jueves, 1 de septiembre de 2016

PORTAZO SIN ALTERNATIVA



                        El portazo a Rajoy sin alternativa alguna por parte de Pedro Sánchez aboca a los españoles casi irremediablemente a nuevas elecciones consecutivas para decidir sobre lo mismo, es decir, sobre la investidura de un Presidente de Gobierno. Esta es la triste realidad, al margen de las interpretaciones que hagan unos u otros y de las acusaciones de irresponsabilidad que unos u otros se hagan. Lo cierto es que Rajoy pierde por 180 votos afirmativos y 170 negativos la primera votación en el debate de investidura, mientras el PP descarta la remota posibilidad de conseguir mañana los apoyos necesarios por mayoría simple (más síes que noes), dado que, al margen de Ciudadanos y CC, nadie está dispuesto ni siquiera a abstenerse, que no a apoyarle, para permitir el inicio de una nada fácil gobernabilidad posterior en nuestro país. El PSOE (de los demás mejor ni hablar, pues ya se esperaba que cada uno fuera a lo suyo y la gobernabilidad de España les importa un pimiento), que es quien realmente tiene la llave del desbloqueo, cierra así la puerta a la abstención y a cualquier otra opción de formar Gobierno y así lo anunció ayer de nuevo. El apoyo responsable de Ciudadanos y de CC no es suficiente para conseguir el objetivo y, por tanto, tras el debate, estamos peor todavía de antes de iniciarlo. Con un duro discurso de Sánchez como respuesta al ponderado discurso inicial de Rajoy, que no rehuyó obviamente el reto que le lanzaba el socialista en su respuesta, quedó zanjada cualquier esperanza de que el resto del debate sirviera para algo. La ya conocida demagogia de los portavoces de Unidos Podemos, ERC, PNV, CDC, Bildu y compañía lo anegó todo y sólo sirvió para que Rajoy se luciera con sus respuestas cargadas de ironía y para que Iglesias le lanzara el regalo diabólico a Sánchez de que, para evitar las elecciones, siempre le quedaba la opción de apoyarse en Unidos Podemos, a la que se sumaban obviamente los independentistas catalanes de izquierdas y derechas, eso sí, siempre que les prometa garantizarles el ilegal derecho a decidir. Por lo demás, sólo destacar la intervención responsable de Rivera, probablemente la mejor de todas, intentando tender puentes al entendimiento entre populares y socialistas, así como la de Rafael Hernando, el portavoz popular, que cerraba el debate cargando contra las contradicciones de Sánchez y la demagogia descarada de Iglesias.
            Y a la espera de asistir mañana al segundo episodio de semejante espectáculo sólo cabe preguntarse qué va a proponer el PSOE a partir de ahora una vez ratificado el mantenimiento de su “no” rotundo y reiterado (Rajoy le dijo haber entendido ya todas las partes del mismo), pues sólo le queda ya la alternativa de presentarse él mismo a la investidura si es que quiere evitar la convocatoria de nuevas elecciones que, por activa y pasiva ha dicho que no tendrán lugar, aunque también ha dicho que no cabe una alternativa viable, lo que ayer quedó más que evidente, salvo que el líder socialista esté decidido a inmolarse embadurnándose con las demagogias y con las propuestas irresponsables e incluso antidemocráticas,  que es lo que le exigen de antemano sus voluntariosos e hipotéticos socios para que tan nefasta investidura tenga una mínima posibilidad de salir adelante. Ante ello, ya se especula sobre culpabilidades de Sánchez en caso de nuevos comicios, al no comer ni dejar comer, mientras el líder socialista radicaliza su postura en vez de moderarla sin ofrecer alternativas y fija así la posición para frenar a los críticos del partido, en tanto que Rivera, que advirtió a Rajoy que a pesar de apoyar su candidatura no se fía de él, invita a los socialistas a que se sumen al desbloqueo gubernamental para poder legislar juntos luego desde la oposición a un gobierno minoritario, que nada tiene que ver con al pasado gobierno popular de mayoría absoluta. Rajoy, en todo caso, confía en sumar apoyos tras el 25-S (elecciones gallegas y vascas) y, de momento, la incertidumbre de si Sánchez intentará ese hipotético Gobierno de izquierdas (apoyado por las derechas e izquierdas independentistas, comunistas, populistas y radicales) que desata las alarmas entre los barones socialistas, que exigen negociar la abstención, pero se resignan a que “Sánchez ya está en campaña” mientras las elecciones navideñas cada vez están más cerca… o la claudicación de Sánchez.
            En cuanto a otros asuntos cabe destacar que se montan batidas ciudadanas para rastrear la senda perdida de Diana Quer, la joven desaparecida en Galicia hace once días; que en Madrid se bate el record de quejas en julio por la suciedad pese a reforzar la plantilla de barrenderos; que el déficit del Estado crece hasta julio un 20% más que el año pasado; y que los bufetes esgrimen una ley de 1968 para exigir hasta 15.000 millones a la banca en concepto de pérdidas por el “pinchazo” inmobiliario y la quiebra de promotoras.
            Y en el exterior resaltar que el Senado brasileño destituye a Dilma Rousseff pero no la inhabilita; que Colombia devolverá tierras a las víctimas; que Trump viaja a Méjico y no pide perdón a la tierra que más ha humillado; y que el líder opositor venezolano desde la cárcel dice por carta que “Venezuela está a las puertas de una gran victoria democrática”.

Jorge Cremades Sena

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