lunes, 7 de septiembre de 2020

TRAMPAS EN EL SOLITARIO

 

                        Cuando en asuntos de salud y económicos, que están bastante relacionados, nos la estamos jugando, se tiene la sensación de que nuestros gobernantes, tanto los nacionales como los territoriales, andan enfrascados en sus miopes intereses partidistas y, al efecto, se hacen trampas en el solitario, lo que nos conduce al caos, en vez de buscar soluciones conjuntas viables que nos conduzcan hacia la salida de este oscuro túnel en que nos hemos metido. En efecto, España es ya el primer gran país con mayor tasa de muertes por covid, con más de diez mil nuevos contagios (estadísticamente sólo le superarían Andorra o San Marino, con poblaciones mucho menores) y bate todos los records negativos, mientras fracasa estrepitosamente la última Conferencia de Presidentes Autonómicos que acaba sin acuerdo alguno y sin reparto de fondos (Torra se desmarca y sólo se llega a acordar que las CCAA tendrán que informar a Sanidad del cierre de colegios….¡menos mal!), cuando comienza un desconcertante y caótico curso escolar atomizado territorialmente y sin medidas uniformes, cuando el gobierno de coalición sigue enfrascado en peligrosos enfrentamientos internos, y cuando gobierno y oposición son incapaces de consensuar las más esenciales medidas solventes para hacer frente a lo que se nos avecina. Y mientras España, que ya renunció en su día al reparto de mascarillas de la UE en el pico de la pandemia, registra en un solo día un nuevo record de 10.476 contagiados y Sanidad da por hecho que tendrá dosis de la vacuna antes de fin de año, el Gobierno social-comunista de Sánchez y el conservador-liberal de la Comunidad de Madrid protagonizan una absurda gresca insoportable para ver si uno se queda ciego aunque el otro se quede tuerto en vez de intentar ambos graduarse la vista para ver y enterarse de que en esta terrible crisis global vamos todos en el mismo barco. Dice Isabel Díaz Ayuso, la popular presidenta de Madrid, que “si Madrid no se reactiva, se hunde España”, que “Sánchez ha estado ausente y el verano ha sido muy duro para los presidentes autonómicos” y que “nuestras aulas se van a convertir en lugares muy seguros con medidas de protección”, mientras se blinda para frenar la nueva ola de la pandemia con más restricciones (prohibición de reuniones de más de diez personas y de los bailes en las bodas, más limitación del aforo en bodas, terrazas, misas y funerales…..) limitando la vida social bajo la presión de autonomías limítrofes, que detectan contagios importados y en pleno ataque del Gobierno, con lo que, en definitiva, la Comunidad de Madrid regresa a una especie de fase 3´5 de la pintoresca desescalada que se hizo tras las cotas más altas de la pandemia y la finalización del estado de alarma. Cierto que los hospitalizados por Covid se duplican en diez días en Madrid, con casi 1.900 ingresados a uno de septiembre, pero también es cierto que quince autonomías superan en mortalidad a la Comunidad madrileña en esta segunda oleada de contagios, pues en dicha comunidad fallecen 1´01 personas por cada 100.000 habitantes, frente a las 8´6 de la media nacional o, por ejemplo, las 25´7 de Extremadura, siendo el País Vasco, Navarra y Murcia las regiones, junto a Madrid, con menor tasa de mortalidad. En definitiva, tirarse las cifras de contagios o fallecidos a la cabeza entre unos y otros o camuflar estratégicamente los datos en un morrocotudo embrollo estadístico que nadie entiende, con el único objetivo de obtener ventajas partidistas o perjudicar las expectativas del contrario es sencillamente una indecente trampa en el solitario cuando la triste realidad se impone al final, dejando al descubierto la pésima gestión, egoísta y descoordinada, que nuestros gobernantes vienen haciendo para atajar la pandemia e intentar reconducir la catastrófica situación económica, social y laboral por la que atraviesan los españoles.

