Vaya por delante, para que
nadie se lleve a engaño, que la concesión de indultos, totales o parciales, es
una potestad exclusiva del Gobierno, discrecional pero no arbitraria, que, a
juicio del Ejecutivo, se otorga a los presos en caso de existir a su favor
razones de justicia, equidad o utilidad pública que deberá valorar el Consejo
de Ministros y, en caso de indulto total, requiere el preceptivo informe
favorable del Tribunal sentenciador, no vinculante para el indulto parcial, por
lo que el Gobierno de Sánchez, como han hecho los gobierno precedentes de
cualquier signo político, es libre para, como pretende, conceder el indulto a
los presos del “procés” o a los que considere oportuno. Es su prerrogativa y,
por tanto, se ajusta a la legalidad como no podría ser de otra forma,
tratándose al fin de una decisión política, más que jurídica, que, no obstante,
tiene sus consecuencias como las tiene cualquier decisión política de cualquier
gobernante en cualquier decisión importante que tome. Sánchez, por lo tanto,
está en su perfecto derecho y es totalmente libre para indultar o no a los
presos del “procés” condenados por el Supremo (e incluso elegir el momento más
oportuno de hacerlo) siempre que su decisión sea razonada y sin menoscabo de
las decisiones, en caso de recurso, que pudiese tomar el Supremo a quien
obviamente no se le puede corregir su sentencia firme ya que supondría una
clara intromisión por parte del Ejecutivo en la obligada separación de poderes,
que queda fuera de la legal y excepcional medida de gracia. Pero, dicho lo
anterior, lo que no debe ni puede hacer el Gobierno y su Presidente, como está
haciendo, es defender los indultos como respuesta a “venganzas o revanchas”
como si cumplir íntegramente las penas dictadas por los tribunales (en este
caso por el Supremo) no fuera impartir justicia, cuando él mismo, hace apenas
dos años, cuando estaba necesitado de conseguir votos de todos los españoles,
defendía a bombo y platillo el “cumplimiento íntegro” de la condena de los
políticos secesionistas, dictada por un Tribunal con todas las garantías
procesales, y ahora, una vez lograda su investidura gracias a ERC, cambia su
discurso, como ya es lo habitual en él. En efecto, en 2019 garantizó a “la
sociedad catalana y al conjunto de la ciudadanía española que esa sentencia se
va a cumplir en su totalidad” pues “nadie está por encima de la ley” asegurando
que el indulto no estaba “encima de la mesa”; y ahora, necesitado de apoyos de
los secesionistas para mantenerse en el poder, da un giro copernicano y sin
rubor alguno intenta vender los indultos como la panacea para Cataluña y el
resto de España, diciendo demagógicamente que oponerse a ellos es ir “contra la
concordia y el diálogo” y que no serviría para corregir errores, pues “la
revancha no está en la Constitución”, movilizando así a sus socios para que le
apoyen mientras que, desde la oposición, Casado le recuerda que “cumplir la ley
no es venganza” y anuncia que recurrirá la decisión del Gobierno. Y mientras
tanto, el Ministro de Justicia dice al respecto que los indultos “son
instrumento previstos en la ley” y hay que verlos con “naturalidad”, en tanto
que Aragonés, el flamante President de Catalunya y socio del Gobierno, aunque
apuesta por una ilegal amnistía y no por los indultos legales, manifiesta que
“no nos opondremos a cualquier propuesta que alivie el dolor de los presos”
quienes, por cierto, ni están dispuestos a pedir individualmente su indulto ni
se arrepienten de nada, sino, más bien, todo lo contrario, es decir, pretenden volver,
desde la libertad, a repetir los hechos delictivos que les han llevado a
prisión.
