Después de mantener
tozudamente las optimistas previsiones económicas del Gobierno en contra de lo
que apuntaban los expertos y los organismos nacionales e internacionales, Pedro
Sánchez, por fin, cae del burro y admite que España crecerá menos de lo que el
Gobierno había previsto, pues el FMI, aunque sitúa a España en cabeza del
crecimiento este año (el suelo del que parte es demasiado bajo), señala a
España y Japón como las grandes rezagadas en recuperarse de la crisis, con la
previsión de que el PIB español suba un 4´8% en 2022, lo que no será suficiente
para recuperar los niveles de 2019, y confiesa que los datos con los que el
Gobierno elaboró los Presupuestos son inalcanzables. Bienvenida pues la caída
del burro de Sánchez, pues al fin y al cabo, lo importante es que un gobernante
tenga los pies en el suelo sin confundir realidades con deseos que sólo
conducen a políticas erráticas que luego hemos de sufrir todos los ciudadanos.
Pero si estos Presupuestos quedan totalmente desfasados, supongo que habrá que
hacer los retoques pertinentes para ajustarlos a la realidad y no seguir en la
inopia. Entretanto, entre otras cosas, por falta de personal cualificado quedan
109.000 empleos sin cubrir pese a los tres millones de parados, mientras el
sector de la construcción se borra de los fondos europeos, pues 500 obras
públicas valoradas en 230 millones de euros ya se han quedado desiertas porque
los pliegos no recogían el impacto de la descomunal inflación y las empresas
acusan al Gobierno de no tener en cuenta el alza de la energía y denuncian las
trabas burocráticas para acceder al dinero de Bruselas, que, por otro lado,
exige al Gobierno que eleve el precio del tope del gas y que no haya coste de
frontera. En definitiva, un Gobierno sin rumbo, cuando los partidos que lo
forman, siempre mal avenidos, andan preocupados por un futuro que, de entrada,
no se percibe como muy halagüeño. Efectivamente, en Podemos, Díaz desafía a
Iglesias y se dispone a someter su candidatura a los partidos que la apoyen,
pues la Vicepresidenta quiere obtener el respaldo de todas las bases del
“frente amplio” que está impulsando, manifestando “soy una demócrata” tras las
dudas sembradas por Iglesias y su afirmación de que “existe” gracias a los
“morados”, por no decir gracias a él mismo que cuando se fue la dejó como su
sucesora en la Vicepresidencia del Gobierno. Y efectivamente, en el PSOE surge
la alerta pues “o reaccionamos o Feijóo nos come en la calle”, mientras la
propuesta fiscal del PP propone devolver 10.000 millones a las familias e
incluye una ayuda directa de hasta 300 euros para las rentas más bajas, en
tanto que Feijóo, ante las críticas por el pacto en Castilla y León entre PP y
Vox, avisa a su cúpula de que “el PSOE no quiere aislar a Vox sino al PP”.
Un Feijóo que agita al PSOE
proponiéndole que gobierne quien más votos tenga, aunque Sánchez se apresura a
rechazar una iniciativa bien vista por algunos de sus barones, cuando lo
razonable para garantizar la gobernabilidad, evitando que medren partidos
minoritarios y grupúsculos de intereses, sería primar, como se hace en Grecia,
al partido más votado con un plus de escaños, o bien establecer, como sucede en
Francia, una segunda vuelta para que los ciudadanos elijan entre las dos
fuerzas más votadas, evitando así el mercadeo postelectoral en los despachos
para obtener a cambio de intereses particulares la mayoría que permita
gobernar. Un Feijóo que remitirá a Sánchez un plan de gran coalición en la
sombra, incluyendo en lo económico reformas y actuaciones a medio y largo plazo
con propuestas que hacen necesario acciones concertadas de los dos partidos
principales. Y mientras Sánchez ignora a Podemos, su aliado gubernamental,
decidido a gobernar en coalición “con lo que representa Yolanda Díaz”, PP y Vox
estrenan Gobierno en Castilla y León, un gobierno alejado de la paridad con
tres mujeres y nueve hombres, mientras Feijóo marca su agenda para no coincidir
con Abascal en la toma de posesión de Mañueco y prioriza su reunión con
sindicatos y empresarios, por lo que envía al evento a Cuca Gamarra, siendo
Abascal quien, en ausencia de Feijóo, capitaliza el pacto con el PP en tierras
castellanoleonesas. En definitiva, Feijóo pone el contador a cero respecto a la
etapa de Casado al frente del PP, poniendo la economía como prioridad, aunque
reabrirá también la negociación sobre el CGPJ y recupera el diálogo social
mientras cambia la política de oposición en Bruselas contra el reparto de
fondos…..y Mañueco toma posesión como
Presidente de Castilla y León con el deseo de ser “presidente de todos”
y agradece a Feijóo su apoyo, mientras Ayuso alaba el gran pacto entre PP y Vox
en la región.