            Trampas en el solitario cuando Rufián (de momento) mantiene el veto a unos Presupuestos con Ciudadanos y Sánchez pacta con ERC convocar este mes la mesa sobre Cataluña, dando a los republicanos secesionistas esta discriminada concesión con la esperanza de que si fracasaran las negociaciones con Ciudadanos los Presupuestos puedan salir adelante con el apoyo de los independentistas, tal como prefiere Podemos. Por su parte Arrimadas, que ya negociaba con el Gobierno antes del estado de alarma (impulsó el giro de Ciudadanos tras ganar las primarias, siendo el socialista Bolaños y el naranja Cuadrado, claves en el deshielo) deja claro que “no asumiremos las subidas de impuestos de Podemos”, en tanto que el fiscal ataja el intento de Iglesias de penar las críticas al Gobierno y archiva la denuncia de Podemos contra bulos porque la libertad de expresión debe primar. El PP, por su lado, propone una fuerte reducción de altos cargos en una proposición no de ley en el Congreso y se niega a cualquier negociación presupuestaria mientras Podemos forme parte del Ejecutivo, aunque oferta a Sánchez la posibilidad de crear una Agencia para la Recuperación y plantea que la dirija el ex ministro socialista Solbes o el ex gobernador del Banco de España Caruana. Y ante semejante embrollo el Presidente incluye en la negociación con Cs bajadas de impuestos (las rebajas fiscales barajadas serían selectivas y estarían limitadas a las tasas aeroportuarias y al sector turístico, uno de los más castigados por la crisis), asunto que incomoda a su socio gubernamental Iglesias, y la Vicepresidenta Carmen Calvo manifiesta que “es secundario con quien salgan los Presupuestos, la meta es sacarlos”, cuando lo realmente esencial es que sirvan para sacar a este país de la crisis, sabiendo además que ante la necesidad de rescate por parte de la UE no serán viables unos Presupuestos, sean los que sean y con quienes sean. No en vano cada vez más se desata una cierta inquietud en el PSOE pues dirigentes socialistas alertan de que el socio de Gobierno de Sánchez, Pablo Iglesias, “pone en peligro la seguridad jurídica” y “esto puede acabar mal” ya que es obvio que las palabras de Iglesias “tienen un coste”.

Y si a todo ello añadimos la caótica estructura territorial en que ha derivado el Estado de las Autonomías, cada una por su lado y a lo suyo, con el fantasma del soberanismo como telón de fondo, ya es el colmo de los colmos del desbarajuste. En efecto, mientras las universidades públicas catalanas se rebelan contra la asfixia del independentismo, Torra, en plena guerra interna en el secesionismo catalán, echa a tres consejeros para facilitar la campaña de Puigdemont, purgando así su Govern y alejando las elecciones, con el objetivo de colocar perfiles más duros y purgar a un PDeCat roto en mil pedazos. Y, como se propone dirigir el Govern en la sombra en caso de ser inhabilitado, el President Quim Torra torpedea a su propio Vicepresident, de ERC, queriendo designar Conseller en Cap a la imputada Laura Borrás para impedir que ERC se quede con el Govern tras su más que probable inhabilitación. Entretanto la sediciosa Carme Forcadell es recibida y aplaudida en el Parlament con todos los honores, aprovechando que su tercer grado carcelario no ha sido revocado y la oportuna invitación por parte de su sucesor Torrent como President de la Cámara al acto de conmemoración del 40º aniversario de la restitución de la misma. Por su parte la Delegación de Gobierno avala una Diada de alto riesgo, mientras la oposición denuncia una convocatoria irresponsable; la ANC prevé reunir 48.000 personas pese al elevado número de contagios en Cataluña, y los juristas alertan de que debería prevalecer el derecho a la salud pública….. pero, ya ven, el Govern, por boca de la consejera de Presidencia, Meritxell Budó, ya dijo, sin que se le cayera la cara de vergüenza, que en una Cataluña independiente o con más competencias “no habría habido ni tantos muertos ni tantos infectados y probablemente se hubiera podido controlar esta enfermedad”; en fin, más trampas al solitario…. y la enfermedad política del secesionismo totalitario, ese virus liberticida, ¿quién lo controla?; evidentemente nadie, incluso se negocia y pacta con él.

