Fiel a su estilo cambiante,
temerario y egocéntrico, Pedro Sánchez, él solito y sin consultar siquiera con
su propio Gobierno (el órgano colegiado que, en todo caso, tiene las
competencias y no sólo él como su presidente) ha decidido por su cuenta y
riesgo ponerse al servicio de su majestad Mohamed VI, quien, adrede, le ha
exigido que sea primero él personalmente y no su ministro Albares quien le
visite en Rabat para dejar constancia fehacientemente del entreguismo del
Sahara por parte del Gobierno español a los intereses de la Monarquía alauita,
rompiendo así décadas de neutralidad de España en asunto tan peliagudo para
situarse en favor de una de las partes, la marroquí. Y Sánchez, con la mitad de
su Gobierno en contra y la desautorización de la inmensa mayoría del Congreso
de los Diputados, pues sólo el Grupo Socialista (y supongo que a regañadientes)
le apoya en este caprichoso volantazo, se presenta en Rabat para prestar
pleitesía a Mohamed VI quien, conseguido su objetivo, le recibe en audiencia
por todo lo alto para escenificar el triunfo de la soberanía de Marruecos sobre
la antigua colonia española y, como contrapartida, reabre las fronteras, pero,
eso sí, sin dejar constancia explícita por el contrario de que Marruecos
renuncia a sus reivindicaciones sobre Ceuta y Melilla…. En fin, una bicoca sin
duda para el monarca alauí, que Sánchez califica de “hito diplomático” al ser
“el inicio” de una nueva etapa en las relaciones hispano-marroquíes, mientras
su socio de gobierno, Podemos, acusa al PSOE de “falta de lealtad” y
diplomáticos niegan dicho “hito” de Sánchez ya que “el resultado es lamentable”
pues “sólo hemos logrado volver al momento previo al error de Ghali”, pero
entregando el Sahara, y “todo destila amateurismo”. Por su parte Argelia
advierte sobre Marruecos y asegura que “tarde o temprano” el reino alauí
“volverá a la carga” con sus reivindicaciones de soberanía, pues si la visita
de Sánchez a Rabat y su reunión con Mohamed VI parece haber zanjado temporalmente
las tensiones con Marruecos, que Sánchez provocó, por el contrario ha provocado
ahora un frente abierto con Argelia, nuestro principal proveedor de gas, que
pretende subir el precio del mismo sólo a España y no al resto de países.
Obviamente el Frente Polisario rompe relaciones con el Gobierno de España tras
el apoyo de Sánchez “a la ilegal propuesta del ocupante marroquí que pretende
legitimar la anexión de territorios del Sahara Occidental por la fuerza e
ignorando los derechos inalienables del pueblo saharaui a la autodeterminación
e independencia” y recuerda que el Estado Español tiene responsabilidades tanto
ante el pueblo saharaui como ante Naciones Unidas al ser potencia
administradora del territorio “cuyas responsabilidades no prescriben” y la
medida pretende “desmarcarse de utilizar la cuestión saharaui en el marco de
míseros tratos con el ocupante” y hasta que se adhiera a las resoluciones de
legitimidad internacional “que reconocen el derecho del pueblo saharaui a la
autodeterminación y a respetar las fronteras de su país tal como son
reconocidas internacionalmente”. Y no les falta razón, la puesta al servicio
del Monarca alauí por parte de Sánchez para enderezar su entuerto con el asunto
Ghali más que un “hito diplomático” parece una chapuza coyuntural para salir
del paso sin tener en cuenta las consecuencias posteriores….y además contra
buena parte de su Gobierno y contra el Congreso de los Diputados, la Cámara que
representa al pueblo español. Pero no pasa nada, es Sánchez en su pura esencia.
