Como
cualquier populista, sea de izquierdas o de derechas, que asume el gobierno con
el respaldo popular, aunque su ideología no sea genuinamente democrática, el
Presidente norteamericano Donald Trump a la hora de dejarlo se aferra al poder
cuando el pueblo, libremente, decide dejar de apoyarle, pues para semejantes
sujetos la democracia sólo tiene valor si les es favorable, ya que su objetivo
es el poder por el poder para aplicar sus demagógicas e iluminadas propuestas
contra viento y marea, ya que, en definitiva, se consideran salvadores de la
patria y de los pueblos a los que en realidad consideran más bien súbditos que
ciudadanos libres. Es el riesgo que corren los pueblos cuando erróneamente apuestan
por estos iluminados de pacotilla que, en realidad, son dictadores disfrazados
de demócratas que se creen poseedores de la verdad absoluta. En efecto, Trump,
desde que perdiera las elecciones no ha dejado de maniobrar a la desesperada
para perpetuarse en el poder como sea y sin importarle romper las reglas del
juego democrático, que le llevaron al poder, a pesar de que los diez
exsecretario de Defensa le advierten de que no recurra al Ejército y a pesar de
que no han prosperado sus legítimas pero infructuosas demandas de cambiar los
resultados electorales, que considera fraudulentos, incluido el de Georgia que,
tras ser revisado, da definitivamente a los demócratas de Biden la mayoría en
el Senado, cuyo control le será muy útil para gobernar. Así y a pesar de todo, Trump presiona a Pence
para que no proclame al triunfador Biden y, aunque de momento no recurre al
Ejército, instiga una revuelta contra la confirmación del vencedor de las
elecciones que se materializa con el asalto violento al Capitolio por parte de
varios cientos o miles de sus iluminados seguidores que irrumpen en las Cámaras
y se enfrentan a la Policía Nacional, obligando a que Pence, quien se niega a
obstruir la ratificación del ganador, sea evacuado junto a los congresistas, y
a que la Guardia Nacional intervenga, mientras se declara el toque de queda en
la capital de EEUU. Un esperpéntico espectáculo con tiroteos incluidos,
mientras el líder republicano después de tres horas de inquietante situación
recupera un rayo de mínima lucidez obligada y pide por fin a sus fanáticos
seguidores que se marchen, dejando así de impedir la inevitable ratificación
del resultado electoral del vencedor Biden, quien, con toda razón manifiesta
“esto no es una protesta, es una insurrección”, hasta que, horas después, los
congresistas, evacuados en el sótano para evitar linchamientos, consiguen
finalmente reanudar la sesión, tras dejar un trágico balance de varios muertos.
Ya ven, un comportamiento intolerable por parte de un Jefe de Estado de una
República Federal, como es el caso, que debiera servirnos como aviso a
navegantes y que contrasta con la coincidencia en el tiempo del ejemplar
proceder de otro Jefe de Estado, en este caso el de una Monarquía
Constitucional, como es España, donde el Rey Felipe, una vez más, hace un
discurso genuinamente democrático con motivo de la celebración de la Pascua
Militar recordando, como Jefe del Ejército, a los militares el compromiso con
la Constitución, siempre garantía de las libertades ciudadanas, y haciendo un
llamamiento al respeto y a la observancia de la Carta Magna pues “todos estamos
incondicionalmente comprometidos con la Constitución”. En definitiva, un Rey
ejemplar, un Jefe de Estado ejemplar, cuya labor, según SigmaDos, eleva a
veinte puntos la ventaja de los favorables a la Monarquía Constitucional,
puesta en entredicho demagógicamente por los populistas y secesionistas
españoles, frente a los partidarios de una República (las repúblicas, según
ellos, siempre son democráticas, honradas, inmaculadas y transparentes por el
mero hecho de ser repúblicas), aprovechando demagógicamente el caso del
anterior Jefe de Estado, Don Juan Carlos, cuya mala salud reabre el debate
sobre su regreso a España, que la mayoría de españoles desea, y que preocupa a
su entorno cuando se cumple su 83 aniversario. Menos mal que, al menos, contra
lo que dio a entender Sánchez hace unos días, el Gobierno español aleja de
momento una ley sobre la Corona y opta por reformas concretas que mejoren la
institución, aunque su socio gubernamental, el populista Podemos, sí defiende
dicha ley…..y es que los socialistas temen que ello abra, como pretenden sus
socios populistas, un demagógico debate sobre la Monarquía que los socialistas
quieren evitar y por ello al final optan por reformas pactadas con la Casa del
Rey para lograr mayor transparencia, objetivo que nunca está de más y que
debiera pretenderse para todo tipo de instituciones. Un aviso a navegantes pues
el indecente comportamiento de Trump que, como tantos otros aficionados al
totalitarismo, debiera alertarnos a todos sobre las consecuencias de dar
nuestra confianza a opciones populistas radicales, del signo político-ideológico
que sean, de dudosa identidad democrática, pues luego, una vez que los instalamos
en el poder, a la hora de desalojarlos del mismo democráticamente pasa lo que
pasa; ejemplos hay para todos los gustos.