Entretanto, por si fueran pocas las discrepancias entre la parte socialista y la comunista del gobierno de coalición, dos más. La primera como consecuencia del plan de bajas paternales de Iglesias, que abre otro frente con la patronal, que se opone a costear esos días de cuarentena, mientras los padres andan divididos ante la vuelta al colegio de sus hijos más incierta, en tanto que los juristas advierten de que los progenitores tienen la obligación legal de llevar a sus hijos a clase desde los seis a los dieciséis años, aunque reconocen que será difícil aplicar acciones penales si no lo hacen. La segunda como consecuencia de la inminente fusión de Caixa Bank y Bankia, favorecida por la parte socialista del Gobierno de Sánchez para crear el mayor banco del país y repudiada por la parte comunista del mismo que apostaba por la consolidación de una banca pública; una fusión, que respaldan los mercados, mientras las dos cajas se disparan en Bolsa, cuya negociación es tutelada desde hace meses por el Gobierno, aunque Calviño la ocultara a Iglesias, dejándole fuera cuando Fainé la mantenía informada desde hace semanas de por dónde iban las negociaciones entre ambas entidades, lo que ha levantado ampollas en el sector comunista del Gobierno; Podemos se revuelve ante los hechos consumados y pide mantener la participación pública en la nueva entidad, mientras el Ejecutivo, del que forma parte, aunque no se fíen unos de otros, dice que “maximizará el valor de la participación pública” en la operación (cabe recordar que Bankia, entidad que Iglesias pretendía nacionalizar, fue rescatada por 24.000 millones del que sólo se han devuelto 3.300) y Calviño sostiene que “en esta crisis los bancos son parte de la solución, no del problema”; la realidad es que la operación es un proyecto largamente pensado e impulsado por Fainé, que el procés y la moción de censura truncaron cuando ya Rajoy lo había cerrado en 2017 y que ahora retoma el Gobierno de Sánchez, que rechazó la unión de Bankia con el Sabadell, donde el Estado hubiera sido socio mayoritario, para prever ahora Moncloa mantenerse como segundo accionista…..las previsiones sobre las consecuencias, además del cabreo de Iglesias, un recorte de plantilla de unos 8.000 trabajadores, reducción de sucursales en un 23% y el paso de la participación del Estado en la nueva entidad del 61´8% que poseía en Bankia a apenas un 14% del nuevo banco que controlará la cuarta parte del mercado.

Por lo que respecta a otros asuntos cabe citar que los Mossos acusan al Barça de corrupción en pleno “caso Messi”; que el PP propone en el Congreso que los funcionarios de prisiones sean agentes de la ley; que en el próximo acuerdo del Pacto de Toledo no habrá recortes para las pensiones anticipadas; que Anticorrupción pide imputar a Cospedal y a Fernández Díaz al implicarles Fiscalía en la trama de espionaje a Bárcenas; que Messi se queda finalmente en el Barça pero carga contra Bertomeu y le acusa de que “no hay proyecto ni hay nada” y de faltar a su palabra al decirle que al final de temporada el jugador podría decidir, pero no mediante un pleito con el club que Messi no quiere emprender; y que el ex ministro Martin Villa, respondiendo ante la justicia argentina sobre muertes durante su gestión, dice a la juez que “la Transición fue lo contrario a un genocidio”, mientras un importante sector de la fiscalía critica a Delgado por permitir el interrogatorio de dicha jueza argentina y considera al ex ministro víctima de la “esquizofrenia jurídica” de la Fiscal General del Estado.

            Y del exterior, destacar que Francia lanza un programa de estímulo con rebajas fiscales; que Capriles rompe con Guaidó e irá a las elecciones legislativas venezolanas; que la UE confirma la llegada de vacunas anti-covid a finales de diciembre; que las protestas masivas llegan al palacio de Lukashenko en Bielorrusia; que otra muerte a tiros eleva la polarización social en EEUU tras matar los agentes federales a un autodenominado militante antifascista cuando iban a detenerlo; y que Boris Johnson amenaza a la UE con un Brexit duro si no hay acuerdo antes del 15 de octubre.  

                                    Jorge Cremades Sena

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