A
medida que se van conociendo detalles de la vida y milagros de la célula
yihadista que ha atentado en España, concretamente en tierras catalanas, es
inevitable que se relacionen soberanismo y yihadismo (fenómenos que nada tienen
que ver entre sí), al darse en un territorio gobernado por nacionalistas
radicales (con amplia autonomía y amplias competencias delegadas por el
Gobierno Central), que, enfrentados al Estado al que pertenecen para desgajarse
de él de forma totalitaria y al margen de la legalidad democrática vigente,
suelen actuar a su libre albedrío y comportarse siempre que pueden, “de facto”
que no de “iure”, como si ya hubiesen logrado la independencia del territorio.
Es inevitable pues que los posibles desajustes de coordinación entre las
diversas fuerzas de Seguridad del Estado, que en cualquier otro territorio se
quedarían simplemente en el ámbito de la ineficacia o la incompetencia sin
otras connotaciones, recobren en Cataluña una dimensión especial al contar con
una Policía Autónoma, dirigida por la Consellería de Interior, además de la
Policía Nacional y la Guardia Civil, dirigidas por el Ministerio de Interior,
no siempre, como el resto de Consellerías y Ministerios de otras facetas de la
Administración, bien avenidas cuando no enfrentadas por este ilegal “procés”
totalitario que pretende desarrollar el Govern de Cataluña. Y es inevitable,
más aún si cabe, relacionar soberanismo con yihadismo cuando los gobernantes
soberanistas marginan a las Fuerzas de Seguridad del Estado condecorando sólo a
los Mossos, su policía autónoma, una vez desmantelada la célula yihadista tras
la masacre, mientras que la Policía Nacional y la Guardia Civil, con gran
experiencia antiterrorista en su lucha contra ETA, se quejan de que los Mossos
los marginan, mientras Forcadell excluye a ellos de los reconocimientos. Así
pues, por más que, tanto el Gobierno como la Generalitat, intenten ahora
aparentar que la coordinación en la lucha antiterrorista para evitar más alarmas
a la ciudadanía, los hechos publicados lamentablemente lo desmienten, pues la
policía belga comunicó hace año y medio sus sospechas sobre el imán de Ripoll,
alerta que llegó a los Mossos y su “número dos” de la unidad de información
respondió sobre Es Satty, asegurando ahora la policía catalana que sólo se
trató de un contacto informal entre conocidos, al extremo de que un agente del
municipio donde vivía el clérigo preguntó sobre su radicalización a un alto
mando de la policía catalana que le respondió que no le constaba nada, pero no
consultó con Interior; pues la juez alertó a los Mossos de que las bombonas de
Alcanar podían ser para un atentado y éstos rechazaron las sospechas de la
magistrada respondiendo “Señoría, no exagere”; y así pues, semejante sujeto,
liberado por un juez porque no era “una amenaza para el orden” pudo campar a
sus anchas desde que el magistrado de Castellón evitara su expulsión de España
destacando incluso “sus esfuerzos de integración”. En fin, si los desencuentros
entre Generalitat y Gobierno en otros ámbitos de la Administración por el
ilegal “procés” soberanista totalitario inciden claramente en muchos aspectos
negativos en temas económicos, políticos y sociales, los existentes entre
Ministerio de Interior y Consellería de Interior, que incluso pone al mando de
los Mossos a un recalcitrante independentista, tienen mayor reproche si cabe ya
que lo que está en juego es nada menos que la vida de las personas, objetivo que
debiera prevalecer sobre cualquier otro asunto por importante que fuera.
Y,
mientras la Generalitat mantiene intacto su plan para convocar el referéndum
ilegal, el Estado Islámico clama “venganza” y difunde un video en castellano
con nuevas amenazas a España, en tanto que las capitales refuerzan la seguridad
de las calles más transitadas con bolardos, maceteros y otras barreras físicas
para impedir la entrada de conductores homicidas, al extremo de que hasta Ada
Colau, obligada tras las críticas recibidas, cae del burro y rectifica,
aceptando al fin reforzar la seguridad con dichos bolardos en los espacios
turísticos de Barcelona, cuando antes lo rechazaba porque coartaba la libertad
(¿de quién? ¿de los terroristas, pues?... y ¿ahora no la coarta?) dejando así
pueriles argumentos para rechazarlo, mientras Sevilla comienza la protección
por el concurrido Real Alcázar y Valencia utiliza provisionalmente vehículos
policiales. Por otra parte, mientras el Govern desaira a Los Reyes por fotografiarse
con niños heridos en los atentados y Zarzuela responde que pidieron “permiso
expreso”, los islamistas encarcelados piden ser “presos políticos como los de
ETA”, poniendo así la guinda a tanto desbarajuste inconcebible.