Entretanto,
con el Ministro Illa dedicado a sus intereses electorales en Cataluña, prosigue
la campaña de vacunación en España a ritmo lento y con una gran disparidad
entre las distintas CCAA, pues mientras Asturias administra en la primera
semana de vacunación el 80% de las dosis disponibles, Cantabria o Madrid sólo
llegan al 5% o el 6% respectivamente. Una campaña de vacunación, lenta y
desigual, en la que sólo 82.834 españoles han recibido la primera dosis de las
350.000 repartidas, apenas el 11´5%, con alarmantes desigualdades entre
autonomías como, por ejemplo, Canarias que consigue el 52´5% frente al 1´7% de
Baleares; asunto que el Ministro de Sanidad, distraído en su precampaña
electoral personal, ve como algo “normal”, mientras el avance vertiginoso de
contagios obliga, por ejemplo, a que Cataluña confine los municipios y otras
autonomías endurezcan las medidas, en tanto que la oposición y Podemos, socio
gubernamental de Sánchez, piden que Illa dimita ya de una vez, aunque todo
indica que el ministro seguirá con su plan electoral desde el Ministerio. Y en
medio de este caótico panorama de vacunaciones y contagios la Asociación de
Enfermería y la Sociedad de Médicos Generales denuncian la imprevisión,
alertando de que “no estamos preparados, a este ritmo nos tiramos cinco años
pinchando”. Una vacunación a cuentagotas pues, pese a tener ya 718.575 dosis,
España sólo a inmunizado a menos de 100.000 ciudadanos por el parón navideño y
los problemas logísticos a pesar del anuncio propagandístico por parte del
Gobierno del inicio de la campaña; la realidad es que las CCAA apuntan al
ministro Illa, que insiste en que habrá tres millones de vacunados en verano,
mientras el elevado número de contagios y víctimas apunta a un inevitable nuevo
confinamiento, pues la cepa británica circula por España desde hace dos
semanas, al detectar investigadores de Valencia la variante en pacientes sin
relación alguna con el Reino Unido, mientras hospitales de Andalucía y Madrid,
que se apoya en el sector privado para vacunar más, buscan más casos. La triste
realidad es que los sanitarios reclaman un mando único contra el caos de las
vacunas y exigen un plan estatal tutelado por el Ministro de Sanidad para evitar
retrasos y la disparidad de cifras interregionales, mientras Andalucía,
Galicia, País Vasco y Castilla y León almacenan remanentes de dosis “como
reserva de seguridad”, en tanto que los barones del PP quieren que el Gobierno
clarifique los criterios para distribuir las vacunas y exigen cambios a Sanidad
ante el polémico reparto de las mismas. Y ante la inacción gubernamental España
improvisa un rosario de restricciones ante la tercera ola de contagios (La
Rioja, Extremadura y Valencia prolongan los cierres y acortan el horario a la
hostelería; Castilla y León baraja el confinamiento en viviendas y lamenta la
falta de cobertura legal…..) cuya incidencia crece y se registran 10.000 más
que hace una semana. Por su parte el ministro Illa ignora la ayuda militar pese
al caos en las vacunas, mientras Defensa pone al Ejército a disposición de las
autoridades y las clínicas se ofrecen gratis. Y mientras Podemos eleva la
presión para que Illa dimita como ministro, coincidiendo en esto con la
oposición a pesar de formar parte del Gobierno de coalición, Aguado, vicepresidente
de la Comunidad de Madrid y socio del gobierno autonómico presidido por el PP,
manifiesta que “antes de irme al PP volvería a trabajar en la empresa privada”
y considera que “al ritmo actual, al 30 de junio no habremos vacunado ni al 10%
de los madrileños” y que “hacen falta más dosis y todas las manos posibles”. Ya
ven, entre todos, la casa sin barrer….y cada uno a lo suyo.
