jueves, 12 de diciembre de 2013

INDULTOS COMO CHURROS

                        A medida que se van concluyendo los múltiples procesos por asuntos de corrupción que hay en curso, los hasta ahora presuntos chorizos, convertidos tras la sentencia en verdaderos chorizos de cantimpalo, siguen eludiendo la entrada en prisión con el truco del almendruco. En efecto, tras haber agotado todos los recursos y utilizado todas las triquiñuelas legales para alargar la investigación de forma vergonzante (tienen todo el derecho a hacerlo), cuando se impone la cruda realidad y son condenados siguen a lo suyo, agarrándose a la última esperanza. ¿En qué consiste? Muy fácil. Solicitar el indulto. Casi se da por hecho que un gobierno magnánimo se lo concederá total o parcialmente con lo que la prisión todavía queda lejos como destino. En semejante trance se encuentran, entre otros, Matas, del Nido o Hernández Mateo, poniendo en verdaderos apuros al gobierno de Rajoy que, como tenga en cuenta todo lo que se avecina (hoy indultas por mí y mañana indulto por ti) va a tener que modificar el mecanismo de concesión de indultos y crear, por ejemplo, un gabinete de indultos, con rango al menos de Secretaría de Estado, para que la cola de peticiones no se eternice. Tampoco creo que a los afectados le importe demasiado, cuanto más tarde, mejor; vaya a ser que una reacción popular cada vez más grande contra semejantes indecencias, al final obligue a que, de una vez por todas, semejante medida de gracia, propia de tiempos pasados, quede derogada o, al menos, reservada a casos muy puntuales (como debiera ser) pero, en ningún caso para quienes se lo han llevado crudo delante de nuestras propias narices. Desde el PSOE ya advierten, aunque sea cínicamente (los gobierno socialistas, al igual que los populares, indultaron a diestro y siniestro), que no se le ocurrirá a Rajoy conceder estos indultos. Y ojalá que así sea. Ni éstos, ni ninguno más.
            Cínicamente o no, dónde se ha montado un pollo de cuidado es en Hacienda. No por el informe que ratifica que “todos eran conscientes de la colaboración de Oriol Pujol” con las ITV (otro que seguramente si es condenado pedirá indulto, como ya hicieran sus socios de UDC), sino por el asunto de los ceses, dimisiones y destituciones en la Agencia tras el nombramiento del nuevo Secretario General. Montoro, con la gracia y profundidad que le caracteriza, en vez de aclarar la situación la enreda cada día más. No sé si difama y coacciona a la prensa crítica como mantienen algunos medios, pero, desde luego, si les atribuye “informaciones falsas” porque tienen “grandes deudas” con la Agencia Tributaria y, como dice, van a su “despacho” a hablar de ello, lo que se espera del ministro no es que lo divulgue, sino que exija una solución al problema y denuncie donde corresponda, que no en ruedas de prensa, las falsedades que los medios vierten sobre la Agencia o sobre él mismo.    
            En otro orden de cosas llama la atención la reciente condena histórica por el atentado de la Casa Cuartel de Burgos. Nada menos que 3.860 años de cárcel. No extraña que la gente esté indignada. Es tan benevolente que prefiere muchísimos años menos, pero que se cumplan, hasta se conforma sólo con los 40 que, de momento, contempla nuestra legislación como estancia máxima en prisión. En fin, alguna vez nuestros legisladores aprenderán que es excesivo e incluso chirría poner semejante cantidad de años de prisión para después, entre unas cosas y otras, salir a los veintitantos años sin haber sido reinsertado, sin arrepentimiento y sin pedir perdón a las víctimas.
Un asunto preocupante, como el del derrumbe demográfico que padece España, no tanto por el falso éxodo de los españoles (sólo el 0´07% de españoles abandonó el país por la crisis en el primer semestre del año) sino por el derrumbe de la natalidad. En todo caso España pierde en un semestre 260.000 habitantes, dejando unas expectativas de envejecimiento muy acusadas. Esta es la verdadera causa del desplome demográfico y no la incipiente emigración por razones de trabajo, entre los que supongo no estarán los 3.300 empleados de empresas públicas, que pagamos entre todos, y que cobran más que el Presidente del Gobierno. Para que vean la cantidad de chollos ocultos que hay en nuestro país.
Y, dejando a un lado, el revuelo mediático de las dos secuencias gráficas del funeral por Mandela (el saludo histórico de Obama y Castro, y la amistosa sesión fotográfica de Cameron y Obama con la atractiva mandataria danesa, que, al parecer, llegó a encelar a la mismísima Michelle Obama), lo que ha desencadenado un verdadero polvorín mediático ha sido la decisión desde la Generalitat de Cataluña, con Mas a la cabeza, de publicitar la famosa pregunta (en este caso dos preguntas) del referéndum ilegal y su fecha de convocatoria que, junto al inicio de un simposio titulado “España contra Cataluña”, propiciado por la mismísima Generalitat, supone la consolidación de un itinerario a través de un camino sin retorno. Un asunto que obviamente, desde mi punto de vista, merece algo más que un mero comentario. Su gravedad excede todos los límites y, como es lógico, tanto el gobierno español, los partidos democráticos (PP, PSOE, UPyD, Ciutadans…..), y la mismísima Unión Europea rechazan de plano. Desentenderse de la legalidad democrática establecida suele acarrear el rechazo generalizado de todas las instituciones democráticas, nacionales e internacionales, aunque sólo sea por pura supervivencia, pues lo contrario supondría alentar la violencia y la inseguridad en el sistema.
           

Jorge Cremades Sena

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