La tan esperada
sentencia del “caso Gürtel” ha llegado: una contundente condena por gravísimos
hechos probados que suma 351 años de cárcel para 29 acusados (entre los
principales condenados figura Correa con 51 años de cárcel, el ex alcalde de
Majadahonda Guillermo Ortega con 38 años, Pablo Crespo con 37, Bárcenas con 33,
López Viejo con 31, José Luis Izquierdo
con 17, la esposa de Bárcenas Rosalía Iglesias con 15, el exmarido de Ana Mato
y ex alcalde de Pozuelo Jesús Sepúlveda con 14….y suma y sigue), llamando la
atención que, entre los no condenados, figure “El Bigotes”, muy popular en
aquellos lamentables tiempos de vino y rosas. Una sentencia, tardía e
inoportuna, que, al menos, desmiente a aquellos que luego acusan a la Justicia
de estar politizada y actuar al dictado del Ejecutivo pues, como otras tantas
sentencias, de ser así el asunto habría que concluir que el Gobierno de Rajoy
es tonto de remate ya que más devastadora para él, imposible. La Justicia en
definitiva es demasiado lenta y, por tanto, finalmente injusta pues, con semejante
tardanza, puede afectar políticamente a instituciones y gobernantes actuales,
muchos de los cuales ni siquiera eran responsables de los hechos que hoy se han
probado o simplemente tenían un papel muy secundario en los mismos, generando
en la ciudadanía una perversa confusión sobre quién es quién en cada caso. En
todo caso, la sentencia de la Audiencia, recurrible todavía, contra la financiación
ilegal del PP de Aznar condena al partido por lucrarse en la Gürtel, pone en
duda la propia “credibilidad” del Presidente Rajoy como testigo en el juicio,
da por probada una financiación del PP de entonces paralela a la contabilidad
oficial (acreditando la famosa caja B desde 1989 y, en definitiva, “un sistema
de corrupción institucional”), lo que, evidentemente, anticipa una grave crisis
política en España. No en vano Juan Ignacio Zoido, el Ministro de Interior,
dice que “en seis años el Gobierno de Rajoy no tiene ningún caso de corrupción”……
pero la pesada losa que arrastra el PP, hoy por hoy, le impide al actual
Gobierno popular salir adelante de forma airosa, por más que, tras la herencia
heredada de Zapatero haya conseguido mejorar sustancialmente la economía y
librar a España de una dura intervención por parte de la UE (es, de alguna
forma, algo parecido a lo que sucede con el PSOE, que sigue sin levantar cabeza,
por la mochila de corrupción que también arrastra en sus filas y que también se
está juzgando ahora). Consecuencia inevitable, que España de nuevo se sumerge
en una indeseable convulsión política, justo cuando Rajoy había conseguido un
complicado acuerdo presupuestario que le permitía agotar la legislatura sin
demasiados obstáculos de estabilidad gubernamental.
En efecto, que la oposición
desaproveche una ocasión así para menoscabar la credibilidad del Gobierno es
algo así como creer en brujas, pues todos los partidos, incluido el
gubernamental, ante semejante bicoca se lanzaría al acoso y derribo, sin
reparar en las consecuencias inmediatas. Es lo esperable en un contexto
demoscópico en el que el PP está en caída libre, con Ciudadanos pisándole los
talones y con un PSOE y Podemos incapaces de remontar sustancialmente en las
expectativas de voto. La guerra sin cuartel está servida, precisamente cuando
PP, PSOE y Ciudadanos hacen piña con el Gobierno contra el grave desafío de los
secesionistas catalanes, únicos beneficiarios al final de la convulsión
política que se acaba de desatar. El PSOE de Sánchez presenta una moción de
censura contra Rajoy y Podemos anuncia que la respaldará sin contrapartida
alguna, mientras Ciudadanos, que desde la oposición apuntala al Gobierno, aplaza
su decisión pero asegura que “esto lo cambia todo” viendo Rivera “un antes y un
después”, como si se sorprendiera de una sentencia que a nivel de calle estaba
cantada (dejando en ridículo a quienes decían que jamás se condenaría a los
responsables) y era mucho más que un mero rumor malintencionado. Y, activada la
moción de censura socialista y desatada la contienda de todos contra todos, la
crisis política está servida: Rajoy rechaza las elecciones anticipadas,
mientras el PP evita el choque con Rivera y centra su ataque contra Sánchez,
quien persigue retratar a Rivera y gobernar en solitario, para lo que requiere,
si Ciudadanos no le apoya, el concurso de todos los nacionalistas y
secesionistas habidos y por haber; en definitiva, el caos.
