jueves, 23 de marzo de 2023

SHOW PARLAMENTARIO

 

                        Quienes hemos tenido el tiempo y las ganas suficientes para seguir en directo el farragoso debate de la pseuda moción de censura (evitando así que los diferentes tertulianos nos lo cuenten luego de forma subjetiva e interesada en los medios de comunicación) hemos podido constatar desde el inicio del debate (si es que se puede llamar así) que se trataba de cualquier cosa menos de una moción de censura que el mismísimo Sánchez, en su primera y larguísima intervención, ya calificaba como “delirante” y “show parlamentario”, cuando en días precedentes sostenía que la iniciativa del ultraderechista Abascal con el comunista Tamames como candidato había que tomársela muy en serio, y además calificaba de “indecente” la anunciada abstención del PP, cuando el PSOE hizo lo propio (es decir, se abstuvo, junto a PNV y PDeCat) en la moción de censura que Pablo Iglesias presentó en 2017 contra el Gobierno de Rajoy y que sólo contó con los votos afirmativos del proponente Podemos (al que se sumaron los de ERC, Bildu y Compromís) y fue rechazada con los votos del entonces gobernante PP y de Ciudadanos. Show parlamentario o no, lo cierto es que, como sucediera en la citada moción de Iglesias contra Rajoy o en la posterior de Abascal hace dos años contra Sánchez, ambas mociones ya nacían de entrada condenadas al fracaso, pues, al no estar interpuestas por el principal partido de la oposición no cabe en cabeza humana que puedan prosperar contra el Gobierno de turno y a la vez contra el principal partido de la oposición de turno, lo que es sencillamente un sinsentido y un disparate. Pero es que, además, en esta moción de ahora, ni siquiera el candidato alternativo, Tamames, es el líder del partido minoritario proponente, Vox, que nada tiene que ver ideológicamente con él sino todo lo contrario, con lo que tampoco es viable el exigido programa de gobierno alternativo, aunque, en honor a la verdad, cabe decir que esto ya sucedió también con la exitosa moción de censura de Sánchez a Rajoy, en la que, al menos, quien la interponía, el PSOE, si era el principal partido de la oposición y el candidato alternativo era su líder, saliendo adelante de chiripa, aunque llame la atención que ahora Sánchez reproche en este debate a Vox que no se haya presentado un programa de gobierno alternativo y califique la moción de “destructiva” y alejada del carácter constructivo que exige la normativa, cuando él hizo lo propio en la moción que le aupó al poder. En fin, un “show parlamentario” sin duda en el que participan todos aportando sus incoherencias y cinismos, sin importar para nada el objetivo de una mejor gobernabilidad alternativa a la existente y que, de entrada, comenzaba con la presentación de la moción y del candidato Tamames por parte de Abascal a quien, antes de que interviniera Tamames, Sánchez, que podía intervenir en el momento que quisiera, replicaba con una intervención de casi una hora para enzarzarse con el “telonero”, como calificaba a Abascal, en un agrio debate de réplicas y contrarréplicas acusando a Vox de generar “odio” y de “querer destruir la convivencia” con esta moción “destructiva” y de ”tierra quemada” mientras Tamames esperaba pacientemente para intervenir y presentar su programa alternativo, que, cuando por fin pudo leerlo, consistía más bien en un diagnóstico de la situación de España, más parecido a una conferencia académica que a un programa de gobernabilidad alternativo, que era lo procedente. El show parlamentario estaba servido incluso antes de saber qué alternativa presentaba el candidato, que, obviamente, no fue ninguna.

            Un show parlamentario en el que Sánchez, empeñado en la estrategia de sus socios de investidura, se esmeraba en denunciar el “inmenso daño” que el PP hace a la democracia española con su abstención (él por lo visto no hacía ninguno cuando se abstuvo en la moción de Pablo Iglesias a Rajoy) y aseguraba que se trataba de un pago a Vox, al que necesitará en el futuro si quiere gobernar, olvidándose de los pagos que él ha tenido que hacer para gobernar a los secesionistas y al resto de socios de su investidura. Se trataba, junto a Yolanda Díaz, su elegida como coportavoz del Gobierno, de presentar a la derecha y a la ultraderecha como similares, arremetiendo contra un Feijóo, líder del PP, que decidió no participar de este show y, al no ser diputado, decidió no asistir al espectáculo para no quedar como un mudo convidado de piedra y como diana de todas las críticas a las que personalmente no podría responder, mientras su grupo parlamentario en el Congreso se limitaba a la intervención de Gamarra en el turno de fijar postura e incluso renunciaba a la réplica a la que tenía derecho. En definitiva, un show parlamentario en el que Patxi López, portavoz del Grupo Socialista, ponía la guinda pues, ante la referencia de Gamarra del “caso Mediador” o del “tito Berni”, decidió utilizar el “y tú más” sacando a relucir anteriores casos de corrupción con un insólito tono exasperado al extremo de que en su intervención final Tamames le aconsejó que no se excitara tanto temiendo por su salud, mientras decidía repartir consejos a todos los intervinientes por los diferentes grupos y se lamentaba diciendo “no me esperaba un mitin en la sede de la soberanía nacional” donde se ha de ir a discutir ideas y proyectos con razonamientos pero no a insultarse unos a otros, ni a gritar, ni a fomentar la crispación, que le impactó en demasía, ni a cosas por el estilo.