Entretanto, para que la cuestión quede
clara, el Tribunal Supremo emite su preceptivo informe, aunque no vinculante,
y, al igual que Fiscalía, se opone a la concesión de los indultos, creyéndolos
“inaceptables”. Un demoledor informe unánime que, en todo caso, obligará a que
los presuntos indultos no sean totales, y que desenmascara a Sánchez
denunciando el “autoindulto” del procés, ya que no caben razones de justicia,
ni equidad, ni utilidad pública para concederlos, además de que no hay ni el
menor indicio de arrepentimiento de los presos, que no admiten el delito cometido
y hasta sostienen que lo volverían a cometer, por lo que Lesmes, el Presidente
del TS, sugiere además que no existe esa “concordia” para justificar la medida
de gracia. En efecto, el Supremo argumenta, entre otras cosas, lo siguiente:
“esta Sala no puede hacer constar en su informe la más mínima prueba o el más
débil indicio de arrepentimiento”, “el mensaje transmitido por los condenados
es bien expresivo de su voluntad de reincidir en el ataque a los pilares de la
convivencia democrática”, “algunos de los que aspiran al derecho de gracia son
líderes de los partidos que garantizan la estabilidad del Gobierno”…..avisando
que la concesión de dichos indultos sería una “solución inaceptable”,
advirtiendo de que indultar a quienes son sus socios viola la Constitución y
señalando el camino para su anulación. Así, el TS echa por tierra los
argumentos de Sánchez, añadiendo que las razones invocadas para respaldar la
extinción de la pena pierden cualquier justificación “cuando presentan como
presos políticos a quienes han sido autores de una movilización encaminada a
subvertir de forma unilateral el orden constitucional, a voltear el
funcionamiento de las instituciones y, en fin, a imponer la propia conciencia
frente a la del resto de sus conciudadanos”. Más claro el agua, aunque, si
quieres indultar, es tu derecho, pero todo induce a pensar que este cambio
brusco de Sánchez sobre los indultos, se debe al particular interés de mantener
la estabilidad de su Gobierno y mantenerse él en el poder, lo que, sin duda, le
acarreará consecuencias políticas, por más que ahora diga que su decisión “la
tomaría aunque tuviese 300 escaños” sin explicar por qué decía todo lo
contrario cuando buscaba precisamente esa mayoría absoluta que los ciudadanos
no le concedieron en las urnas. No en vano el PP califica la posible medida de
gracia de “traición a los españoles”, mientras Moncloa redobla el desafío y
advierte al Tribunal que “el Gobierno decide”, manteniendo su plan pese a la
división en el PSOE sobre el asunto, y, por su parte, Felipe González, como
otros muchos socialistas, declara “yo no haría el indulto” en tales
condiciones.
Por otro lado en Cataluña un desahucio
provoca la primera crisis entre Aragonés y la CUP, pues el desalojo de un piso
okupado por los mossos entra en conflicto con lo acordado entre CUP y ERC, otra
que tal baila, para que estas fuerzas no participen en desalojos de personas
vulnerables, por lo que los diputados anticapitalistas secesionistas protestan
junto a los manifestantes que se oponen al desahucio y se enfrentan a los
mossos enviados por el Govern, mientras esta crisis ERC-CUP por la Consellería
de Interior abre la posibilidad del relevo de Trapero, un hombre de JxCat. Es
la triste realidad de un Govern precario de coalición entre secesionistas de
izquierda y de derechas, apoyado por CUP. mientras el PSC, con el que los
socios de Sánchez no han querido gobernar y han preferido un Govern
secesionista, domina las empresas estratégicas del Estado pues el socialismo
catalán controla las firmas clave Aena, Hispasat y Renfe e intenta hacerse con
la presidencia de Indra pese al rechazo de los consejeros, mientras los
accionistas piden explicaciones por el “perfil político” y la “escasa
cualificación técnica” de Murtra, el hombre de Sánchez e Illa para presidir la
empresa y al que el Gobierno quiere imponer como sucesor de Abril-Martorell.