Así las cosas, se presume una moción
de censura inviable (como inviable era en su día la formación de un gobierno
alternativo al del PP), pues las exigencias soberanistas son inaceptables (el
PNV reclamaría cambios en el modelo territorial y el PDeCat impondría al PSOE
un “alto precio” incluyendo apoyar a “presos y exiliados”), salvo que Sánchez,
volviendo a las andadas, quiera suicidarse definitivamente cediendo a las mismas;
por su parte Ciudadanos, que pide un adelanto electoral, exigiría, en el mejor
de los casos, que ni Rivera ni Sánchez fueran el Presidente a elegir, por más
que los socialistas aseguren que, de ganar la moción, se iría a las urnas en unos
meses después de un gobierno transitorio que no trataría de agotar la
legislatura ni de aprobar otros Presupuestos (regalarle el Gobierno transitorio
supondría dar un balón de oxígeno a Sánchez, y, para los intereses de Rivera,
sería mejor apuntalar a Rajoy para acabar de matarlo políticamente), mientras
el PP ya ha perdido el presente y alberga serias dudas sobre su futuro, pues
altos cargos populares ya dan la legislatura por muerta y por nulas sus
expectativas electorales, mientras se preguntan por el futuro de Rajoy. Ya ven,
el que se equivoque de estrategia lo puede pagar muy, pero que muy caro. De
momento esta nueva convulsión política y la temeraria moción de censura de
Sánchez (que, en el mejor de los casos conduce a un bloqueo innecesario y, en
el peor, a un absurdo gobierno inviable y nefasto) ya dispara la prima de riesgo
un 15% y la caída de la Bolsa un 1´7%, mientras un acosado Rajoy le acusa de
querer llegar a La Moncloa aunque sea a cambio de dinamitar la estabilidad del
país y comparece con un duro ataque al socialista por “usar la sentencia del
caso Gürtel y debilitar España” y aunque no puede disolver las Cortes hasta que
se vote la moción, muestra su intención de agotar la legislatura y poner en
marcha las ventajas contempladas en los recién aprobados Presupuestos Generales
del Estado…..y que cada quien apechugue con sus responsabilidades.
Por otro lado, aunque queda eclipsado
mediáticamente por lo anterior, la juez cifra en 6´4 millones el soborno de
Cotino a Zaplana, a quien envía a prisión incondicional, acusándole de blanqueo
de capitales y delito fiscal; al parecer, Zaplana escondió el dinero en
Andorra, Uruguy y Paraguay; la sobrina de Paesa gestionó las mordidas del “caso
Zaplana” al ser la administradora de la empresa de Luxemburgo que, según el
juez, acumuló dichos millones pagados en comisiones por la familia Cotino; y un
alto cargo espió datos del caso seis días antes de que la UCO interviniera. Y
respecto a otros asuntos cabe citar que dos alcaldes no ejecutaron la
demolición de la pirotecnia ilegal de Tuy; y que el “procés” se financió con
ayudas públicas a ONGs de cooperación internacional y han sido detenidos 29
vinculados a la Diputación de Barcelona.
En lo que se refiere al exterior
cabe citar que Trump cancela finalmente la cumbre con Kim Jong-un en Singapur
pese a destruir Corea su base nuclear; que Europa vuelve su mirada al Este,
Macron se reúne con Putin y Merkel con Xi, para compensar la ausencia de EEUU;
que Bruselas teme el contagio en Europa de la crisis italiana; que Holanda prueba
que el ejército ruso derribó en Ucrania el avión con 298 personas a bordo; y
que Irlanda da un “sí” rotundo a la legalización del aborto, pues un 66´4% de
irlandeses apoya una nueva ley de interrupción del embarazo, exhibiendo así su “revolución”
en el pertinente referéndum.
Y por lo que respecta al futbol cabe
destacar que el Real Madrid gana su decimotercera Copa de Europa al derrotar en
Kiev al Liverpool, 3-1, con un gol de Benzema y dos de Bale; la lesión de Salah
por parte de los ingleses y la de Carvajal por parte de los españoles,
condicionaron de alguna forma el encuentro, así como los garrafales errores del
portero británico; en todo caso, el Madrid agranda su leyenda europea y sigue
haciendo historia con esta decimotercera Champions, la tercera consecutiva, por
lo que ya tiene más copas europeas en color que en blanco y negro (aquellas
cinco primeras consecutivas pertenecientes a otras épocas), mientras un
inoportuno Cristiano Ronaldo insinúa su marcha manifestando “ha sido bonito
jugar en el Madrid”; en fin, enhorabuena a los blancos.
Jorge Cremades Sena
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