viernes, 3 de agosto de 2018

DIÁLOGO DE SORDOS


                        Cuando España tiene planteados gravísimos problemas que amenazan incluso a la propia supervivencia del Estado, nuestros políticos se empeñan no sólo en no consensuar soluciones viables sino además en entretener a los ciudadanos con ilusorios diálogos de besugos que apenas sirven para demostrarnos que todavía son capaces de hablar entre ellos y poco más. Asuntos, entre otros, como el totalitarismo secesionista o la crisis migratoria, que amenazan severamente la paz social entre todos los españoles, debieran ser objeto de un tratamiento muy por encima de los legítimos intereses partidarios de unos u otros….pero no es así. Para unos, el Gobierno dinamita los pactos de Estado con PP y Ciudadanos; para otros, son éstos partidos quienes utilizan demagógicamente tan graves asuntos con fines electoralistas. Lo cierto es que, al margen de cómo se carguen las tintas de forma interesada, la reunión en Moncloa entre Sánchez y Casado es un ejemplo más de este nefasto “diálogo de sordos”, cuando se apuntaba a que Sánchez ofrecería a Casado pactar sobre Cataluña y sobre la inmigración, buscando imprescindibles acuerdos de Estado con el PP, que, al menos sobre Cataluña, ya existían en época de Rajoy. Pero, nada de nada, el actual Gobierno, antes de recibir en Moncloa al actual Jefe de la oposición, que curiosamente tiene más diputados que el Gobierno (insólito en España durante todo el periodo democrático), descalifica a Casado y por boca de la Vicepresidenta Carmen Calvo le acusa, junto a Rivera, de alinearse con los políticos xenófobos europeos, dificultando la utópica oferta de acuerdos sobre el asunto, mientras el sucesor de Rajoy se dispone a exigir reforzar las instituciones frente al soberanismo. Así, mientras Juncker afirma que los fondos para frenar el flujo migratorio desde Marruecos son limitados, PP y Ciudadanos ven a Sánchez totalmente desbordado, al extremo de que Rivera da por agotada la legislatura y exige elecciones ya. Y en tales circunstancias, lo lógico es que la reunión en Moncloa haya acabado sin acuerdo alguno: Casado exige a Sánchez que no acerque a los asesinos de ETA, demandándole además fortaleza frente a los separatistas, una ley de defensa de la memoria de las víctimas del terrorismo, que sea delito convocar referéndums ilegales, bajada de impuestos y control del déficit, y una reforma para que gobierne la fuerza más votada en los municipios. Casado pretende con ello que Sánchez ponga fin a las cesiones al separatismo (como cuando gobernaba el PP y el PSOE lo apoyaba) y que ponga fin a las políticas de “apaciguamiento” con los independentistas, insaciables en su ilegal y antidemocrático “procés”, ofreciéndole todo su apoyo a que se vuelva a activar el artículo 155 de la Constitución si Torra persiste en su alocado proyecto. Por su parte el Gobierno, ni siquiera comparece, como hizo tras la reunión con Torra, para valorar la reunión con el líder del PP y líder de la oposición. Menos mal que al menos han sido capaces de guardar la compostura y dar una sensación de cordialidad en su encuentro de cara a la galería.
            Entretanto el Gobierno intenta ganar tiempo con ciertas concesiones al separatismo en la activada reunión bilateral con la Generalitat, dónde todo apuntaba a que la Ministra Batet ofrecería al Govern votar un nuevo Estatut y desbloquear las leyes recurridas en el TC. Pero de nuevo un diálogo de sordos en temas de fondo, ya que los secesionistas no cejan en su empeño de exigir el ilegal derecho de autodeterminación y hacen gala de su exigencia de liberar a lo que llaman “presos políticos” exhibiendo en sus solapas los lazos amarillos. Era la primera reunión bilateral tras siete años de la Comisión Bilateral (no convocada por Rajoy durante ese tiempo al exigir al Govern tratar sólo sobre asuntos acordes con la Constitución y la Ley), que obviamente ha acabado sin acuerdo concreto alguno sobre los temas de fondo, reconociendo el propio Gobierno “discrepancias importantes” con la Generalitat, que todos ya sabemos, aunque se compromete a invertir en Cataluña de acuerdo con el peso de su PIB (las comunidades de menor PIB que se apañen como sea), tal como fijaba el Estatut inconstitucional surgido en época de Zapatero y al amparo de su promesa de que todo lo que decidiera el Parlament sería respaldado en Madrid. El caso es que, según Batet, “el Gobierno tiene un proyecto para Cataluña”, que nadie conoce y que, en todo caso, rechazan los independentistas salvo que sea dicho proyecto hacer viable la independencia, con lo que las cesiones del Gobierno en otros asuntos no aplacan la voracidad de la Generalitat, al rechazar la ministra, por mera lógica y sentido común, hablar de presos políticos y de autodeterminación (la separación de poderes y la Constitución así lo exigen), aunque consigue mantener el diálogo de sordos y la vigencia de estas comisiones bilaterales, activando las de infraestructuras, financiación y competencias (la pela es la pela), mientras Ernest Maragall, su interlocutor en las mismas por parte del Govern, sostiene que “aguantaremos e insistiremos para llegar donde queremos llegar” (es decir, a la independencia, sea como sea). Un encontronazo bilateral en toda regla por el referéndum y los presos, al toparse esta “operación diálogo” de Sánchez (¿de sordos?) con la triste realidad, pues, mareando la perdiz, el Gobierno alude a la “lealtad federal” con Cataluña pero se opone a crear un grupo de trabajo para otro ilegal 1-O, mientras la Generalitat enfría el consenso y pone en evidencia al PSOE por oponerse al derecho de “autodeterminación”, no contemplado en la Constitución española ni en ninguna otra constitución europea.
