martes, 21 de abril de 2015

¡TENGO QUE MATAR A MÁS!

                        Un alumno de trece años conmociona a Barcelona, a Cataluña y a toda España al asesinar en un instituto de la ciudad condal a un profesor y herir a otras cuatro personas, al parecer al grito “¡Tengo que matar a más!”, hasta ser reducido finalmente por un profesor de gimnasia mientras preparaba un cóctel molotov. Ahora todo el mundo se pregunta por qué un menor tan joven, casi un niño, es capaz de cometer semejante atrocidad, sin ninguna razón aparente y sólo con el objetivo de matar. Se había presentado en el instituto con una ballesta, un puñal y ropa de camuflaje, como sucede en muchas películas y videojuegos, incomprensiblemente al alcance de menores, que incitan a la violencia y sin cortapisas se venden en los mercados o se descargan desde internet como si tal cosa. Según la Generalitat el adolescente, que vivía en un barrio de clase media (su padre es profesor y su madre médico), sufrió un “brote psicótico”, mientras los expertos mantienen que en tal caso no suelen aparecer por sorpresa sino que previamente una serie de extrañas conductas sirven como síntomas del mismo. En definitiva, este horrendo crimen de Barcelona eleva a un nivel insólito la violencia escolar, mientras los profesores vienen pidiendo más controles para evitar las agresiones de alumnos, entre ellos y de ellos contra los docentes, sin que nadie ponga coto a esta violencia escolar “in crescendo” que hace cada vez más difícil la tarea educativa. Además, la Ley del Menor impide imputar al autor, lo que, una vez más, reabre el debate sobre dicha Ley que, en todo caso, jamás debiera revisarse en caliente ya que, al margen de la rebaja o no de la edad penal, el problema es muy complejo y obedece a múltiples causas que exigirían revisar leyes u ordenamientos  en el ámbito educativo, familiar, social e incluso económico que delimiten claramente las distintas responsabilidades de quienes por diversas razones tratan cotidianamente con menores, quienes por su edad, sea la que se decida, son penalmente irresponsables.
            En cuanto a la corrupción, que no cesa (otro gran problemón de nuestra sociedad), se multiplican las críticas en el PP a la gestión del “caso Rato” por parte del Gobierno, mientras los candidatos a las autonómicas temen verse perjudicados y Anticorrupción asume al final el caso y acusa al ex vicepresidente de cinco delitos fiscales. Críticas que nadie entiende, al margen de que, como en los demás casos, en este país las filtraciones de la investigación judicial, conviertan la presunción de inocencia en un paripé bochornoso, pero especular con no se sabe bien qué tipos de vendettas de unos u otros me parece intolerable… ¿acaso el Gobierno debiera haber intentado ralentizar o no airear el asunto? ¿qué debía hacer el Ministro de Hacienda? ¿? En fin, lo menos importante son las causas por las que se persigue el delito fiscal, pues lo importante es que se persiga, sea a quien sea y caiga quien caiga; y por ello, criticar excesivo celo en la lucha por parte de los responsables gubernamentales me parece impresentable. Lo filtre quien lo filtre, siempre que se ajuste a la verdad, es preferible saber, por ejemplo, que el marido de Teófila Martínez, la alcaldesa popular de Cádiz, preside una de las sicav de Rato, y que Santiago Cobo, que así se llama el personaje, también participa en otras firmas vinculadas al ex ministro; que los escoltas avisaron de que les seguía un coche sin saber que era de Aduanas; o que el alto cargo que autorizó parques eólicos en Castilla y León recibió pagos desde Suiza; o que el ex juez Garzón, justiciero donde los haya, participó en 2003 en una montería organizada con todo tipo de lujos por una de las mayores constructoras implicadas en la trama de corrupción Púnica; tal como publican los medios en el día de hoy.
            Entretanto, mientras Griñán, al parecer, dejará de ser senador por Andalucía al distanciarse de Susana Diaz (algunos piensan que es por algo más, aunque ya dice el refrán que “cría cuervos…”) y Ciudadanos propone bajar el IVA cultural y subir el del pan (algunos piensan que por qué no dejar el pan como está), según el diputado venezolano Montoya, del partido Primero Justicia, Podemos (más bien habría que precisar los líderes de Podemos) asesoraron a Maduro para criminalizar a la oposición y que algunos líderes democráticos venezolanos acabaron poco después en la cárcel, además intentará que el Congreso abra una investigación sobre la financiación de Podemos, cuya fundación elaboró también un argumentario contra Capriles y el bipartidismo español.
            Y en el exterior, mientras Grecia “requisa” las reservas de los municipios para pagar deuda y sueldos (con Syriza, cada vez peor), la OMS admite fallos ante el ébola reconociendo que actuó con lentitud (a buenas horas mangas verdes) y el FMI dice que España no recuperará el PIB de 2007 hasta 2017 (una década perdida sin lugar a dudas). Entretanto Italia y Malta tratan de rescatar a 450 personas que están a la deriva en embarcaciones por el Mediterráneo, donde la tragedia del peor naufragio migratorio en Europa, como ven, no frena la bomba migratoria. ¡Ojalá que, al menos, estos 450 inmigrantes a la deriva no corran la misma suerte que la inmensa mayoría de los que naufragaron el día anterior! Y ojalá que Europa y el Mundo reaccionen a tiempo.


                                                Jorge Cremades Sena

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