Como era de esperar y
todo el mundo sabía, el Presidente socialista y la Vicepresidenta comunista,
para presionar al resto de socios ya que se agotan los plazos para la
investidura, firman un pacto con el objetivo de reeditar la coalición
gubernamental si, como también se espera, los secesionistas se prestan a apoyar
el proyecto pluriideológico a cambio de que la coalición PSOE-Sumar acepte sus
chantajes en este mercadeo de intereses personales y no del interés general que
es lo que debiera inspirar cualquier proyecto gubernamental democrático. Y
titulo este artículo como “pacto Sánchez-Díaz” y no como “pacto PSOE-Sumar” ya
que las discrepancias al mismo son evidentes tanto en las filas socialistas,
con críticas internas importantes, como en las populistas, con críticas severas
de uno de los partidos, Podemos, a lo pactado por su jefa con el líder
socialista. Pero, en todo caso, el acuerdo ya se ha firmado y, si la derecha
secesionista de Junts lo considera oportuno a cambio de cesiones intolerables,
estamos encaminados a reeditar un Gobierno de coalición semejante, o peor aún,
que el que ahora está en funciones suscrito en su día entre Sánchez e Iglesias,
es decir, entre PSOE y Podemos, que tantos bochornosos espectáculos nos ha
brindado a lo largo de la Legislatura, con discrepancias internas insalvables e
intolerables, al extremo de que a veces el Ejecutivo se posicionaba en una cosa
y en su contraria a la vez. Pero, en fin, según Sánchez y Yolanda, es lo que
han dicho los españoles en las urnas; yo creo que eso no lo hemos dicho. El
programa pactado, que para nada cita la amnistía (palabra maldita), incluye,
entre otras cosas, bajar la jornada laboral a 37´5 horas semanales con igual
salario, más medidas ecológicas, limitar los vuelos cortos, encarecer el
despido de espaldas a los agentes sociales, subir en 10.000 millones el
Impuesto de Sociedades, prolongar los tributos a la Banca y a las energéticas,
una reforma fiscal para elevar los impuestos…..en definitiva, disparar la ya
elevada presión fiscal y trabajar menos, lo que obviamente aboca a que serán
las empresas (en España medianas, pequeñas y autónomos en su inmensa mayoría)
quienes pagarán la investidura de Sánchez….y no pasa nada, pues si,
económicamente, todo ello fuera viable, adelante, pero me temo que su
viabilidad recaiga en seguir endeudándonos más ya que nada dice, ni una palabra,
sobre la mejora de la productividad o el necesario cambio de una estructura
económica que en España hace aguas por todas partes, situándonos a la cola de
la UE en muchos asuntos. En definitiva, un pactado programa de gobierno para
presionar a los demás socios para que se sumen al mismo, pero que, ya de
entrada, suscita reservas de Podemos, dentro de Sumar, cuyos portavoces
rechazan las advertencias que hacen los podemitas, mientras los secesionistas,
imprescindibles para que salga el proyecto adelante, avisan de que su voto no
es seguro, por más que todos, incluidos Sánchez y Díaz, sepamos que todo es
postureo como el que ellos dos han mantenido hasta la firma de este acuerdo, ya
que ninguno de los que participan de este macro circo político puede echar
marcha atrás por meros intereses personales y de grupo, lo que pone en
evidencia que al final, más pronto que tarde, reeditarán el anterior “gobierno
Frankenstein”, hoy en funciones, pero con ingredientes más lesivos aún para la
ciudadanía española y para la higiene democrática. Un postureo que incluye una
supuesta consulta a las bases del PSOE sobre la coalición, que elude la amnistía
(como si no formara parte esencial de la negociación), y que ya ha escenificado
Puigdemont en su patético Consell de la República, cuyas bases con una
participación del 4% (¡del 4%!, es decir, cuatro gatos) le piden que no apoye a
Sánchez y que bloquee la investidura, siendo la primera vez que el prófugo
conoce la opinión de sus bases (ya ven que bases) tras el 23-J, mientras él
sigue exigiendo la “nación catalana” en un acuerdo paralelo a la amnistía, para
llevar al PSOE al límite de la negociación de la investidura y que acepte una
fórmula que permita superar el filtro de un Constitucional politizado en que
las decisiones ya se sustentan cada vez más en criterios políticos
estrictamente, con mayorías ideológicas entre sus miembros, que en criterios
jurídicos estrictos, como debiera ser.
La cruda y patética realidad es que
un prófugo, Puigdemont, tiene en jaque al Estado de Derecho porque Sánchez, sea
como sea y a costa de lo que sea, quiere seguir siendo presidente del Gobierno
tras haber perdido las elecciones, y al efecto Turrull, Nogueras y Boye
negocian cara a cara con los socialistas para sellar un pacto en pocos días (se
acaba el tiempo), mientras Junts, su partido, da ya por conseguida la amnistía
y reclama que los violentos CDR y los policías también sean amnistiados,
dejando fuera a Borras. Pero además Puigdemont exige que el Estado, a sus pies,
les devuelva siete millones de euros (la pela es la pela) pues Junts reclama
también al PSOE el pago inmediato de las fianzas del procés a cambio de su voto,
cada vez más caro, hasta que llegue la hora de la verdad y se ajuste el precio
para vender mejor la mercancía, mientras el Tribunal de Cuentas tiene previsto
decidir en noviembre la cantidad de dinero público (es decir, de todos los
españoles, incluidos los catalanes) que se desvió con el delictivo y penoso
1-O. Y por supuesto, para más pisoteo de nuestro Estado de Derecho, el
totalitario prófugo mantiene el asunto del relator, el último gran escollo para
el PSOE de Sánchez con Puigdemont, quien insiste ante los suyos en que él
“cobra por adelantado”, mientras los independentistas, para más recochineo,
aseguran que en la negociación se “ha recuperado la confianza”. Por su parte
Feijóo, reivindica inútilmente el autonomismo, que los secesionistas no quieren,
como el mejor proyecto de convivencia y advierte de que quien celebró los
atentados de ETA (el que faltaba para completar el puzzle) no puede decidir el
futuro de España, pero en todo este rocambolesco asunto reconoce que
Puigdemont, al menos, “no nos ha mentido” ya que quien negocia con él sabe
perfectamente de que va la película.
