Finaliza
el 2020, un año para olvidar, no sólo en España sino en el resto del mundo, que
ha zarandeado (y zarandea todavía) nuestras vidas a su antojo castigándonos
cruelmente con confinamientos desesperantes, virus, crisis económica, angustia
social y muerte, que nos obligaron (y nos obligan todavía) a vivir con
distanciamiento social y restricciones en un excepcional estado de alarma, casi
permanente, que cercenaba (y cercena todavía) las libertades y costumbres más arraigadas
en nuestra sociedad, impidiéndonos incluso abrazar y besar a nuestros seres
queridos o acompañarles a la hora de su muerte para despedirnos de ellos hasta
la Eternidad. Un año, sin duda, para olvidar, que pasará a los anales de la
historia con la denominación de “annus horribilis” engrosando así el nefasto
grupo de anteriores “años horribles” pero con la agravante de que, en este caso,
sus dimensiones devastadoras son globales y afectan a toda la Humanidad sin
excepciones, sembrando de ruina, sufrimiento y muerte todos los lugares de la
Tierra, llevándose de ella un millón ochocientas mil personas y siendo España
uno de los países más golpeados. Es el año de la pandemia de Covid19, el origen
de todos nuestros males. Por eso ningún gobernante cuyo territorio haya sido
afectado por dicha pandemia, que son prácticamente todos, debiera sentirse
satisfecho de su gestión por buena que fuera, ya que, ni en el mejor de los
casos, se puede estar satisfecho cuando la ruina, la desolación y la muerte es
el denominador común en los territorios que gobierna, cierto que en algunos
peor que en otros. No se entiende pues que en España, uno de los países más
afectados, el Presidente Sánchez, al despedirse de tan nefasto año, haga un
balance positivo, casi idílico, de su gestión en su rueda de prensa en Moncloa,
cuando, como gobernante, ha sido incapaz de concitar el más mínimo acuerdo con
la oposición para afrontar tan caótica situación con mayorías cualificadas,
prefiriendo imponer a trancas y barrancas las decisiones de su gobierno de
coalición minoritario, no exentas de polémicas y contradicciones entre sus
propios socios de gobierno, y, para poder sacarlas adelante, a base de peligrosas
concesiones a quienes le apoyan desde fuera, sus socios externos, con
posicionamientos políticos radicales, ultranacionalistas e incluso
secesionistas, cuyo objetivo es sencillamente finiquitar el Estado español tal
como está diseñado en la Constitución, coincidiendo con los socios de Gobierno
comunistas y antisistema. Un improcedente balance de gestión propagandístico en
una España casi rota en el que anuncia una “hoja de ruta” para la Monarquía del
siglo XXI, asegurando que está en contacto con Zarzuela para impulsar una
modernizadora Ley de la Corona, mientras Casado, jefe de la oposición, único
que podría garantizarle la suficiente mayoría para hacerlo, se abre a apoyar
dicha ley siempre que sea para reforzar la institución y no para cargársela,
tal como pretenden los socios de Sánchez con el objetivo de establecer una
República. ¿Apostará Sánchez finalmente por un necesario consenso con Casado
para reforzar la Corona frente a sus socios, que pretenden todo lo contrario, o
seguirá optando por apuntalarse en éstos para conseguir escasas mayorías a
cambio de cesiones incluso peligrosas para la estabilidad del Estado de Derecho?
De momento de lo que se tiene certeza es de su apuesta por indultar a los
líderes del ilegal “procés” secesionista, dando a entender en su idílico
balance de gestión, que los indultará, allanando el camino con el argumento de
que “nadie está libre de culpa en Cataluña” con lo que, al final, coincidiendo
con las tesis de Podemos y los secesionistas, va a resultar que todos somos los
culpables de que unos pocos, saltándose la legalidad vigente, decidan
finiquitar el Estado de Derecho imponiendo unilateralmente la independencia de
parte de su territorio. Cierto, como dice Calvo, que la decisión de indultar es
sólo del Gobierno y que puede ir en sentido contrario al informe fiscal, pero
también es cierto que para ello se establece al menos el arrepentimiento
expreso de quienes han de ser indultados, medida de gracia que, en todo caso,
debiera ser excepcional y no aplicable por conveniencia política del gobernante
de turno, cuando, por el contrario, escandalosamente, como recuerda el
socialista García-Page, inquieto por el asunto como otros barones socialistas,
no sólo no hay arrepentimiento sino que incluso Oriol Junqueras reaccionó
diciendo “que se metan el indulto por donde les quepa”, advirtiendo el líder
manchego de que si los indultados “volvieran al mismo camino”, como es
previsible, sería un “ridículo histórico” del PSOE, cuando la propia Fiscalía
ya lo ha rechazado y el Supremo prevé hacerlo, en tanto que el PP anuncia que
lo recurrirá ya que indultarlos “llamarán a reincidir” y ERC, puntal del
gobierno de coalición, plantea otro 1-O sin rubor alguno. Pero por lo visto a
Sánchez todo ello le da igual, dando la sensación de que lo único que realmente
le importa es su permanencia en el poder el mayor tiempo posible con quien sea
y a costa de lo que sea, incluidas las esencias de su propio partido.
