viernes, 14 de marzo de 2014

AFÁN JUSTICIERO

                        La decisión de la juez Alaya de imponer a la ex ministra socialista Magdalena Álvarez la gigantesca fianza de 29´5 millones de euros, al verla como responsable de eludir controles de los ERE falsos, está provocando ampollas en las filas del PSOE que, entre otras cosas, acusan a la jueza de “afán justiciero” en una campaña de acoso sin precedentes, mientras los jueces piden para ella el apoyo del CGPJ hasta que finalice la instrucción de la supuesta trama de corrupción en la mismísima Junta de Andalucía, igualmente sin precedentes. En cualquier otro país del mundo civilizado, este tipo de actuaciones serían impensables; ni el acoso, ni la magnitud de la trama corrupta, pero esto es España y así nos va. Con afán o sin afán justiciero, lo procedente es que al final se haga justicia y, mientras llega la sentencia definitiva, hay que dejar que trabajen los jueces con absoluta independencia, salvo que de forma flagrante se observe en ellos una conducta delictiva que, en todo caso, exigiría la interposición de una demanda, pero nunca la emisión gratuita de insinuaciones veladas con claros intereses espurios que empañen la limpieza de un proceso encaminado a buscar la verdad sobre los hechos denunciados. La presunción de inocencia de Álvarez, como la de cualquier otro imputado o investigado, no la exime de la imposición de fianzas u otras figuras jurídicas que avalen sus supuestas responsabilidades civiles o penales, siempre que se ajusten a los procedimientos legales. El posible embargo de los bienes, al margen del afán justiciero que pueda tener la jueza o que se le atribuya, ni es una amenaza ni una coacción, simplemente es la consecuencia normal en el caso de que no se deposite la fianza transcurrido el plazo dado por ella.
            Y con afán justiciero o sin él la investigación sobre los supuestos cursos de formación fraudulentos de la patronal va dando sus frutos y se va sabiendo algunos detalles interesantes como el pago de la patronal madrileña a sus directivos con los fondos de formación, un chollo sin control, con miles de alumnos inventados para percibir las subvenciones pertinentes. Obviamente los responsables de que estas cosas no sucedan, al margen de habérselo llevado calentito o no para su beneficio personal, deben pagar severamente el fraudulento uso de fondos públicos. Y si es con afán justiciero, mejor aún. Es lo que España necesita en todos y cada uno de los casos de corrupción que nos apestan y tanto nos preocupan.
            Otro asunto que preocupa no sólo a nosotros sino a la comunidad internacional es la escalada de tensión que se vive en el este de Europa a medida que se acerca el ilegal referéndum en Crimea, desatando una escalada militar en toda la región con un despliegue de 8.000 soldados por parte de Rusia, el envío de cazas a la zona por parte de EEUU y el anuncio desde Kiev de la creación de una milicia de 60.000 miembros para defenderse de la amenaza exterior que sufre su territorio. Un escenario prebélico de consecuencias imprevisibles. Tan imprevisibles como las que en su día se darán en España si Artur Mas se mantiene en sus trece de mantener su ilegal proceso independentista. Tras inundar las gradas del Nou Camp con panfletos informativos de las mentiras soberanistas durante el partido Barça-Mánchester City, moviliza a los mossos para hacer la consulta ilegal, suspendiendo los permisos para garantizar la seguridad del acto ilegal que pretende. Y, mientras sus seguidores independentistas de la Asamblea Nacional Catalana le piden tomar el control de El Prat y de las fronteras tras declarar la secesión unilateralmente, no tiene reparo alguno en difundir que con la independencia en Cataluña habrá menos pobres (otra mentira más sin justificación alguna), lo que añadido a anteriores informaciones sobre que los futuros ciudadanos de la Cataluña independizada serán incluso más cultos, más altos y vivirán más, no deja de ser un verdadero aliciente para apuntarse a su particular paraíso perdido. Obviamente, lo de Crimea es mucho más prosaico.
Entretanto, mientras Italia aprueba una ley electoral para acabar con la inestabilidad política que la caracteriza y Renzi anuncia una rebaja de impuestos a las rentas más bajas, en España ya se conoce el informe que los expertos recomiendan al Gobierno para que redacte la, tan deseada como necesaria, reforma fiscal. Una verdadera revolución fiscal, según algunos, que ya está levantando ampollas, incluso antes de conocer qué propuestas de los expertos serán tenidas en cuenta y cuáles no. La última palabra la tiene el Gobierno y en su instancia definitiva las Cortes Generales, por tanto, extenderse en este espacio sobre los pormenores del informe entregado al Gobierno es ocioso en estos momentos, ya habrá tiempo de ir desmenuzando pormenorizadamente la reforma fiscal que se avecina.  
            Para terminar, la mala noticia de que España ya encabeza el ranking de desequilibrio social de la UE al haber crecido la desigualdad desde 2007 más que en el resto de sus socios. Algo se estará haciendo mal si no se ataja esta perversidad lo antes posible ya que no vale como escusa el hecho de que la crisis, tanto a nivel europeo como internacional, haya provocado entre sus nefastos efectos una mayor distancia de desigualdad entre pobres y ricos así como la acumulación de la riqueza cada vez en menos manos. ¡Ah! Y algo se estará haciendo mal en Venezuela donde va aumentando el número de muertos en las protestas callejeras contra Maduro, mientras el Ejército acaba de tomar ya el control de Valencia, la tercera ciudad venezolana en importancia.

                                               Jorge Cremades Sena

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