, para garantizar
la seguridad y los derechos de otros ciudadanos, ajenos al conflicto laboral.
Es lo que está sucediendo con los trabajadores de Eulen, la empresa contratada
por Aena para garantizar la seguridad en el aeropuerto de El Prat en Barcelona,
donde, fracasadas todas las negociaciones y tras varios días de paros
intermitentes temporales, los vigilantes de El Prat van a la huelga indefinida
y en pleno puente de mayo (están lógicamente en su derecho de hacerlo), cuando
las aglomeraciones en el mismo aumentan el riesgo de inseguridad, por lo que el
Gobierno, obligado a garantizar la seguridad ciudadana y el tráfico aéreo con
todas las garantías, máxime si estamos en cierto nivel de alerta terrorista
yihadista, decide que unos 200 guardias civiles asuman desde hoy los controles
de seguridad del aeropuerto de Barcelona, tal como había advertido en el
periodo de negociación entre la empresa y sus trabajadores. Lo insólito es que,
desde algunos sectores políticos y sindicales, semejante advertencia
gubernamental y su posterior decisión se considere como una coacción e
intromisión en el derecho de huelga con la intención de amedrentar a los
trabajadores. Este Gobierno, como cualquier otro gobierno responsable, hace
sencillamente lo que tiene y debe hacer al destinar “los guardias civiles
necesarios” para garantizar la seguridad en el aeropuerto, mientras acelera la
designación de un árbitro independiente que dicte un laudo para acabar con el
conflicto laboral, mientras, por su parte, la Generalitat también ofrece a los
Mossos d´Esquadra para reforzar la seguridad. ¿Acaso el Gobierno debía quedarse
con los brazos cruzados ante el riesgo de inseguridad manifiesta? ¡No quiero ni
pensar qué dirían estos críticos a las decisiones gubernamentales si, como
quieren, se quedara el Gobierno de brazos cruzados y se produjera un atentado
en El Prat abarrotado de pasajeros! En fin, sin más comentarios y, desde luego,
sin más demagogia cuando lo que está en riesgo es la seguridad ciudadana.
Es
obvio que nos espera un “otoño caliente” pues, si de un lado, los sindicatos
advierten de paros en más ciudades si no hay acuerdo, y el comité de huelga
insinúa que buscará más excusas para continuar las protestas, de otro lado, y
al margen del peliagudo asunto del referéndum ilegal independentista, los
abertzales preparan movidas contra las Fuerzas de Seguridad y buscan presionar
al PNV en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado… y todo ello
con la turismofobia como telón de fondo en Cataluña, Baleares y País Vasco.
Entretanto el juez reabre la investigación en busca de la “X” del “caso
Faisan”, interrogando en secreto a los dos condenados para preguntarles qué
alto mando de Rubalcaba ordenó el chivatazo a ETA, mientras el comisario Pamies
guarda silencio tras lograr que la policía blinde su pensión. Por su parte la
Mesa del Parlament oculta del orden del día la ley del 1-O, tratando así el
soberanismo ocultar la aprobación de una norma que Rajoy impugnará antes de ser
votada… Y mientras Inés Arrimadas, jefa de la oposición en el Parlament, dice
que “no será necesaria la fuerza para impedir el referéndum” el profesor MIguel
Satrústegui explica lo obvio manifestando que “los catalanes ya tienen
garantizados sus derechos fundamentales y participan sin discriminación alguna
en el Estado democrático de Derecho”, teniendo en cuenta que el único referente
jurídico de los independentistas, Kosovo, nació de un conflicto bélico y, por
tanto nada tiene que ver con Cataluña.
Y
en este inquietante ambiente de discordias e incertidumbres, mientras
Ciudadanos y Podemos ya se plantean formar parte de gobiernos, por lo que tanto
Rivera como Iglesias modulan su discurso con la vista puesta en las elecciones
de 2019, la dirección del PSOE no descarta el pacto con Podemos, aunque líderes
territoriales socialistas se resisten a entrar en coaliciones, mientras el PP
plantará cara a Ciudadanos sobre la limitación de mandatos a Rajoy y busca
evitar que el pacto con Rivera le impida ser candidato tras ocho años en el
Gobierno, considerando que la Constitución prohíbe restringir su derecho a
presentarse, mientras Casado, que suena como candidato a casi todo en el PP,
dice que “si me tiro a la piscina, o tiene agua o tiene bolas” y que “al PP le
metería más caballos”.
En
cuanto a otros asuntos se refiere cabe citar que las mafias de la inmigración
apuntan a la frontera de Ceuta; que la policía confirma la muerte de Pilar
Garrido, la española desaparecida en México, asesinada el día que desapareció,
según se desprende de la autopsia a un cadáver hallado estos días; y que
Euskadi requisa 20 toneladas de huevo líquido importados de Francia al detectar
Sanidad en Vizcaya una partida infectada con fipronil antes de que entrara en
la cadena alimentaria.
Y
en el exterior, mientras China media para evitar el choque entre Corea del
Norte y EEUU, Trump dice que no descarta la “acción militar” en Venezuela “si
es necesaria”, mientras Maduro otorga “poderes plenipotenciarios” a su Asamblea
Constituyente paralela, controlada por el chavismo, haciendo caso omiso al
llamamiento generalizado de que restablezca la democracia, mientras
Latinoamérica rechaza las amenazas de Trump y las distintas cancillerías
consideran que la opción militar no es la solución. Entretanto la violencia de
grupos racistas causa varios muertos en Virginia, al convertirse una marcha
racista en una verdadera batalla campal y la tolerancia de Trump con dicha
violencia racista indigna a EEUU con duras críticas hacia el Presidente por no
condenar el racismo en Charlottesville y, como hace Podemos en España ante la
violencia chavista, limitarse a una condena genérica de la violencia sin más.
En
cuanto a los deportes se refiere cabe citar que el Real Madrid deja casi
sentenciada la Supercopa de España al derrotar al Barça en el Nou Camp, 1-3, en
el partido de ida, con goles de Piqué en propia puerta, Cristiano (expulsado
por caerse en el área por un contacto con la defensa que consideró el árbitro
un piscinazo) y Asensio, cuando ya los madridistas jugaban con 10, (el de los
blaugrana fue de Messi, gracias a un penalti inexistente ya que Suárez se tiró
a la piscina sin que ni siquiera hubiera contacto físico con el portero Navas);
a la espera del partido de vuelta en el Bernabeu, lo cierto es que, de momento,
ni las polémicas decisiones arbitrales (al árbitro le vino muy grande su
estreno en este tipo de partidos) claramente caseras, ni jugando el Madrid con
10 en los últimos minutos, los blancos (vestidos de morado) arrollaron a los
blaugranas, que se estrenaban sin Neymar en un partido de competición, y fueron
claramente merecedores de la victoria.
Jorge Cremades Sena
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