Un Sánchez que, por otro lado, liquida
el prometido pacto fiscal con Feijóo en minutos, argumentando que “no se puede”
para avalar el rechazo a la petición de bajar impuestos del nuevo líder del PP y
admitiendo que “ni hay acuerdo ni lo va a haber”, mientras reconoce su
“equivocación” por no alertar del giro sobre el Sahara, pero instando a
reanudar la negociación sobre el CGPJ. De esta forma Sánchez y Feijóo, en su
primera reunión abren esta presunta fase de deshielo pero sin acuerdo alguno,
pues si Feijóo está dispuesto a desbloquear el Poder Judicial, Sánchez no
consigue concreción alguna sobre sus once propuestas y, eso sí, se niega a una
bajada de impuestos pactada, dedicando sólo diez minutos a hablar de economía y
a petición del líder del PP, mientras pone su prioridad en el CGPJ. Por tanto
el presidente y el líder de la oposición pasan de la distensión inicial a la
confrontación cuerpo a cuerpo, pues Moncloa coloca al nuevo liderazgo del PP en
el centro de su diana tras el encuentro ya que para seguir Sánchez con su
política de aquí te pillo y aquí te mato no necesita al líder del PP para nada,
mientras a éste se le impide pactar una política económica con el Ejecutivo.
Entretanto, según las encuestas, el 71´8% de los españoles cree que hace falta
un gran pacto de Estado, el 70% ve la situación económica mala o muy mala y el
69´4% considera que habría que bajar impuestos. Pero Sánchez, instalado en su
atalaya, sigue a lo suyo, mientras Feijóo, que desiste de llevar al Supremo la
batalla por los fondos europeos, insiste en que “hay que bajar impuestos para
dar oxígeno a las familias” y acusa a Sánchez de “vivir al día”, destacando que
“los congresos regionales son para fortalecer al partido, no para controlarlo”.
Un partido, el PP, que, según los
sondeos, con el “efecto Feijóo” apuntala la remontada, pues, según GAD3, Feijóo
se convierte en el líder más valorado, sorpasando a Sánchez, y el PP
conseguiría mayoría absoluta pactando con Vox, mientras que el PSOE bajaría de
cien escaños y la coalición del gobierno perdería una treintena de ellos; los
resultados serían: PP 29´4% de votos y entre 124-128 escaños, PSOE 25´3% y
96-100, Vox 15´4% y 51-53, y UPodemos 10´7% y 26-28. Datos que, más o menos,
también confirma el sondeo de GESOP que otorga a los populares entre 118-121
escaños (33 más que con Casado), 107-110 a los socialistas, 54-56 a Vox y 26-28
a UPodemos. No en vano Ayuso señala el camino a Feijóo para normalizar los
pactos del PP con Vox (si el PSOE pacta con la extrema izquierda y los
radicales para conseguir gobernar…¿por qué el PP ha de renunciar a ello?, sería
el argumento), mientras que la oferta de pactos de este nuevo PP a Sánchez
divide a los socialistas.
Y mientras la alta inflación bloquea
el pacto de rentas (la CEOE rechaza las exigencias sindicales en la negociación
de un pacto de rentas a tres años, pues UGT y CCOO quieren asegurar que se
compense al final de ese plazo el 75% de lo que se desvíe la inflación), el
ministro Escrivá manifiesta que “la revalorización de las pensiones según la
inflación está garantizada”, que “el equilibrio de las cuentas se hará con la
reforma fiscal y la mejora de la eficiencia del gasto”, que “el sistema
impositivo hay que mejorarlo para hacerlo más equitativo y eficaz” y que “el
compromiso en Defensa afecta al déficit y hay que evaluar cómo se ejecuta”. La
realidad es que el coste de la macroestructura del Gobierno minoritario de
coalición de Sánchez se dispara un 30% desde su llegada al poder, pues ni la
pandemia ni la crisis energética han frenado el gasto desmesurado en asesores y
personal de confianza (contentemos a cuantos más amigos y afines mejor), que ha
crecido un 60% respecto a la época de Rajoy. Entretanto, los propagandistas de
Putin en España seducen a extremismos de izquierda y derecha ya que las tesis
prorrusas captan a militantes del PCE y Podemos además de atraer a la causa a
miembros de la CUP y Bildu y a personas de la extrema derecha, para justificar
la indecente invasión de Ucrania.