Y
mientras Sánchez preludia los indultos y afianza su proyecto con Iglesias,
defendiendo la coalición con Podemos y garantizando que durará toda la
legislatura, el Ministro de Sanidad, Salvador Illa, deja el Ministerio en pleno
ascenso de contagios y en pleno proceso de vacunación anti-Covid; y lo deja
para postularse como sustituto del amortizado Iceta a ser candidato por el PSC
a la Presidencia de la Generalitat. Una decisión pactada obviamente con Sánchez
para rentabilizar el efecto vacuna y la popularidad de Illa, desconocido hace
un año y muy popular ahora (para bien o para mal) tras comparecer casi a diario
en la televisión durante este año maldito de pandemia, con el objetivo del PSC
de sumar apoyos suficientes para lograr el tripartito con ERC en Cataluña y
reeditar la nefasta experiencia de aquel gobierno “catalanista y de izquierdas”
(de aquellos vientos, estas tempestades), encabezado por Maragall y luego por
Montilla, aunque todo apunta a que, en este caso con Podemos de por medio,
sería encabezado por ERC a quien las encuestas dan por vencedor en las elecciones
de febrero. Ya ven, la pandemia, en pleno apogeo y en pleno proceso de
vacunación, puede esperar, mientras la candidatura de Illa replantea el
calendario electoral y el PSC trata de sacar partido a la popularidad del
ministro por la pandemia, sopesando Sánchez sustituirlo en Sanidad por la
ministra de Política Territorial, Carolina Darias, y elevar a Iceta a la
cartera que ella deja….así, todos contentos. Entretanto la cifra oficial de
muertos por la covid en España supera los 50.000, aunque la cifra real se
acerca a los 80.000 (Illa se va sin aclarar semejante baile de cifras entre los
propios organismos oficiales), convirtiendo a España en el país de la UE que
ocultó más muertes con el truco del recuento, mientras la saturación de la Sanidad
Pública impulsa los seguros privados de salud en pleno repunte de casos que
provocan una nueva incidencia de “riesgo muy alto”. Y mientras Madrid acusa a
Sanidad de ocultar el criterio con el que reparte las vacunas y otras
comunidades del PP denuncian partidismo en dicho reparto, la cepa británica se
sigue extendiendo ya por varias CCAA con más casos en estudio, ya hay trece
constatados, en tanto que Luis Jodar, Director de vacunas de Pfizer, tranquiliza
a la población manifestando: “sería muy raro que la mutación del virus afecte a
la eficacia de la vacuna”, “mis padres tienen más de ochenta años y estoy
contando los días hasta que se vacunen”, “todos, con independencia de dónde
vivan, podrán vacunarse”.
Un
año para olvidar que, además de la ruina generalizada, nos deja otro problema,
el problema de Gibraltar, tras el acuerdo del Brexit entre UE y Reino Unido,
amenazando la ministra Laya con un Brexit duro en la colonia al manifestar que
está dispuesta a “levantar la Verja” y facilitar la libre circulación pero
advirtiendo de que si no se llega a un acuerdo esas ventajas desaparecerán y la
colonia británica será “el único lugar donde haya un Brexit duro”, mientras el
Gobierno aprueba medidas de transición para británicos en España y los alcaldes
del Campo de Gibraltar piden evitar el “caos”, que implicaría un Brexit duro,
reclamando fluidez en el paso fronterizo que atraviesan a diario más de 10.000
españoles….por su parte Reino Unido se resiste a permitir policías europeos en
el Peñón, siendo su presencia en el puerto y aeropuerto el principal escollo
para evitar un Brexit duro en la zona.
Por
lo que respecta a otros asuntos cabe citar que cinco CCAA del PSOE encabezan el
reparto de Hacienda de fondos de la UE (un reparto con diferencias por
habitante implicando hasta el 100% entre las gobernadas por el PSOE y el PP,
encabezando Ayuso la rebelión autonómica por el reparto de dichos fondos); que
la AVT logra llevar ante el juez a cuatro etarras por el asesinato de un
guardia civil hace 18 años (dos de los sospechosos del asesinato del cabo Juan
Carlos Beiro están en libertad); que Interior niega el asilo a Luis Amando Pérez,
hermano del policía ejecutado por Maduro y huido ante la persecución del
chavismo tras la matanza con tiros de gracia, quien declara que “regresar a
Venezuela sería mi muerte, es imposible”; que la Ley Celaá revierte medidas
clave del éxito educativo de Portugal al no
potenciar la rendición de cuentas, ni la priorización de conocimientos
concretos, ni la calidad docente como hace el país vecino; que el Corte Inglés
competirá contra Amazon con una filial logística, ofreciendo la compañía sus almacenes
y transportes a terceros, en busca de nuevos negocios, para ingresar 1.200
millones; que la subida del SMI que pide Podemos destruiría 135.000 empleos; que
la Fiscalía pide que Podemos continúe investigado por su contrato con Neurona;
que Liberbank y Unicaja crean el quinto mayor banco de España; y que Génova
teje un pacto en el PP de Madrid para bloquear a Ayuso, retrasando el Congreso
hasta después de las autonómicas si no hay tricefalia, mientras el PP ficha a
la dirigente de Ciudadanos que eligió Rivera para sustituir a Arrimadas en
Cataluña, arrebatándole así a Lorena Beltrán, actual portavoz en el Parlament,
a dos meses de las elecciones.
Y
del exterior, destacar que muere a los 85 años de edad Armando Manzanero, el
gran intérprete de la canción romántica; que Europa y China ultiman un gran
acuerdo sobre inversiones; que muere el modista Pierre Cardin, pionero del “prêt-á-porter”; que Reino Unido autoriza la vacuna de
Oxford; que Argentina se convierte en el mayor país de América Latina que
legaliza el aborto; y que la aplicación del Brexit a partir de mañana abre una
nueva era en Europa, cerrando con la entrada en vigor del tratado de divorcio
postBrexit una relación de 47 años, por el que Johnson consigue un apoyo abrumador
de Westminster al sellar, según él, una “nueva y fantástica relación con Europa”,
prometiendo ser “amigo y aliado” de la UE, mientras Bruselas lo considera un “pacto
justo y equilibrado”.
Fdo.
Jorge Cremades Sena
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