viernes, 20 de diciembre de 2013

A MEDIA LUZ

                        En plena batalla por parte del Gobierno para frenar el “tarifazo” de la luz, que puede suponer una subida record del 11% a partir del recibo de enero, andan a media luz, las investigaciones llevadas a cabo por el juez Ruz y la jueza Alaya, sobre el presunto pago en negro de las reformas de la sede del PP en Madrid y los presuntos chanchullos de UGT-A con la formación respectivamente. Justo para ver si es posible alumbrar datos que esclarezcan los hechos el juez Ruz envía policías a la calle Génova para requisar la documentación en papel o soporte informático sobre las obras en dicha sede y la jueza Alaya hace lo propio con 50 agentes a las oficinas sindicales de UGT-A y a tres empresas para buscar datos sobre el fraude en formación. Si añadimos que la jueza sevillana vuelve a pre-imputar a Chaves y Griñán por el caso de los ERE, que los correos de Blesa siguen desvelando datos poco edificantes, que el asunto del ático de Ignacio González cada vez se pone más chungo, que Aguirre colocaba políticos afines en Caja Madrid y que la trama de las ITV realizaba pagos desde paraísos fiscales para mediar con la Generalitat, asuntos todos ellos coincidentes en los diversos medios de información, coincidiremos en que se requiere un gigantesco esfuerzo para clarificar la oscuridad que invade las conductas de nuestros gobernantes, políticos, dirigentes sindicales y empresarios, al margen de sus variopintos colores ideológicos. La corrupción es el elemento común consustancial a todos ellos.
            A media luz por tanto las presuntas injerencias de la cúpula popular en la Caja Madrid de Blesa, las inversiones innecesarias y decisiones estratégicas impuestas por los dirigentes, los tratos de favor y el nepotismo, la “opaca” compra del ático de González, las facturas falsas de UGT-A pagadas por la Junta, el pago de la reforma de la sede popular en Madrid, las “ayudas fraudulentas” durante la gestión política de Griñán y Chaves, así como el papel de Oriol Pujol en el asunto de las ITV catalanas. Y mientras los jueces intenta dar luz al esclarecimiento de los hechos hasta el más mínimo detalle o circunstancia, González se defiende, “no me van a doblegar con acusaciones sin fundamento a mi familia”, y Oriol Pujol acusa de “persecución política” a la Agencia Tributaria, mientras que los trabajadores de UGT-A gritan “¡ya era hora!” al ver entrar a los agentes en las oficinas sindicales.
            No es para menos. Ya es hora de que todos estos turbios asuntos de corrupción se esclarezcan de una vez por todas. No en vano los principales partidos, PP y PSOE, afrontan, según las encuestas, una verdadera sangría electoral. Mientras el PSOE con Andalucía como esperanza de recuperación intenta una nueva imagen con el liderazgo de Susana Díaz, el PP con Madrid como bandera ve cómo los últimos acontecimientos enturbian su esperanza y, tras la guinda del ático dichoso, ya andan locos por encontrar un sustituto que, como Susana en Andalucía, palíe los efectos negativos de su gestión anterior. Algunos apuntan ya a la mismísima Soraya Saenz de Santamaría para frenar un posible ascenso del PSOE, aunque éste con Tomás Gómez a la cabeza no requiera de demasiados esfuerzos para ser frenado.
            Y en plena penumbra a causa de esta media luz democrática el mayor banco privado venezolano compra Novagalicia por 1.003 millones de euros, cuando todos los españoles pusimos 9.000 para rescatarla. Incluso para quienes no sean duchos en sumas y restas es obvio que unos 8.000 millones han ido a parar al, desaparecido, limbo de los justos. En fin, consecuencias directas de la cantidad de chorizos que con absoluta impunidad se encargaron de cargarse las añoradas cajas de ahorros en beneficio propio o de los suyos.
            Por su parte, mientras Mas, tras prostituir la Historia de España para adaptarla a sus objetivos independentistas, vincula su lucha libertadora con los movimientos antiesclavistas, el ministro Wert, con su controvertida Ley de Educación, pretende aportar algo de luz exigiendo que en todas las Comunidades Autónomas se estudie una Historia de España igual; es decir, la verdadera Historia. ¡Ya era hora!, como dicen los trabajadores de UGT. Como ya es hora de que alguien explique cómo es posible que las eléctricas, repartiendo beneficios, pretendan, tal como está la situación, incrementar las facturas de la luz a niveles intolerables, cuando en los últimos cinco años ya ha subido un 63´5%. No se trata ya de que el Gobierno intente impedir esta locura, se trata de que, si hay irregularidades en la subasta, exija las responsabilidades pertinentes a quien corresponda y paralice tajantemente la intentona. Si no se paraliza este incremento abusivo del precio de la luz, un bien estratégico de primera necesidad, apaga y vámonos; nunca mejor dicho.


                                               Jorge Cremades Sena

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