Por lo que respecta a otros asuntos
cabe citar que Omella, el presidente de los obispos españoles, dice “hemos sido
un poco lentos” sobre los abusos de la Iglesia; que un juez embarga los bienes
de lujo de los comisionistas de las mascarillas y que los contratos de Medina y
su socio fueron los más altos de Madrid por emergencia covid en 2020; que la
justicia condena al PP por tercera vez por la red Gürtel; que la Generalitat
Valenciana subvencionó el empleo del hijo de Ximo Puig con la trama de su
hermano, pues con el “clan de los Puig” se lucraron un hijo, dos hermanos y una
cuñada del Presidente valenciano; que el asesino de Oviedo había sido detenido
dos veces por la Guardia Civil; que Moncloa teme que las andaluzas bloqueen la
renovación del CGPJ; que Puigdemont crea su Govern “fake” y redobla el desafío,
mientras Gobierno y ERC ultiman un plan para blindar el catalán en las
escuelas; que el Gobierno abre la puerta a prorrogar la ayuda a la gasolina y
Bruselas pide a España que aclare cómo financiará los límites al gas, pues la
Comisión Europea analiza el impacto de la “excepción ibérica”; y que Sanidad
instará a un uso “responsable” de la mascarilla en bares y pubs, cuando se
presume un botín de 2.000 millones en la ley de la selva de la pandemia por la
falta de controles entre marzo y mayo de 2020 que facilitó el pillaje de comisionistas
en todas las administraciones, al extremo de que Fiscalía investiga decenas de
contratos en lo que ya se conoce como “caso mascarillas”.
Y del exterior, destacar que el actor
Will Smith es vetado durante diez años a los Oscars, pues la Academia le
prohíbe acudir a la gala y agradece a Chris Rock su “compostura” tras la
bofetada que le dio Smith; y que Macron resiste en las presidenciales francesas
y se enfrentará a Le Pen en segunda vuelta tras obtener el 27´4% de apoyos frente
al 24´1% de la lideresa de la extrema derecha, mientras Melenchon, el líder de
la izquierda populista, queda tercero y pide a sus seguidores que no voten a la
Agrupación Nacional, y mientras se hunden republicanos y socialistas, que con
el 2% de votos obtienen el peor resultado de su historia, por lo que piden a
sus votantes que en la segunda vuelta apoyen a Macron.
Entretanto prosigue la guerra en Ucrania. Rusia recibe más castigo de la UE
y sufre un revés en la ONU, que la expulsa del Consejo de Derechos Humanos,
mientras la OTAN decide dar más armas para la defensa de Ucrania y Putin se
emplea a fondo para tomar Mariúpol, ciudad que los separatistas prorrusos dicen
tener bajo su control. Europa por su parte se prepara para la guerra energética
total y el Parlamento Europeo reclama el embargo “completo e inmediato” de las
compras a Moscú, viendo Bruselas inevitable el cese de las importaciones de gas
y petróleo pese a las pérdidas incalculables que ello puede acarrear. Mientras
tanto Rusia causa otra matanza de civiles (al menos 52 muertos, entre ellos
cinco niños, y un centenar de heridos) en un ataque con misil a la estación de
tren de Kramatorsk, donde unas 4.000 personas, según el alcalde, esperaban los
trenes para huir de Donbás a zonas más seguras, pues Putin concentra ahora toda
su energía en dicha región y trata de corregir los errores de Kiev, donde ha
salido trasquilado. De momento el dictador ruso da el mando en Ucrania al
general Alexander Dvornikov, que devastó Siria y que llega con la misión de aplastar
la resistencia ucraniana, por lo que las autoridades de Donetsk y Lugansk
instan a los civiles a huir inmediatamente, cuando las ciudades cercanas a Kiev
ya han sido arrasadas, quedando Bucha, Borodianka o Kramatorsk como huellas
indudables del horror y los crímenes de guerra cometidos. Así las cosas, Von
der Leyen y Borrell visitan a Zelenski en Kiev y le prometen acelerar la
incorporación de Ucrania a la UE y el aumento de ayuda militar, mientras
Roberta Metsola, Presidenta del Parlamento Europeo, manifiesta que “los
ciudadanos de la UE perciben que estamos financiando la guerra de Putin” y
asegura que, además de “enviar más armas ya a Ucrania”, “el objetivo es dejar
de comprar gas ruso y Alemania será clave”.
Fdo. Jorge Cremades Sena
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