miércoles, 4 de mayo de 2016

EL REY DISUELVE LAS CORTES



                        Por primera vez desde la aprobación de la Constitución se aplica el punto 5 del artículo 99, según el cual “si transcurrido un plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato obtuviese la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones con el refrendo del presidente del Congreso”. Y así ha sido, ante el flagrante fracaso de los partidos políticos para ponerse de acuerdo, por lo que se avecinan nuevas elecciones para el día 26 de junio, mientras el Presidente Rajoy calcula que habrá nuevo gobierno a finales de julio, salvo que, de nuevo, los distintos grupos parlamentarios que surjan de las elecciones hagan gala de su manifiesta incompetencia e incapacidad para garantizar la gobernabilidad de nuestro país si es que los españoles no nos decantamos por alguna opción vencedora cercana a la mayoría absoluta. Ya de entrada, mientras Rajoy y Rivera recriminan a Sánchez el veto a pactar con el PP y los líderes territoriales del PSOE se distancian de la estrategia de alianzas postelectorales que propone su líder (vetar en democracia opciones nítidamente democráticas, al margen de la ideología que tengan, no parece muy democrático que digamos), el PP cree que el pacto Podemos-IU facilita la gran coalición, ya que Sánchez se vería forzado a apoyar a Rajoy tras el 26-J para evitar quedar fagocitado por el nuevo eje de izquierdas, por lo que el Presidente en funciones, si el PP vuelve a ganar las elecciones e incluso aumentar escaños como dicen las encuestas, espera ser investido en julio. Entretanto Garzón negocia con Iglesias saldar la deuda de 16 millones de IU y concurrir en coalición como una especie de frente de izquierda radical, sin el PSOE, mientras Gaspar Llamazares, ex líder de Izquierda Unida, manifiesta que “IU corre el riesgo de ser el satélite de un partido populista”, quedando diluido como un azucarillo entre un mar de múltiples opciones ideológicas, algunas de ellas con evidentes síntomas antidemocráticos y antisistema que en Europa son opciones manifiestamente minoritarias. Se pone así fin a esta frustrada legislatura, insólita en los países democráticos desarrollados, cuyo único aspecto positivo es que, finiquitada definitivamente, el pueblo español tiene de nuevo la palabra para decidir sobre su futuro. Esperemos pues que el pueblo haya tomado buena nota de todo lo sucedido y, valorando los comportamientos y las propuestas de unos y otros, sepa acertar lo que más nos conviene a todos.
            Disueltas pues las Cámaras y convocada oficialmente las nuevas elecciones o, dicho de otra forma, recuperada la normalidad democrática, Zarzuela diseña una campaña para “relanzar” a Felipe VI, que intensificará su agenda tras cuatro meses sin grandes actos por culpa del bloqueo político y apelará al consenso en sus discursos hasta el 26-J para evitar otra legislatura fallida, que sería catastrófica. Y mientras, según el CIS, se conoce que la campaña electoral del 20-D influyó en el 36% de los votantes y las mayores dudas se produjeron entre PP y Ciudadanos, parece ser que Rajoy está más dispuesto a aceptar los debates a cuatro en esta nueva campaña y transmite a su partido que, según encuestas internas, alcanzarían 130 diputados; que Iglesias y Garzón retarán al PSOE el 15-M en el primer acto del “Podemos –En Común nacional”; y que Sánchez planea intercambiar a Simancas y Serrano en Madrid, es decir, intercambiar el puesto cinco por el nueve para premiar el trabajo de éste en el grupo negociador de la fracasada investidura.
            Y, dejando los temas preelectorales, cabe destacar que Mariano Rajoy rectifica y devuelve a las CCAA el control en Educación, pues Méndez de Vigo da otro golpe a la “ley Wert” al rebajar las competencias del Estado en las reválidas de la ESO y Bachillerato, con lo que cada autonomía podrá fijar las preguntas y el calendario por su cuenta. Por otra parte, España ordena detener a cargos próximos a Putin por sus lazos con la mafia, pues la Audiencia Nacional implica en la “operación Troika” a un ex viceprimer ministro, a un general y a un líder de la Duma. Entretanto, el TC tumba la ley catalana de igualdad y la de pisos vacíos, mientras Puigdemont hace el ridículo en la UE ya que ni Schulz, ni Juncker lo reciben.
            Por cierto, hablando de la UE, Bruselas alerta del déficit y la inestabilidad, aunque ratifica que la economía seguirá creciendo, mientras no valida la previsión de déficit del Gobierno y sólo dará un año de prórroga a España para que corrija el desequilibrio extra en sus cuentas públicas. Por otro lado multará con 250.000 euros por cada refugiado no acogido, proponiendo un método de distribución automática que penaliza a los países que rechacen el cupo correspondiente de peticiones de asilo. Además, mientras sucede el amarre histórico en La Habana de un crucero norteamericano después de 50 años, que es recibido con júbilo en la isla, Europa reconoce serias trabas en el tratado con EEUU.
            Y en los deportes la gran noticia la protagoniza el Atlético de Madrid que, perdiendo en Munich ante el Bayern, 2-1, hace valer su triunfo en la ida en el Calderón, 1-0, y se planta como primer finalista de la Champions a la espera del otro finalista que se dilucidará en el partido de vuelta en el Bernabeu entre Real Madrid y Manchester City. Enhorabuena a los de Simeone por su exhibición de fe, capaz de dejar fuera de la Champions a uno de los más grandes equipos del mundo.
Jorge Cremades Sena

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