Y
en este caótico escenario, se mire por donde se mire, España pierde 360.000
empleos mientras otros 780.000 siguen en ERTEs, con lo que diciembre da la
puntilla al empleo pues el número de parados roza ya los cuatro millones tras
un cierre de año que en un solo mes registra la destrucción de esos 360.000
puestos de trabajo, cuando la cifra real de desempleados asciende ya a más de
5´6 millones de trabajadores. Entretanto, según SigmaDos, la mayoría de
votantes del PP acepta que Casado se aleje de Vox, el 85% de los socialistas
exige que el español sea lengua vehicular en todas las CCAA y dos de cada tres
ciudadanos piden que el Gobierno negocie la renovación del CGPJ, mientras la
interlocutora de Bildu con el PSOE, la portavoz abertzale en el Congreso,
Mertxe Aizpurúa, visita a los presos más duros de ETA viéndose con Henry Parot
y con los asesinos de López de Lacalle y de Tomás y Valiente. Es obvio que a
nuestros gobernantes les importa bien poco lo que piensen los ciudadanos, ellos
van a lo suyo y punto, al menos hasta que lleguen de nuevo las elecciones
cuando habrá tiempo de convencerlos de nuevo de que todo sigue de maravilla y
de que cada uno tiene la varita mágica para resolver los problemas que surjan.
Por
lo que respecta a otros asuntos cabe citar que la intolerable violencia
machista en 2020 deja menos asesinadas y más consultas por maltrato; que Casado
se lanza a la reunificación del centro en Cataluña; que hay cuatro muertos en
la travesía de un cayuco a Canarias; y que la Audiencia Nacional investiga si
la CIA espió al creador de Wikileaks, pues nuevas pistas indican un vínculo de
EEUU y la empresa de seguridad española que grabó al activista Assange durante
su larga estancia en la embajada de Ecuador en Londres, mientras la Justicia
británica rechaza su extradición a EEUU.
Y
del exterior, destacar que Alemania limita por primera vez la movilidad por el
coronavirus, en tanto que Reino Unido vuelve al cierre total ante la expansión
de la nueva cepa del virus, por lo que Johnson ordena a los británicos
permanecer en casa y clausura colegios hasta febrero, temiendo el colapso de
los hospitales; un confinamiento severo para Inglaterra y Escocia que deja
cerrados los centros educativos y la hostelería mientras reduce el trabajo
presencial ante la agresividad manifiesta de esta nueva cepa y pese al millón
de vacunado que ya hay en el país. Y mientras la UE autoriza la vacuna de
Moderna, la segunda para el covid, el Banco Mundial alerta de la frágil
recuperación económica pues los retrasos en la vacunación recortarían a la
mitad el rebote del PIB global. Por otro lado el chavismo, otro populismo
intolerable de corte totalitario, teatraliza la toma de la Asamblea venezolana
con una procesión revolucionaria recorriendo el Palacio Federal Legislativo y
portando retratos de Hugo Chávez (el líder por antonomasia de Podemos) y de
Simón Bolivar, mientras Guaidó, que, aunque sigue recibiendo apoyo de la UE,
carece ahora del reconocimiento de presidente encargado de Venezuela, burlaba
el cerco policial para denunciar la maniobra de Maduro en tanto que los
diputados opositores denunciaban su calvario y se quejaban de que “nos cogían
del pelo y nos tiraban orina”…..ya ven, Venezuela no es EEUU y, por tanto, los
populistas, desde el poder pueden decidir impunemente celebrar unas elecciones
sin garantía alguna con absoluta desfachatez para perpetuarse en el poder, al
final, idéntica pretensión que la protagonizada por los populistas norteamericanos,
aunque, en este caso frustrada de momento (un aviso a navegantes que debiera
ponernos a todos los demócratas en alerta de cara a las urnas para evitar
después males mayores).
Fdo.
Jorge Cremades Sena
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