Y en medio de este bochorno
político, inédito en cualquier país europeo, Moncloa busca “apagar” a
Puigdemont ante la jura de la princesa Leonor el 31-O y presiona a sus socios
para poner sordina al contenido y los temas que están encima de la mesa de
negociación, mientras en el PSOE creen que se ha avanzado tanto en la amnistía
que ya son “rehenes” del prófugo, pero apenas manifiestan el rechazo a lo que
se pretende hacer, salvo alguna excepción que otra como Page que emerge para
liderar a los críticos del partido a Sánchez y manifiesta que “lo que pide
Puigdemont es intolerable”…..con lo que muchos se preguntan: si es intolerable,
¿por qué lo toleran si tolerarlo depende de ellos?. Por su parte
Martínez-Almeida, alcalde popular de Madrid, manifiesta que “abstenerse con
Sánchez no valdría de nada; se seguiría apoyando en independentistas y
filoetarras”, que “el papel del PP tiene que ser el de ejercer la
responsabilidad de ser el primer partido a nivel nacional” y que “con Sánchez
sólo hay un pronóstico válido, pero de término temporal incierto”. Entretanto
Armengol sigue sin abrir el Congreso de los Diputados y el PP da un ultimátum
de 48 horas a la Presidenta de la Cámara Baja para que desbloquee el control
del gobierno que es esencial en democracia…..En fin, ¿hacia dónde va nuestro
sistema democrático?, es la pregunta del millón.
Por lo que respecta a otros asuntos
cabe citar que la Casa de Alba comparece ante el juez por ocho pozos ilegales
junto a Doñana; que Feijóo insiste en las rebajas fiscales contra las
exigencias de Bruselas; que Defensa cede cuarteles en desuso para alojar
inmigrantes y el Gobierno decide la ubicación para 11.000 llegados a Canarias,
desde donde el Ejecutivo los traslada a diversas CCAA; que las viviendas para
alquilar se esfuman en Madrid y Cataluña, ya que la oferta se hunde un 35% en
ambas comunidades y a nivel nacional el retroceso es de un 30%; que el hijo del
“número dos” de Tezanos gana la plaza en el CIS con libros auto-editados, pues
Antonio Alaminos Fernández, que ni siquiera es sociólogo, los coofirmaba junto
a su padre; que la OCDE afea la vulnerabilidad de los jóvenes españoles porque “viven
peor que los de la UE” y les considera como grupo “en riesgo de pobreza” y pide
más medidas educativas y laborales; que España lidera que la UE levante las
sanciones al chavismo y Albares quiere “revisar” el embargo “en línea con
EEUU”, mientras María Corina Machado barre con el 93% en las primarias de
oposición a Maduro; que la OCDE pide a España que frene la subida del SMI y
recorte las pensiones; y que Hacienda investigó a periodistas y políticos
señalados por Montoro tras destapar escándalos del despacho fundado por el
ministro del PP, y Anticorrupción rechazó investigar la intimidación fiscal a
ellos, por lo que asociaciones de la prensa condenan el escándalo diciendo que
“no puede quedar impune”.
Y del exterior, destacar que
Bruselas y el BCE temen los riesgos por el retraso de las reglas fiscales; que
Alemania plantea “deportaciones a gran escala” por la crisis migratoria, pues
el canciller Scholz anuncia una reforma legal para agilizar la repatriación de
“irregulares” ante el colapso del sistema de ayuda; que en Argentina el
peronista Massa frena al ultra Milei, pues el ministro le saca seis puntos de
ventaja, y ambos volverán a medirse en segunda vuelta, mientras la candidata
conservadora, que quedó tercera en las urnas, apoya al ultra Milei; y que el
polvorín de Oriente Medio continúa, con un ejército israelí impaciente por el
retraso de la invasión en Gaza, y Netanyahu avisa a Hizbulá que responderá si
persisten los ataques mientras la milicia libanesa, aliada de Hamás e Irán,
lanza sus misiles contra ciudades israelíes, en tanto que la UE se inclina por
pedir una “pausa humanitaria” en Gaza, que sufre la jornada más sangrienta con
750 muertos por intensos ataques, y en pleno pulso de la ONU e Israel por las
palabras de Guterres sobre el atentado terrorista que provocó este actual
conflicto bélico provocando el veto israelí a cargos de Naciones Unidas y la
petición de dimisión de su Secretario General por la lectura que hace del
asalto de Hamás al extremo de que, finalmente, el portugués se ha visto obligado
a rectificar y matizar sus declaraciones al respecto.
Fdo. Jorge Cremades Sena
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