Nada
peor para los gobernados que su gobierno se mueva por espurios intereses de
permanencia en el poder cómo sea y a costa de lo que sea, dejando a un lado, si
es posible, cualquier principio ideológico, cualquier procedimiento de control
establecido o un mínimo de coherencia que permita, entre otras cosas, saber de
antemano si su proyecto es progresista o conservador, centralista o
descentralizado, democrático o autoritario, europeísta o nacionalista,
constitucionalista o antisistema. Es lo que sucede en buena medida con este
gobierno social-comunista de coalición, mitad una cosa y mitad otra, que, al
final, se mueve por mera conveniencia política de supervivencia en medio del
desconcierto generalizado de los ciudadanos, que no saben a qué atenerse, y del
progresivo deterioro institucional, social y económico, que nos conduce a un
futuro incierto y preocupante. En efecto, llama la atención que Sánchez, tras
la amarga experiencia de detentar todo el poder durante el largo primer periodo
del estado de alarma a causa de la pandemia, pase “ipso facto” a delegar
prácticamente cualquier responsabilidad de gestión en las CCAA, mientras se
hace con el reparto de las ayudas europeas aprobando un decreto que refuerza su
poder sobre todos los fondos de la UE que recibe España y montando veintidós
ventanillas, una por cada ministerio de su macro-gobierno, para que repartan el
ansiado maná de la esperanza, dando la sensación de que aplica la ley del
embudo con las autonomías: lo bueno y fácil me lo quedo yo y lo malo y difícil
para vosotros tras haber experimentado que no le conviene políticamente quedárselo.
¿Centralismo o descentralización, en qué quedamos? Y lo preocupante es que, para proceder así,
se salta todos los controles establecidos posibles, como, entre otros, el del
Consejo de Estado, no sometiendo a dictamen de dicho órgano las medidas más
polémicas que toma con la finalidad de eliminar cualquier obstáculo a su
gestión, por lo que, entre otros, ni los decretos del Estado de Alarma, ni las
controvertidas leyes de Educación o Eutanasia, ni la del CGPJ han sido
examinadas por tan prestigioso y plural órgano consultivo, ni consensuadas con
la oposición, limitándose a aplicar el pírrico rodillo parlamentario del que
goza gracias al apoyo coyuntural de sus aliados secesionistas, radicales,
populistas y nacionalistas ya sean de izquierdas como de derechas…… dando por
zanjado el asunto con la improvisación de una comisión de nueve expertos
(esperemos que no sean como la misteriosa comisión de expertos que le
asesoraban durante la alarma), designados a dedo, para valorar si el Gobierno
está cumpliendo su programa y hacer un balance anual de gestión. ¿Transparencia
y control o no, en qué quedamos? Con semejante forma de proceder sale adelante
por “vía exprés” en el Senado la Ley Celaá sin enmiendas por primera vez en 35
años, al aplicar el Gobierno, con ERC y PNV, el rodillo ignorando más de 4.000
aportaciones, tal como sucedió hace unos días con la aprobación de los
Presupuestos; una ley, la educativa, que, a pesar de la sentencia del TSJC, destierra
el castellano de las aulas y que Baleares, con un gobierno socialista de
coalición con Podemos y Més, copia para blindar el catalán como única lengua
vehicular en la Comunidad Autónoma y para atacar el modelo de la educación
concertada. ¿Constitucionalismo o antisistema, en qué quedamos? Y mientras PSOE
y Podemos aceleran por “vía exprés”, es decir, por atajos, la reforma del Poder
Judicial, ante la presión de populistas y nacionalistas a Sánchez para que lo
haga ya de una vez y que pase lo que pase, los fiscales del procés hacen un
alegato político contra los indultos, que ya se ven venir, asegurando que la
medida de gracia no puede ser “moneda política de cambio”, o pago político,
para lograr “apoyos parlamentarios”, advirtiendo en un durísimo informe al
Gobierno de que no hay “razones de justicia, equidad o utilidad pública” que
justifiquen la aplicación de dicha medida a los líderes del ilegal “procés” por
lo que no se puede indultar por “pura conveniencia política” del Gobierno,
máxime cuando ninguno de los condenados ha dado muestras de arrepentimiento
sino más bien de todo lo contrario, pues salta a la vista que están deseando
recuperar su libertad para continuar con su proyecto totalitario secesionista y
aplicarlo, como ya pretendieron, de forma unilateral y antidemocrática desde
las propias instituciones del Estado como son, en este caso, el Govern y el
Parlament de Catalunya. Cierto que cualquier gobierno democrático no debe
moverse por su mera conveniencia política, pero es obvio que ello es posible
cuando se sustenta en un proyecto ganador, concreto y transparente del signo
que sea en vez de una mezcolanza ideológico-programática de espurios intereses
particulares coyunturales, pues entonces, como sucede ahora, la conveniencia
política se convierte en la verdadera esencia de la gobernabilidad o el
desgobierno, según se mire.
