miércoles, 20 de septiembre de 2017

¡SEÑALÉMOSLOS!



                        Al más puro estilo nacional-socialista alemán señalando a los judíos, el independentismo totalitario catalán radicaliza el acoso a los “alcaldes de la ley” y, siguiendo el consejo de Puigdemont, la CUP, su entrañable socio en la aventura totalitaria del secesionismo, reparte carteles animando a coaccionar a los ediles de Lérida que, fieles a la legalidad democrática, se niegan a plegarse a las presiones, que no son pocas, pegando carteles con sus fotografías en el que indican “¡Señalémoslos!” sin reparo alguno simplemente porque defienden la Constitución y, por tanto, son enemigos del régimen fascista que pretenden imponer en Cataluña, por lo que hay que repudiarlos y amenazarlos públicamente por su condición de demócratas. Obviamente el PSC, Ciudadanos y PP, que son los partidos en que militan los que figuran fotográficamente en los intolerables e indecentes carteles, denuncian las amenazas y que les tratan “como a los judíos en la Alemania nazi”, mientras los señalados personalmente aguantan el chaparrón antidemocrático manifestando que “hay gente que tiene miedo a significarse; tenemos que dar la cara por ellos”, que les “recordó la peor época del País Vasco; les faltaba ponernos una diana” y que “la familia sufre, pero no puedo ceder; los intolerantes no pueden ganar”. Es el irrespirable ambiente que viven los demócratas en Cataluña, indigno en cualquier sociedad democrática, donde la CUP, la formación más descerebrada entre las que apoyan el totalitarismo, “señala” y acosa sin pudor alguno a los demócratas, con el beneplácito del Govern, mientras los Mossos incumplen la orden del fiscal contra el prohibido e ilegal referéndum e, ignorando las pistas facilitadas, se apartan de la investigación, mientras los manifestantes bloquean el acceso en la incautación a Unipost en Terrassa… la CUP, ya ven, está en su salsa anticapitalista y antisistema, regocijándose en los acosos callejeros y boicoteando los registros ordenados por los jueces. Entretanto, la Generalitat recluta empresarios para el 1-O a golpe de subvenciones (las compañías registradas por la Guardia Civil acumulan millones en adjudicaciones públicas), Hacienda decide controlar las tarjetas de crédito de los consejeros de la Generalitat, la insumisión de Junqueras pone en riesgo las nóminas de los funcionarios que habrá de pagar directamente Hacienda, y la Guardia Civil desmonta la logística electoral del ilegal referéndum requisando, no sin dificultades, los pertinentes documentos y objetos, obviamente clandestinos. Todo ello en una Cataluña que, en caso de independizarse, nacería, según cálculos de los expertos, con 180.000 millones de deuda y ni podría pagar las pensiones, pues en un solo año genera un agujero de casi 5.000 millones (la cuarta parte del déficit total de la Seguridad Social); menos aún si queda, como es obvio, fuera de la UE y enfrentada a una España que es el principal comprador de sus productos… Pero, ya ven, vendida esa supuesta República de Cataluña por los independentistas como el paraíso terrenal futuro, fuera de esta España democrática y descentralizada, nos recuerda a aquella vieja España vendida como “unidad de destino en lo universal”, en la que, curiosamente, los independentistas catalanes no lucharon con la suficiente energía apelando al “derecho a la autodeterminación” (camuflado hoy en el inexistente “derecho a decidir”), cuando precisamente entonces sí le hubiera sido reconocido internacionalmente al estar sometido el territorio catalán a un régimen dictatorial.
            Por todo ello, en este ambiente de acoso y derribo de la Democracia, es inexplicable que el grupo socialista en el Congreso de los Diputados se opusiera ayer a una proposición no de ley de Ciudadanos para apoyar al Gobierno en su lucha contra el secesionismo totalitario catalán, rompiendo así el consenso constitucionalista, visualizado en la práctica en Lérida. En efecto, el PSOE, por boca del mismísimo Pedro Sánchez y su Ejecutiva, había dejado de oponerse a la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que además Rajoy no prevé activar antes del 1-O, y había retirado las inexplicables reticencias anteriores; además, mientras Podemos convocaba una asamblea de cargos públicos y llevaba definitivamente a toda España su campaña de apoyo al separatismo (junto a su estrategia de echar a Rajoy), el PSOE, ignorando la oferta podemita, mantenía firme su apoyo al Gobierno, suavizando su anterior rechazo a la suspensión de la autonomía catalana si fuese preciso para finiquitar el golpe de Estado de los