            Por otro lado, diálogo de sordos sobre la inmigración. Casado visita Ceuta y Algeciras para reforzar su estrategia política, confraterniza y se hace fotos con africanos recién llegados (lo que para algunos es utilizar a los inmigrantes al efecto) y después, en un duro discurso, arremete contra la política migratoria pidiendo una “política firme en las fronteras” e insiste en hablar de “millones” de potenciales inmigrantes, proponiendo un “plan Marshall” para África y rechazando “hacer demagogia” sobre asunto tan lamentable, culpando al “populismo” del “efecto llamada” pues todo el mundo sabe que el flujo migratorio sin regulación alguna es nefasto tanto para las poblaciones de acogida como para los propios migrantes. Por su parte Sánchez recurre a la UE para intentar taponar la hemorragia de inmigración procedente de Marruecos y consigue de Juncker, quien avisa que los recursos son limitados, el compromiso de desbloquear 55 millones de euros (30 de ellos para Marruecos) ante la evidente crisis migratoria, mientras el gobierno marroquí ve insuficiente la ayuda contra la inmigración y dice que, al menos, necesita el doble de dinero. Mientras tanto, se desencadenan graves disturbios en algunos lugares de España con los manteros, que agreden incluso de forma brutal a algún turista por recriminarles que no dejan espacio libre para caminar y no tienen reparo en enfrentarse incluso a la policía si ésta pretende identificarlos para averiguar si venden productos falsificados.
            Y en pleno diálogo de sordos o de besugos (como prefieran) el primer barómetro del CIS de Tezanos catapulta a Pedro Sánchez y hunde al PP (el sondeo se hizo antes del relevo de Rajoy), por lo que algunos llaman el “efecto Moncloa” y otros una operación de marketing guisada por quien preside el centro. En todo caso y al margen de especulaciones, según el CIS sobre intención de voto, el PSOE ganaría las elecciones con el 29´9% de votos, PP y Ciudadanos empatarían con el 20´4% cada uno de ellos e IUPodemos conseguiría sólo el 15´6% de sufragios: sólo subiría, y espectacularmente, el PSOE de Sánchez y el resto de partidos de ámbito nacional perdería votos de forma considerable. De confirmarse esta tendencia, hay que valorar muy positivamente, al menos para los socialistas, la estrategia de Pedro Sánchez, quien, sabedor de que su partido tardaría mucho tiempo en ganar unas elecciones al PP desde la oposición, optó por el atajo de la moción de censura al gobierno de Rajoy a sabiendas de que sus compañeros de viaje en la aventura eran de poco fiar…..el tiempo dirá si lo que fue bueno para Sánchez y el PSOE, lo será también para España y los españoles.
            En cuanto se refiere a otros asuntos cabe citar que se da una tregua en la huelga del taxi (Fomento pacta ceder la concesión de licencias sólo a las CCAA que lo deseen, pues éstas pedían que no se les pasen “problemas”); que tres taxistas son detenidos y más de sesenta investigaos por agresiones a Uber y Cabify; que Marlaska destituye fulminantemente a Manuel Sánchez Corbí, Jefe de la UCO, alegando “pérdida de confianza”, generando malestar entre los mandos de la Guardia Civil (dándose la casualidad de que el PNV venía pidiendo el cese de Corbí, quien ahora había denunciado la falta de fondos para su unidad); que la principal asociación de víctimas del terrorismo en Cataluña, la ACVOT, se declara ignorada por Colau en los preparativos del homenaje para recordar el aniversario de los atentados de Barcelona y no acudirá a los actos del 17-A; que son detenidas dos personas en Mataró por reclutar yihadistas, mientras la investigación del 17-A demuestra que la célula terrorista planeó atentado simultáneo en Barcelona y París; que el freno del consumo lastra la economía española y crece a su peor ritmo desde 2014; que el empleo crece pero vive el peor mes de julio en cinco años; que la Justicia anula el plan urbanístico del estadio del Atlético de Madrid, pues el TSJM ilegaliza el Wanda porque el Ayuntamiento, que recurrirá la sentencia, “priorizó” a un club privado; que Margarita Delgado será la “número dos” del Banco de España; que un integrante de “La Manada” es arrestado y queda en prisión provisional por delitos de robo y agresión en un centro comercial;  que el juez imputa al ex gobierno de Gallardón por la compra de Inasa; y que es detenido y puesto luego en libertad sin medidas cautelares, tras declarar en la Audiencia, el empresario Juan Muñoz, marido de la periodista Ana Rosa Quintana, por presuntos tratos y contactos con el polémico comisario Villarejo a quien, supuestamente, encargó un chantaje al pedirle un informe “privado” sobre un deudor y éste le ofreció un video sexual de un ex juez.
            Y mientras el CO en 2017 bate el record de los últimos 800.000 años, del exterior cabe destacar que Trump rebaja los límites a las emisiones de coches, una decisión contraria a los objetivos de lucha contra el cambio climático y contra el legado de Obama en materia medioambiental; que Mohamed VI espera la visita de Sánchez en septiembre en plena polémica de la migración; que un avión se desploma en Méjico tras el despegue con más de cien personas a bordo y no hay ninguna víctima mortal; que Asad admite por primera vez cientos de ejecuciones en cárceles sirias; y que el Papa cambia el catecismo para declarar “inadmisible” la pena de muerte.
Jorge Cremades Sena

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