Conveniencia
política en la antesala del tradicional discurso de Navidad que hará el Jefe
del Estado, el Rey Felipe, a quien Moncloa pide que sea “suficientemente
explícito” y que dé un discurso “tranquilizador” ante la crisis del antecesor,
el Rey Emérito, cuando sabe que, diga lo que diga y haga lo que haga, parte del
Ejecutivo, el sector comunista, y la mayoría de los partidos que le apoyan
esperan con la escopeta cargada para arremeter, no ya contra las presuntas
fechorías personales de Juan Carlos I, sino contra la Corona pues por algo son
antisistema y furibundos enemigos de la Monarquía Constitucional que elegimos
los españoles voluntaria y libremente. Un Rey, Felipe VI, que acaba de hacer
entrega del Cervantes a Margarit en Barcelona en una visita fuera de agenda
pues sus detractores, socios y sostenedores del Gobierno, ven con malos ojos su
presencia en Cataluña diciendo que ellos no tienen Rey, es decir, no acatan la
Jefatura del Estado, establecida en la Constitución. Un Rey, Felipe, que
afronta por todo ello su más difícil mensaje, cuyo discurso pondrá a prueba el
control del Presidente sobre Iglesias, quien, al respecto, acentúa más aún la
división en el Ejecutivo ya que Unidas Podemos anticipa una respuesta dura,
mientras el PSOE, junto a la derecha, espera un discurso tranquilizador, como
todos los anteriores, sabiendo que para Podemos, ERC, PNV o Bildu, socios de
Sánchez, el discurso será improcedente especialmente si, como siempre, está en
plena sintonía con la Constitución de 1978 y los principios democráticos que en
ella se contemplan. Y cuando se conoce que la Fiscalía no vio pruebas de que el
Emérito cobrase una comisión por el AVE, concluyendo Anticorrupción en 2019 que
no recibió dinero alguno (y en caso de que se demuestre lo contrario no debiera
afectar a la institución sino al ámbito personal del ex Jefe del Estado), el
CIS desmonta la estrategia de Iglesias de poner en primer plano un absurdo debate
Monarquía-República al constatar que sólo el 0´3% de la población se declara
preocupada por la Monarquía….es obvio que semejante problema, hoy por hoy,
obedece a la conveniencia política ni siquiera de todo el Gobierno sino de
parte del mismo, seguramente para que no se hable de otros asuntos
verdaderamente preocupantes.
Y
no precisamente por conveniencia política del gobierno de Sánchez, pero sí de
su demagógico Vicepresidente Iglesias, en plena crisis migratoria en Canarias,
el Gobierno español se ve obligado a convocar a la embajadora marroquí tras
reclamar Marruecos Ceuta y Melilla cuando el primer ministro alauí afirma que
las dos ciudades “son marroquíes como el Sahara” tras el malestar generado por
Podemos pidiendo un referéndum en la ex colonia española, aunque Moncloa se
limita a pedir respeto ante la ofensiva de nuestro vecino del sur, a pesar de
que la embajadora no se retracta tras decir que Ceuta y Melilla pertenecen a
Rabat como el Sahara. Por si no tenemos pocos conflictos, era lo que nos
faltaba.
