Los
gobernantes independentistas catalanes y sus aliados, haciendo oídos sordos a
las declaraciones de los gobernantes más poderosos del mundo democrático, que
alertan sobre las graves consecuencias de una secesión catalana, mantienen la
quimera de una futura Cataluña, próspera e integrada en los organismos
internacionales, cuando en realidad la consecuencia de una escisión unilateral,
en caso de darse, sería una Cataluña ruinosa y aislada frente al mundo. Según
un informe de la Fundación Alternativas sobre los efectos de una hipotética
independencia, basado en razonadas consecuencias jurídicas, contenidas en la
Constitución Española y en los diversos Tratados Internacionales, no sólo
implicaría salir de la UE, sino también de la ONU, FMI, OTAN, G20… de los que
obviamente forma parte España. Así lo han expresado de una u otra forma
gobernantes como Juncker (“Europa no acepta una Cataluña independiente”),
Hollande (“Deseamos una España fuerte y unida como ahora”), Cameron (“Quien se
separa del Estado ya no es parte de la UE”), Merkel (“Hay que respetar la
legalidad internacional”) y Obama (“El mundo necesita una España fuerte y
unida”), los cinco mandatarios más poderosos del mundo democrático. Y no es
cuestión, como dice Mas, de que dichos organismos no pueden expulsar a siete
millones de ciudadanos catalanes, pues la realidad es que serían sus
irresponsables gobernantes de Cataluña, quienes, actuando de forma ilegal y
antidemocrática y rompiendo todas las reglas de juego, les sacarían de los
citados organismos “ipso facto”, abocando al hipotético nuevo Estado a un
aislamiento internacional frente al Mundo y privándolo de todos los circuitos
internacionales financieros, políticos, defensivos etc etc. En tan deplorable
aislamiento, en el mejor de los casos, la hipotética República Catalana habría
de ponerse a la cola para solicitar el ingreso a los citados organismos (que no
reingreso, ya que su pertenencia actual, con todas las ventajas e
inconvenientes, es en calidad de formar parte de España, como sucede a los
territorios que integran el resto de Estados internacionalmente reconocidos),
algunos de ellos con el requisito de la unanimidad de sus miembros que sería
impensable en un futuro próximo si, como sería el caso, el nuevo Estado surge
mediante la transgresión de todas las reglas de juego democráticas
establecidas, por más que diga Artur Mas que su unilateral y antidemocrático
proceso independentista, usurpando la soberanía de todos los españoles y
otorgándosela de forma totalitaria a una parte de ellos (en este caso a los
catalanes), siempre será de buen rollito. Evidentemente, las cosas no funcionan
ni son así.
Y mientras la
oposición en pleno, de forma incomprensible dada la coyuntura, acusa al
Gobierno en el Congreso de los Diputados de utilizar las instituciones a causa
del cambio del Tribunal Constitucional (consistente en dotarle de competencias
sancionadoras frente a quienes se pasan sus sentencias por el arco del triunfo)
y se opone al mismo por meras cuestiones formales (supongo que en lo sustancial
y en el fondo los demócratas estarán de acuerdo), en tanto que en dicho debate
algún diputado se permite hasta romper en la Tribuna algunas hojas de la
Constitución (supongo que las que no le gustan), los mayores empresarios de
Cataluña dan tímidamente la espalda a Mas exigiéndole el Círculo de Empresarios
que dé marcha atrás y busque “una consulta pactada con el Estado” cuando lo
prioritario, al margen de otras consideraciones, es que acomode su objetivo sin
más a la legalidad democrática vigente. Entretanto De Guindos inicia una gira
para tranquilizar a los mercados, por lo que se reunirá en Londres y en Nueva
York con agencias de calificación, inversores y altos cargos políticos; por su
parte el Rey pide a los empresarios de EEUU que confíen en España.
Y justo a una semana
de la campaña catalana, según encuesta de NCReport, los resultados del 27-S
serían los siguientes: Juntos por el Sí obtendría el 37´6% de los votos y 59
escaños; Ciudadanos, 16´5% y 23; Cat sí se Puede, 12´7% y 16; PSC, 11´4% y 15;
PP, 9´4% y 12; CUP, 5´2% y 5; y UDC, 3´9% y 5 escaños. De darse dichos
resultados, la marca Podemos podría dar alas o cortárselas a las locas
pretensiones independentistas ya que la suma de escaños entre Junts pel Sí y
CUP sería de 64 escaños, mientras que la de C´s, PSC, PP y Unió sumarían 55, lo
que supone que los 16 escaños de Cat sí se Puede serían decisivos para rebasar
los 68 escaños de la mayoría absoluta que, según Mas, serían suficientes para
proseguir el proceso secesionista y proclamar la República Catalana.
Entretanto Carmena, la
alcaldesa de Madrid, a los 100 días de su gestión sólo ha cumplido una de sus
cinco promesas urgentes, frenar los desahucios; dos de ellas están encaminadas,
su plan urgente de empleo y paralizar la privatización de los servicios,
mientras el resto se mantienen en el limbo de los justos. Ya ven, las urgencias
pueden esperar.
En cuanto a noticias
del exterior cabe destacar que Hungría utiliza la represión y la violencia en
su frontera con Serbia, cargando su ejército con gases lacrimógenos contra los
migrantes que tratan de abrirse paso entre las vallas, por lo que se ven
obligados a cambiar su ruta hacia Croacia en su éxodo hacia Alemania (la imagen
más negra de una Europa que, de seguir así, no tiene futuro); que el nuevo
líder laborista británico desata una gran polémica en su debut como tal,
llevando a la Cámara su “nueva forma de hacer política” no con preguntas a
Cameron de su cosecha sino seleccionándolas de las más de 40.000 que le hacen
los ciudadanos y negándose el día anterior a cantar el himno nacional (bueno,
aquí en España se le pita); y que Nápoles se ha convertido en escenario de
batalla entre las maras, ya que unos 2.000 jóvenes, repartidos entre 34 grupos,
luchan por el control del negocio de la droga, sustituyendo así a la Camorra,
una de las principales mafias que tanta violencia ha desencadenado en Italia
(en fin, de uno u otro signo, la violencia que no cesa, como si algunos
territorios fuesen maldecidos).
Jorge Cremades Sena
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