Entretanto salta la noticia de que los
últimos cuatro presidentes catalanes han sido espiados con Pegasus, un sistema
de espionaje que sólo es vendido por la compañía israelí NSO a gobiernos, por
lo que Aragonés pide explicaciones al Gobierno de Sánchez, que niega todo
vínculo con el seguimiento a los dirigentes del “procés” independentista. Pero
Aragonés dice que congela las relaciones con el Gobierno por este asunto y
exige dimisiones, mientras ERC avisa a Sánchez de que no recuperará su apoyo
con reuniones y busca acorralarle con Podemos, de quien consigue su apoyo, como
si Podemos no formara parte de dicho Gobierno. Así pues en el Congreso de los
Diputados se avecina un nuevo espectáculo bochornoso en el que el Gobierno
minoritario de coalición, partido en dos, se verá sometido a crítica por la
parte podemita del mismo con el apoyo de todos aquellos grupos y grupúsculos
que hicieron posible la investidura de Sánchez.
Por otra parte España, después de 699
días de exigencia legal, se despide de la mascarilla obligatoria en espacios
cerrados, salvo el transporte público y centros sanitarios. Y lo hace con la
población dividida entre los que se sienten seguros y los que no, pues, según
40dB, un 70% dice que seguirá llevándola en comercios, cines y teatros. Y con
los expertos divididos ante el fin de la mascarilla obligatoria en interiores,
las empresas andan indecisas pues el decreto permite a las compañías decidir
sobre su obligatoriedad, con lo que la mascarilla no acaba de irse del todo ya
que, de momento, se percibe ilusión, recelo, desconfianza y muchas dudas en el
día de la despedida oficial del símbolo de la pandemia que todavía no se ha
erradicado.
Y caída del burro por parte de Sánchez
en el asunto de Ucrania, pues nada más iniciarse la invasión rusa negó a bombo
y platillo el envío de armamento, seguramente influenciado por Podemos, su
socio minoritario, aunque a los dos días cayó del burro y rectificó para
alinearse con el sentido común imperante en la UE. Pues bien, de aquellas
rectificaciones, Sánchez da un paso más y en visita a Kiev, junto a la primera
ministra danesa, para entrevistarse con Zelenski y comprobar “in situ” las
atrocidades que en dicho territorio se han cometido, promete al Presidente
ucraniano el mayor envío de armamento, anunciando que duplica el envío de armas
(más de doscientas toneladas de munición y treinta camiones y diez vehículos
ligeros que ya viajan camino a Polonia). En efecto, Zelenski expone a Sánchez
su drama para resistir, pues “las armas son pocas”, mientras el Presidente
español visita Borodyanka, la otra Bucha y símbolo de los crímenes de guerra de
Putin, sobre cuya investigación Sánchez se compromete a colaborar enviando
personal cualificado para esclarecer los hechos. Una acertada caída del burro
por parte de Sánchez esta apuesta por el rearme de Kiev, aunque abra una
grieta, otra más, en el gobierno de coalición, pues sólo hubiese faltado que
ante la agresión totalitaria de Rusia a Ucrania y a Occidente, España se
hubiese quedado al lado de los agresores como, al parecer, prefiere Podemos.