Entretanto
la nueva cepa británica del virus se va extendiendo por Europa, mientras
España, con un par de días de retraso (siempre llegamos tarde) respecto a la
mayoría de los países de la UE se suma a las limitaciones de vuelos con el
Reino Unido, y la UE aprueba la vacuna de Pfizer, cuando los españoles van
perdiendo el miedo a ponérsela. Una variante del virus que llega a Gibraltar,
que ultima la supresión del control fronterizo con España, mientras Madrid y
Londres preparan un acuerdo por el que los británicos que vayan del Reino Unido
al Peñón deberán pasar un control de pasaporte. En efecto, España se aísla por
fin y como ya hicieran otros países cierra sus aeropuertos a vuelos procedentes
de Reino Unido, que empieza a pagar el error del Brexit pues el miedo a una
salida sin acuerdo, aunque se está haciendo lo imposible por evitarlo, vacía
los supermercados de un país aislado del resto de Europa tras el estallido de
esta nueva cepa, con miles y miles de camioneros (entre ellos unos 3.000
españoles) atrapados en Dover por el cierre de la frontera franco-británica que
pasarán esta Nochebuena fuera de casa con la esperanza de “volver en fin de
año” mientras va creciendo la tensión ya que, pese a la apertura del Canal, el
caos generado por más de 48 horas de cierre y la exigencia de test para
cruzarlo ahora hace prever que el atasco monumental tardará días en despejarse;
no en vano los camioneros atrapados se quejan de que “somos los rehenes de la
ruptura de Reino Unido y la UE” cuando ya se inician choques con la policía
británica en medio de la desesperación.
Con
este panorama el Gobierno se dispone a afrontar la campaña de vacunación
generalizada en plena celebración, por decir algo, de las Fiestas de Navidad en
que la movilidad entre las CCAA da para todos los gustos, pues todas, salvo
Valencia, permiten viajar para visitar familiares, pero con salvoconductos o
PCR, aunque cada una de ellas con sus propias ocurrencias: para ir a Navarra,
Rioja, País Vasco y Aragón o para salir de Madrid hay que llevar una
declaración responsable; las cenas serán
entre seis y diez personas, según los territorios; en Asturias habrá que
justificar el noviazgo para ser visto como familiar; Canarias permanecerá
abierta salvo Tenerife; y nada de fiestas, aunque los toques de queda obligan a
irse a casa entre la una y la una y media de la madrugada. No obstante, a pesar
de las restricciones, la CEOE monta una comida de Navidad en plena segunda ola,
un evento celebrado en un complejo de la esposa de Garamendi, mientras Madrid
se prepara para extender los test de antígenos a las farmacias, por lo que la
Comunidad ya tiene preparados 500 establecimientos y más de 900 profesionales,
y el Gobierno se dispone a censar a quienes se nieguen a vacunarse a pesar de
que la vacunación será voluntaria, mientras el manual de la vacuna de Pfizer
alerta de mareos y escalofríos, efectos secundarios mínimos frente a los
riesgos de no estar inmunizado. En todo caso, aunque Sanidad todavía no ha
acordado un plan con las CCAA pese a la complejidad del proceso, anuncia que
dos millones de españoles estarán vacunados en marzo, que la campaña empezará
con 350.000 dosis a la semana repartidas entre las CCAA y que la primera
inyección será el próximo domingo en una residencia de Guadalajara, donde
Pfizer tiene un almacén. La intención es que en tres meses quede vacunada al
menos toda la población de riesgo para lo cual España recibirá unos 4´5
millones de dosis de Pfizer en las próximas doce semanas.
Por
lo que respecta a otros asuntos cabe citar que Arrimadas defiende su
negociación con Sánchez porque “le desenmascaramos” y afirma que “Ciudadanos es
el único centro liberal y no se diluirá en el PP”; que el Gordo de la Lotería
de Navidad reparte millones desde Punta Umbría a Reus; que uno de cada cinco
funcionarios tiene más de 60 años evidenciando el paulatino envejecimiento de
la plantilla; que Trabajo asume que el SMI subirá nueve euros máximo en 2021 y
Calviño rechaza subirlo si no hay acuerdo social; que la propuesta de Escrivá
bajaría una media del 5´5% las nuevas pensiones; que las ayudas a la hostelería
y el comercio ascenderán a 4.220 millones, un plan de rescate que no llega ni
al 5% de los afectados; que, según Beatriz Toribio, directora de ASVAL, “España
va a ser el único país de la UE que ampare la okupación”; que las CCAA tramitan
cuentas expansivas tras la pandemia y aprueban sus presupuestos con previsiones
de mayor gasto especialmente en asuntos sociales; que los permisos de venta de
armas al exterior crecen un 650% en el primer semestre del gobierno de
coalición, disparándose hasta los 22.544 millones, superior a la suma de los
años 2018 y 2019 juntos; y que Neurona desvió a Méjico 129.000 euros con
facturas falsificadas de “spots” políticos y entrega al juez nuevos documentos
sobre actividades irregulares, mientras los trabajadores de Podemos no conocían
a ningún empleado de la consultora…..¡misterios sin resolver!.
Fdo.
Jorge Cremades Sena
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