La buena noticia es que por fin el
Gobierno llega a un acuerdo “in extremis” para prorrogar los ERTE con los
agentes sociales, patronal y sindicatos, después de una negociación de infarto
llevada al límite en plena discrepancia entre el ministro Escrivá y la
Vicepresidencia Díaz; en efecto, tras los plantones de Escrivá a empresarios y
sindicatos, que rechazaban la rebaja de las ayudas a las empresas cerradas, el
ministro, tras aparcar su propuesta de cotización para los autónomos, cede en
su plan de exenciones y con ello se desbloquea la prórroga de los ERTE,
claudicando así en su pulso con la Vicepresidenta y ministra de Trabajo Yolanda
Díaz, mientras muchos se preguntan si era necesario, visto lo visto, mantener
en vilo la incierta situación de miles y miles de trabajadores que siguen en
los ERTE, prorrogados por fin hasta el 30 de septiembre.
Por otro lado sigue coleando el feo
asunto de Plus Ultra, que prevé perder otros 35 millones tras el oscuro rescate
de 53 millones que le ha hecho el Gobierno sanchista, pues así figura en el
plan de viabilidad aprobado por la Sepi antes de otorgarle los millones del
rescate, según dice el eurodiputado Garicano, mientras Ábalos admite ahora que
su ministerio sí hizo dos informes favorables al rescate en semejantes
condiciones, recibiendo la empresa del Gobierno español el triple de la ayuda a
la que podía optar, a pesar de que la auditora Deloitte alertó al Ejecutivo del
riesgo fiscal de Plus Ultra antes de ser rescatada. En fin, de momento,
misterios sin resolver.
Y en pleno caos en las segundas dosis
de las vacunas, mientras las CCAA aplican de forma dispar la recomendación de
Sanidad de que se aplique Pfizer en vez de AstraZeneca, contra lo que propone
la OMS, el Consejo de Estado prevé una riada de consultas sobre la covid,
cuando se conoce que los vacunados y los curados de la covid pueden transmitir
el coronavirus y se sabe que Sanidad cesó a 87 cargos durante los tres últimos
meses de Illa al frente del ministerio.
Entretanto, sobre la crisis con
Marruecos, el Presidente Sánchez avisa a Rabat desde Bruselas de que “no tiene
mejor ni mayor socio ante la UE”, mientras la Audiencia rechaza que lleve una
pulsera de vigilancia el líder del Polisario, quien no acudirá a declarar y seguirá
hospitalizado, en tanto que dos víctimas identifican a Ghali como el “torturador”
en su denuncia en la Audiencia.
Por lo que respecta a otros asuntos
cabe citar que Madrid se plantea cerrar decenas de centros de salud y la
Consejería reconoce la falta de recursos humanos; que llega el primer código
para las universidades en democracia castigando la ley el plagio o las novatadas
con hasta tres años de expulsión; que Ximo Puig se suma a las protestas de los
regantes por los recortes en el trasvase Tajo-Segura, abriendo un frente con
Moncloa al protestar con el PP a favor del trasvase y contra la limitación del
agua que llega del Tajo; que el Villarreal es campeón de la Europa Liga tras
empatar, 1-1, con el Manchester City, y después de marcar en 22 penaltis hasta
fallar el suyo el portero De Gea; y que Hacienda desoyó al juez que pidió
investigar al Rey emérito en 2020, mientras los técnicos de la Agencia
Tributaria muestran su “sorpresa” y ponen en duda las regularizaciones.
Y del exterior, destacar que Amazon
desembarca en Hollywood con la compra de la Metro; que Bruselas pide a
AstraZeneca más de 200 millones de indemnización; que la Justicia obliga Shell
a reducir sus emisiones de CO2, pues un tribunal de Países Bajos dicta un fallo
histórico contra el gigante petrolero; que Biden reclama a sus expertos que
estudien las dos hipótesis sobre la procedencia del coronavirus, si de un
animal o del laboratorio, quedando el laboratorio de Wuhan como “zona cero” de
las sospechas; y que la UE sanciona a Bielorrusia por el “secuestro” del avión
para capturar al periodista crítico con el régimen bielorruso y la aísla
cerrando su espacio aéreo, prohibiendo a su compañía nacional operar en cielo
comunitario y prometiendo actuar contra los oligarcas que financien a
Lukashenko, quien ata a los periodistas prohibiendo que informen de las
protestas no autorizadas.
Fdo. Jorge Cremades Sena
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