Respecto a otros asuntos cabe citar
que España acelera la emisión de deuda ante el final de las compras por parte
del BCE; que el despegue del turismo extranjero acerca al sector al nivel
previo a la covid; que Sánchez enfurece a los funcionarios pues “imponer
salarios no es democrático”; que, mientras las víctimas de ETA avisan de que
“al final veremos a Otegi de lendakari”, Bruselas enmienda la política del
Gobierno de blanqueamiento a los etarras, pues la Eurocámara cree que debe
colaborar con la Justicia para obtener beneficios penitenciarios y que los
crímenes de la banda terrorista son de lesa humanidad y no prescriben; que
Moreno deshoja la margarita electoral entre el 19 o 26 de junio, agotando así
el presidente andaluz las dos semanas que se dio al inicio de Semana Santa, y
medita la “vía Ayuso” de convocar elecciones entre semana; que España alcanza
los veinte millones de cotizantes a la Seguridad Social; que la Fiscalía pide
para Luis Medina una fianza de casi 900.000 euros y éste carga contra el
Ayuntamiento de Madrid diciendo que “no reclamó nunca nada”; que un joven con
antecedentes, otro más, es detenido por una brutal violación en Igualada; que
los impuestos y el precio del combustible disparan la venta de coches
eléctricos; que el Consejo de Estado censura la Ley de Seguridad Nacional y
advierte de que no puede eliminarse el derecho a la indemnización cuando se
fuerce a los ciudadanos a prestar servicios; y que Murcia lanza la ESO
alternativa a la diseñada por el Gobierno y apuesta por más exigencia y más
Historia de España, rebelándose así contra la ministra Pilar Alegría ya que
explicará de forma cronológica los hechos históricos de todas las épocas,
mantendrá el límite de suspensos para pasar de curso y pedirá una nota media de
cinco para lograr el título.
Y del exterior, destacar que China
permite reabrir factorías en Shanghai si los empleados confinados residen en
sus instalaciones para lo que “nos han dejado colchones en el suelo”; que Le
Pen vende moderación para acortar distancias con Macron en el debate decisivo
entre los candidatos y éste la ataca por sus vínculos con Moscú acusándola de
que “usted depende del poder ruso y de Putin”; que Netflix se hunde un 40% en
Bosa por la caída de abonados; y que Johnson será investigado en el Parlamento
por las fiestas en plena pandemia pues Westminster investigará si mintió por el
“partygate”.
Entretanto prosigue la guerra en
Ucrania. Zelenski asegura que “la batalla por el Donbás ha comenzado” pues
Rusia ha iniciado una gran ofensiva en el Este ucraniano, mientras Yulia
Timoshenko, ex primera ministra de Ucrania y líder del partido Patria, avisa a
Occidente del error de “sentirse inmune” ante la amenaza de Moscú, pues “Rusia
puede usar armas nucleares” y lamenta que “la UE costea la guerra que Putin
librará contra ella; es un suicidio”. Y es que, en efecto, Rusia golpea
Leópolis y empieza la gran ofensiva en el Este, centrándose en la destrucción
de ciudades, mientras Biden pide a los aliados más apoyo económico y militar a
Kiev y el Pentágono advierte de que la
ofensiva sobre el Donbás es “el preludio de un ataque a gran escala” pues Rusia
despliega seis batallones más para acabar con el último reducto de la
resistencia en Mariúpol, cuya victoria reivindica Putin asegurando que “la ha
liberado y la tiene bajo control”, aunque las fuerzas locales resisten gracias
a los túneles construidos en la era soviética. Por su parte Putin, dice que
ofrece un pacto a Kiev mientras alardea de sus misiles balísticos y amenaza a
Occidente con uno de ellos que alcanzaría a EEUU, manifestando que ello “hará
que se lo piensen dos veces quienes desafían a nuestro país con su retórica
desenfrenada y agresiva; un proyectil de cuyo lanzamiento fue informado
Washington, tal como establecen las normas internacionales para evitar malos
entendidos, que puede llegar a 10.000 kilómetros de distancia con quince ojivas
nucleares y un poder destructivo inimaginable. Y mientras Borrell manifiesta
que “los países podrán cortar el gas ruso sin unanimidad en la UE” y dimite el
fundador de la petrolera Lukoil, crítico
con Putin, Biden concede una nueva ayuda millonaria a Ucrania y prohíbe atracar
a los barcos rusos en EEUU.
Fdo. Jorge Cremades Sena
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