independentistas. Y cuando el bloque constitucionalista PP, PSOE y Ciudadanos parecía un baluarte inexpugnable contra el secesionismo, cuando sus cargos y militantes en Cataluña son acosados por el totalitarismo independentista (salvo la mancha negra en Barcelona, donde los socialistas siguen apoyando a Colau a pesar del apoyo de ésta al 1-O), el PSOE vuelve a dar la espalda al Gobierno y a los jueces ante el intolerable desafío independentista, forzando, con su voto en contra en el Congreso de los Diputados que no salga adelante un explícito apoyo parlamentario a la estrategia del Gobierno para frenar el ilegal referéndum del 1-O, tras ser incapaces de pactar un texto con Ciudadanos, dando además el espectáculo de que cuatro de sus diputados, críticos con Sánchez, rompen la disciplina de voto y se abstienen en la votación, evidenciando la división de los socialistas cuando ya pensábamos que la recuperación de la cordura de Sánchez, tras conseguir de nuevo el liderazgo del partido, había finiquitado definitivamente los bochornosos episodios del pasado reciente. Y todo ello porque el grupo parlamentario socialista veía como oportunista (que quizá lo sea) la proposición de ley de Ciudadanos, quien no quería incluir, entre otras cosas, una enmienda con la recurrente coletilla socialista de que Rajoy debe “dialogar” con la Generalitat; razones que, en todo caso, son cuestiones menores en estos momentos de acoso y derribo al Estado de Derecho, pues al final, queda la imagen de que frente a PP y Ciudadanos, que apoyaron la proposición, un PSOE dividido la rechaza votando con Podemos y con los independentistas en el Parlamento. No en vano dirigentes socialistas han salido ya a explicar lo inexplicable, aclarando que el apoyo al Gobierno sigue, y hasta la mismísima Vicepresidenta del Gobierno minimiza lo acontecido, pero lo hecho, hecho está, y el siniestro mundo secesionista totalitario lo sabe.
            En cuanto se refiere a otros asuntos cabe destacar que Hacienda ofrece a los funcionarios una subida de sueldo de hasta el 7% en tres años; que Podemos impulsa que los menores puedan cambiar de sexo sin el permiso de sus padres; que el Presidente de Forum Filatélico dice ahora que se limitaba a comprar y vender sellos y que “no sabía de contabilidad” porque su experiencia era coleccionar sellos, cuando hace una década se destapó la estafa, que ahora se juzga, por la que dejó sin ahorros a 270.000 inversores; y que la corrupción también salpica a Puigdemont, pues Anticorrupción registra el Ayuntamiento de Girona por un presunto fraude millonario en el contrato municipal de agua en su etapa como alcalde, en la que el interventor le avisó de irregularidades en su gestión, lo que, conociendo su posterior apego a la legalidad, no causa extrañeza alguna, pues el caso es que se pretende esclarecer si cuando Puigdemont era alcalde se utilizó la empresa Agissa para financiar CDC desviando nada menos que 15 millones…y es que los tentáculos del famoso 3% son muy alargados.
            En cuanto a asuntos del exterior cabe citar que Ryanair cancela vuelos a casi 400.000 pasajeros por mala gestión, alegando la empresa irlandesa de bajo coste que “nos hemos liado con las vacaciones de los pilotos”, mientras su competidora Norwegian ficha a 180 de sus pilotos y la obliga a anular 2.000 vuelos; que Trump manifiesta “no veo resultados en la ONU para lo que se invierte” y saca adelante su plan de ajuste para el organismo, amenazando con la destrucción total de Corea del Norte e incluyendo a Irán en los ataques pronunciados; que el grupo radical Hamas devuelve a la Autoridad palestina el territorio de Gaza tras diez años de control evidenciando su fracaso; que un terremoto de 7´1 grados sacude con fuerza Méjico provocando una catástrofe humana y el colapso de decenas de edificios de la capital mejicana justo en el día que se cumplía el 32 aniversarios del gran seísmo de 1985, y dejando decenas de muertos; y que en Italia, movimientos como Casa Pound renuevan el discurso fascista, creciendo en un clima de crisis económica y migratoria y aspirando a entrar en el Parlamento, mientras Enrico Letta, el ex primer ministro italiano, manifiesta que “Europa es un espacio sin fronteras, pero siempre dentro de los marcos legales” (aviso a navegantes, tanto catalanes como italianos y al resto de grupos europeos que juegan al totalitarismo) y alerta de que la UE se encuentra ante su última oportunidad y de que la lucha antiterrorista debe ser su prioridad.
                                                Jorge Cremades Sena

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