Entretanto
ya sabemos que los terroristas preparaban quince bombas en la casa de Alcanar;
que cinco de los terroristas fueron a París cuatro veces en distintos coches;
que la Policía francesa los tiene identificados y que entre ellos iba el
dichoso imán de Ripoll; que se habrían reunido con varios “dinamizadores” que
operan en Europa; que los asesinos, además de la casa okupada en Alcanar,
tenían una segunda guarida en el pueblo tarraconense de Riudecañas, a pocos
kilómetros de Cambrils, en un restaurante abandonado donde se ha encontrado
material para fabricar explosivos y documentos en dos restos de hogueras; que
una grabación muestra a los terroristas de compras y risas entre atentado y
atentado; que los detenidos dicen al juez que Es Satty iba a inmolarse en un
gran atentado por lo que preparaban un “atentado de gran envergadura” y al
efecto almacenaban 500 litros de acetona, más de cien bombonas y clavos en
Alcanar; que compraron cuatro cuchillos y un hacha horas antes del atropello en
Cambrils; que iban a atentar con un coche bomba contra la Sagrada Familia u
otros monumentos similares; y que el imán dio un curso de explosivos en Francia
para una masacre en Barcelona y quería inmolarse en la Sagrada Familia,
encontrando en Alcanar el cinturón con explosivos reales con el que pretendía
inmolarse. Por su parte el padre del autor de la masacre manifiesta que “no
sabíamos que mi hijo se veía a escondidas con el imán”, mientras Francia
investiga qué hacía Abouyaaqoub en París días antes de la masacre, y entretanto
el juez dicta prisión incondicional para dos de los detenidos (el herido en la
explosión y el que alquiló la furgoneta de Las Ramblas), deja a otro en
libertad y pospone la decisión sobre el cuarto. Es el escalofriante relato de
las andanzas de semejantes individuos sin que nadie, absolutamente nadie, se
percatara de las mismas, entre otras cosas porque determinados indicios de
tamaña peligrosidad no fueron tenidos en cuenta por quienes tenían la
obligación al menos de hacer un rastreo sobre los mismos. Si se tuviera menos
permisividad con el movimiento ilegal “okupa” en vez de ampararlo como hacen
algunos se daría un paso adelante sin lugar a dudas, pues tal como está el
patio, sólo falta desentenderse y no controlar a quienes ilegalmente se meten
en las propiedades de otros para utilizarlas no ya sólo como viviendas sino
como, entre otras cosas, “fábrica de bombas” a semejanza de la casa de Alcanar,
que, de no haber sufrido la explosión accidental, podría haber elevado el
número de víctimas de forma exponencial.
En
cuanto a otros asuntos se refiere cabe destacar que Juana Rivas reaparece tras
un mes escondida y se presenta en los juzgados, donde el juez la deja en
libertad “al estar litigando en otros juzgados”, pese a la oposición del
fiscal, que pedía prisión por no entregar a los niños, por lo que Juana, una
vez libre, dice “no voy a la cárcel, me voy a casa con mis hijos, a seguir
peleando”. También cabe citar que en las isla Cíes se provoca un caos turístico
por la sobreventa de las navieras, saturando este paraje gallego protegido al
vender el doble de pasajes de los permitidos para visitarlo; y que el PNV, al
sumarse al resto de la oposición, fuerza a que Mariano Rajoy acuda al Congreso
por el “caso Gürtel”, donde tendrá que dar explicaciones por la corrupción de
su partido.
Y
en el exterior cabe mencionar que Trump ordena un aumento de tropas en la
guerra de Afganistán y cede a los generales la gestión del conflicto y, por
otro lado, amenaza con cerrar el Gobierno si no logra fondos para levantar su
muro; por su parte, Nicolás Maduro veta la gira por EEUU de la orquesta de
Dudamel tras sus críticas al régimen, mientras la fiscal Luisa Ortega, huida de
Venezuela, acusa al dictador venezolano de sobornos millonarios y que entregará
las pruebas a España y a otros tres países más.
En
lo que respecta al fútbol, los líderes del Barça ponen aprueba la autoridad de
Bertomeu, pues Messi y Piqué responden a la decisión del club de demandar a
Neymar colgando en Internet fotos de ellos con su ya ex compañero, con lo que
el Barça denuncia a Neymar mientras sus estrellas presumen de su amistad con
él.
Jorge Cremades Sena
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