            Y tras el show parlamentario, que dice Sánchez, toca ahora, como siempre, especular sobre quienes fueron los vencedores y los vencidos, cuando los perdedores son los ciudadanos españoles; pero no importa, como en otros espectáculos similares, lo que importa es que todos los protagonistas se sientan satisfechos y se autoproclamen vencedores para convencer a los suyos. Así, en las portadas de los diarios y en las tertulias de los distintos medio podemos leer y oír, entre otras cosas parecidas, lo siguiente: “Moncloa se entrega a Yolanda Díaz para recuperar al votante crítico con Sánchez”, “el PP evita desmarcarse de Vox en la fallida moción de censura”, “Abascal expone a Tamames a una moción de censura anómala en busca de réditos electorales”, “fracasa la estéril pinza de PSOE y Vox contra Feijóo”, “Sánchez da alfombra roja a Díaz”, “el Presidente abre la campaña electoral para el 28-M”, “la moción cohesiona al Gobierno frente al bloque de la derecha”, “Sánchez aprovecha el regalo de Vox”, “Sánchez confronta el modelo progresista con la alianza liberal PP-Vox”, “Sánchez y Díaz lanzan su  ticket electoral en una moción inútil”, “el presidente aprovecha las respuestas a Tamames y Abascal para hablar durante casi tres horas y atacar a Feijóo que no asistió al debate”, “Sánchez permite que la vicepresidenta Díaz utilice el debate como plataforma de lanzamiento de Sumar frente a Podemos”, “el PP ve en los ataques a Feijóo el nerviosismo del PSOE”, “Sánchez utiliza la moción de censura para cargar contra la derecha, iniciar la campaña electoral y aupar a Yolanda Díaz para anular a Podemos” etc etc. Afirmaciones, todas ellas, que tienen parte de verdad y el sesgo subjetivo pertinente para intentar sacar rédito de la pseudo moción de censura, cuando la verdadera moción de censura o de confianza, sin ningún sesgo premeditado, lo van a dar las urnas dentro de muy poco tiempo, aunque también va a depender de la voluntad política de los partidos en comprometerse a no prometer cosas para hacer luego las contrarias, como suele suceder.

            Entretanto Yolanda Díaz ignora a Belarra y echa un pulso al poder de Iglesias en Podemos al prometer hacer oficial su candidatura el dos de abril sin aceptar su imposición de negociar ya unas primarias antes del 28-M; dimite la vocal progresista del Poder Judicial Concepción Sáez; el TC avala por mayoría la ley de eutanasia considerando que la norma no desprotege la vida; se conoce que el Barça encargó a Negreira seguir los arbitrajes al “equipo rival RM”; Correos pierde 25 millones con un contrato irregular para su servicio de carga aérea al ignorar la normativa de contratación pública para adjudicar a dedo el alquiler de dos aviones de pasajeros reconvertidos para mercancías, siendo rescatada la empresa beneficiaria por el Sepi con 320 millones; dimite la Directora General de la Guardia Civil, María Gámez, tras ser imputado su marido en un caso de corrupción relacionado con los ERES y dimite en plena crisis de la institución por sus presuntas conexiones con el “caso mediador” del “tito Berni”; y, además, el tope a los alimentos dispara todavía más sus precios, mientras el sector pide que se rebaje el IVA al pescado y la carne y mientras el Banco de España rebaja cuatro décimas el crecimiento para 2024, con una cesta de la compra que llegará a ser más cara este año cuando ya muchos españoles ven cada vez más difícil llegar a final de mes o pagar el alquiler o compra de su vivienda…. En fin son, entre otros, los asuntos que pasan a un segundo plano mientras nuestros políticos prefieren obsequiarnos con shows semejantes al que se acaba de escenificar en el Congreso de los Diputados.

Fdo. Jorge Cremades Sena

1 comentario:

  1. Felicitaciones amigo por su análisis política que podemos decir alcuanto más independiente de los pseudo independientes defensores de ciertos colores políticos, nada de malo en política. Es un placer leerlo aunque nos separen los colores deportivos. Ud. Orgulloso de su R.M y yo del Barca.
    Con simpatía desde Perú.
    Jota C. Camon
    (César Montenegro)

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